Introducción
Los microorganismos eficientes (ME) constituyen un conjunto de bacterias benéficas con múltiples aplicaciones novedosas, en las áreas ambientales, pecuarias y agrícolas. La utilización de estos recursos constituye una alternativa natural, capaz de promover y estimular el desarrollo de las plantas (Escobar-Oña et al., 2017).
En Japón se estableció un inoculante microbiano, basado en microorganismos eficaces, que ha demostrado potenciar la condición del suelo, el desarrollo y la producción de los cultivos, lo que acaparó el interés del mundo. Era necesario transitar de una agricultura apoyada en la utilización de 18 agroquímicos, a una agricultura sustentable mediante el uso de métodos eficaces y asequibles que permiten alcanzar el éxito. La tecnología de ME es un instrumento potencial, que ofrece beneficios al productor, en cuanto a lograr sistemas de productividad sustentables desde el punto de vista económico, ambiental y social (Higa y Parr, 2018).
Los ME comprenden gran variedad microbiana: bacterias ácido lácticas, bacterias fotosintéticas, levaduras, actinomicetes y hongos. Desde el punto de vista agrícola, los ME estimulan la germinación de las semillas, benefician la floración, el rendimiento y el progreso de los frutos, además de que permiten una reproducción más fructífera en las plantas. Asimismo, se ha comprobado que potencian el sistema físico de los suelos, aumentan su fertilidad química y erradican diversos compuestos fitopatógenos, promotores de afecciones en muchos cultivos (Morocho y Leiva-Mora, 2019).
En la agricultura, los microorganismos son indispensables para preservar la fertilidad del suelo y fomentar cultivos saludables y contundentes. Desde hace unos cuantos años, los microorganismos que se aplican en la agricultura han obtenido mayor relevancia, pues se han demostrado los resultados favorables de su aplicación como sustitutos de otra clase de fertilizantes (Soriano-Pons, 2019).
En Cuba, esta tecnología se inició por la Estación Experimental de Pastos y Forrajes Indio Hatuey, provincia de Matanzas. En la actualidad, se utiliza en varias regiones del país por parte de los campesinos y los productores en el tratamiento de enfermedades digestivas en animales. También se usa como probiótico en el control de olores en instalaciones productivas, en el tratamiento de residuales, además de su empleo como biofertilizante y como controlador biológico (Blanco et al., 2016). Los ME se emplean, además, como bioestimuladores del crecimiento de diferentes plantas forrajeras, como Morus alba Linn (morera), que es una planta leñosa perenne, de porte bajo a medio, con contenido de nutrientes muy superior a la alfalfa. Esta planta forrajera es gran productora de biomasa comestible y se considera una alternativa interesante en la alimentación de rumiantes para suplementar las dietas de forraje de baja calidad (Martín-Martín et al., 2017). Además, presenta gran contenido de proteína y energía (Mejía-Castillo, 2019).
En diferentes sistemas de crianza animal, los bancos forrajeros proteicos, como de M. alba, son necesarios para el mantenimiento y la producción, debido al aporte que representan en cuanto a proteína, grasas, minerales y fibra (Fonseca-López et al., 2019). La baja productividad del ganado está relacionada directamente con la poca disponibilidad de pastizales y su bajo valor nutritivo, con pobre suministro de biomasa en la época poco lluviosa, lo que trae consigo deficiente respuesta animal (Herrera-Toscano y Carmenate-Figueredo, 2018). El objetivo de esta investigación fue evaluar la aplicación de microorganismos con cepas nativas en el crecimiento de M. alba, en condiciones semicontroladas.
Materiales y Métodos
Localización. El trabajo se desarrolló en el Centro de Desarrollo de la Montaña, en el municipio El Salvador, provincia de Guantánamo, durante el período de marzo a mayo del 2020. La instalación está ubicada al N 200 21´22´´ y W 750 18´ 59´´, entre los paralelos 189 y 191 de latitud N y los meridianos 657 y 659 de longitud W, en el macizo montañoso Nipe-Sagua-Baracoa a 405 msnm.
Tratamientos y diseño experimental. Los tratamientos fueron: T1 (testigo) con agua corriente, T2-5 mL/L, T3-10 mL/L, T4-15 mL/L y T5-20 mL/L, embebidos durante 30 min en una solución de microorganismos elaborados con cepas nativas. Se utilizó un diseño completamente aleatorizado con cinco tratamientos y cuatro repeticiones, con 20 bolsas cada uno.
Procedimiento experimental. En la investigación se utilizaron estacas de 30 cm de longitud, con cinco yemas, plantadas en bolsos de polietileno negro (13 x 28 cm de largo y 14,5 cm de ancho). El sustrato se conformó con suelo Fersialítico (Hernández-Jiménez et al., 2015) y se usó como materia orgánica estiércol ovino, en proporción 3:1.
Los microorganismos se obtuvieron en la planta artesanal del Centro de Desarrollo de la Montaña, a una concentración superior al orden de los 106 UFC/mL. Se conformaron cinco grupos microbianos: bacterias ácido lácticas (Lactobacillus sp., Streptococcus sp.), bacterias fotosintéticas (Rhodopseudomonas sp., Rhodobacter sp.), levaduras (Saccharomyces cerevisiae), actinomicetes (Actinomyces sp., Streptomyces sp.) y hongos (Aspergillus sp., Penicillium sp). Las aplicaciones del producto se realizaron por aspersión al follaje de las plantas cada siete días, de forma manual o con una mochila de 10 L de capacidad. Las atenciones culturales se realizaron según el instructivo técnico para el cultivo de M. alba.
Mediciones. Se evaluaron las variables morfológicas número de ramas, número de raíces, número de hojas, longitud de las ramas, diámetro del tallo y largo de la raíz. Se realizaron cinco evaluaciones a los 14, 21, 28, 35 y 42 días después de aplicado el producto y se muestrearon 15 por tratamiento.
Número de ramas: conteo visual (X- real rangos promedio de las )
Número de raíz: conteo visual (X- real rangos promedio de las )
Número de hojas por rama: conteo visual (X- real rangos promedio de las )
Longitud de la rama: medida con regla graduada desde la base hasta la punta de la rama
Diámetro del tallo: medido con pie de rey (cm).
Longitud de la raíz: medida con regla graduada (cm).
Análisis estadístico. El procesamiento estadístico de los datos se realizó a partir de un análisis de varianza de clasificación simple y las medias se compararon mediante la prueba de rangos múltiples de Duncan para p < 0,05. La longitud de las ramas, el diámetro del tallo y el largo de la raíz se analizaron a partir de la prueba no paramétrica de Kruskal Wallis y el test de Newman-Keuls para p < 0,05, al no cumplir estas variables la prueba de normalidad y homogeneidad de varianza. Los datos número de hojas, ramas y raíces se transformaron mediante Ѵx. El análisis de los datos se realizó mediante el paquete estadístico Statgraphic. Plus versión 5.1.
Resultados y Discusión
En la tabla 1 se muestran los resultados de la efectividad de los microorganismos en las variables morfológicas de posturas de M. alba. No hubo diferencias significativas para el número de ramas y el número de hojas. En cuanto al número de raíces, el mejor tratamiento fue T2, que difirió estadísticamente del resto. Hubo tendencia a presentar los mayores valores numéricos en los tratamientos T2 y T3.
Tratamiento | Número de ramas | Número de raíces | Número de hojas | |||
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X- reales | Rangos promedio de las | X-reales | Rangos promedio de las | X- reales | Rangos promedio de las | |
T1-Testigo | 1,5 | 1,1 | 15,2b | 3,71 | 11,6 | 3,25 |
T2-5 mL/L | 2,0 | 1,3 | 27,4a | 5,16 | 13,8 | 3,65 |
T3-10 mL/L | 1,8 | 1,3 | 16,8b | 4,03 | 12,6 | 3,48 |
T4-15 mL/L | 1,4 | 1,1 | 14,6b | 3,69 | 10,6 | 3,22 |
T5-20 mL/L | 1,5 | 1,1 | 14,1b | 3,54 | 10,4 | 3,07 |
EE ± | 0,20 | 0,08 | 1,89 | 0,27 | 1,25 | 0,21 |
Medias con letras desiguales en una misma columna difieren significativamente p ≤ 0,05
Algunos investigadores han trabajado con la porción cultivable del microbioma de A. thaliana en plantas que retienen el efecto de la floración temprana y han demostrado que los microorganismos pueden modificar múltiples rasgos de las plantas, incluso el desarrollo del follaje y la floración. Según Calero-Hurtado et al. (2018), con la aplicación foliar de microorganismos eficientes combinados con FitoMas-E® se incrementa la masa foliar. De acuerdo con Martínez-González et al. (2017), con la aplicación de varios estimulantes en dos cultivares de Phaseolus vulgaris L. (frijol común), se incrementó el número de vainas con respecto al tratamiento control. Rodríguez-Núñez et al. (2019) refirieron que con la utilización de dos bioestimulantes foliares y su combinación con FitoMas-E®, la cantidad de microorganismos eficientes fue superior en el comportamiento morfológico de las plantas de Zea mays L. (maíz) con respecto al testigo, excepto en el diámetro del tallo.
Alejo-Aguiar y Mesa-Reinaldo (2019) señalaron que la aplicación de microorganismos eficientes en el cultivo de P. vulgaris superó estadísticamente al testigo en los indicadores morfoagronómicos evaluados.
En cuanto a la longitud de las ramas y el largo de la raíz (tabla 2), hubo diferencias estadísticamente significativas entre los tratamientos evaluados. Con la aplicación de 5 y 10mL/L de microorganismos se alcanzaron los mayores valores numéricos. Esto se pudo deber a la acción conjunta de los microorganismos y la materia orgánica utilizada. En el diámetro del tallo no se encontraron diferencias significativas entre los tratamientos.
Tratamiento | Longitud de las ramas, cm | Diámetro del tallo, cm | Largo de la raíz, cm |
---|---|---|---|
T1-Testigo | 21,36abc | 0,39 | 12,8d |
T2-5 mL/L | 24,5ab | 0,42 | 18,3a |
T3-10 mL/L | 24,8a | 0,38 | 15,2b |
T4-15 mL/L | 19,6bc | 0,34 | 13,8bc |
T5-20 mL/L | 18,8c | 0,36 | 13,1c |
EE ± | 0,979 | 0,0198 | 0,454 |
Medias con letras desiguales en una misma columna difieren significativamente p ≤ 0,05
Los resultados del efecto de la utilización de este bioproducto, basado en los microorganismos con cepas nativas, se corresponden con los obtenidos en la evaluación realizada por Calero-Hurtado et al. (2019), quienes aplicaron ME en plántulas de Solanum lycopersicum L. (tomate), y lograron una respuesta superior en el diámetro del tallo con relación a la ausencia de ME. Se destacó lo obtenido al inocular las semillas y su posterior aplicación foliar.
Este comportamiento se debe a la acción benéfica de los microorganismos en el sistema suelo-planta, los que contribuyen a acelerar la viabilidad de los nutrientes para las plantas y garantizan mayor crecimiento y desarrollo (Rashid et al., 2016).