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ACIMED
versión impresa ISSN 1024-9435
ACIMED v.16 n.6 Ciudad de La Habana dic.-dic. 2007
Infomed: 15 años al servicio de la patria y del mundo
Lic. Pedro Urra González,
Director de Infomed.
Quienes vivimos en las adversas condiciones impuestas por las dificultades económicas que experimentó Cuba como consecuencia del derrumbamiento del sistema socialista mundial —y que aún persisten— entre otras causas por el recrudecimiento sistemático del bloqueo establecido por los Estados Unidos durante casi cinco décadas contra esta pequeña isla, nos asombramos de la capacidad de soñar y de crear de algunos hombres cuando toda causa parece perdida.
Cuando más difícil se hizo la vida cotidiana, sin luz ni alimentos suficientes, con apenas transporte público y otras muchas carencias, y cuando sólo un grupo de abnegados compañeros trabajábamos con empeño en algo que no fuera nuestra propia supervivencia, supe que un exalumno del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI) valoraba la posibilidad de ingresar al Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (CNICM), motivado por la idea de la automatización de las bibliotecas. Lo había conocido en un evento realizado en la Universidad de La Habana en 1988 por su afición a las computadoras y a la labor bibliotecaria. Ya era profesor en la Universidad de La Habana y ayudaba a la profesora María Elena Dorta Duque, quien laboraba en la biblioteca del Instituto, a la que tuve el placer de enseñarle los primeros elementos de computación cuando era alumno ayudante de esta asignatura mientras cursaba la carrera.
Durante una conversación que sostuve acerca de este joven con el entonces Director del Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas (CNICM), el doctor Jeremías Hernández Ojito (en la escalera que descendía de la dirección hacia la planta baja de la casona de E y 19) le dije: —Doctor, yo lo conozco… sabe. Sería tremenda adquisición para el centro. No lo deje escapar bajo ningún concepto.
Tal vez mi criterio no influyó de manera importante en la determinación final de incorporarlo al centro, sino su interés en desarrollar un proyecto grande, con profundo sentido humano y revolucionario, en materia de computación y redes, y ¿dónde mejor que en la salud?
Ese joven, en aquel entonces recién llegado al centro, en medio de aquellas adversas condiciones de vida y trabajo, pensaba en grande, soñaba con conexión a Internet, con una red de computadoras a escala nacional al servicio de la salud, cuando muchos sólo pensaban en su propia supervivencia. Y recuerdo hoy aquellos días difíciles, cuando ambos vestíamos pantalón verde olivo, pulóver y botas, algo cómodo para el trabajo y las largas caminatas cotidianas.
Y confirmé mi criterio sobre él unos días después, sentado en el llamado Centro de Cálculo del CNICM, cuando me enteré de que en una noche había hecho realidad uno de los sueños frustrados del Doctor Ojito: crear un programa que permitiera, una vez realizada una búsqueda bibliográfica en la base de datos Medline (cuando aquello la recibíamos en CD-ROM), verificar automáticamente si las referencias recuperadas se encontraban registradas en el Catálogo Colectivo de Publicaciones Seriadas del Sistema Nacional de Información de Ciencias Médicas. Aquel programa, que recibió en su bautizo el nombre de Correlacionador, resolvía un embotellamiento tremendo en la cadena búsqueda-recuperación-verificación producido por la coexistencia de procesos automatizados y semiautomatizados, perfeccionaba y agilizaba todo el proceso. Desde este momento, este joven comenzó una carrera grande, que para suerte de muchos hoy continúa; deseamos que para bien de nuestro país, continúe por muchos años. Es arriesgado recomendar a alguien; pero en este caso, me enorgullece no haberme equivocado.
Siempre, en cualquier cincunstancia, hay hombres grandes que sueñan, crean, se imponen y vencen... Es muy difícil conducir con éxito un proyecto como Infomed. Quizás se vivan muchos momentos felices, pero también muchos sinsabores: hay que vencer la resistencia al cambio (interna y externa) de los incrédulos, de los envidiosos, de los despechados y de los parásitos; hay que explicar y animar a todos, dar confianza, hablar con sinceridad, premiar, convencer y entusiasmar a los hombres de bien, a los hombres justos, y ellos, reconocidos, te acompañarán y te servirán con valor y abnegación.
Sin la entrega y la dedicación de decenas de hombres y mujeres ejemplares en todo el país, la obra hubiera sido imposible; esta obra requiere de un líder grande y lo tenemos, requiere de obreros grandes y los tenemos. Muchos se han destacado en el proyecto Infomed, sería imposible mencionarlos a todos en este momento; pero si solo nombramos al licenciado Pedro Urra González, todos nos sentiremos aludidos... Felicitémonos entonces todos y ¡Adelante! Nuestro pueblo y muchos otros reconocen este servicio. ¿Acaso puede pedirse un premio mejor a 15 años de tu sueño, compañero?
Hoy nos enfrentamos nuevamente a formidables retos, derivados de las necesidades nacionales en materia de información y de los acelerados cambios ocurridos en Internet, tal vez similares a los iniciales; somos un poco más viejos, pero nuestro entusiasmo es el mismo, nuestra experiencia mayor y nuestra entrega la de siempre. ¡Venceremos!
1Licenciado en Información Científico-Técnica y Bibliotecología. Departamento Fuentes y Servicios de Información. Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas-Infomed. Ciudad de La Habana. Cuba.