Introducción
Los estilos de vida (EV) se definen como el conjunto de comportamientos o actitudes que desarrollan las personas de manera cotidiana. Se clasifican en EV saludables o nocivos para la salud, lo que se encuentra determinado por la forma en que influyen en la prevención o aparición de enfermedades.1,2
En la actualidad los hábitos y EV constituyen la base epidemiológica de la prevención de enfermedades; y son considerados la herramienta médico-preventiva más utilizada en el primer nivel de atención de salud para fomentar la promoción de salud y la prevención de enfermedades.2) En el grupo de EV saludables se incluyen la nutrición adecuada, el mantenimiento de un peso corporal adecuado, la práctica sistemática de actividades físicas y el descanso adecuado, entre otros. En el grupo de EV perjudiciales o dañinos a la salud humana, se describen los trastornos nutricionales como la obesidad y el sobrepeso, el sedentarismo, la ingestión aumentada de sal, el tabaquismo y el consumo excesivo de grasas de origen animal.3 Sin embargo, existen otras actividades consideradas también dentro de los EV como son la conducción de vehículos, la higiene personal, las actividades de ocio, las relaciones interpersonales y la actividad sexual. Todas ellas, de forma individual o colectiva, influyen de manera significativa, en menor o mayor grado en el estado de salud de las personas.4
El envejecimiento es un proceso fisiológico normal en el cual existe un aumento del riesgo de aparición de enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT). A medida que aumenta la edad, lo hace también la presencia de este tipo de enfermedades. Las ECNT que con mayor frecuencia se presentan en los adultos mayores son la hipertensión arterial (HTA), diabetes mellitus (DM), osteoporosis, artritis reumatoide (AR) y otras menos frecuentes como las enfermedades renales. También se incluyen las enfermedades neoplásicas, que adicionalmente constituyen una de las primeras causas de muerte en este grupo poblacional.3
Las ECNT se presentan en más del 69 % de los adultos mayores; y su causa, en la mayoría de los casos, se debe al predominio de los EV dañinos o perjudiciales. Por eso recobra mayor importancia el mantenimiento de EV saludables en la población geriátrica para prevenir la aparición de ECNT o mejorar el control de la actividad clínica de estas.
El concepto actual de salud se basa en el equilibrio biopsicosocial e integra los EV como un factor determinante del estado de salud de los adultos mayores; de ahí la importancia de determinar el comportamiento de los EV de los adultos mayores pertenecientes a las comunidades rurales del cantón Riobamba. Para esto se realizará una revisión bibliográfica con el objetivo de recolectar información actualizada sobre el comportamiento de los EV en los adultos mayores.
Métodos
Se realizó una revisión bibliográfica con el objetivo de obtener información relevante sobre los EV saludables y su influencia en el estado de salud de los adultos mayores. La revisión incluyó artículos, libros, estudios, investigaciones, tesis y otros documentos relacionados con el tema de investigación, publicados en los últimos 5 años. Se definieron descriptores de salud que fueron buscados en idioma inglés, español y portugués para aumentar el número de documentos a revisar.
Se realizó la revisión bibliográfica en bases de datos regionales como Scielo, Lilac, Redalyc y Latindex; también se incluyeron bases de datos de alto impacto como son PubMed, Ice Web, Web of Science y Scopus.
En total se identificó 67 documentos relacionados con el tema de investigación; de ellos fueron desechados un total de 24 documentos por tener deficiencias en la metodología o incongruencia de los resultados. Los restantes 43 documentos formaron parte del material utilizado en la investigación. La información recopilada fue sometida a un proceso de revisión minuciosa; después de su análisis se procedió a resumir los principales hallazgos en el capítulo de resultados.
Estilos de vida y su influencia en el proceso salud-enfermedad
Los hábitos y EV que adoptan las personas pueden ser interpretados como una expresión de las actividades cotidianas; se consideran como factores que desempeñan un papel importante para lograr el control de las enfermedades, a su vez pueden inducir la aparición del proceso salud-enfermedad.5 Son herramientas individuales cuya adecuada adopción permite mejorar el estado de salud de la persona, minimizando el riesgo de distintas afecciones orgánicas y psicológicas. El manejo de adecuados EV es una necesidad en personas adultas mayores, quienes, producto del propio proceso de envejecimiento ven aumentado el riesgo de padecer algún tipo de ECNT con lo que disminuye progresivamente su calidad de vida, lo que genera mayores índices de dependencia y discapacidad.6,7
Se describe que las actividades de los adultos mayores disminuyen considerablemente producto del envejecimiento; los estragos de este fenómeno fisiológico también repercuten negativamente tanto en la capacidad funcional como en la calidad de vida de las personas con edad avanzada.8 Elementos que se exacerban más aun en las comunidades rurales, donde el nivel de actividades físicas y recreativas es menor, como también lo es la accesibilidad a los servicios de salud de calidad. Otro factor que influye de manera negativa es la presencia de ECNT; todos estos elementos se presentan con mayor frecuencia y relevancia a partir de los 60 años de edad.8
Un aspecto distintivo que ha sido señalado con anterioridad por Solis Cartas y Calvopiña Bejarano9 es el elevado número de adultos mayores con diagnóstico de enfermedades crónicas. Existen distintas teorías que intentan explicar por qué la edad adulta hace más propenso a los adultos mayores a padecer distintas ECNT; sin embargo, a pesar de incluir distintos puntos de vistas, todas coinciden en el papel que desempeña el proceso degenerativo en los distintos tejidos del cuerpo humano; a esta situación se le une la pérdida de reflejos, la disminución de la capacidad de adaptación y la disminución de la funcionabilidad de distintos órganos. Todos estos elementos, de forma individual o conjunta son los que generan el aumento de enfermedades en personas pertenecientes a este grupo poblacional y tienen una relación directa con la adopción de EV no saludables.10,11
Se describe que la adopción de EV saludables minimiza el riesgo de aparición de este tipo de afecciones. Los trastornos nutricionales por exceso, el sedentarismo y los malos hábitos nutricionales constituyen acciones que favorecen cambios metabólicos que generan la aparición de ECNT.5,10
Actividad física
Al no realizar actividades físicas sistemáticas, los adultos mayores se exponen a varios riesgos de salud. El primero de ellos es el aumento de la actividad de los osteoclastos, lo cual produce un desbalance en el metabolismo óseo favoreciendo la resorción ósea, disminución de la densidad mineral y aumento del riesgo de osteoporosis y fracturas que esto trae consigo. Se describe que el ejercicio físico sistemático tiene otras bondades en los adultos mayores que incluyen la relajación, el mantenimiento del tono y trofismo muscular, de la capacidad respiratoria y mejora la funcionabilidad del sistema circulatorio. Desde el punto de vista articular, distintos autores señalan que la actividad física sistemática minimiza la rigidez articular por lo que favorece la disminución del dolor y de la discapacidad, aumentando la movilidad articular y la percepción de calidad de vida relacionada con la salud.12,13,14
Al existir una disminución considerable de las actividades físicas en este grupo poblacional (adultos mayores) es necesario implementar acciones que garanticen recuperar la actividad de las personas; de esta forma se puede lograr un mejoramiento considerable del estado de salud físico y psicológico.11,13
Alimentación adecuada
Otro EV saludable que debe priorizarse en los adultos mayores es el relacionado con una adecuada alimentación. La alimentación en los adultos mayores es un factor vital desde varios puntos de vista. El primero de ellos se relaciona con la importancia que reviste una adecuada alimentación en el mantenimiento del estado nutricional, pues las alteraciones del estado nutricional predisponen a la aparición de enfermedades. También se ha descrito que una adecuada alimentación permite, en no pocas ocasiones, el control de las ECNT, constituyendo entonces un recurso terapéutico para el control de las mismas.6,9
Sin embargo, la nutrición saludable o adecuada depende de muchos factores. La disponibilidad de alimentos, la accesibilidad a estos, la disponibilidad de recursos económicos para adquirirlos y las costumbres y gustos personales son algunos de estos factores. La alimentación es, además de un acto necesario y generador de placer, un recurso terapéutico necesario en las ECNT.15,16,17
Consumo de sustancias tóxicas
Otro EV saludable que debe fomentarse en los adultos mayores es la eliminación del consumo de sustancias tóxicas como es el caso del tabaco, el alcohol, el café, la sal y algunos medicamentos que se automedican. En varios estudios sobre el tema destaca que más de la mitad de los encuestados reconoce el consumo excesivo de café y sal. Se describe que el tabaco predispone la presencia de afecciones respiratorias, disminuye los índices de salud bucal, afecta las paredes de los vasos y predispone a la aparición de enfermedades cardiovasculares.16,18
El consumo desmedido de alcohol, además de causar desgaste natural, representa un factor de riesgo para el daño hepático y renal. Adicionalmente se reporta que el consumo de alcohol también puede generar disfunción del metabolismo de glúcidos, lípidos y disminución de la absorción de nutrientes. De igual manera se describe que el consumo excesivo de sal predispone a la aparición de hipertensión arterial y otras afecciones cardiovasculares y cerebrovasculares como la cardiopatía isquémica, la insuficiencia cardiaca y los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos y trombóticos.18,19
Hábitos higiénicos y control de la salud
Es necesario fomentar costumbres de baño diario, de cambio de ropa diaria y adecuada frecuencia de cepillado de dientes en los adultos mayores. Estas acciones minimizan el riesgo de aparición de enfermedades infecciosas, inflamatorias y neoplásicas.20
Por último, destaca como un EV a implementar en los adultos mayores la adecuada frecuencia de asistencia a controles de salud; ya sean estos con fines preventivos o de control de alguna enfermedad determinada. La asistencia a controles preventivos de salud es un factor que influye positivamente en el estado de ánimo de las personas y en su estado de salud general, facilitando la identificación precoz de elementos nocivos para la salud que pudieran solucionarse y evitar la aparición de enfermedades.21
Conclusiones
Tener una adecuada visión de los EV saludables constituye una prioridad en el manejo de las acciones de salud a implementar en los adultos mayores. Es necesario fomentar actitudes en este grupo poblacional que permitan adaptar hábitos y EV saludables en la población; lo cual es la única alternativa viable para mejorar el estado de salud, prevenir la discapacidad y mejorar la calidad de vida relacionada con la salud.