Introducción
Las universidades contemporáneas tienen la misión de formar profesionales comprometidos con las demandas del momento histórico bajo los principios de excelencia y calidad. Asimismo, los profesionales entran en el campo de la educación superior por varias razones y no tienen una formación actual y complementaria para trabajar como profesores, así al no tener una adecuada preparación terminan repitiendo la misma manera tradicional de enseñanza, sin existir un entrenamiento y actualización para cumplir con las nuevas necesidades de experticias requeridas por el mercado laboral.1 Es así que la formación del docente de Enfermería tiene ante sí el enorme reto de su profesionalización, en un mundo caracterizado por la globalización, por un acelerado desarrollo de la ciencia y las tecnologías y por complejos procesos de cambios que requieren de nuevas transformaciones del conocimiento; se hace necesaria la actualización de los saberes más avanzados en metodologías activas en el docente de enfermería como un proceso continuo y simultáneo para alcanzar multihabilidades y valores.
Los autores consideran que la identificación de necesidades de aprendizaje reales y sentidas son indispensables para poder garantizar la calidad de la formación académica continua. Muchos profesionales carecen de experiencia del trabajo en escenarios docentes, de habilidades adecuadas para tratar a los estudiantes, otros laboran en más de una institución por problemas económicos, lo que les resta motivación para una preparación pedagógica con vistas a garantizar una enseñanza académica integral, asimismo se puede afirmar enfáticamente que la transformación educativa del profesional de enfermería está en la preparación del docente.
Se hace necesario que los docentes replanteen sus procesos de enseñanza, de manera tal que la participación de los estudiantes sea activa en su proceso de aprendizaje.2) Por lo que, cuanto mayor sea la preparación científica de los docentes en el área de las ciencias de la educación, aumenta la pertinencia, calidad y eficiencia de la enseñanza y el desempeño profesional.3
Se considera que el papel del docente de enfermería ante el estudiante se transforma cuando deja de ser el eje central de atención, las clases son verbalistas sobrecargadas de conceptos, restringiéndose exclusivamente a lo que transmite el profesor, el sujeto es un pizarrón en blanco, receptando solo lo que el docente quiere y desear decir, con metodologías tradicionales que ya domina y no dan respuesta a la transformación en el aula.
Se está en una era en que los estudiantes tienen capacidades de poder discernir sobre las metodologías empleadas por el docente, que sean más activas, dinámicas, permitiéndoles aprender, organizar, ejercitarse en el trabajo en equipo para su autoformación, acompañado de valores propios como el humanismo, responsabilidad, abnegación y autoestima de sentirse realizado al construir sus propias enseñanzas.
Por lo que se proponen como interrogantes principales para el estudio, las siguientes: ¿Existe una formación académica especializada para el personal de enfermería ofertada por las instituciones de educación superior?; ¿Qué elementos requiere el personal enfermero/a dedicado a la docencia para ejercerla con excelencia, virtud y valor?
Es por ello que los autores con el fin de dar respuesta a las preguntas anteriormente planteadas; han analizado y revisado múltiples textos con el objetivo de describir los aspectos fundamentales que conforman el proceso de formación del docente de Enfermería en metodologías activas de aprendizajes en las instituciones de educación superior.
Material y Métodos
Se realizó una revisión de la literatura, con un diseño descriptivo a partir del análisis de los 76 artículos científicos originales previamente seleccionados, de naturaleza cuantitativa y cualitativa. Es así como después de una exhaustiva búsqueda de la información se encontraron 27 publicaciones tanto en inglés como en español, de las cuales 13 pertenecieron a Scopus, 12 a Scielo, y 2 a ERIC.
Se identificaron términos específicos del tema, vocabulario especializado que fueron los descriptores utilizados: educación continua, formación continua, formación preprofesional, educación permanente y desarrollo personal; las cuales se tradujeron a otros idiomas como inglés y portugués, posteriormente se utilizaron operadores lógicos o booleanos: OR, AND, NOT, (("Educación continua" OR “Education Continuing" OR "Educação Continuada") NOT (Formación Pre-profesional)) AND ("Formación Continua") AND ("Desarrollo de personal”) ("Educación Permanente") AND ("Formación Continuada").
Para refinar la búsqueda de información se establecieron los siguientes criterios de inclusión:
Artículos publicados desde enero 2014 hasta julio 2019.
Artículos con temáticas relacionadas con las metodologías activas de aprendizajes y en la formación docente y de enfermería en la educación técnica y superior.
Los de exclusión fueron:
Para la revisión se tomó un periodo de 6 meses (desde el primero de febrero hasta el 31 de julio 2019).
Después de la identificación de los estudios, se llevó a cabo una lectura crítica de los textos de manera completa. El análisis de la información se llevó a cabo de forma inductiva.
Desarrollo
Formación docente en la Educación Superior
La educación ha mostrado su importancia en el desarrollo histórico de la sociedad, transmisora de la cultura que le ha antecedido en cada época o sistema social en particular. En ella el profesor ha sido uno de los protagonistas principales en los procesos de desarrollo y transformación; sin embargo, su formación como docente no siempre ha recibido atención especial, tanto desde la perspectiva de la formación inicial como la permanente.4
De manera similar se refiere que el papel de la Educación Superior en el desarrollo de las sociedades es un hecho incuestionable, y su gestión ha sido tradicionalmente una preocupación importante de los gobiernos. Últimamente, ha habido un debate mundial sobre si las universidades deberían adoptar prácticas de gestión tradicionales, esto pone en peligro la sostenibilidad del desarrollo social debido a sus efectos en la calidad a largo plazo de la formación de los profesionales.5
Por todo lo anterior, se deriva que la calidad de la educación universitaria depende de la formación pedagógica de sus docentes, como un profesional de amplio perfil que tiene como objetivo la orientación educativa de sus estudiantes. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en la Estrategia a Plazo Medio para 2014-2021 esboza que la educación es un derecho humano para todos, a lo largo de toda la vida, y que el acceso a la instrucción debe ir acompañado de calidad a fin de fomentar un aprendizaje inclusivo.6
Cabe señalar que los profesores en el siglo XXI deben agrupar cualidades esenciales que engrandezcan su acervo profesional y sea identificado por su actitud crítico- reflexiva, capacidad de iniciativa, metodología activa de enseñanza y toma de decisiones para la solución de problemas, enriqueciendo su desempeño en el quehacer universitario para transformar los salones de clases en el que los alumnos producen contenidos, para su desarrollo cognitivo.7
Se hace ineludible admitir que las competencias en el desempeño del docente formador de futuros profesionales han dado un vuelco en el proceso de enseñanza aprendizaje, lo que trae como consecuencia que la educación pasiva en el alumno se transforme en un proceso dinámico y el profesor debe representar un papel significativo, pero no dominante, como ejercía en la educación tradicional. Esta variación lleva al autoaprendizaje y estimula al estudiante a investigar, reflexionar y buscar juicios de discernimiento de toda percepción o conocimiento, mientras que el docente orienta, tutela o conduce las actividades para que los estudiantes diferencien el conocer, el hacer, el vivir juntos, y sobre todo, a ser futuros profesionales con emancipación de conocimientos disciplinares y sociales.8
El docente es responsable de dominar y actualizar el sistema de conocimientos, así como, el conjunto de habilidades intelectuales, profesionales e investigativas de la unidad curricular que imparte; propiciando identificar los contenidos clave, para hacerles llegar a los educandos las informaciones necesarias, con el empleo de los métodos y recursos requeridos, en correspondencia con los objetivos educacionales establecidos y garantizando el empleo de los diversos principios didácticos.4
La formación docente es un proceso de aprendizaje pedagógico desde las potencialidades de los sujetos implicados, sistemático, investigativo y dialógico, de configuración y autotransformación, que abarca componentes educativos, el vínculo cognitivo- afectivo, orientado al aprendizaje significativo y desarrollador que responde a las necesidades de desarrollo personal de sí y de sus estudiantes, donde la cultura, la comunicación e interacción social son mediadores esenciales; se organiza desde la intencionalidad e interdisciplinariedad en función del cambio de la sociedad.9
Las competencias en el ámbito pedagógico se consideran esenciales para que el tutor guíe al estudiante a una praxis reflexiva, con razonamiento científico, holístico y parsimonioso, para aplicar las herramientas de gestión del cuidado en la planificación, administración y liderazgo de sus acciones, que lo lleven a ser un estudiante con capacidades y habilidades para ir construyendo su propio desarrollo profesional. En ello radica la importancia de perfeccionar la docencia, de crear en este profesor, un cuerpo de conocimientos metodológicos y didácticos que sean eficaces para guiar al estudiante de enfermería en la aprehensión de conocimientos, en sus actividades de prácticas asistenciales, tanto clínica como comunitaria.
Es por ello que la educación superior o universitaria, en ambientes clínicos, es demasiado importante para dejarla que se imparta al azar.8) Pero se contrasta ante la poca conciencia de los docentes sobre su papel como agentes del cambio educativo para la sostenibilidad, declaran utilizar las metodologías docentes habituales de este tipo de educación.10 De igual manera desde el marco universitario no se asegura que el docente disponga de una formación pedagógica y didáctica que le capacite para afrontar los retos que esta enseñanza supone.11
Se confirma la necesidad de estrategias institucionales para fortalecer la capacitación de ambos grupos, estudiantes y docentes, en las competencias que exige el desarrollo sostenible.10) Sin embargo, todo lo supra citado hace reflexionar que la preparación como formadores de los profesionales de enfermería actual debe ser percibida como un desarrollo ininterrumpido, que permita transformar el modelo universitario actual, promoviendo actitudes de participación activa hacia la excelencia del proceso de enseñanza-aprendizaje.
De igual manera, aún existe insatisfacción por parte de estos docentes por la pobre instrucción pedagógica que poseen en el marco de las prácticas con metodologías activas que les permitan direccionar el proceso formativo no solo hacia la transmisión del conocimientos, sino a la manera de cómo emitirlos; tienen serias limitaciones cuando afrontan conocimientos desconocidos, consideran la formación pedagógica recibida en la universidad como insuficiente, reconocen las limitaciones de su capacitación, y señalan la necesidad de abordar este problema que afecta directamente la competencia de los estudiantes.7) Por lo que debe garantizarse su formación permanente y continua durante todo su desempeño profesional.
Otorgar cátedras en áreas específicas del conocimiento a profesionales recién graduados, sin previa formación pedagógica conllevaría al fracaso de los resultados del aprendizaje esperado, coincidentemente ante los nuevos retos que enfrenta la educación superior, los docentes, como principales actores del cambio, requieren un proceso de formación no solo disciplinar, sino también pedagógica, como parte de su desarrollo profesional.12
Lo antes expresado resalta la necesidad de capacitación para el desarrollo de los docentes, con metodologías activas y transformadoras que produzcan profesionales autorregulados. Este aprendizaje puede fortalecer su trabajo, sobre todo cuando enfrentan dificultades o desafíos debido a los requisitos de la reforma educativa y curricular.13
Metodologías activas del aprendizaje
La utilización de metodologías activas de aprendizaje en la carrera de Enfermería tiene el objetivo de dinamizar el proceso de enseñanza-aprendizaje desde una visión de la atención integral de esta especialidad para dar respuesta a las necesidades del individuo, familia y comunidad, desde una concepción biopsicosocial del cuidado. Estas metodologías empoderan al estudiante y propician una formación para el cuidado como un proceso interpersonal, dinámico y comprensivo que combina armónicamente las dimensiones humanistas, científicas y académicas.
En concordancia, el cambio de la sociedad de una economía basada en la industria a una sustentada en el conocimiento, genera una transición de paradigma en educación. Esto lleva a las universidades a modificar sus modelos educativos y formar profesionales capaces de responder a las necesidades del entorno. Cambiar las estrategias tradicionales de enseñanza-aprendizaje a metodologías activas e innovadoras.14
Por lo que en armonía con lo anterior las metodologías de aprendizaje activo contribuyen potencialmente a la educación de individuos autónomos y participativos que implican dimensiones cognitivas, comunicativas y estéticas en un trabajo eminentemente colaborativo, comprometidos con las transformaciones sociales.15) Dentro de las cuales se encuentran como importantes: aprendizaje basado en proyectos, gamificación, Design Thinking, aprendizaje basado en problemas, aprendizaje basado en el pensamiento, aprendizaje basado en competencias y la simulación; se observa que las más empleadas en la profesión del docente de enfermería son aprendizaje cooperativo, aula invertida y mapa conceptual.16 Todas estas responderán a la pertinencia pedagógica de las instituciones educativas que así la utilicen sin restarle importancia a las ya existentes.
En una gran variedad de temas, la metodología ha sido probada gracias a su flexibilidad, los estudiantes generan suficiente contenido valioso y reutilizable. Además, han expresado altos niveles de satisfacción con la implementación de la propuesta.17
Los estudiantes de educación superior necesitan cada vez más desarrollar, durante su viaje académico, un conjunto de habilidades personales, sociales y profesionales para permitir su rápida integración en el mercado profesional. Esto requiere una estrecha colaboración entre las instituciones de educación superior (IES) y el contexto empresarial / industrial, pero también un cambio en los modelos pedagógicos de las IES, que ahora deberían basarse en metodologías de aprendizaje activo.18
Existe una brecha relevante sobre cómo los estudiantes están acostumbrados a tener clases con la metodología tradicional; pero el nuevo enfoque de aprendizaje activo indica una mayor participación, una menor percepción de aburrimiento y la necesidad de abandonar la zona de confort y la satisfacción de resolver un problema real; las prácticas de uso de metodologías activas son herramientas facilitadoras en la enseñanza- aprendizaje.19,20
Es notorio señalar que estas metodologías deben ser aplicadas por personal docente previamente capacitado y adiestrado y con un adecuado seguimiento académico por parte de las entidades formadoras, sin embargo, esto no suele ser lo habitual, pues el número de horas dedicados a la docencia directa y de preparación de clases no satisface las expectativas, debido a que un profesor debe generar para los directivos más horas en actividades de gestión que las actividades directas con el estudiantado.
No se tiene en cuenta que el aprendizaje activo es una herramienta de instrucción efectiva en educación médica, por lo que los profesores necesitan tiempo para desarrollar estas competencias.21
La implementación de metodologías activas en el profesorado de las escuelas y facultades de enfermería deberá articularse no solo con el logro de conocimientos procedimentales, sino con la combinación de este en el saber, la actitud y valores del estudiantado, lo que traerá consigo desarrollar un conocimiento científico que logre la excelencia en la habilitación del futuro profesional.
Se ha visto en estudiantes de enfermería que el uso de metodologías activas ha mejorado el aprendizaje autónomo, aprendizaje inductivo y la integración teórico-práctica y además, la consecución de competencias transversales como la comunicación oral, solución de problemas, trabajo en equipo, tan importante para el desempeño profesional.22 Pero contrariamente, aunque los docentes comprenden la relevancia de las metodologías activas para la formación en enfermería, no hay planificación de una enseñanza activa, que muestre afinidad con la transmisión de contenido, lo que indica la importancia de la actitud reflexiva constante en el campo de la enseñanza de esta especialidad.23
A criterio de los autores todo ello repercutirá en un cambio de paradigma educativo desde métodos innovadores que promueven el protagonismo del estudiante; por lo que se advierte entonces, la necesidad de un cambio en su formación que evidencie las ganancias en el desarrollo de las capacidades cognitivas y metacognitivas que propician la implementación de metodologías activas; innovadoras para modificar los conocimientos pedagógicos en los espacios educativos. Sin embargo, las transformaciones en el nivel universitario, actualmente establecen resistencia e inseguridad en su empleo.
Formación docente continua en enfermería
Es reconocida la importancia y la necesidad que tienen los profesionales de enfermería de disponer de una coordinada y continua formación académica que les permita la sistematización de los procesos que dirigen, alcanzando la calidad a partir del encargo social que se debe acometer para con las presentes y futuras generaciones ; sin embargo, la formación académica de este personal está asociada a su desempeño, asimismo, esta educación ha evolucionado con el tiempo, aunque lentamente, pasando de una menos directiva a una más reflexiva, por lo que se entiende que ocurre dentro de la relación enseñanza-aprendizaje, formal o informal.24,25
La formación, actualización y/o la propia especialización de los docentes de enfermería orientada en dirección a lo metodológico, instrumental, didáctico, pedagógico y humanístico, sin olvidar lo filosófico, es una necesidad vital, en el sistema de educación superior, es importante resaltar que el problema, en este nivel educativo es que, en su mayoría, quienes se desempeñan en las aulas, cuentan con una formación disciplinar integral, pero no sucede lo mismo con la formación didáctico-pedagógica.26
Es evidente la necesidad de formación del docente clínico de enfermería, el cual requiere de herramientas pedagógico-didácticas, ya que lo intuitivo y basado en las experiencias pasadas no necesariamente se relaciona con las metodologías actuales, lo que obstaculiza el desarrollo de adecuadas y pertinentes transposiciones didácticas de los contenidos disciplinarios que los estudiantes deben saber y saber hacer.27
En tal sentido no es procedente absolutizar el modelo conductista y la orientación biomédica, excluyendo el modelo constructivista en el que el estudiante debe ir mostrando las competencias adquiridas tanto en el escenario docente, como en el práctico con un acompañamiento y los nuevos roles que debe asumir el profesor.
Desde esa perspectiva se desestima que el aprendizaje tiene un carácter social y que los estudiantes serán creativos, críticos, autónomos, competentes, independientes y reflexivos capaces de trabajar pues al no preparar al profesional con estas competencias, una vez desarrolle el rol de docente, sólo replicará lo que experimentó como estudiante.
Es notorio resaltar el saber disciplinar, la educación actual debe integrarlos a todos: disciplinar, pedagógico y académico; en el primero el docente está preparado para argumentar la información que posee de su medio, en el segundo se relaciona con la manera en la que instruye, este conocimiento lo otorga la experiencia práctica profesional y el tercero es el resultado del saber disciplinar y pedagógico.
Las prácticas de formación del docente en Enfermería deben optar por no continuar el uso del paradigma biomédico, sino por aquellos que estimulen a la aplicación de dichas metodologías capaces de construir un conocimiento sólido que resulte atractivo y que responda a las necesidades del aprendizaje, para incrementar la calidad en los sistemas educativos al proporcionales herramientas pedagógicas, didácticas indispensables para su uso óptimo que conllevará a un desenvolvimiento loable dentro y fuera del escenario educativo, propiciando el perfeccionamiento continuo del modo de actuación del profesional, por lo que incrementará los estándares de calidad e equidad en los sistemas educativos.
Se estima que el papel del docente de enfermería no debe enmarcarse en la sucesión de actividades hacia un estudiante o grupo de ellos con la finalidad de una puntuación o calificación específica, no es manifiesto que las entidades formadoras provoquen motivación en esta masa crítica a poner de manifiesto sus experiencias en el área de la pedagogía, más bien de la clínica, estos factores son como limitantes en un modelo de enseñanza aprendizaje con uso de metodologías activas.
Esta revisión indica carencias de divulgación científica para esta disciplina en el campo del conocimiento, por lo que se debe sugerir realizar investigaciones que muestren el alcance de estas metodologías ante los nuevos retos educativos que propenden a lograr excelencia en el futuro profesional de los cuidados.
Conclusiones
No se evidenció la existencia de una formación académica especializada para enfermería por parte de las instituciones de educación superior que facilite el desarrollo de las metodologías activas de aprendizaje. Es necesaria su implementación de manera insoslayable para dotar al personal enfermero, dedicado a la docencia de capacidades cognitivas, actitudinales y procedimentales que les proporcionen las herramientas para brindar docencia de excelencia, propio de la vocación y virtud para ejercerla y el valor de afrontamiento que exigen los tiempos en los diferentes saberes.
La profesión y la ciencia de Enfermería deben instrumentar un proceso transformador con elementos educativos actuales que conlleve al desarrollo de profesionales de excelencia en la sociedad laboral competitiva.