Señor editor:
Leímos con mucho interés el editorial, publicado en su revista por Dorta-Contreras titulado “El investigador como divulgador de su 'ciencia'. Deberes y derechos”, publicado en el volumen 17 número 6 de la Revista Habanera de Ciencias Médicas, en el cual el autor afirma: “Uno de los deberes del investigador es explicar a los jóvenes que se inician, las vías más rápidas para lograr publicar sus resultados”.1 Es válido mencionar que son los profesores universitarios los que generalmente permanecen más tiempo en contacto directo con los estudiantes y, por ende, tienen mayores posibilidades de guiarlos hacia el mundo de la ciencia y la academia. Sin embargo, se reconoce que no todo profesor universitario es un investigador y, por tanto, no cumple el rol de asesor científico de estudiantes. La experiencia acumulada por un docente que realmente investigue y publique le dará la credibilidad necesaria para enseñar y demostrar con su ejemplo las ventajas de la investigación y publicación científicas.2
Un asesor científico es aquel que debe acompañar al asesorando para realizar investigación, siendo importante la asesoría “teórica”, pero siempre es importante pasar de la teoría a la práctica, y esto en investigación significa realizar la publicación científica. Es por este motivo que ya desde hace muchos años surgieron las Sociedades Científicas de Estudiantes de Medicina (SOCEM´s), que buscan elevar el nivel de investigación científica desde el pregrado.3
Es importante que lo anterior sea medido desde bases que permitan determinar las métricas científicas, como el caso de Scopus (donde se puede buscar una universidad y determinar a los autores que participaron en las investigaciones publicadas de dicha base, incluso, a pesar de que este autor no pertenezca directamente a esta institución).
Es por ello que se realizó una búsqueda en la base Scopus de todas las universidades peruanas que tienen una Facultad de Medicina funcionando, de donde se extrajo a los tres primeros asesores de las SOCEM´s peruanas que aparecían según su cantidad de publicaciones (siendo considerado como asesor a los médicos que están en el listado oficial de asesores de SOCIMEP o de alguna SOCEM que pertenece a ella). (Tabla).
Acceso a la base Scopus: 27 de agosto de 2018. Solo se muestra los 3 asesores con mayor cantidad de artículos.
*Empató en puesto con otros autores. La cantidad de trabajos por asesor no significa que hayan sido publicadas con la filiación de la universidad listada en la tabla (ya que pudo tener la filiación de su propia institución) o con la participación de estudiantes de medicina; pero muestra la participación colaborativa científica. SOCEM´s: Sociedades científicas de estudiantes de medicina. U: Universidad. UN: Universidad Nacional.
Como podemos apreciar en la Tabla, 23 de las 46 Universidades tienen artículos con 2 ó 3 de los asesores de las SOCEM´s. 11 Universidades reportan publicaciones en Scopus pero no tienen asesores; otras 7 no tienen ninguna publicación y algunos asesores tienen muchas colaboraciones (Mejía CR en 17 Universidades, Failoc-Rojas V en 6, Inga-Berrospi F, Díaz-Vélez C y Mayta-Tristán P en 5). Sin embargo, hay muchos asesores que aún aparecen en pocas instituciones. Con esto no se pretender decir que esto sea malo, ya que, sabemos que algunos se especializan en trabajar solo en su centro de labores y/o con las instituciones colaboradoras de estas, pero, creemos que si uno se considera como asesor científico de una SOCEM (y en especial de la Sociedad Científica Médico-Estudiantil Peruana), debería buscar una mayor red de colaboración y capacitación a estudiantes de diversas universidades; sobre todo para aquellas “relegadas u olvidadas” por no tener asesores y/o publicaciones.
Se tuvo limitaciones en la búsqueda, ya que no se pudo constatar en todos los casos que en dichas publicaciones tengan siempre a un estudiante de medicina (ya que no todas las revistas piden el grado académico), tampoco se consideró el impacto de la publicación en términos de citaciones u otras características intrínsecas científicas, además, futuras investigaciones deben ponderar estos resultados según los años de egreso de cada asesor y otras características. A pesar de estas limitantes, los resultados son importantes y pueden mostrar un aproximado a lo que son las redes de colaboración y participación que podrían estar teniendo los asesores científicos de las SOCEM´s -tanto con los alumnos y/o las universidades peruanas-; sabiendo que los trabajos que tienen mayor colaboración entre las diferentes sedes son los que tienen mayor impacto.4
Si bien, estos resultados no pueden ser concluyentes (ya que podrían estar colaborando de otras maneras o en artículos que llegan a otras bases), esto puede ser un llamado de atención a los asesores y las SOCEM´s para que busquen medios efectivos en virtud de tener mayor colaboración científica eficaz por parte de sus asesores, ya que, de no ser así, algunos podrían ser considerados como asesores científicos “teóricos” o “de nombre”. Sobre todo por el hecho de que en nuestro medio se ha criticado mucho a los profesores de metodología/investigación que no predican con el ejemplo5 o a otros que deberían publicar y no lo hacen.6