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Revista Cubana de Medicina Militar
versión impresa ISSN 0138-6557
Rev Cub Med Mil vol.41 no.2 Ciudad de la Habana mayo-jun. 2012
HISTORIA DE LA MEDICINA MILITAR
El médico del asalto al cuartel Moncada
The doctor in the attack on Moncada Garrison
Dr. C. Jorge Eduardo Abreu Ugarte
Universidad de Ciencias Médicas de las FAR. La Habana, Cuba.
RESUMEN
El golpe militar del 10 de marzo de 1952 instauró en Cuba una tiranía militar. Convencidos de su carácter anticonstitucional, hombres honestos decidieron combatir con las armas al tirano, para esto se gestó un movimiento dirigido por el joven abogado Fidel Castro Ruz, que organizó la lucha armada. El grupo de revolucionarios realizó el ataque al cuartel Moncada en Santiago de Cuba. Las experiencias de la heroica acción, en particular su aseguramiento médico, motivaron a redactar el presente artículo. El aseguramiento médico a la acción armada se le asignó al doctor Mario Muñoz Monroy, que lo realizó con marcado carácter profesional y humanitario, como quedó testimoniado por el líder de la acción en La historia me absolverá. El ejemplo del médico del Moncada, lo convierten en paradigma para las nuevas generaciones de profesionales de las instituciones de salud, en especial, para los médicos militares cubanos.
Palabras clave: Mario Muñoz Monroy, médico, aseguramiento, cuartel Moncada.
ABSTRACT
The military coup of 10 March 1952 brought to power a tyrannical military government in Cuba. Aware of the unconstitutional nature of this government, a group of honest men decided to take up arms and fight the tyrant. To organize armed struggle, a movement was created under the leadership of young lawyer Fidel Castro Ruz. This group of revolutionaries conducted the attack on Moncada Garrison in Santiago de Cuba. The experiences from the heroic action, particularly its medical assurance, motivated the writing of the present article. Medical support to the armed action was entrusted to Doctor Mario Muñoz Monroy, who carried out the task in a highly professional and humanitarian manner, as was stated by the action leader in History will absolve me. The example set by the doctor in the attack on Moncada turns him into a paradigm for the new generations of health care professionals, particularly for Cuban military physicians.
Key words: Mario Muñoz Monroy, doctor, assurance, Moncada garrison.
El 10 de marzo de 1952, Fulgencio Batista y Zaldívar protagonizó un golpe militar que llevó a Cuba a una crisis política e instauró en el poder una sangrienta y reaccionaria tiranía. Ante la gravedad de la situación en que había sumido al país, el pueblo tomó conciencia de la ausencia de una fuerza política capaz de enfrentarla y derrocarla. Los partidos políticos y los hombres públicos, inmersos en luchas internas por el poder y en ambiciones personales, no poseían voluntad para luchar y derrotar a la tiranía de Batista.
Convencidos del carácter anticonstitucional del gobierno instaurado, la decisión de los verdaderos patriotas y hombres honestos fue combatir con las armas al régimen tiránico. En este contexto, se gestó un movimiento cuyos esfuerzos se concentraron en organizar e instruir a los primeros grupos de combate, con la idea de acudir a la lucha armada. El grupo dirigente, que más tarde constituyó la dirección política y militar del movimiento, se consagró a la tarea de reclutar, seleccionar, organizar y entrenar a los combatientes. La joven organización creció y dispuso de hombres preparados para la acción, procedentes de las capas humildes del pueblo, en su mayoría jóvenes trabajadores.
Un joven abogado, Fidel Castro Ruz, tomó la decisión de llevar a cabo la Revolución. El grupo de jóvenes dirigido por él se dio a la tarea de preparar el ataque a los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, acciones que se llevaron a cabo el 26 de julio de 1953.
El asalto al cuartel Moncada, tenía como propósito tomar las armas del campamento militar y hacer el llamamiento a la huelga general del pueblo a través de las estaciones de radio. Si no se lograba la paralización del país, la alternativa era ir a las montañas para iniciar una guerra irregular contra la tiranía.1
Las experiencias que ofrece la heroica acción y en concreto, las características propias de su aseguramiento médico, motivaron a realizar este trabajo, por ser una expresión de la concepción estratégica de su líder en el empeño de iniciar una acción revolucionaria que no solo derrocara a la tiranía, sino que iniciara la lucha para transformar en sus raíces las causas políticas y sociales que conllevaban a la existencia de gobiernos corruptos e indiferentes a los males sufridos por el pueblo. Para lograr estos propósitos, era necesario que desde su inicio, el movimiento revolucionario fuera consecuente con los más elementales principios humanitarios, aun en el contexto de la lucha armada.
La audaz acción del 26 de julio de 1953, realizada por aquel grupo de combatientes revolucionarios, inició una nueva etapa en la lucha de los cubanos por su independencia.
Como en toda lucha armada, Fidel previó la posibilidad de bajas en el combate, tanto en los militares como en los propios asaltantes, por este motivo tuvo en cuenta el aseguramiento médico a la acción. El doctor Mario Muñoz Monroy fue el médico a quien el líder del movimiento seleccionó para el aseguramiento médico de la acción armada que tomaría la fortaleza militar de Santiago de Cuba.2
Mario Muñoz nació en Colón, el 26 de julio de 1912. Los primeros estudios los realizó en su ciudad natal. Recibió el título de Bachiller en Ciencias y Letras en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana y matriculó la carrera de Medicina. Integró el Directorio Estudiantil, pronunciándose contra el régimen tiránico de Gerardo Machado Morales.3
El 16 de marzo de 1942, se graduó de Doctor en Medicina (Fig. 1). Ejerció la profesión de médico en la casa de socorros en Colón, donde ocupó el puesto de radiólogo, pero renunció ante el intento de políticos locales de recurrir a su cargo en favor de la captación de votos. Después del golpe militar de Batista, el doctor Mario Muñoz Monroy se unió al grupo de revolucionarios que liderados por Fidel Castro Ruz optaron por la lucha armada contra la dictadura impuesta y la corrupción.3
Fidel solicitó su participación en la acción armada con el propósito de que como médico, asistiera a los heridos en la acción. Esto queda demostrado en un hecho acontecido en la granjita Siboney, poco antes de salir a combatir. El galeno se vistió con el uniforme militar que utilizarían los combatientes para confundir al enemigo. Fidel al percatarse, le pidió que dejara el uniforme militar y se pusiera la bata blanca, planteándole que necesitaban un médico en el Hospital "Saturnino Lora", por ello no lleva armas, solo el maletín y el instrumental médico necesario.3
Formó parte del grupo, que dirigido por Abel Santamaría Cuadrado tenía la misión de ocupar el Hospital "Saturnino Lora", ubicado cerca del enclave militar, frente a la entrada principal del Regimiento.4 Una vez ocupado el hospital y preparadas las condiciones, él como médico, sería el responsable de atender a los heridos en la acción armada. Con este propósito, una vez ocupada la institución hospitalaria, se dirigió al cuerpo de guardia en busca de lo necesario para atender a los heridos y crear las condiciones que le permitieran cumplir con la misión encomendada.
El primer asaltante asistido fue Julio Trigo López, no por heridas de proyectiles de armas de fuego de la acción militar, sino por hemoptisis.4 El joven integrante del movimiento, había ido a Santiago de Cuba para participar en la acción, pero la noche anterior tuvo una hemoptisis y Abel le ordenó regresar a La Habana. Esa mañana le repitió la hemorragia y fue a buscar atención médica al Hospital "Saturnino Lora", sin saber que sus compañeros estaban en él. Poco después se incorporó al combate, y resultó asesinado junto a otros valerosos compañeros.
Asistido por Melba Hernández y Haydee Santamaría como asistentes, atendió a otros revolucionarios que resultaron heridos durante la acción. Entre los combatientes atendidos estuvo uno de los hermanos Matheu Orihuela, por presentar una herida a sedal en la cabeza causada por un proyectil que disparó un cabo del ejército en el vestíbulo del propio hospital.
En su función, el médico del Moncada, se interesó por el estado de los enfermos que se encontraban ingresados, tomando las medidas apropiadas para garantizar la continuidad de la asistencia y el tratamiento médico. A los que se encontraban nerviosos a causa del tiroteo del combate en áreas cercanas, los visitó en sus camas para tranquilizarlos. Les explicó de forma ecuánime los motivos de la acción militar. A pesar de la tensión del momento, dio muestras de su ética profesional y de un humano desempeño.5
En la clínica de la Colonia Española, se atendieron algunos asaltantes heridos, donde fueron hospitalizados. El médico que los asistió no permitió que los soldados se los llevaran, lo que condujo a un incidente con los militares.
Otro lugar donde fueron atendidos algunos heridos fue la clínica del Centro Gallego. Los que allí se encontraban ingresados, el ejército se los llevó violentamente para el cuartel Moncada, donde fueron torturados, posteriormente llevados al Hospital Militar y luego al Hospital Civil. Representantes de organizaciones nacionales, como el Colegio Médico, el Colegio de Abogados, el Frente de Mujeres Martianas y otras, realizaron gestiones para resguardar la vida de los prisioneros heridos y evitar los crímenes. La población de Santiago de Cuba se solidarizó con los asaltantes desde que conoció que se trataba de una acción revolucionaria, ayudando a atender y proteger a los heridos ingresados en los hospitales.5
Tras fallar la acción de tomar el cuartel del Moncada, quedó solo el Hospital Civil en manos de los rebeldes, cercado y tiroteado por el enemigo, que concentró sus esfuerzos en este reducto.
El carácter humanitario que caracterizó el aseguramiento médico de la acción quedó firmemente testimoniado en La historia me absolverá, alegato de autodefensa de Fidel ante el tribunal que lo juzgó por su participación en las acciones del Moncada.6 En el histórico documento se denuncian los crímenes cometidos por la soldadesca aquel 26 de julio y los días siguientes. Fidel señala que: "El primer prisionero asesinado fue nuestro médico, el doctor Mario Muñoz Monroy, que no llevaba armas ni uniforme y vestía su bata de galeno, un hombre generoso que hubiera atendido con la misma devoción tanto al adversario como al amigo herido. En el camino del hospital civil al cuartel le dieron un tiro por la espalda y allí lo dejaron tendido boca abajo en un charco de sangre".
En el comportamiento de los militares del ejército constitucional, los que a pesar de una supuesta "preparación profesional", muchos actuaron movidos por sentimientos vengativos que los llevaron a violar los más elementales aspectos referentes al trato al personal sanitario en una situación de conflicto armado. El doctor Muñoz se encontraba perfectamente identificado con la bata sanitaria, no portaba armas y no mostró una actitud hostil, más que la que se enmarcaba justamente en exigir el respeto al derecho humanitario y ético que lo debió proteger, en correspondencia con su misión de asistir de los heridos.7
Al igual que los médicos mambises que en la segunda mitad del siglo XIX marcharon a la manigua junto a las tropas insurrectas, que lucharon contra el colonialismo español, el doctor Mario Muñoz Monroy dejó a un lado el bienestar personal, para emprender el viaje que le reclamó el deber y por el que dio la vida, al pretender curar al más grave de sus enfermos, la Patria.8,9 Fue un activo profesional de la salud, una persona jovial y de ideas liberales, que se unió a la lucha contra la tiranía batistiana y fue ultimado criminalmente en pleno goce de sus facultades como profesional, el día en que cumplía 41 años de edad.7
Por su preparación integral, además de fungir como médico en la acción, sería el encargado de operar la planta en la emisora de radio de Santiago de Cuba, desde donde se daría lectura al manifiesto revolucionario que llamaría al pueblo a una huelga general contra la dictadura.
Su ejemplo memorable se convirtió en símbolo de lucha en el enfrentamiento contra la tiranía. El 1ro. de marzo de 1958, Fidel designó al comandante Juan Almeida Bosque al frente de la Columna 3 con la orden de partir hacia el oeste de Santiago de Cuba y establecer allí el tercer frente guerrillero, al que nombró Mario Muñoz Monroy. En la provincia de Matanzas, un destacamento guerrillero del Movimiento 26 de Julio llevó el nombre de Mario Muñoz Monroy desde su constitución el 3 de octubre de 1958. Este destacamento participó el 1ro. de enero de 1959 en la toma del cuartel de la Guardia Rural en Colón.
Los restos del Médico del Moncada descansaron en el cementerio Santa Ifigenia de Santiago de Cuba. En 1967, fueron trasladados junto a los de otros compañeros a la tumba construida en 1955 por el padre del mártir del 26 de Julio, Renato Guitart Rosell. En 1995 fueron llevados al Retablo de los Mártires, en el propio cementerio, muy cerca del Mausoleo al apóstol José Martí.
La casa del doctor Mario Muñoz Monroy es el museo de los Mártires del Moncada de la provincia de Matanzas. En 1962 se inauguró en Colón la primera instalación hospitalaria construida por la Revolución. Hospitales, policlínicos y consultorios médicos por todo el país llevan su nombre. El Hospital Militar de Matanzas (Fig. 2), centro de salud que se destaca por la calidad de la atención y la asistencia médica que brinda a la población, lleva el nombre de Mario Muñoz Monroy.10,11
Un digno homenaje de los jóvenes estudiantes de Medicina y otras carreras de la salud al médico del Moncada fue la propuesta del Secretariado Nacional de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) para que por la Resolución Ministerial 343 del Ministro de Salud Pública, del 8 de noviembre de 2005, se aprobara que adoptara el nombre de Movimiento de Vanguardia "Dr. Mario Muñoz Monroy" el movimiento de excepcional rendimiento integral de los estudiantes de Ciencias Médicas, integrado por la Vanguardia de cada contingente del Destacamento de Ciencias Médicas "Carlos J. Finlay", que luego de dos años de experiencias en su implementación se perfeccionó en la Resolución Ministerial No. 376 del Ministro de Salud Pública del 10 de diciembre de 2007.12,13
El Movimiento de Vanguardia "Dr. Mario Muñoz Monroy" tiene como propósito orientar a los estudiantes de las carreras de Ciencias Médicas, para que logren alcanzar un desarrollo integral en su vida universitaria que le permita potenciar la formación y consolidación de valores en función del cumplimiento permanente de las misiones asignadas, en la docencia, la investigación, la cultura, el arte, el deporte, en la formación sociopolítica, tanto durante su formación de pregrado como en el posgrado, inspirados en la vida y en la obra del doctor Mario Muñoz Monroy.14
El asalto al cuartel Moncada no obtuvo el triunfo esperado, pero fue una victoria estratégica, porque señaló la vía y trazó un programa de liberación nacional que abriría las puertas al pueblo de Cuba de su verdadera independencia.
El aseguramiento médico de esta acción se concibió bajo principios éticos y humanitarios. El doctor Mario Muñoz Monroy brindó sus conocimientos médicos a la acción revolucionaria, siguiendo las tradiciones éticas y patrióticas de los médicos mambises del Cuerpo de Sanidad Militar del Ejército Libertador.15 Cumplió su misión de manera responsable y profesional, dispuesto a respetar y prestar los primeros auxilios y la asistencia médica a los heridos de la acción, sin distinción de grupo de pertinencia ni otra prioridad que la que requirieran por el criterio médico ante el carácter de las lesiones.
Inspirados en ejemplos como el del doctor Mario Muñoz Monroy, los Servicios Médicos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, mantienen una elevada disposición para la prestación del aseguramiento médico, lo que contribuye con la defensa de la independencia y la soberanía de la patria, de los triunfos alcanzados por el pueblo cubano y su gobierno revolucionario, en la Doctrina Militar de la Guerra de Todo el Pueblo.
AGRADECIMIENTOS
A Miriam Jorge Fernández por la gentileza de facilitar foto digital y a Rita Martínez Nápoles por el trabajo de traducción de materiales revisados para el artículo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Recibido: 22 de marzo de 2012.
Aprobado: 5 de mayo de 2012.
Jorge Eduardo Abreu Ugarte. Universidad de Ciencias Médicas de las FAR. Avenida 114 y 31, Marianao, La Habana, Cuba.