Introducción
En las últimas décadas, se reporta un mayor número de desastres naturales como resultado de la contaminación ambiental y del calentamiento global provocados por el hombre.1) Estos desastres podrían generar conductas de adaptación frente a una situación extrema, lo que ocasiona un profundo impacto en la vida y salud de los sobrevivientes, tales como daños físicos, pérdidas de vidas humanas y de capital. Asimismo, producen un efecto negativo en la población por incrementar su vulnerabilidad al afectar la provisión de alimentos y los servicios esenciales.2
Debido a que la ciudad de Lima se encuentra ubicada en el cinturón de fuego, presenta inundaciones de manera recurrente debido al fenómeno del Niño Costero; el último desastre causó destrucción de la infraestructura y colapsó los servicios básicos de agua, desagüe y luz.3 A consecuencia de este fenómeno, 138 personas fallecieron, 18 desaparecieron, 459 presentaron heridas y alrededor de un millón y medio fueron afectadas.4) En la zona urbano-marginal de Carapongo no se presentó pérdida de vidas humanas; sin embargo, tuvo un impacto negativo en la economía y en la estructura social y familiar, debido a que aumentó el riesgo de enfermar y morir.
Estudios cualitativos reportan que los peruanos afectados por el fenómeno del Niño que viven en áreas vulnerables no poseen percepción de riesgo ante la amenaza de las inundaciones; sin embargo, consideran como una amenaza cuando experimentan sus consecuencias.5) Al respecto, las representaciones sociales (RS) permiten expresar de una forma específica el pensamiento común de un colectivo de personas y la organización de su cotidianidad.6,7) Las RS de los desastres naturales son construcciones sociales particulares de cada grupo que comunican sobre las formas que entiende su relación con el ambiente natural y los peligros que este presenta; aparecen en la intersección entre “el juego de la ciencia y del sentido común”, como una forma por la cual la mayoría de los individuos no instruidos en cuestiones científicas se maneja en la vida cotidiana.8
Por otra parte, los desastres naturales predisponen a las personas a desarrollar ansiedad, depresión, estrés postraumático, alteraciones del sueño, abuso de alcohol, aumento de conductas violentas y suicidas;9 por ello es importante analizar las consecuencias a corto y largo plazo en la persona afectada a nivel individual y organizacional. En este contexto, las RS permiten al ciudadano describir, comprender, evaluar, comunicar y actuar en el mundo social, como sujeto de derecho y no ser un espectador o beneficiario del accionar humanitario.
El estudio es relevante porque permite conocer la realidad de una población poco estudiada; desde su propia perspectiva, que posibilita un cuidado transcultural y pertinente porque los resultados constituyen insumos para generar políticas públicas y propuestas de intervención que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las mujeres afectadas. Basado en lo expresado con anterioridad el objetivo de la investigación fue caracterizar las RS del desastre natural que tienen las madres damnificadas del fenómeno del Niño Costero de una comunidad urbano-marginal de Lima, Perú.
Métodos
Estudio exploratorio de abordaje cualitativo, fundamentado en la teoría de RS de Serge Moscovici,10) en el cual las madres construyeron un conocimiento que guían sus acciones. Se desarrolló en la zona correspondiente a la asociación de posesionarios, damnificados y afectados del Valle de Carapongo, comunidad que se ubica en las riberas del río Rímac en el distrito de Ate, de la ciudad de Lima, Perú, en diciembre del 2019.
La población estuvo constituida por 87 mujeres damnificadas, provenientes de diferentes lugares del país, la muestra fue de 11 mujeres, seleccionadas por conveniencia debido al acceso al lugar y disponibilidad, el tamaño de muestra se determinó al alcanzar el punto de saturación, cuando los datos obtenidos fueron repetitivos y no aportaron nueva información. Se eligieron a las mujeres por ser agentes movilizadoras del cambio social y porque su empoderamiento es esencial para generar políticas públicas con enfoque de equidad de género.11
Se incluyeron a madres que se encontraran censadas como damnificadas, mayores de 18 años, con hijos y que estaban en su vivienda en el momento que se produjo el desastre natural. Se excluyeron a quienes no estuvieron presentes en el momento de producirse el desastre.
Se utilizó como técnica la entrevista a profundidad, realizada en el domicilio de las madres y, como instrumento, una guía de entrevista con preguntas abiertas. En la organización de datos se utilizó la técnica del análisis del discurso, en dos momentos: el descriptivo en el cual la entrevista grabada se escuchó dos veces y se procedió a la trascripción textual, la codificación abierta, donde se determinó los códigos y las categorías; en el momento relacional se realizó la codificación axial en el cual se relacionaron las categorías y subcategorías, y luego la codificación selectiva, en la cual las categorías emergentes se integraron en torno a una categoría central.
La investigación fue aprobada por el comité de ética de la Universidad María Auxiliadora (constancia 10-2019), se cumplieron con los postulados de la Declaración de Helsinki,12) las madres firmaron el consentimiento informado y se garantizó la confidencialidad de la información.
Resultados
Las 11 madres entrevistadas tenían entre 26 y 70 años, en su mayoría eran amas de casa y comerciantes, tenía dos hijos y procedían de Lima y Cerro de Pasco.
Emergieron tres categorías:
Categoría 1: Vivir la vulnerabilidad Socioambiental
Las madres, al perder sus bienes materiales y su hogar, sintieron incertidumbre por su familia. Asimismo, evidenciaron falta de cultura preventiva, manifestada en las siguientes expresiones:
“yo tenía mi carretilla para vender, lo perdí todo…” (Venus)
“Me quedé sin nada, estaba viviendo en la calle… cuando vinieron a ayudar le pedí a un joven que me regalara una carpa, no sé cuándo podré levantar mi casa”. (Mercurio)
“No pensamos que se inundaría, por eso me quedé en casa (…) no alisté nada, no tuve mochila de emergencia, solo me quedó correr y refugiarme”. (Sol)
La respuesta inmediata frente al desastre que afectó su vida fue reactiva, prevalecieron los instintos de supervivencia, como se manifiesta en los siguientes testimonios:
“Solo me quedó salir y ayudar a los niños a escapar” (Sol)
“Felizmente no hubo muertos, y mis hijos no se traumaron a pesar de que vieron el huayco, mis cosas como mi moto, mi cocina y algunas otras cosas más lo rescatamos” (Marte)
“Ojalá que llegue la ayuda, eso espero” (Venus)
Categoría 2: Reconfortándose en un ser divino
Las mujeres damnificadas evidenciaron sufrimiento espiritual frente al desastre que generó pérdidas y sufrimiento, buscaron un refugio de paz, consuelo, esperanza y fortaleza en un ser superior o en Dios, que le permite recobrar la fuerza, energía, ánimo y propósito a su vida. En este contexto las participantes señalaron:
“Sentí tristeza, desesperación, no podía creer lo que pasaba, que el huayco tumbara mi casa, pero me levanté gracias a Dios”. (Júpiter)
“Cuando llueve mis hijos menores dicen vámonos mamá, la casa se puede caer, tenemos miedo y no puedo dejar la casa porque no tengo donde ir”. (Tierra)
El refugio en la espiritualidad fue la manera en que las madres damnificadas buscaron protección y encontraron significado, esperanza, alivio, fortaleza y paz interior en la vida, independiente de la creencia que tengan en un Dios, expresada en los testimonios:
“Gracias a Dios no se derrumbó mi casa, en medio de todo Dios escucho mis ruegos, nos perdonó nuestros pecados. (Sol)
“Si no fuera porque creo en Dios y por algo pasan las cosas no hubiera salido adelante”. (Júpiter)
Categoría 3: Enfrentar la crisis ecológica
La capacidad de respuesta comunitaria de las madres permitió que se organizaran para buscar apoyo de diversas organizaciones privadas y del estado, al respecto las entrevistadas manifestaron lo siguiente:
“Nos apoyamos mutuamente, después del huayco hicimos la olla común”. (Júpiter)
“Para recibir ayuda tuvimos que organizarnos y formar la Asociación de Damnificados de Carapongo”. (Mercurio)
Las madres recibieron ayuda social humanitaria de organizaciones nacionales e internacionales, con solidaridad para mitigar el hambre y las demás necesidades básicas de las personas, como lo evidencian los siguientes discursos:
“Las hermanas del evangelio nos apoyaron en la limpieza. (Luna)
“El estado no nos apoyó en nada”. (Estrella)
“Al inicio nos sentimos abandonados, vinieron universidades cercanas y después la municipalidad a donarnos baños portátiles y carpas”. (Saturno)
Discusión
La vulnerabilidad socioambiental es la incapacidad para responder de manera adecuada ante la presencia de un determinado riesgo, conformada por características individuales, sociales y del entorno de la comunidad como se evidencia en Carapongo, donde la población construyó sus viviendas en la rivera de río Rímac, que se encuentran en riesgo de inundación.
Los discursos revelan que frente al desastre natural las madres viven la vulnerabilidad socioambiental, que depende de la exposición al problema y la capacidad adaptativa;13) sintieron incertidumbre y evidencian falta de una cultura preventiva. La incertidumbre se presenta en una situación inesperada y disruptiva, un desastre natural que se expresa como un sentimiento generalizado de preocupación por el futuro.14 La cultura preventiva es un conjunto de actitudes y creencias positivas compartidas por todos los miembros de la familia para mantener el compromiso por la seguridad.15) Asimismo, presentaron inseguridad, inquietud frente a su realidad de ser pobres y temor del futuro, no existe un orden en la construcción de las viviendas. Motivo por el cual los pobladores no fueron conscientes del riesgo que representa vivir en la ribera del río y las acciones de respuesta frente a estos desastres fueron inefectivas e insuficientes, lo que limitó mejorar su calidad de vida y desarrollo.
La incertidumbre está relacionada con las consecuencias sociales y económicas que supone la pérdida de su vivienda y sus pertenencias;16) y el hecho de recién darse cuenta de que viven en una zona de peligro; sin embargo, el Perú está ubicado en el “Cinturón de Fuego del Pacífico”, región de alta actividad sísmica.17) Asimismo el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) señala que la localidad de Carapongo está expuesto al Niño Costero que provoca intensas lluvias, inundaciones y huaycos.18
Los resultados del estudio dan cuenta que las madres tuvieron una forma particular de enfrentar el desastre natural, que se evidencia en la segunda categoría “Reconfortándose con un ser divino”; debido a que las personas damnificadas que presentan dolor y sufrimiento se refugian en la espiritualidad, revelan creencias místicas-religiosas propias del pensamiento occidental y mágico-religiosas que caracterizan al poblador andino peruano. Las RS que han construido permiten caracterizar a Dios “como un ser castigador de las malas acciones que han realizado y a la vez protector cuando la persona se arrepiente y pide ser perdonado de sus pecados, en una mirada paternalista hacia él”.19
El sufrimiento espiritual está asociado al significado de la vida, relacionado con “una conexión con uno mismo, los demás, el mundo y un ser superior”.20) Se pudo observar que la tristeza profunda, generadora de falta de confianza y esperanza en el futuro, el miedo, la angustia, el dolor y la ira fueron respuestas psicológicas del ser humano frente a situaciones amenazantes que ponen en peligro su vida como un desastre natural; que traen como consecuencia sufrimiento espiritual definido como el “deterioro de la capacidad para experimentar e integrar el significado y propósito de la vida mediante la conexión con el yo, los otros, con el mundo y un ser superior”.21
El gobierno debe tener una respuesta inmediata para atender la salud física y mental con abordaje integral en el corto, mediano y largo plazo. Debe brindar los primeros auxilios psicológicos y realizar un seguimiento de acuerdo con las cuatro fases postraumáticas que presentan los damnificados,22,23) descritas por Bambaren, que se caracterizan por “aflicción y miedo; nerviosismo, tristeza, duelo, preocupación exagerada, irritabilidad y pueden generar problemas en las relaciones interpersonales y en el desempeño laboral”.24 Se puede evidenciar que algunas mujeres enfrentaron esta adversidad con resiliencia, cambios positivos en el comportamiento, aprendizaje de las situaciones difíciles y un crecimiento personal.
Desde una perspectiva holística, la espiritualidad es concebida como una necesidad personal que ayuda a enfrentar dificultades en situaciones límites para confrontar los miedos, encontrar la esperanza que sirve de base para mantener su optimismo y continuar con su vida a pesar de sufrir un desastre.25) El darle un sentido a la vida proporciona una sensación de bienestar espiritual.26)
Respecto a la tercera categoría, “Enfrentar la crisis ecológica”, caracterizada por imposibilidad de la naturaleza de reproducirse al mismo nivel con que la sociedad genera sus alteraciones,27) el mundo enfrenta una emergencia climática, por ello se debe cambiar la forma que se vive e interacciona con la naturaleza para asegurar un futuro sostenible. Por ello, es de vital importancia mantener las riberas de los ríos libres de población humana, para evitar los desastres naturales. La comunidad no estaba organizada para enfrentar el desastre, sin embargo, hubo repuesta de ayuda mutua y reciprocidad, características propias de la cosmovisión andina de donde provienen la mayoría de las madres, organizándose a través de una asociación; al respecto lo ideal es que las comunidades tomen decisiones sobre su futuro en base a planes con participación colectiva, para lograr sus objetivos.28
Frente a un desastre es necesario tener capacidad de respuesta organizada de la población; para ello el INDECI destaca la necesidad de contar con una comunidad resiliente que cuente con conocimientos y capacidad de planificación para responder a un desastre natural, donde la población debe estar preparada y tener la capacidad de sobreponerse de manera rápida en los aspectos físico-psicológicos.29
La ayuda social humanitaria es el conjunto de acciones de beneficio a las víctimas de desastres para aplacar el sufrimiento y asegurar su subsistencia, para brindar de forma efectiva y oportuna la ayuda con la participación de los actores implicados.30) En el estudio, las madres manifestaron que la Municipalidad de Ate y el Ministerio de Salud no estuvieron presentes en su oportunidad; por ello es necesario contar con un comité activo de prevención de desastres, donde el personal de salud ejerza su rol educativo con prioridad en las zonas más vulnerables como Carapongo; sin embargo, aún no se inicia la reconstrucción.
No se han encontrado trabajos acerca de cómo se enfrenta la rehabilitación y la reconstrucción de un desastre, es por ello, que los resultados de este estudio son inéditos, porque evidencian la “Capacidad de respuesta comunitaria” y “Ayuda social humanitaria”. Caracterizándose por la necesidad de organizarse como asociación, sentimiento compartido de pertenencia, la reciprocidad, el reconocer que existe ayuda humanitaria de instituciones públicas, privadas y personas que de manera individual buscaron la forma de apoyar”.
Los desastres afectan a la población en general, por lo tanto, se debe trabajar estrategias efectivas en forma multidisciplinaria e intersectorial. Al respecto, se han realizado estudios acerca de conocimientos sobre prevención de desastres de origen sísmico en estudiantes de Enfermería, como el de Burgos, o sobre actitudes para la prevención de los desastres naturales en los estudiantes como el de Terrones.31) En ese sentido se debe adoptar las medidas necesarias para afrontar los efectos adversos del desastre con visión holística y a largo plazo.
La enfermera que labora en el primer nivel de atención es la encargada de brindar la educación ambiental con enfoque intercultural; la cual promueve cambios de actitud en las personas al identificar, prevenir y actuar ante la ocurrencia de un fenómeno natural, para minimizar la vulnerabilidad y afectación socio ambiental, desde el preescolar hasta el adulto, a fin contribuir a formar un ciudadano capaz de enfrentar estas situaciones.32
El estudio de las RS en población afectada por los desastres naturales permite comprender las experiencias, significados y sentimientos que experimentan las personas durante y después de padecer un siniestro. En el caso específico de las inundaciones, es necesario precisar que puede ser recurrente, debido a que la población con condiciones socioeconómicas precarias regresa a vivir en zonas cercanas a la rivera de los ríos, a pesar de sufrir este tipo de desastres. Es por ello que la información cualitativa permite a la enfermera especialista en emergencias y desastres entender las condiciones que incrementan el riesgo de daños tanto en la salud física como mental para ejercer su rol articulador con el equipo multidisciplinario y diseñar un programa educativo de intervención sobre este aspecto.
El estudio tuvo algunas limitaciones. Debido a que las entrevistas se realizaron un año después de ocurrido el desastre natural, es probable que los resultados hayan sido afectados por el sesgo de recuerdo. Además, el tamaño de la muestra del estudio determinado al alcanzar el punto de saturación representa que las declaraciones corresponden a un grupo reducido de personas; sin embargo, el número de afectados por este desastre fue mayor, y solo se trabajó con una asociación de damnificados.
En conclusión, el estudio permitió comprender que las mujeres damnificadas reconocen la vulnerabilidad socioambiental por su condición socioeconómica precaria y vivir en la ribera del río. Asimismo, no encuentran las estrategias para superar su situación y se refugian en la ayuda y protección de un ser divino; frente al desastre natural tienen conciencia de la crisis ecológica en la que viven y la necesidad de una respuesta integral y colectiva.