Introducción
El cáncer cérvico uterino (CCU) constituye un problema de salud para la humanidad, se puede contribuir a su prevención sí se diagnostica de manera precoz, con la participación activa de la mujer y de las acciones que los profesionales de la salud realizan cada día.1 Constituye una de las causas más frecuentes de muerte en mujeres de los países en desarrollo. Sus tasas de incidencia en la región de América Latina y el Caribe se encuentran entre las más altas del mundo. El cáncer cérvico uterino es uno de los tipos de cáncer más fáciles de detectar y prevenir debido a que su desarrollo es gradual.2
En Cuba, a pesar de existir un programa de detección precoz, el cáncer cérvico uterino persiste como un problema de salud. Se encuentra en cuarto lugar en incidencia y quinto en mortalidad. El mayor número de fallecidas, por esta causa, se mantiene en mujeres en edades entre los 40 y 50 años.3
Entre las principales causas de muerte en Cuba ocupa el segundo lugar, con una cifra de 24 902 en el año 2018. Los tumores malignos con 10 604 defunciones en el sexo femenino en el mismo año.4
Estudios epidemiológicos, moleculares y experimentales realizados en la búsqueda de asociaciones causales han demostrado que el virus del papiloma humano (VPH) es el principal agente etiológico del cáncer cérvico uterino. Los primeros estudios mostraron una relación muy estrecha entre factores sexuales y reproductivos, con la presencia de lesiones precursoras. Lo cual ha sido observado, con un importante efecto en mujeres que refirieron tener múltiples parejas sexuales.5
El inicio de relaciones sexuales en edades tempranas es otro factor que predispone a lesiones cervicales, igualmente el aumento del número de parejas sexuales acrecienta el riesgo de la afección, por lo que constituye un factor de riesgo en la aparición de lesiones premalignas y malignas del cuello uterino.6
Los autores del presente artículo consideran que la identificación de los factores de riesgo de esta enfermedad en grupos vulnerables, se debe mantener como una prioridad para la educación sexual de las adolescentes, ya que es una patología prevenible.
Se realiza este trabajo con el objetivo de conocer el comportamiento de los factores de riesgo del cáncer cérvico uterino, en estudiantes de las carreras de Higiene-Epidemiología-Vigilancia y Lucha Antivectorial de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas.
Materiales y métodos
Se realizó una investigación descriptiva, retrospectiva, de corte transversal en estudiantes de las carreras de Higiene-Epidemiología y Vigilancia y lucha antivectorial de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanza, durante el período septiembre 2019 a febrero 2020.
Se trabajó con el Universo de estudio representado por 50 estudiantes de dichas carreras de la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas.
Como técnica de obtención de información directa se seleccionó la encuesta. Las variables estudiadas fueron: edad de inicio de las relaciones sexuales, la presencia de múltiples compañeros sexuales, uso de tabletas anticonceptivas, presencia del hábito de fumar sí como la presencia de infecciones de transmisión sexual (ITS), motivos de inicio de la relación sexual, manipulaciones ginecológicas, así como conocimiento acerca de la enfermedad.
La encuesta contó con 8 preguntas, de ellas cerradas 6, de selección de alternativas y abiertas 2. Se elaboró la escala para medir los conocimientos, donde los estudiantes que marcaran más de 3 factores de riesgo correctos, si poseían conocimientos sobre los factores de riesgo de la enfermedad, mientras que aquellos que solo marcaran 3 o menos, se consideró que no poseían un conocimiento adecuado al respecto, considerando una totalidad de 7 factores de riesgo.
Para el análisis de los resultados se utilizaron los métodos de la estadística descriptiva como las frecuencias absolutas y relativas. Los resultados fueron procesados con el empleo de una Pentium IV con ambiente de Windows XP. Los textos y tablas se procesaron con Microsoft Word XP. Los resultados de la investigación son presentados en tablas estadísticas.
Se consultaron los principios de la declaración de Ginebra de la Asociación Médica Mundial y el Código Internacional de Ética Médica. Los principios básicos de la Asociación Médica Mundial para la investigación biomédica fueron tomados en cuenta. La información obtenida solo se revelará en el gremio científico respetando la compartimentación.
Resultados
En la tabla 1 se presenta la distribución de estudiantes según edad de inicio de las relaciones sexuales, se observó un mayor predominio a los 14 años de edad lo que representó el 32 %.
No. | % | |
---|---|---|
No ha iniciado la vida sexual | 7 | 14 |
12 años o menos | 2 | 4 |
13 años | 10 | 20 |
14 años | 16 | 32 |
15 años o mas | 15 | 30 |
Total | 50 | 100 |
En la tabla 2 se analizó la presencia de los factores de riesgo del cáncer cérvico uterino como múltiples compañeros sexuales, relaciones sexuales desprotegidas, uso de tabletas anticonceptivas, hábito de fumar, manipulaciones ginecológicas, así como infecciones de transmisión sexual (ITS). Las que adquieren especial significación ante la incidencia de cáncer cérvico uterino. Se evidenció con cifras más significativas los múltiples compañeros sexuales y el uso de tabletas anticonceptivas en las féminas.
No. | % | |
---|---|---|
Hábito de fumar | 19 | 38 |
Uso de métodos anticonceptivos hormonales | 17 | 34 |
Múltiples compañeros sexuales | 13 | 26 |
Relaciones sexuales desprotegidas | 11 | 22 |
Manipulaciones ginecológicas | 2 | 4 |
Infecciones de transmisión sexual | 1 | 2 |
Se presenta en la tabla 3 la distribución de motivos que impulsaron al inicio de las relaciones sexuales, en 43 adolescentes que habían iniciado su vida sexual activa. Aunque se consideró en la encuesta la presión grupal como motivo que pudiera incidir en la toma de tal decisión, dada la necesidad descrita según la etapa del desarrollo por la que transitan el hecho de ser aceptados por el grupo de coetáneos y ocupar el lugar deseado. Dichos adolescentes no expresaron la incidencia de este motivo, se destacaron otros como los de experimentar sensaciones nuevas con el 28 %, para complacer a la pareja el 16 % y búsqueda de placer y relación íntima con la pareja respectivamente, en el 44 %. Un 12 % seleccionó otros motivos entre los que se encontraron, tener un espacio de tiempo íntimo con la pareja, descubrir nuevas zonas erógenas y mantener un contacto físico profundo. Fueron varios los motivos expresados por los adolescentes encuestados.
No. | % | |
---|---|---|
Búsqueda de placer y relación íntima con la pareja | 19 | 44 |
Experimentar sensaciones nuevas | 12 | 28 |
Complacer a mi pareja | 7 | 16 |
Otros | 5 | 12 |
Se presenta en la tabla 4, la distribución de los estudiantes según su conocimiento sobre los factores de riesgo del cáncer cérvico uterino. El 92 %, desconocen los factores de riesgo de la enfermedad, manifestándose en la imposibilidad de enumerar al menos 3 de los factores de riesgo de esta enfermedad.
Discusión
La infección por el virus del papiloma humano (VPH) se considera de alto riesgo oncogénico, resulta determinante en la progresión de las lesiones intraepiteliales y en la aparición del cáncer cérvico uterino CCU, según expresa Heredia Ruiz,7. En otros estudios se ratifica que la alta incidencia de infección por VPH está asociada al inicio precoz de la actividad sexual, mayor frecuencia de actividad sexual en la etapa de adolescentes y adultos jóvenes, así como mayor número de parejas sexuales.8
En algunas investigaciones se ha asumido que otros factores actúan en conjunto con el VPH, influenciando el riesgo de transición de la infección VPH cervical a malignidad. Estos factores son: comenzar las relaciones sexuales a una edad temprana, el embarazo precoz y la multiparidad, tener parejas sexuales múltiples o contacto sexual con alguien que ha tenido varias parejas sexuales; el empleo de anticonceptivos orales por largos períodos, contraer el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que debilita el sistema inmunológico de la mujer y la hace más vulnerable a la infección por el PVH.9
En España se reporta que el hábito tabáquico es adquirido en edades cada vez más tempranas, y sus efectos nocivos pudieran estar afectando a la población joven, se conocen sus riesgos para la salud, especialmente cuando su inicio ocurre desde la juventud, porque desde edades tempranas se va desarrollando la adicción a la nicotina y a largo plazo es perjudicial, así lo reflejan Chauvet, et al.10 lo que coincide con la presente investigación donde un número importante de adolescentes son fumadoras.
En un estudio en mujeres diagnosticadas con CCU, los factores de riesgo (FR) que se manifestaron fueron el inicio temprano de la actividad sexual, antes de los 18 años, tres o más parejas sexuales, uso de anticonceptivos hormonales, antecedentes de enfermedad de transmisión sexual y antecedentes familiares de cáncer.11
En una investigación en estudiantes de primer año de la carrera de Medicina en la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas, Alonso Triana,12 muestra un número importante de estudiantes que reflejan como estado civil solteros o bajo unión consensual. El comienzo de las relaciones sexuales tiene mayor incidencia en las edades de 14 a 15 años, aunque es significativa la cifra de adolescentes que entre los 16 y 17 años inician las relaciones sexuales. En cuanto a la presencia de los factores de riesgo del cáncer cérvico uterino se evidencian con cifras más significativas el de múltiples compañeros sexuales y el uso de tabletas anticonceptivas, elementos que coinciden con el presente estudio.12
En la provincia de Granma, Policlínico Docente “David Moreno Domínguez”, en un estudio sobre los factores de riesgo del cáncer cérvico uterino en el área de salud de Santa Rita en 50 féminas mayores de 25 años, se identifican como significativos los antecedentes patológicos familiares de cáncer, el hábito de fumar y el inicio de las relaciones sexuales antes de los 17 años.13
En el policlínico “Alex Arquiola Marrero”, de la provincia de Holguín, otro estudio similar tiene el objetivo de caracterizar los principales factores asociados al cáncer de cuello uterino en un área de salud, 33 pacientes alcanzan resultados positivos, solo 7 pacientes iniciaron relaciones sexuales después de los 20 años, de ellos el 50 % habían tenido 5 o más compañeros sexuales lo que constituyen factores de riesgo ante la presencia de la enfermedad.14 La anticoncepción hormonal se manifiesta en un grupo importante de féminas, así lo constata un estudio realizado en Perú, en 212 pacientes diagnosticadas con cáncer cérvico uterino, y el 13,70 % utilizó anticoncepción hormonal.15
Los autores consideran que el conocimiento sobre los factores de riesgo del cáncer cérvico uterino, resulta importante para que los jóvenes, futuros tecnólogos de la salud, puedan sensibilizarse con la importancia de ganar y multiplicar en su ámbito de influencias, una conciencia dirigida a la importancia de conocer los factores de riesgo del cáncer cérvico uterino y protegerse ante ellos. La etapa de la adolescencia condiciona vulnerabilidad, así lo manifiesta un estudio realizado sobre los conocimientos y conductas de los adolescentes ante el riesgo del VPH, constatando que se encuentran en un período profundo de cambios físicos, psicológicos y sociales, que condicionan mayor vulnerabilidad a contraer la enfermedad.16 La presente investigación permitió identificar la presencia de FR en grupos vulnerables. Tomando como referencia el significado del contenido del Artículo 72 de La Constitución de la República de Cuba, en el cual se afirma que:
“La salud pública es un derecho de todas las personas y es responsabilidad del Estado garantizar el acceso, la gratuidad y la calidad de los servicios de atención, protección y recuperación. El estado, para hacer efectivo este derecho, instituye un sistema de salud, a todos los niveles, accesibles a la población y desarrolla programas de prevención y educación, en los que contribuyen la sociedad y las familias”.14
La prevención de esta enfermedad es de alta prioridad en la educación sexual de los estudiantes, es una patología en alto grado prevenible sí se tienen en cuenta los factores de riesgo que involucran las conductas no saludables, las que se pusieron de manifiesto en un gran número de los estudiantes investigados.