Los progresos científicos y tecnológicos que han condicionado el desarrollo histórico, social y competitivo del siglo XXI caracterizan el contexto mundial en el que laboran los profesionales de todas las ciencias. Cuba está inmersa en el mundo de la ciencia y la tecnología por ser prioridades esenciales para el desarrollo del país.
Se impone crear estrategias desde la propia academia para solucionar las dificultades que puedan surgir en la comunicación de la lengua inglesa. Hace algunos años se ha venido perfeccionando el proceso de enseñanza y aprendizaje del idioma inglés en su estudio como lengua extranjera, al tomar como uno de los fundamentos, la utilización de los descriptores para la evaluación estandarizada como aspecto esencial del Marco Común de Europeo de Referencia para las Lenguas (MCER); este va más allá del enfoque comunicativo de mediados de los años 70, utilizado en todas las Universidades en Cuba, incluidas las de Ciencias Médicas.1
Las tendencias y nuevas tecnologías del mundo actual abren posibilidades para desarrollar un proceso de enseñanza y aprendizaje del idioma inglés como lengua extranjera, utilizando modernas prácticas propiciadas por su carácter internacional. Actualmente, en Cuba el idioma inglés es la lengua extranjera impartida en todas las enseñanzas. Sus objetivos para determinar la política educacional adecuada parten, sobre todo, de la necesidad de formar un ciudadano y futuro profesional competente en la época contemporánea.
Las razones fundamentales para su inclusión en el currículo de las carreras universitarias en Cuba se relacionan con su importancia como lengua internacional, por ser el idioma en el cual se encuentran las bibliografías más actualizadas y considerarse un instrumento de comunicación en los diferentes ámbitos. De ahí la necesidad de que todos los graduados de los centros de educación superior y de las universidades médicas del país, demuestren habilidades para comunicarse oralmente y por escrito, en idioma inglés sobre temas relacionados con su actividad profesional.
En los Centros de Educación Médica Superior del país, el programa de la disciplina Idioma Inglés forma parte de las disciplinas de Formación General de la carrera de Medicina. El idioma inglés no solo desempeña un papel académico en el plan de estudios, sino que constituye un instrumento necesario para el trabajo profesional y el desarrollo científico de los futuros profesionales de la salud.
El estudio del idioma inglés como lengua extranjera en la educación superior y en la universidad médica en Cuba ha transitado por diferentes etapas, las cuales han estado representadas por exponentes y métodos que han contribuido a la enseñanza del más universal de los idiomas. A partir de la periodización realizada, las etapas han estado enmarcadas como eras caracterizadas por el uso de diferentes métodos o enfoques:2
El método de gramática-traducción
El método directo
El método audio-lingual
El método cognitivo
Los métodos vía silente, aprendizaje de lenguas en grupos y sugestopedia
El enfoque comunicativo
El método de respuesta física total
Todos estos métodos demandaron de un trabajo metodológico dirigido al cumplimiento de los objetivos trazados en correspondencia con sus características y de las necesidades del contexto de formación en diferentes países, entre los que, por supuesto, se incluye Cuba.3
A partir del 2015, el Ministerio de Educación Superior en Cuba, introduce la política nacional de inglés que consideró al MCER como el principal marco de competencia y definió el B1 como requisito de graduación.4
A partir de ese momento, se comienza a redimensionar el proceso de enseñanza, aprendizaje y evaluación del inglés, para la formación de los estudiantes de todas las carreras universitarias que toma como referencia, tanto la rica tradición pedagógica cubana como las tendencias y estándares internacionales: el MCER y la escala global de inglés de Pearson, entre otros. Este sistema de objetivos por niveles guía el trabajo en el contexto nacional y constituye una plataforma base común de referencia para la elaboración de los programas de los cursos, las asesorías, el autoaprendizaje y la evaluación, tanto estandarizada como no estandarizada.5
Las primeras versiones del MCER datan de 1996 y 1998. Antes de ser publicado en inglés y en francés en el 2001, ya ha sido traducido a 40 idiomas y es aceptado como estándar internacional para la enseñanza y el aprendizaje de idiomas.6
El MCER es uno de los instrumentos de política lingüística del Consejo de Europa más conocido y usado. Mediante el Convenio Cultural Europeo, cincuenta países europeos se comprometen a promover «entre sus súbditos el estudio de las lenguas, historia y civilización» de otros países europeos. Este ha desempeñado, y continúa haciéndolo, un papel importante a la hora de hacer realidad esta visión de Europa.6
La enseñanza del idioma inglés en las universidades en Cuba también se ha visto involucrada en un proceso evolutivo de métodos y enfoques para lograr un dominio de la lengua en función de los retos, requerimientos y necesidades que demanda el desarrollo de la sociedad.
Estos enfoques han estado dirigidos a la formación de un profesional capaz de comunicarse eficazmente en esta lengua extranjera, en el marco de su actividad laboral y profesional y específicamente, en la enseñanza de la expresión oral en idioma inglés, como habilidad productiva.
El MCER define la expresión oral en categorías que responden a tres macrofunciones: interpersonal, transaccional y evaluativa y dos géneros textuales especializados: hablar en público y realizar anuncios públicos. La escala de monólogo sostenido: describir experiencias se centra en descripciones y narraciones, mientras que la de monólogo sostenido: argumentar (por ejemplo, en un debate) describe la capacidad de articular una argumentación como parte de un turno largo en el contexto de una conversación normal o una discusión. La escala de monólogo sostenido: dar información surge en 2018, se le han transferido algunos descriptores de la de intercambiar información, más cercanos al monólogo que al diálogo.7
El lenguaje oral se utiliza para establecer relaciones sociales a modo de interacción y para intercambiar información vital para los interlocutores de forma transaccional, se destaca por los turnos comunicativos cortos entre los interlocutores, quienes trasmiten información para establecer relaciones sociales. El lenguaje usado con fines transaccionales está caracterizado por el uso de turnos comunicativos largos y está orientado hacia el oyente.8
La interacción implica dos o más interlocutores que construyen conjuntamente el discurso, es fundamental en el esquema de uso de la lengua del MCER. Se considera que la interacción interpersonal es el origen del lenguaje, con las funciones interpersonal, colaborativa y transaccional. La expresión en forma de relato se puede considerar un desarrollo posterior en la oralidad y eventualmente, en la alfabetización.
La interacción oral incluye tanto la interacción hablada como la asignación en directo, cara a cara. Las escalas se hallan, de nuevo, organizadas según las tres macrofunciones: interpersonal, transaccional y evaluativa, a las que se suman ciertos géneros textuales especializados.7
A través de esta comunicación, los autores han referido la importancia del tratamiento a la expresión oral del inglés como habilidad lingüística productiva en el contexto de la universidad cubana actual y alertan sobre la importancia de los descriptores del MCER para su evaluación.