Introducción
En 1614 Felix Plater, profesor de Medicina, reportó un caso de la Universidad de Basel después de realizar una biopsia describió: “Un tumor redondo, duro, con varios orificios y del tamaño de una manzana, cubierto por su misma membrana y drenado por venas; sin embargo estaba libre de toda conexión con el cerebro, tanto que cuando fue removido por mi mano, marcaba una cavidad considerable.” Este es el reporte escrito conocido más antiguo que hace referencia a una lesión lo más compatible con un “meningioma”.1,2 Los meningiomas constituyen la segunda causa de tumores cerebrales primarios en el adulto, representando hasta el 32 % del total.3,4
De acuerdo a la Base de Datos de Vigilancia, Epidemiología, y Resultados (SEER por sus siglas en ingles), en el periodo comprendido entre 2005 y 2009, en Estados Unidos se presentó una incidencia de tumores cerebrales 6.6 nuevos casos por cada 100.000 habitantes cada año, así como una mortalidad de 4.3 por cada 100.000 habitantes. A nivel mundial, la incidencia de este tipo de patología es de 3.5 y la mortalidad de 2.5.4
Por lo anteriormente expuesto de decide describir el comportamiento de los Meningiomas intracraneales en los pacientes investigados.
Materiales y métodos
Se realizó un estudio analítico, descriptivo, retrospectivo a los pacientes neurointervenidos con meningioma intracraneal en el Servicio de Neurocirugía del Hospital Docente Universitario Comandante Faustino Pérez Hernández de la provincia Matanzas, en el período de tiempo del 1ero de enero de 2017 al 1ero de enero del 2019.
Población y muestra
Todos los pacientes que fueron neurointervenidos con meningioma intracraneal en el servicio de Neurocirugía en la fecha y lugar antes mencionado, para un universo de estudio de 15 pacientes.
Variables utilizadas
Edad, sexo, manifestaciones clínicas, localización intracraneal, tamaño de la lesión, diagnóstico histológico, grado de resección, (Escala de Simpson modificado)5 complicaciones postquirúrgicas. Escala de Capacidad de Rendimiento de Karnofsky6 al ingreso y egreso.
Fuente de obtención de la información
La información fue obtenida de las historias clínicas de los pacientes intervenidos en el lugar y fecha señalada. Los datos se recogieron en una planilla elaborada con este fin.
Técnicas de procesamiento y análisis
Para facilitar la confección de la Base de datos se codificaron las variables de la encuesta. Se resumió la información y los datos fueron vaciados en Excel y luego importados al SPSS (Statistical Package for the Social Sciences).
Métodos de investigación
Se utilizó el método porcentual y medidas de resumen para datos cuantitativos: medidas de tendencia central y de dispersión (media y desviación estándar) respectivamente.
Se utilizó el software Microsoft Office, paquetes Word y Excel y SPSS (Statistical Package for the Social Sciences)
Los resultados se expusieron en tablas y gráficas para facilitar su análisis y comprensión.
Resultados
La edad mínima de los pacientes intervenidos fue de 27 y la máxima de 70 años. El 50 % de los pacientes tenían menos 55 años de edad, y el resto más de 55. En este último grupo, la edad promedio sobrepasa en 13,08 años los 55 años. Predominó del sexo femenino el 73,3 % de los casos intervenidos. (Tabla 1)
Edad | Años | |
---|---|---|
Edad mínima | 27 años | |
Edad máxima | 70 años | |
Mediana | 55 años | |
Desviación estándar | 13,08 años | |
Género | No. | % |
Femenino | 4 | 26,7 |
Masculino | 11 | 73,3 |
En el gráfico 1 se expone un predominio de la cefalea en el 93,3 % de los casos, seguido de las crisis convulsivas y el déficit motor con el 60 % y el 46,6 %, respectivamente. El síndrome de Foster Kennedy y el síndrome cerebeloso solo se presentó en el 6,6 % de los casos.
Prevalecieron los meningiomas de la convexidad cerebral en el 40 % de los casos. Las localizaciones parasagital anterior, surco olfatorio y convexidad cerebelosa resultaron los menos frecuentes; con un 6,6 %. (Gráf. 2)
En la tabla 2 se muestra que el valor mínimo del tamaño de la lesión de los pacientes fue de 2 cm, el valor máximo de 7 cm, la media osciló alrededor de 4,4 cm.
La variedad histológica meningotelial en el 40 % de los casos predominó, seguido del psamomatoso y el fibroblástico con el 20 %, la variedad anaplásica la menos frecuente con el 6,6 % de los pacientes. (Tabla 3)
Diagnóstico histológico | No. | % |
---|---|---|
Meningotelial | 6 | 40 |
Psamomatoso | 3 | 20 |
Transicional | 2 | 13,3 |
Fibroblástico | 3 | 20 |
Anaplásico | 1 | 6,6 |
Total | 15 | 100 |
En la gráfica 3 se muestra el grado de resección de la lesión según la escala de Simpson modificada, el mayor aporte de los pacientes presentó un grado II con el 33,3 %, seguido del grado I (26,6%), los grados III y IV fueron los menos frecuentes (20 %).
En la gráfica 4 los casos sin complicaciones postquirúrgica predominaron con el 40 %, el edema cerebral con el 26,6 %. La convulsión postquirúrgica y la meningoencefalitis, las menos presentados con el 6,6 de los pacientes neurointervenidos.
Los valores de la Escala Karnofsky al ingreso se encontraron alrededor 70 puntos y se desviaron de la media en 16,475 puntos. Los valores al egreso se encontraron alrededor 76,00 puntos y se desviaron de la media en 15, 024 puntos. Dichos resultados hace considerar que la amplitud del intervalo de confianza de la media poblacional de la Escala Karnofsky al egreso se comportó más elevada que al ingreso (Tabla 4).
Discusión
Estudios como el de Ortega1 en cuanto a la presentación de los meningiomas intracraneales respecto a la edad y el sexo, refleja que el 69 % de sus pacientes sobrepasaban la edad de 45 años, con un predominio del sexo femenino en el 69,2 % de todos los pacientes.
En otro estudio, Baena-del Valle7 encuentra que la edad promedio de los pacientes con meningiomas fue de 51,63 (± 14,57) años, y las mujeres sobrepasaron a los hombres con una razón de 3,7 a 1 (97 mujeres y 26 hombres), lo que concuerda con los resultados obtenidos en la presente investigación.
Otros investigadores identifican dos picos de incidencia de meningiomas en las mujeres en relación con la edad, lo cual era muy similar a la curva Clemmesen, en la cual describe una incidencia bimodal ajustada para tumores de la glándula mamaria; donde los tumores de inicio temprano reflejan una patogénesis hereditaria más fuerte, y los de inicio tardío una probable relación con factores hormonales.8
La cefalea es la manifestación clínica que más se reporta en la literatura revisada lo que coincide con el artículo “Meningiomas en Pacientes menores de 15 años: Experiencia del Hospital Regional de Concepción”. En segundo orden está el defecto motor. Hallazgos en casos clínicos reportan como manifestación de debut las crisis convulsivas y la cefalea acompañada de papiledema.9-11
Otras investigaciones declaran que las manifestaciones clínicas más frecuentes son la cefalea, (51,3 %); el defecto motor, (32,1 %) y las convulsiones, (16,4 %).12-14
La mayoría de los autores revisados en la literatura mundial y nacional concuerdan que la mayor cantidad de meningiomas intracraneales se encuentran en el compartimento supratentorial, específicamente en la convexidad cerebral.12
Así lo demuestra Acurio Padilla15con un reporte de 45,3 % de casos estudiados con la lesión en esta localización; 12,5 % en el ala menor del esfenoides y en la convexidad cerebelosa, 10,9 %.
Zarrabeitia13 describe 47 pacientes con lesiones a nivel de la convexidad, de ellos 24 con localización parasagital. La mayoría de los casos encontrados en el estudio perteneció a la convexidad cerebral seguido de aquellos que estaban ubicados en la y hoz cerebral y el ala menor del esfenoides lo que concierta con la literatura consultada.
En cuanto al tamaño de la lesión, la media, la desviación estándar, y el mayor tamaño más frecuente reportado; coincide con un estudio revisado que aporta un 89 % de casos con un tamaño menor de 6 cm. El grupo entre 3 y 5 cm el que más pacientes aportó con el 48,4 %.1,15
Otros autores exponen una mayor cantidad de casos con un tamaño mayor a 6 cm (61,5 %). Lo anterior discrepa con lo presentado, que pudiera relacionada con la baja muestra de estudio empleadaen esa investigación. Talacchi16 publicó media de diámetro tumoral de 3,5 cm en pacientes con edades superiores a los 65 años.
En la variedad histológica se repitió en este orden de frecuencia la meningotelial, la psamomatoso y la fibroblástico. Así se manifiesta en los datos de Acurio Padilla.15
Otros autores reportan un predominio de la variedad histológica transicional con el 45 % de los casos, seguido de la meningotelial, (22 %). Sin diferencias en la distribución por sexo.
La presencia de diversas variantes morfológicas parece estar relacionada con las funciones de las células progenitoras, que tienen características epiteliales y mesenquimales.17 En general, distinguir entre los subtipos benignos de meningiomas no tiene importancia. Sin embargo, es necesario un examen detallado de todos los cortes histológicos con el fin de identificar áreas de mayor grado; aunque el significado pronóstico de áreas pequeñas con subtipos más agresivos no está claro, se recomienda que se clasifique de acuerdo al patrón que predomine en más del 50 % del espécimen.
La variable grado de resección se a correlacionado con el grado de recuperación funcional postquirúrgico, siendo determinante en la evaluación del mismo.18
Lerma,19 plantea en su estudio que la anemia postquirúrgica y la fístula de líquido cefalorraquídeo (LCR) fueron las dos complicaciones más frecuentes en su investigación, Pardo12 también destaca la fístula de LCR y las infecciones respiratorias. Resulta importante destacar que de los 15 casos operados no se observó fístula de LCR, fue el edema cerebral postquirúrgico, (26,6 %); la anemia (20 %); y la infección respiratoria, (20 %) los más frecuentes.
La calidad de vida posoperatoria es un parámetro importante para valorar el éxito de la cirugía. La escala de Karnofsky es una de las más utilizadas en el mundo con este propósito. Sin embargo, en la literatura consultada se encontraron pocos datos sobre su aplicación en los pacientes operados por este tipo de lesión tumoral. En la presente investigación se analizó una fuerte relación lineal positiva, significativa al 99 % entre las variables asociadas.
Entre los estudios revisados la comparación de la puntuación en la escala al ingreso y egreso de los pacientes arroja resultados estadísticamente significativos, dados por una mejoría de la calidad de vida posoperatoria en el momento del alta hospitalaria.15
En el estudio presentado por Rosas Peralta,20 se consideró la escala pre y posoperatoria, en ambos casos el 60 % de los pacientes se encontraban por encima de 70 puntos. Estos datos difieren de esta investigación, ya que los pacientes presentaron una mejoría significativa en la escala de Karnosfky al egreso, en relación con la presentada antes del tratamiento quirúrgico.
Otros investigadores no reportan mejoría significativa en pacientes con meningiomas del agujero magno.16
Un grupo de investigadores informan un total de 17 pacientes operados, 13 mejoraron su calidad de vida, después de la resección quirúrgica de la lesión tumoral. Demostrándose similitud con los datos de este artículo.14
Al-Mefty,17 no encontró evidencia de empeoramiento en la calidad de vida después del tratamiento quirúrgico, pero tampoco mejoría. Los factores pronósticos más importantes son: el grado de resección quirúrgica y el grado de malignidad.
Los meningiomas de bajo grado pueden ser curados con resección total, mientras que la recidiva es frecuente luego de resecciones subtotales, parciales o en lesiones con un mayor grado de malignidad, dígase grado II o III de la de la Organización Mundial de la Salud (OMS), a pesar de ser completamente resecadas.21,22,23
Los intracraneales constituyen una variedad tumoral frecuente, predominando en el sexo femenino, con un cuadro neurológico variado, la mayoría benignos, la cirugía representó un importante pilar en el mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes operados.