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Humanidades Médicas

versión On-line ISSN 1727-8120

Rev Hum Med v.1 n.1 Ciudad de Camaguey ene.-abr. 2001

 

 

Editorial

 

Ciencias Sociales y Paradigmas Médicos. Un ángulo de visión compartido al andar el sendero.

Social Science and Medical Paradigms: a Shared Vision while walking along the Path.

 

Autor

 

Jorge Álvarez Vázquez . Lic. en Filosofía. Profesor Titular. Jefe del Departamento de Filosofía y Salud y Director del Centro para el desarrollo de las Ciencias Sociales y Humanísticas en Salud. Universidad Médica "Carlos J. Finlay", Carretera Central Oeste, CP. 70100, AP 144, Camagüey, Cuba. E-Mail: jav@finlay.cmw.sld.cu

 

Palabras Clave: CIENCIAS SOCIALES

A propósito de este artículo editorial, recordaba una pregunta que se le formulaba a los profesores en un reciente examen de competencia. Obvio el enunciado. ¿La respuesta correcta? "El conocimiento estimativo o valorativo no es independiente del conocimiento científico". Me permito entonces, sin traicionar el espíritu de esta comunicación científica, la siguiente hipérbole: Cuando las vísperas son prometedoras, sobre todo si están tozudamente alentadas por sueños y utopías construibles, no hay más que procurarse el material más noble para amasar el futuro, aun cuando lo serpenteado del camino no nos permita, por momentos, otearlo más que en la silueta.

De esa imagen está imbuido el curso de nuestros proyectos.

La celebración del segundo aniversario de la fundación del Centro de Humanidades y Ética en Ciencias de la Salud, que se remite al 31 de mayo de 1999 es una de esas promesas. Nos ocupamos hoy de ofrecer las primicias de la publicación científica que representa a este Centro de I+D como su órgano oficial.

Este modesto acontecimiento editorial no registra precedentes de su especificidad en la Salud Pública Cubana. La humanidades médicas no han contado nunca antes con un medio de expresión propio.

Esta afirmación no obsta para identificar la relación de afinidad que ha existido entre las humanidades y las llamadas disciplinas sociomédicas con las publicaciones científicas seriadas que soportan y promueven estos perfiles del saber salubrista en el país. Publicaciones como los Cuadernos de Historia de la Salud Pública, Revista Cubana de Salud Pública, Revista Cubana de Higiene y Epidemiología, y la más reciente en estos dominios, el Boletín "Ateneo", con sede en la Oficina Cubana de la OPS, han favorecido nexos no prejuiciados con los representantes de las humanidades médicas. Este presupuesto adelanta la posibilidad de mutua fecundación en el desarrollo de estrategias futuras.

Asumo el riesgo de alguna involuntaria omisión, al expresar que estas publicaciones y las entidades institucionales que las auspician son valoradas por los representantes de las ciencias sociales y humanísticas en el sector como la expresión más adelantada de la medicina social cubana: el paradigma salubrista más progresivo.

En Cuba hoy, más de una personalidad médica eminente invoca la orientación de las ciencias de la salud por un "nuevo paradigma más expansivo, que comprenda al ser humano, en lo social, lo psicológico, lo antropológico, lo filosófico, lo ético, lo humano, lo biológico, lo político, lo cultural",... que tenga la "fuerza para comprender el hombre en su integralidad, abarcar más lo colectivo que lo individual, más la salud que la enfermedad, más prevenir, promover y rehabilitar que curar, y más transformar la salud que explicarla". (1)

Los encargos de ese modelo paradigmático, aun cuando requiera de precisiones y reformulaciones, constituyen el reto de hoy para las humanidades médicas. Están convocadas a la obra, desestimando la saga de prejuicios que desde mediados del siglo XIX vienen informando al mundo de la existencia de dos culturas: la de las ciencias naturales, técnicas y médicas y la humanista.

De esta época data la irrupción en el mundo científico de la profesionalización, condición para la multiplicación del saber en especialidades. Desde entonces se configuraron los tradicionales dos territorios distantes: ciencias a un lado y humanidades a otro. El "resultado de esa escisión es el empobrecimiento que experimentan los campos situados a una y otro lado de la brecha". (2)

Lo dañino de este sesgo de tan profundos precedentes históricos, originado en la misma raíz troncal de la "ciencia positiva" moderna, ha ocupado en todos los tiempos, desde su aparición, a las mentalidades del campo de la salud, particularmente los "prometeos" de la orientación social en medicina.

Como la mirada de Sir George Alleyne sobre el tema, es abarcadora de esta problemática en las américas, y salvo las especificidades de contexto, informan también de nuestra realidad, me permito citarlo in extenso.

"Lo más importante es que..."hemos de procurar que dos culturas que se han visto con suspicacia a lo largo de muchos años, que son la cultura de las ciencias médicas y la de las ciencias sociales, aúnen esfuerzos y se entiendan"..."La OPS ha prestado oídos a la retórica que exalta las virtudes de las ciencias sociales y su posible contribución a la salud pública, y en algunas ocasiones ha participado en ella. Sin embargo, en la práctica, se ha hecho muy poco: los establecimientos de salud están dominados fundamentalmente por médicos cuya primera formación se basa en el reduccionismo, cuyas orientaciones básicas tienen huellas de los orígenes sacerdotales de la medicina y que tienen grandes dificultades para compartir la toma de decisiones sobre cuestiones de salud con los profesionales de las ciencias sociales.

La situación está variando y el ritmo de esos cambios va a aumentar aún más en el futuro, esencialmente por dos razones. La primera de ellas es la aceptación de los diversos determinantes de la situación de salud a los cuales me he referido antes. Es obvio que los conocimientos necesarios para modificar estos campos de salud no pueden provenir exclusivamente del personal médico tradicional. El título de trabajador de salud, adquirirá un nuevo significado, en especial el de trabajador de salud pública, y aquellos cuyo principal talento consiste en aconsejar y promover modificaciones del comportamiento y cambios en las políticas para ejercer influencias sobre el ambiente, tendrán tanto derecho al título como el que asiste al sanitarista tradicional.

El segundo y más importante catalizador para lograr el acercamiento de las dos culturas es la creciente aceptación del papel que desempeña la salud en el desarrollo humano. Ya nadie discute que la esencia del desarrollo reside en el despliegue del potencial humano y en la ampliación de las opciones que se plantean al hombre. Los componentes principales del desarrollo que deseamos para la humanidad son la salud, la educación... crecer económicamente, el disfrute de una amplia gama de derechos y un ambiente saludable. La salud se considera como un indicador del desarrollo humano, que al mismo tiempo interactúa con los otros componentes de forma sinérgica. Muchos de los profesionales en esas otras áreas provienen de disciplinas de las ciencias sociales, siendo la más sobresaliente entre ellas la economía.... La OPS puede incrementar su eficiencia como interlocutor en nombre de la salud pública si, por intermedio de sus propios programas y del asesoramiento que da a sus países miembros, aprovecha los conocimientos y la experiencia de personas de ambas culturas." (3)

Las ideas que aquí se postulan, si se adscriben como fortaleza sectaria, pueden también desorientarnos en el camino hacia la eliminación del cisma entre culturas. Si de un lado, los preteridos, los que pugnan por validar el paradigma social expansivo desde los márgenes del modelo individual-reduccionista-biologicista, no construyen más que barricadas y predios parcelarios en los dominios de las ciencias sociales, también se hacen refractarios al cambio de orientación integrativa.

Al interior de ese modelo, (que por resabios ideológicos y epistemológicos, también observamos desde las barreras como ajeno, contrario, equivocado, distante), el observador acucioso puede advertir procesos y tendencias de transformación progresiva hacia la medicina del futuro, e identificar entre sus propias personalidades a los agentes de cambio.

Uno entre ellos, autor de las ideas que citeré a continuación, un clínico (Especialista en Medicina Interna) que demuestra ser portador de la cultura humanista y aborda desde el prisma de las ciencias sociales el mundo de la otra cultura. Comparto y asumo como si fueran propias las ideas que siguen:

"Debemos derribar las barreras que se han opuesto y se oponen aún en nuestros días a un proceso claro de conceptualización de la clínica -y de la medicina interna-, como ciencia y como práctica, que satisfaga las expectativas de una comunidad cada vez más conocedora y más crítica. Entre ellas, tenemos:

  • Poco conocimiento y difusión entre los médicos y en la sociedad, de la historia, en el mundo y en cada país, de la clínica y de la medicina, de sus debates y de sus dilemas.
  • Multitud de profesores en las universidades médicas, pero pocos "maestros".
  • Formación cultural insuficiente de educadores y educandos.
  • Pobre prestigio y recompensa social de la actividad teórica.
  • Alejamiento progresivo de las facultades de Medicina del resto de las facultades universitarias, en especial de las Humanidades.
  • Predominio del paradigma biomédico en la práctica.
  • Excesiva confianza en la tecnología avanzada de los últimos decenios.
  • Exagerada preocupación -¿siempre necesaria?- por la práctica cotidiana, compleja e impredecible, pero poco reflexiva y, con frecuencia, dirigida por normas y orientaciones superiores.
  • Proliferación acelerada del especialismo y de las especialidades médicas -con mayor énfasis en el pensamiento analítico-, y no desarrollo paralelo del generalismo -con insuficiente profundización y reconocimiento de la síntesis.

En los albores del nuevo siglo, cuando los avances tecnológicos siguen creciendo de manera exponencial, cuando florece la medicina basada en la evidencia, cuando se anuncia la próxima llegada del paradigma genético, alguien profetiza que podemos pasar a ser "los dinosaurios, o los quijotes de la medicina". No nos preocupan esos calificativos si de lo que se trata es de salvar al ser humano entre toda la madeja globalizadora: tecnológica, economicista y pragmática que se nos encima, en medio de un proceso continuo de reformas de los sistemas de salud de cada país, con el objetivo central de contener el incremento continuo de los gastos en los servicios médicos. (4)

Este científico representa, inequívocamente, el paradigma social expansivo desde el interior del reducto contrapuesto. Los factores socioculturales "extracientíficos" son portados por estos excepcionales agentes de cambio.

A las ciencias sociales y humanísticas, por su parte, se les reserva, entre otras, la misión de elaborar ideología científica. En esos términos, nuestros proyectos refieren su origen a lo más raigal y auténtico del pensamiento universal, y en lo nacional nos viene de Martí, Che Guevara y Fidel, grandes creadores de proyectos de redención social. He ahí los cimientos del modelo de salud cubano. He ahí su poder milagroso o demiúrgico para crear salud con el pueblo.

No debe tomarse entonces como proclama fundamentalista nuestra visión del futuro... las ciencias de la salud deberán recorrer el camino que les permita liderear el proceso creciente de socialización de la salud y compartimos la percepción cada vez más afianzada y publicitada en el discurso salubrista actual, de que el siglo XXI será escenario característico de una creciente socialización de la salud. Esta realidad se expresará, entre otras cosas, "en el desplazamiento progresivo del protagonismo en salud de los hospitales, hacia el sistema de atención primaria, y de éste y por su medio, al individuo, la comunidad y la sociedad en su conjunto. La sustitución definitiva del paradigma biologicista por el médico social será la respuesta lógica a necesidades sociales- y de salud en particular- que habrán alcanzado su plena madurez. La genuina cientificidad y auténtico humanismo que dimanan de los enfoques integrales de la salud que lo distinguen, serán la mejor garantía de su capacidad para satisfacer dichas necesidades. La asunción consciente de lo social por las ciencias médicas y su penetración cada vez más profunda en estas, posibilitará el tránsito de las mismas a un escalón superior de su desarrollo: el de conciencia médica, vertiente especializada de la conciencia salubrista, que ocupará un destacado lugar en la estructura de la conciencia social de las sociedades futuras, determinado por el papel que a la misma corresponderá en el proceso de humanización progresiva del sistema de relaciones sociales." (5)

La savia nutriente de nuestra mentalidad salubrista de hoy remite sus fuentes al nacimiento del MINSAP, a las agencias y entidades que dieron, desde la creación del SNS, carácter de institución a la medicina social cubana. Nos sentimos deudores de una tradición sociohumanista en salud que identificamos en tres grandes emblemas: El Instituto de Desarrollo de la Salud, La Facultad de Salud Pública y la nueva Escuela Nacional de Salud Pública. Sus claustrales predios han cobijado a nuestros grandes maestros de salud pública en intercambio fecundo con generaciones de sus discípulos.

Desde la perspectiva de las ciencias sociales y humanísticas nuestros proyectos describen la continuidad enriquecedora de esa obra precedente y nos disponemos a compartirla colaborando con la ENSAP en los contextos y escenarios actuales. Abiertos a la comunicación y el intercambio desde nuestro puesto de trabajadores de las ciencias sociales de la salud.

De manera que, la creación del CENDECSA como Centro de Estudio de la Universidad Médica camagüeyana respondió en su momento, al propio proceso de desarrollo de los profesionales de la salud en el país y la inserción de Cuba en un nuevo y complejo contexto internacional. El escenario histórico resultó propicio para acometer tareas científicas orientadas al perfeccionamiento curricular del perfil socio humanista, así como las concernientes a la elaboración del contenido teórico conceptual del humanismo médico cubano.

Las líneas de actividad mencionadas han reclamado la perspectiva del trabajo científico interdisciplinario que se acomete en la actualidad; tarea esta última, tan compleja y de tanta novedad, mirada desde la perspectiva del tradicional "hacer" multidisciplinario, que nos reclama habilitarnos para tal empeño. Debemos decodificar el lenguaje de la interdisciplinariedad, a ciencia y conciencia, aprender su alfabeto; alfabetizarnos. Esta es una alternativa que evade el corporativismo cerrado, para favorecer el empaste cinegético entre disciplinas. Son empeños. La gran sementera se ramifica y extiende por toda la red de centros de la EMS en el país.

La Educación Médica Media y Superior cuenta con 4 Universidades Médicas, 26 Facultades, 4 de ellas de Estomatología, 33 Politécnicos de la Salud, 25 Politécnicos de Enfermería y un Potencial docente de 10,871 profesores (6). De esta cifra, alrededor de 200 profesionales se desempeñan en las ciencias sociales y humanísticas.

Igualmente, nada desestimable es el creciente número de profesionales de las ciencias biomédicas, que hoy comparten con los representantes de las humanidades tareas científicas o de cooperación en otros ámbitos de la vida académica. Esta es, sin embargo, sólo una tendencia que no debemos cometer el error de magnificar en su alcance, pero sí alentar su desarrollo abriendo espacios para el ejercicio de una creatividad científica compartida.

Esta, a mi modo de ver, constituye la comunidad de cientistas sociales del sector Salud, que tiene ante sí el reto de dar respuesta a un encargo social condicionado por factores en nada circunstanciales o transitorios, entre los que se me ocurre subrayar:

  • Hoy, los circuitos de poder del "pensamiento único" están privilegiando el papel de las ciencias sociales, que utilizan como vectores para transnacionalizar sus arquetipos de: democracia, libertad, humanismo, cultura, salud, ciencia, tecnología, ética, etc. Consiguientemente, el modelo de salud cubano está llamado a la defensa y desarrollo de los valores nacionales desde la perspectiva y ámbito de su misión, por lo que requiere de las estrategias que dimensionen y profundicen la perspectiva de desarrollo de las humanidades médicas a escala del subsistema de EMS. (7)
  • Si justicia, equidad y humanismo constituyen categorías centrales de las estrategias de reforma del SNS cubano, las autoridades de salud requerirán cada vez más de los tributos del saber de las humanidades para tomar sus decisiones. Y las humanidades tienen como exigencia elevar su competencia científica y curricular.
  • Un desarrollo endógeno de las ciencias sociales y humanísticas en el ámbito intra sectorial resulta más pertinente hoy que nunca antes. Esa respuesta en el plano nacional está siendo cada vez más pujante y vigorosa en los escenarios más diversos, varios de los cuales ya constituyen plazas emblemáticas del pensamiento social cubano. Baste hacer mención de la Casa de Altos Estudios "Fernando Ortiz", el Grupo de Pensamiento Latinoamericano de la Universidad Central de las Villas, el Grupo de Estudios Sociales en Ciencias y Tecnología, la Fundación "Félix Varela", el Centro "Juan Marinello", etc. (8)

¿Qué hacer ante los nuevos retos? Alcanzar nuestra identidad como gestores, productores y difusores de ciencia social y humanística en el sector de la salud cubano; abrirnos al más fructífero intercambio con las diversas expresiones de las ciencias sociales en Cuba y el mundo; evitar el mimetismo y la socorrida función de multiplicadores, que a la postre inmoviliza la creatividad.

Es oportuno entonces acudir a los consejos del Padre Varela: "Necesita el espíritu humano momentos de reposo y muchos de meditación para hacer verdaderos progresos en las ciencias, para adquirir un caudal propio y no prestado, pues no es más que un préstamo la aparente adquisición que hacemos de las ideas ajenas por medio de la lectura, si no agregamos nuestras reflexiones, si no llegamos, como decía Condillac, a ponernos en aptitud de formar nuestra ciencia". (9)

Me someto al riesgo de recomendar observar como un axioma la sugerencia de Varela, pues sólo así estaremos preparados para el ejercicio del criterio en los nuevos tiempos. Hoy se irradia, desde la alta dirección del país, la demanda de un nuevo estilo para el pensar filosófico y político de Cuba. "El mundo requiere de una síntesis universal de cultura. Cuba la necesita y se brinda para colaborar en el empeño....Invito a los intelectuales de las ciencias sociales y humanísticas y, en especial, a los de cultura marxista a emprender el diálogo con las figuras más importantes del siglo XX y hacerlo sin ninguna limitación sectaria..." (10)

A nuestro alcance se van poniendo nuevas herramientas y tecnologías. Ese gran poder estructurante del sector electrónico, corazón del patrón tecnológico de la globalización, es aprovechable en términos organizacionales, de producción e intercambio de conocimientos. De ahí que, resulta pertinente trasladar al escenario virtual el debate, la confrontación y circulación de ideas en las facturas y modalidades a nuestro alcance: listas o grupos de discusión, páginas Web y publicaciones electrónicas. Y extender nuestros dominios comunes en conexión a redes del conocimiento. Esa posibilidad ya es realidad en ciernes en el Centro de Humanidades. Su sitio Web, de amplio porte en conocimientos, está diseñado para la relación interactiva on line y tiene como prioridad conformar una red de redes de la comunidad de profesionales de las ciencias sociales y humanísticas de la EMS.

Con todo ello, se amplía y enriquece el espacio que hoy ocupan escuelas o vertientes como "medicina social", "Salud publica", "ciencias de la salud" y otras. Tal propósito llena el cometido de sustentar la presencia de las humanidades medicas en la Educación Médica Superior y producir una apertura a un más justo balance en la "desleal" competencia entre el paradigma clínico biologicista+tecnología y el pensamiento humanista. (11)

Muchas tareas científicas esperan por los cientistas sociales; las que les encarga la misión del MINSAP, que son las del país en el sector; y aunque muchas veces no nos las asignen, identifiquémoslas y enfrentémoslas, pues...Toda necesidad social, como categoría, se concretiza en un problema social como concepto sociológico, que refleja lo inevitable para la sociedad de realizar una actividad determinada, y constituye una forma integrativa de obligación. El crecimiento del papel del sujeto en el proceso histórico ha hecho que el rol de las reflexiones teóricas y su impacto en la transformación de la realidad, en el área de las Ciencias Sociales, se agudice como problema social en el siglo XX...." (12) y en el actual tiende a magnificarse en perspectiva.

Este discreto esfuerzo editorial que hoy inauguramos con la Revista Humanidades Médicas crecerá y triunfará si el potencial intelectual del sector nos acepta la amistosa y familiar convocatoria. El Consejo de Redacción, a través del Sitio Web CENDECSA, ofrece enlaces y conexiones indispensables para obtener información sobre Las "normas al autor", así como satisfacer cualquier otro interés en torno al Centro de Estudio.

Al descreído, le agradecemos que le parezca quijotesco nuestro empeño. Ya lo hemos metabolizado con aliento martiano, guevarista, fidelista. Hay convicciones. Hacer es lo pertinente.

Key words: SOCIAL SCIENCES

Referencias bibliográficas

1.- Ilizátigui Dupuy Fl. Rev del Instituto Juan César García. 1998 Ene-Dic; 8

(1-2): 60.

2.- Núñez Jover J. La ciencia y la tecnología como procesos sociales. Editorial Félix Varela. La Habana 1999.

3.- George Alleyne S. Presencia de la OPS en la salud pública del continente en el siglo XX y más allá. En: Cuadernos de Historia de la Salud Pública 1995;( 80): 16-18.

4.- Espinosa Brito A. Revista Cubana Medicina 1999; 38(1):79-90. Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/med/indice.html. Consultado 16 Noviembre de 1999.

5.- Pérez Cárdenas M. Los paradigmas médicos: Factores de su conservación y cambio. En: Lecturas de Filosofía, Salud y Sociedad. La Habana, Cuba: Editorial Ciencias Médicas; 2000. p. 272.

6.- CITMA-MINSAP. La Ciencia y los Científicos de la Salud en la Batalla por las Ideas. La Habana, Cuba: MINSAP; 2000.

7.- Álvarez Vázquez J. Proyecto para la creación del CENDECSA, ISCM Carlos J. Finlay 2000. Disponible en: http//:cendecsa.cmw.sld.cu. Consultado Diciembre 8, 2000.

8.- Álvarez Vázquez J. Proyecto para la creación del CENDECSA, ISCM Carlos J. Finlay 2000. Disponible en: http//:cendecsa.cmw.sld.cu. Consultado Diciembre 8 2000.

9.- Varela F. Miscelánea Filosófica. La Habana, Cuba: Editorial Pueblo y Educación; 1992.

10- Hart Dávalos A. Prólogo. En: Antonio Gramsci y la Filosofía de la Praxis. La Habana, Cuba: Editorial de Ciencias Sociales; 1997. p. XIV

11. Álvarez Vázquez J. Estrategias del CENDECSA hasta el 2005. Proyecto Editorial 2000. Disponible en: http//: cendecsa.cmw.sld.cu. Consultado Diciembre 8 2000. p. 2-3.

12. Hernández Gil JL. La Gestión de las Políticas de Ciencia e Innovación en el Área de las Ciencias Sociales. Camagüey, Cuba. Taller Internacional de Estudios Ciencia Tecnología Sociedad. Universidad Camagüey; Oct 1999.