Introducción
La investigación científica se sustenta en las relaciones sociales, culturales e institucionales con el objetivo de comprender su dinámica y transformarlas para lograr suplir necesidades. Este proceso busca zanjar brechas en el conocimiento humano y conseguir, mediante su publicación y difusión en revistas científicas u otros medios, la socialización de esos conocimientos.
La competencia investigativa en los profesionales de la salud constituye un elemento indispensable para lograr una correcta práctica profesional, generar nuevos conocimientos y resolver problemas de una forma creativa. De ahí que esta temática posea gran valor y se inicie ese proceso formativo desde pregrado, estando bajo la lupa de la comunidad científica.1,2
Teniendo en consideración la matrícula de las ciencias médicas en Cuba, la existencia de solo dos revistas científicas estudiantiles (RCE) -“Universidad Médica Pinareña” y Revista “16 de Abril”- no permitía suplir la necesidad de medios para para publicar.3 Por eso, tras el Noveno Congreso de la Federación Estudiantil Universitaria, se decidió crear, de forma gradual, una RCE en cada universidad.4
El primer semestre del año 2020 se ha visto influenciado por una pandemia originada por el SARS-CoV-2 (Severe acute respiratory syndrome coronavirus 2).5 La COVID-19 ha provocado cambios en la dinámica global; entre ellos, el distanciamiento social y, por tanto, la salida de los estudiantes de las ciencias médicas de las universidades. Esto ha provocado un cambio en los paradigmas actuales de la educación, haciendo uso de otras formas de organización de la enseñanza,6,7 y potencializando la educación a distancia y el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones.
En estos tiempos convulsos, las RCE deben cumplir con su encargo social de difundir investigaciones y poner a disposición de la comunidad científica artículos de alta calidad. El trabajo debe ser continuo y es necesario cambiar los esquemas actuales de la publicación con el fin de acelerar el proceso de diseminación selectiva de la información. Basados en esa premisa, la presente investigación tuvo como objetivo caracterizar la producción científica sobre la COVID-19 publicada en las revistas estudiantiles cubanas.
Métodos
Se realizó un estudio observacional, descriptivo y transversal mediante un análisis bibliométrico en los artículos publicados en las revistas científicas estudiantiles cubanas entre el 01 de enero del año 2020 y el 30 de Junio de 2020 referentes a la COVID-19.
Se accedió al Registro Nacional de Publicaciones Seriadas en Salud (http://www.seriadas.sld.cu) para identificar las RCE y sus sitios web. Se accedió a ellos seleccionando “In press” en los números publicados y en los artículos. Se identificaron cinco revistas con al menos un artículo referente al tema: “Universidad Médica Pinareña” (UMP, htpp://www.revgaleno.sld.cu); Revista “16 de Abril” (R16A, htpp://www.rev16deabril.sld.cu); “Revista Científica de la Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus” (Spimed, htpp:/www.revspimed.sld.cu); “Revista de los Estudiantes de la Salud en Las Tunas” (EsTuSalud, htpp://www.revestusalud.sld.cu) y “Universidad de Ciencias Médicas” (Unimed, htpp://www.revunimed.scu.sld.cu).
Se descargaron los artículos en formato PDF; se extrajeron los datos en un formulario de recolección de datos confeccionado al efecto y se almacenaron en Microsoft Excel 2019 para generar las tablas de frecuencia. Se empleó el gestor de referencias Zotero para el procesamiento de los metadatos (títulos, revistas, autores y citas) y el programa VOSviewer v1.6.15 para analizar las redes de coautoría, mediante la creación de mapas basados en nodos.8 Se empleó el método de conteo fractional counting. Como método de normalización se empleó fuerza de asociación, atracción: 2, repulsión: 3. La escala de visualización fue según número de documentos. Se crearon varios clústers para analizar las redes de colaboración.
Se estudiaron las variables tipología del artículo (según sección donde se publicó: editorial, carta al director/editor, artículo original, de revisión, artículo especial y comunicación breve), idioma, tiempo de aceptación y de publicación (diferencia en días entre las fechas de recepción, aceptación y publicación expuestas en los artículos), número de autores por artículo, país e institución de procedencia, número de referencias, citas a RCE, citas a fuentes nacionales, idioma de las citas y el índice de Price (IP). El IP consiste en la división del total de referencias de los 5 años previos al envío del manuscrito, entre el total de referencias empleadas, lo que permitió, de cierta forma, medir la actualización de los artículos publicados.9 Los datos fueron analizados mediante frecuencias absolutas y relativas porcentuales.
Resultados
Se identificaron 22 artículos sobre la COVID-19 publicados en ese periodo en las RCE cubanas. Se encontró que el 45,45 % de los artículos fueron publicados en la Universidad Médica Pinareña (UMP). La tipología predominante fue la carta al editor (50 %). El 59,09 % de los artículos fueron publicados en español. El tiempo medio de aceptación fue de 6,5 ± 7,4 días y el de publicación de 14,8±11,5 días (Tabla 1).
*Se excluyó EsTuSalud por no exponer las fechas de recepción, aceptación y publicación .
UMP: Universidad Médica Pinareña; R16A: Revista 16 de Abril; SpiMed: Revista Científica de la Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus; EsTuSalud: Revista de Estudiantes de la Salud en Las Tunas; Unimed: Universidad de Ciencias Médicas;
Se encontró un total de 53 autores; el 47,17 % de ellos publicaron en la Revista “16 de Abril”. El 54,55 % de los artículos fueron firmados por dos autores. La Universidad de Ciencias Médicas de La Habana aportó el 32,08 % de los artículos. El 36,36 % de los artículos fueron firmados por autores extranjeros, donde el mayor aporte lo hizo la Universidad Nacional “Pedro Ruiz Gallo”, de Perú (6 artículos) (Tabla 2).
*Se refiere al total de autores
UMP: Universidad Médica Pinareña; R16A: Revista 16 de Abril; SpiMed: Revista Científica de la Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus; EsTuSalud: Revista de Estudiantes de la Salud en Las Tunas; Unimed: Universidad de Ciencias Médicas.
Se emplearon 212 referencias, donde UMP empleó el 42,93 %. El 4,25 % de las citas fueron de RCE; se citaron cinco artículos de UMP. El 32,07 % de las citas acudieron a fuentes nacionales, y el 50,47 % a artículos estaban en idioma español. Se encontró un Índice de Price (IP) general de 0,86. Fue mayor en EsTuSalud (1) y en UMP (0,98) (tabla 3).
*Con respecto al total de la fila **Con respecto a cada revista ***Con respecto al total de citas (212).
UMP: Universidad Médica Pinareña; R16A: Revista 16 de Abril; SpiMed: Revista Científica de la Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus; EsTuSalud: Revista de Estudiantes de la Salud en Las Tunas; Unimed: Universidad de Ciencias Médicas.
Se analizó la red de coautoría, donde las redes más extensas giraron en torno a Yusnier Lázaro Díaz-Rodríguez (5 artículos, 5 coautores) de la Facultad de Ciencias Médicas “General Calixto García”, de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana; Sebastián Iglesias Osores (3 artículos, 3 autores) de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional “Pedro Ruiz Gallo”; y Jairo Jesús Gómez Tejeda (2 artículos, 6 coautores) de la Facultad de Ciencias Médicas “Mariana Grajales Coello”, de la Universidad de Ciencias Médicas de Holguín (Fig .).
Discusión
En las revistas científicas recae la responsabilidad de difundir, de forma organizada y estructurada, los avances en cuanto a ciencia y técnica en forma de artículo científico. Las RCE tienen, a la vez, una doble tarea: la de publicar artículos de calidad y la de preparar al estudiante de pregrado para la publicación.10
Varios estudios han analizado los artículos sobre diferentes áreas temáticas publicados en revistas estudiantiles, y han encontrado una media de seis artículos por año sobre cardiología11 y 4,7 artículos por año sobre oncología.12 De ahí que se considere una producción científica alta con respecto a lo publicado sobre estas áreas en las RCE; sin embargo, es aún baja comparada con la matrícula de 10 780 estudiantes de las ciencias médicas en el país.13
El predominio de las cartas al editor difiere de lo reportado por varios estudios,11,14 y coincide con lo reportado por Zayas Mujica y otros.15 Las cartas al editor reportan un grupo de ventajas; entre ellas se encuentra la posibilidad de reportar resultados de estudios con pequeñas muestras, comunicar resultados novedosos o tópicos polémicos, así como realizarlas desde un artículo con formato flexible y menos esquemático. Esta tipología de artículos es útil para difundir ideas, resultados e informaciones sobre esta enfermedad reciente, con muchos tópicos por investigar, por lo cual las cartas al editor se pueden considerar como un punto de partida o inicio de un proyecto o línea de investigación. Sin embargo, los artículos originales y de revisión se reconocen como el núcleo básico de los aportes al conocimiento científico.
La actual situación condiciona la necesidad de exponer de forma rápida y oportuna los resultados de los investigadores, con lo cual aumentan los volúmenes de artículos referentes a la temática. Se ha reportado la tendencia al aumento de publicaciones sobre COVID-19 por Torres-Salinas16 y Gregorio-Chaviano y otros.17 Estos últimos encontraron un crecimiento del 95,5 % de la producción latinoamericana sobre COVID-19 entre el 29 de enero y el 23 de abril. Los estudiantes de las ciencias médicas y las RCE no se encuentran ajenos a este fenómeno.
El predominio de artículos en idioma español puede estar dado por ser el idioma oficial del país; sin embargo, la publicación y la traducción de artículos por parte de las revistas UMP y R16A demuestran la madurez editorial alcanzada por ambas revistas a lo largo de sus años de experiencia. También muestran resultados inferiores a las tendencias, donde se reporta hasta un 86,68 % de artículos en idioma inglés.18
La red INFOMED de Cuba llamó a los directores de revistas biomédicas a priorizar los artículos sobre la temática, así como a acelerar el proceso de evaluación por pares sin perder su calidad y la publicación en forma de “in press”. Esto justifica la existencia de cortos períodos entre recepción/aceptación y recepción/publicación por parte de las RCE.
La Habana es la capital del país y, por tanto, concentra un mayor número de personal asociado a los servicios de salud; de institutos nacionales de las especialidades y de centros de salud. Esto favorece una mayor producción científica por parte de su universidad.
La presencia de artículos extranjeros es el fruto de la indización en bases de datos, principalmente para UMP, presente en el Directorio de Revistas de Acceso Abierto (DOAJ), Dialnet y AmelyCA, entre otras. La presencia en bases de datos y directorios de alta calidad y estándares aumenta la visibilidad de las revistas y los artículos que en ella se publican. De igual forma, en los últimos tiempos, y a raíz de las lecciones aprendidas en eventos como Publicient y el asesoramiento de los Centros Provinciales de Información de Ciencias Médicas, se han desarrollado estrategias de difusión en redes sociales y académicas. Gracias a esto, UMP ha incorporado a su equipo editorial, al comité científico y a la lista de autores, investigadores provenientes de diferentes países.
El elevado IP encontrado en las revistas responde a la novedad del tema, con la citación de artículos de reciente publicación, lo cual coincide con las exigencias de la actualización en las investigaciones en salud.9
González-Argote y otros analizaron la producción científica estudiantil en revistas médicas cubanas 1995-2014, donde se encontró que la producción científica estudiantil fue baja y con escasos niveles de colaboración (11,92 % de los artículos mostraron colaboración), y no se mostraron redes de investigación entre universidades y facultades.19Resultados similares fueron identificados por Corrales-Reyes y otros,20 quienes encontraron que, en los años 2015 y 2016, solamente 55 artículos publicados en revistas indizadas en SciELO contaron con participación estudiantil, con ausencia de redes de colaboración entre estudiantes de diferentes universidades o países.
El análisis de redes de coautoría permite identificar grupos investigativos estudiantiles dedicados a indagar sobre la temática, así como el liderazgo investigativo. A su vez, favorece a las revistas para identificar revisores potenciales.
La agrupación de investigadores de diferentes especialidades y competencias, pero orientadas a un mismo problema de salud, permite encontrar resultados concretos aplicables a diferentes campos y desde un perfil especializado. Aquí radica la importancia de la coautoría, la cual predomina en otros estudios.16,17,21
La materialización de las redes de colaboración estudiantil representa un hecho de gran connotación científica, al mostrar una transición entre la realidad existente hace varios años -donde los estudiantes no publicaban y pocos medios difundían sus investigaciones- a una realidad diferente, que muestra con mayor interés sus resultados y espacios para publicar. El establecimiento de estas redes permite crear grupos de investigación que, de ser bien asesorados, garantizará que continúen en el posgrado, y con esto, desarrollen líneas de investigación sólidas desde la interdisciplinariedad de las ciencias.
Respecto a esta temática, Corrales Reyes y otros20 refieren que las redes de colaboración constituyen un fenómeno medular en la investigación científica estudiantil, las cuales pueden evolucionar hasta formarse sociedades científicas que fomenten la publicación por estudiantes de pregrado y, con esto, las habilidades investigativas.
Conclusiones
Existe una baja cifra de publicaciones de artículos sobre COVID-19 en las revistas científicas estudiantiles cubanas, los cuales están concentrados en las revistas “Universidad Médica Pinareña” y “16 de Abril”, mientras se muestra un alto índice de publicaciones de autores foráneos. Se aprecian redes de colaboración bien definidas.