Introducción
Entre los grandes problemas de salud que afectan a la infancia, las infecciones respiratorias agudas (IRA) ocupan un lugar predominante tanto en la morbilidad como en la mortalidad.1
Las infecciones respiratorias agudas constituyen un complejo y heterogéneo grupo de enfermedades causadas por distintos microorganismos que dañan cualquier sitio del aparato respiratorio, aunque, en menor medida, también lo pueden afectar completamente.2
Al respecto, el catarro o resfriado común resulta la causa más frecuente de consulta en pediatría y representa alrededor de 50 % de las infecciones en las vías respiratorias superiores. A pesar de presentarse durante todo el año, tiende a ser estacional, pues ocurre principalmente durante el invierno en forma de brotes epidémicos, de duración e intensidad variables, o en época de lluvia en países como Cuba, donde se producen más de 6 millones de consultas por IRA cada año, con predominio del catarro común en lactantes y preescolares, y hasta 8 episodios anuales.3
Por otro lado, la homeopatía es un método terapéutico para restablecer la salud del paciente, que se basa en “semejante cura a semejante”; es decir, que las sustancias en baja concentración paliarán o eliminarán los mismos síntomas que hubiesen sido causados por estas sustancias en alta concentración.4
El uso de la homeopatía se ha incrementado en las últimas décadas, convirtiéndose en un factor importante en los sistemas de salud pública, debido a una mayor percepción de los usuarios del servicio de salud en cuanto a las deficiencias de la medicina tradicional tales como los efectos adversos, la falta de un enfoque holístico respecto a las dolencias de la persona y las fallas terapéuticas de los medicamentos convencionales.5
Aunque la homeopatía nació en el siglo XVIII a manos del doctor Samuel Hahnemann (1755-1843), desde antes ya existían algunos esbozos de su principal precepto: la similitud.
Hahnemann, luego de experimentar en sí mismo con quina, concluyó que los síntomas producidos por el consumo de una sustancia en su estado puro son similares a los de la enfermedad a la que está destinada a curar. También descubrió que la dilución de las sustancias puras minimizaba su toxicidad potencial y que, junto a la trituración de sólidos o a la succión de los líquidos, se lograba despertar sus propiedades curativas.6
Su empleo en pacientes con infecciones del tracto respiratorio se comenzó a registrar científicamente desde el 30 de septiembre de 1850, cuando se informó, por primera vez, el uso exclusivo de medicamentos homeopáticos en una niña de 12 años que padecía un resfriado común, en quien disminuyó la intensidad de los síntomas (cefalea, tos irritante y fiebre) al administrar Aconitum, Bryonia y Nux vómica por diferentes días. De esta manera, también se describió, por primera vez, la superioridad de la homeopatía sobre la medicina tradicional. Un siglo más tarde, en el año 1961, se publicó la primera reseña, en una revista alopática (British Medical Journal), de la curación de una persona con diagnóstico de pleuroneumonía mediante el tratamiento combinado de homeopatía y baños fríos.7
Se ha definido el término homeopatía como un sistema curativo (del griego “homoios”, semejante, y “pathos”, enfermedad o padecimiento) o una forma de tratamiento que se realiza mediante sustancias capaces de producir en el hombre sano trastornos semejantes a los de la enfermedad que se va a combatir, lo cual es su fundamento. Estas sustancias son administradas en dosis muy pequeñas (infinitesimales), carentes de toxicidad. La homeopatía estimula el mecanismo de todos los aparatos y sistemas, y con el advenimiento de la psiconeuroinmunidad se plantea que es una especialidad médica en la cual el sistema nervioso central posee los canales suficientes de información y regulación para actuar sobre las diferentes enfermedades.8-10
La homeopatía se rige por los seis principios básicos siguientes:7
Energía vital: Es la dinámica que anima al cuerpo material; es lo que gobierna la actividad biológica manteniendo el equilibrio y la armonía. En el momento en que esta se altera, se presentan los síntomas y la enfermedad; por ello, en homeopatía no se habla de cuál es la enfermedad, sino que se enfoca en el enfermo.
Individualidad: Todo ser vivo se puede enfermar de modo único, inclusive entre individuos de la misma especie; por ello, si cada ser humano enferma de una forma particular el tratamiento igualmente debe ser específico y único.
La similitud: Similia similibus curentur, lo semejante cúrese con lo semejante.
Dosis infinitesimales: Donde las sustancias utilizadas en los medicamentos homeopáticos se diluyen a partir de la tintura madre hasta alcanzar los niveles infinitesimales. Estas diluciones pueden sobrepasar los niveles detectables por medios físico-químicos.
Ley del medicamento único: Los pacientes deben ser tratados con un único medicamento. Si se sometiera a un individuo a varios medicamentos, en realidad no se va a saber cuál producto está mejorando o afectando al paciente.
Experimentación pura: Los remedios homeopáticos fueron probados desde un comienzo en personas sanas por medio de la experimentación pura, con el fin de conocer los efectos que la sustancia le produce al individuo sano y de esta forma saber en qué caso suministrar determinado remedio.
A partir de los años 80, el Sistema Nacional de Salud de Cuba desarrolló una política tendiente a ampliar los conocimientos y la utilización de la medicina tradicional en estrecha colaboración con las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
En este país, la medicina natural y bioenergética está respaldada por el acuerdo 4 282 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros. La organización de mayor prestigio relacionada con esta disciplina es la Liga Médica Homeopática Internacional, que agrupa todas las escuelas y pensamientos. Cuba se incorporó a ella en 1995, como miembro activo, y ha ganado gran respeto a través de su ayuda con material bibliográfico, medicamentos y capacitación del personal sanitario.8
La terapia homeopática pudiera extenderse a cualquier lugar donde se necesite y exista el remedio, el cual es fácil de replicar sin necesidad de recursos costosos y con resultados que pudieran ser similares o superiores al tratamiento convencional; además, no produce efectos secundarios, lo que aseguraría una mejor calidad de vida. Lo anterior motivó a realizar este trabajo cuyo propósito fue hacer un mayor uso de lo naturalista, según lo expuesto en el lineamiento 158 aprobado en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.8
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo y longitudinal de 79 lactantes con catarro común, asistidos en la consulta de Pediatría del Policlínico Docente Ramón López Peña de Santiago de Cuba, desde noviembre del 2016 hasta igual mes del 2017, con el objetivo de evaluar la efectividad del tratamiento homeopático en ellos.
En la investigación se incluyeron a los lactantes de 1 mes a 12 meses de edad, con síntomas respiratorios agudos y diagnóstico de catarro común, que pertenecieran al área de salud y sus padres dieran el consentimiento informado previamente. Fueron excluidos los que presentaban antecedentes de enfermedad respiratoria crónica, infección de las vías respiratorias bajas o alguna malformación congénita.
Cada paciente fue evaluado de manera individual mediante el empleo de la ley de los semejantes. Se tuvieron en cuenta algunas modalidades de los síntomas por homeopatía clínica, dada la agudeza de estos.
Se utilizaron los siguientes medicamentos homeopáticos:
Solanum dulcamara: Se indica cuando los síntomas empeoran al buscar calor o abrigo; los estornudos y la tos se presentan en accesos, la congestión nasal y conjuntival predomina en recintos secos y cerrados.
Sambucus nigra: Se utiliza para combatir y mejorar la congestión nasal que aparece unida a procesos inflamatorios de las vías respiratorias altas.
Drosera: Es muy efectiva si existe tos violenta y/o espasmos y picor, así como expectoración y sensación de cosquilleo.
Aconitum: Es efectivo en la fase congestiva y de los fenómenos inflamatorios. Se indica para el control de los síntomas iniciales: escozor y picor de ojos, garganta y nariz irritadas, con posibles problemas de oído. Generalmente es muy eficaz y de acción rápida.
Estos medicamentos se aplicaron a una baja potencia (6 ch), por ser enfermedades agudas, y se administraron 4 gotas por vía sublingual, puesto que resulta mejor la absorción con una frecuencia de cada 4 horas durante el período agudo de los síntomas, los que fueron evaluados al segundo y séptimo días. Los remedios homeopáticos se formularon en gotas, con vehículo hidroalcohólico a 30 %, y fueron preparados en la Farmacia de Terapia Floral y Homeopatía de Santiago de Cuba.
Se tuvieron en cuenta los aspectos éticos establecidos para cualquier investigación en seres humanos. Los datos fueron extraídos de las historias clínicas individuales y se introdujeron en una base de datos elaborada a los efectos. Entre las variables figuraron la edad, el sexo, las complicaciones, los síntomas, los medicamentos homeopáticos utilizados, la intensidad de los síntomas en el periodo agudo, la intensidad de los síntomas en el periodo de observación. Como medida de resumen se utilizaron los números absolutos y el porcentaje, para variables cualitativas.
Resultados
Como se aprecia en la tabla 1, predominaron el sexo masculino, con 60,5 %, y el grupo etario de 7 a 9 meses, con 43,0 %.
Respecto a las complicaciones, la bronquiolitis afectó a 9 pacientes, para 11,3 %, seguida de la otitis en 7 y la neumonía en 3, para 8,9 y 3,8 %, respectivamente.
El más utilizado de los remedios homeopáticos fue el Sambucus nigra en 44,3 %, seguido de la drosera en 34,1% (tabla 2).
En el período agudo, la intensidad de los síntomas duró hasta 2 días en 65,9 %, de 3 a 6 días en 24,0 % y más de 7 días en 10,1 %.
Por otra parte, la intensidad de los síntomas durante el periodo de observación fue de 1 semana para 67,0 % de los pacientes (tabla 3).
Discusión
Al analizar los grandes problemas de salud en la niñez, las infecciones respiratorias agudas ocupan un lugar predominante en cuanto a morbilidad. De hecho, el catarro común es la enfermedad que afecta con mayor frecuencia a la especie humana y que constituye un motivo reiterado de consulta pediátrica en la atención primaria de salud.
En Cuba han nacido un mayor número de varones que de hembras, lo cual pudiera explicar los resultados del actual estudio, los que, además, concordaron con los hallazgos de Gómez Pereira et al,9 quienes mencionan que los varones pueden enfermar de infecciones respiratorias casi el doble de veces que las niñas, pues en estas influye el cromosoma X y algunos factores aso ciados con la síntesis de inmunoglobulinas, que le con fieren una mayor protección. Sin embargo, no se encontró correspondencia con los resultados de Martín Rodríguez et al,11 pues estos encontraron un predominio del sexo femenino (56,60 %).
Entre los 6 meses y los 3 años de vida aparece el fenómeno de la hipogammaglobulinemia transitoria de la infancia, porque disminuyen los anticuerpos transmitidos por la madre por vía transplacentaria y por la suspensión de la lactancia materna, lo cual los vuelve susceptibles a las infecciones.12
Cabe señalar que las manifestaciones clínicas dependerán de la localización de la infección respiratoria, la edad del paciente y los factores de riesgo asociados, pero que, de ellas, la rinorrea resulta la más común en la mayoría de los afectados, lo cual se debe a las condiciones anatomofisiológicas del aparato respiratorio, a las diversas causas que las producen y a las características inmunológicas en el niño.13
Se ha demostrado la existencia de factores que condicionan las complicaciones, como las situaciones pésimas de ventilación y el hacinamiento, la escolaridad de los padres, el cuidado y la alimentación deficientes en el niño, la inestabilidad familiar; a lo cual se suman los problemas culturales.14
La homeopatía constituye uno de los tratamientos más eficaces en los niños, por su fácil aplicación, bajo costo, seguridad y aceptación en estos y por parte de las madres. Si los remedios homeopáticos son prescritos adecuadamente, producen más y mejores efectos en comparación con la terapia tradicional.15
Según se refiere en la bibliografía,16 son numerosos los remedios homeopáticos que pueden utilizarse para mejorar los síntomas del catarro común, aunque en esta investigación se emplearon cinco: Aconitum, Solanum dulcamara, drosera, Sambucus nigra; los que fueron seleccionados bajo un enfoque holístico.
Al evaluar la evolución de los lactantes de acuerdo a los síntomas, durante del episodio agudo se obtuvo una mejoría clínica evidente al segundo día; en efecto, la evolución de los síntomas en la primera semana fue favorable, lo que coincidió con un estudio realizado en Colombia por Guayacán Mora,10 donde 32,4 % de los niños tuvieron una recuperación más rápida, o sea, una menor duración de los síntomas. Igualmente, se concordó con García Leyva et al,1 quienes observaron que la disminución de los síntomas en 50,0 % de los pacientes ocurrió en un período de 1 a 2 semanas; fenómeno que relacionaron con los cambios climáticos que perpetúan los picos de circulación viral en el ambiente y con los métodos tradicionales que muestran el alivio de los síntomas y signos, lo que mejora la calidad de vida.
Finalmente, se concluyó que el tratamiento homeopático fue efectivo, dado que se obtuvieron resultados satisfactorios en un tiempo más corto, validados por la mejoría clínica en la mayoría de los pacientes.