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Revista Cubana de Información en Ciencias de la Salud

versão On-line ISSN 2307-2113

Rev. cuba. inf. cienc. salud vol.27 no.3 La Habana jul.-set. 2016

 

CONTRIBUCIÓN CORTA

 

Las editoriales científicas depredadoras: una plaga académica

 

Predatory scientific publishing: an academic plague

 

Editoras científicas predadoras: uma praga acadêmica

 

 

Luis Carlos Silva Ayçaguer


Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas-Infomed. La Habana, Cuba.

 

 


RESUMEN

Se examina la problemática de las llamadas editoriales y revistas científicas depredadoras, un fenómeno reciente, que ha emergido a raíz de las nuevas modalidades de comunicación científica, y cuyas nefastas consecuencias permanecen en buena medida ignoradas por sectores importantes de la comunidad científica. El propósito de este trabajo es contribuir al conocimiento de la existencia de este fenómeno y de sus consecuencias fundamentales. Se denuncian las tácticas y los efectos de esta corriente lucrativa y se fundamentan las razones por las cuales la comunidad científica más avisada la considera una verdadera plaga académica, que daña tanto el prestigio de los científicos como a la ciencia en general.

Palabras clave: revistas científicas depredadoras; listas de Beall; DOAJ; acceso abierto.


ABSTRACT

The problem of the so called "predatory scientific journals" is examined. This is a rather recent phenomenon that has emerged following the new forms of scientific communication, whose ominous consequences remain largely ignored by ample sectors of the scientific community. The purpose of this paper is to contribute to the knowledge of the existence of this trouble and its fundamental consequences. The tactics and the effects of this lucrative stream and the reasons why the scientific community consider it as a factual academic plague that depreciate both, the prestige of scientists and science itself, are detailed exposed.

Key words: predatory scientific journals; Beall´s lists; DOAJ; open access.


RESUMO

Analisa a problemática das revistas científicas predadoras, um fenômeno recente, surgido como resultado das novas formas de comunicação científica e cujas nefastas consequências permanecem em considerável medida ignoradas pelos principais setores da comunidade científica. O objetivo deste trabalho é contribuir para o conhecimento da existência deste fenômeno e de suas consequências fundamentais. Denuncia as táticas e os efeitos deste fluxo lucrativo e fundamenta as razões pelas quais a comunidade científica mais informada as considera uma verdadeira praga acadêmica, prejudicial tanto ao prestígio dos acadêmicos como à ciência em geral. 

Palavras chave: periódicos científicos predadores; listas de Beall; DOAJ; acesso aberto.


 

 

INTRODUCCIÓN

Hace tres años la Revista Cubana de Información en Ciencias de la Salud (RCICS) publicó una breve comunicación1 donde se denunciaban las prácticas espurias de la llamada Editorial Científica Española, la cual tendía una ingeniosa y lucrativa trampa para incautos. Más recientemente, la propia RCICS destinó un Editorial2 que llamaba la atención sobre la redoblada invasión de los mercaderes en el ámbito de la comunicación científica. 

Y más recientemente, en un nuevo editorial3 destinado a precaver sobre los problemas que pudieran estar aquejando de manera creciente en el entorno de las publicaciones de "acceso abierto", se advertía sobre la deriva que una parte importante de las 11 000 revistas registradas en el Directorio de Revistas de Acceso Abierto (DOAJ, por sus siglas en inglés) iba teniendo hacia el modelo pay per publish, también llamado gold open access.

Tal modalidad, basada en el cobro a los autores por el procesamiento de un artículo (los llamados Article Processing Charges), ha ido creciendo indeteniblemente desde que en el año 2000 emergieron las revistas gestionadas por BioMed Central, hasta superar numéricamente desde 2011 a las llamadas "revistas de suscripción".4 En ese contexto se mencionaba que cerca de 900 de las revistas del DOAJ eran simples timos comerciales*. Se trata de una deformación singular que se inscribe dentro de una trama compleja que se va tejiendo en torno al movimiento de las revistas que operan con el modelo open access y a sus modelos financieros, la cual ha venido produciendo diversas reflexiones y se halla en permanente reconfiguración.5

La presente contribución procura llamar la atención sobre algunos aspectos de este fenómeno, acaso lo más acuciantes, sin pretensión alguna de exhaustividad, centrado en las llamadas editoriales y revistas depredadoras (predatory publishers y predatory journals, como se les conoce en inglés).

 

¿QUIÉN LE TEME AL ARBITRAJE? UN PUNTO DE PARTIDA PARA EL ANÁLISIS

En octubre del año 2014 Science Magazine publicó el trabajo titulado Who is afraid of peer review?,6 a cargo del periodista John Bohannon. Este "confiesa" haber fabricado dos años antes un artículo cuyos autores eran inventados, al igual que los presuntos métodos seguidos y los resultados obtenidos en relación con un promisorio medicamento (Letharia vulpina, una de las especies de liquen a la que se atribuyen propiedades inhibidoras del cáncer). Bohannon insertó burdos errores (por ejemplo, los datos estaban lejos de avalar las conclusiones) y hasta algunos aspectos éticamente reprobables (como la omisión al modo en que habrían sido tratados los animales de experimentación). El autor procedió entonces a desarrollar un experimento: entre enero y agosto del año 2013, envió el trabajo a 304 revistas que utilizaban la modalidad de cobrar a los autores por publicar los artículos en acceso abierto (183 de las cuales figuraban en el DOAJ), y registró que 157 de ellas aceptaron publicar dicho engendro. Muchas de las revistas que cayeron en la trampa son gestionadas por afamadas editoriales (entre ellas, Elsevier y Sage) o reconocidas universidades. En particular, ese fue el caso del 45 % de las que integraban el DOAJ.

El hecho fue implícitamente enarbolado por el autor, y de hecho por Science Magazine, como una prueba de la endeblez del movimiento de Acceso Abierto (OA, por sus siglas en inglés): la idea es que si las editoriales tienen un incentivo monetario para aceptar un artículo, y puesto que solo reciben dinero en tal caso, entonces inevitablemente admitirá basura en sus revistas.

Habida cuenta de algunos defectos notables del trabajo, pocos ponen en duda que John Bohannon y Science estaban marcadamente interesados en subrayar la cara oscura del movimiento de acceso abierto.  En efecto, la estrategia de Bohannon se ciñó a enviar su carnada solamente a revistas que siguen el susodicho modelo de pay per view, ya fueran integrantes del DOAJ o directamente conceptuadas como depredadoras, de modo que se le objetó, no sin razón, la ausencia de "un grupo de control".

El artículo despertó indignación en los círculos cercanos al movimiento OA y se ha acusado a Science7,8 de que toda la maniobra se habría concebido para la construcción de la duda, en el sentido denunciado por el excelente libro de David Michaels titulado Doubt Is Their Product,9 y magnificar la desconfianza en torno a cualquier iniciativa o proceso que amenace intereses de algunas empresas o entidades lucrativas. La respuesta de Bohannon de que muchas de las críticas se orientaban a matar al mensajero soslayando la esencia del mensaje contiene mucho de cierto.

En su momento, refiriéndome a este caso, escribí: "En una era de manipulación informativa sin precedentes a cargo de aquellos cuyos intereses están en riesgo, un ataque al modelo OA no sorprende."10 Sin embargo, tras meditar más en este tema, rectifico parcialmente mi posición.  Concretamente, se le impugna a Bohannon que no enviara la pieza envenenada también a una muestra de revistas convencionales, las llamadas "de suscripción". Pero lo cierto es que el experimento tampoco implicó a otro tipo de revistas de OA. Más concretamente, no incluyó aquellas que, subvencionadas por organizaciones no lucrativas, siguen la llamada "ruta de platino" (i.e. aquellas que por regla general no están en las bases de datos como Science Citation Index y que no cobran ni a los autores ni a los lectores). No es un detalle baladí, pues la acusación de que su accionar se orientaba a desacreditar dicho movimiento como un todo se tambalea, y solo cabe tal suspicacia en relación con el modelo Golden OA.

En este punto, cabe esclarecer qué demostró y qué no el famoso artículo publicado en Science. A mi juicio, su trabajo dejó fuera de toda duda que el modelo pay per view es difícilmente defendible; su fragilidad es estructural, y el conflicto de intereses que le atraviesa, intrínseco. A propósito, cabe apuntar que algunas revistas tradicionales también cobran por publicar; en principio no están aquejadas por males tales como no aplicar una revisión por pares adecuada, pero el mencionado conflicto de intereses también las alcanza. El potencial acrisolamiento que supone la revisión por pares podría mitigar el problema; pero verlo como su solución es, por definición, una quimera. En segundo lugar, puso de manifiesto que el DOAJ necesitaba una profunda revisión.

Pero el polémico artículo no demostró, ni por asomo, que el modelo convencional esté libre de graves desviaciones; ni mucho menos que todo el movimiento OA sea una perversión. En el afán de valorizar las editoriales comerciales, se ha llegado a denunciar que SciELO es una favela de publicaciones11,12 a pesar de que el modelo "de platino" que siguen la inmensa mayoría de las revistas allí insertadas, ha demostrado no solo ser altamente eficaz, especialmente fuera de los espacios etnocéntricos anglosajones, sino que por su propia naturaleza está libre de la invasión de expresiones depredadoras.

 

¿QUÉ SON LAS MODALIDADES EDITORIALES DEPREDADORAS?

Los investigadores recibimos cotidianamente invitaciones para que enviemos artículos a determinadas revistas presuntamente muy interesadas en nuestros aportes científicos. También arriban halagadoras propuestas para integrar sus comités editoriales. Se trata con extrema frecuencia de editoriales y revistas depredadoras. Estas se inscriben en un modelo lucrativo espurio y son consideradas como tales por cumplir algunas de las siguientes condiciones (con frecuencia todas o casi todas ellas):

- Desplegar agresivas campañas para conseguir que los académicos envíen manuscritos.

- Prometer una rápida publicación de los artículos.

- Ofrecer tentadores precios, por lo general inferiores a los demandados por el resto de las revistas.

- Imitar el nombre de revistas famosas y copiar el estilo de sus sitios Web para confundir y seducir a los autores.

- Prometer una exigente revisión por pares que en realidad no se produce o es en extremo débil.

- Aceptar artículos –incluyendo algunos carentes de sentido- con rapidez y superficialidad.

- Comunicar a los académicos sobre los costos sólo después de que los artículos son aceptados.

-
Informar que poseen un ISSN (International Standard Serial Number) como si esto tuviera algún significado legitimador.

-
Atribuirse a sí mismas falsos factores de impacto.

-
Nombrar académicos inexistentes en sus consejos editoriales.

-
Usar los nombres de científicos atribuyéndoles una falsa condición de editores (a veces sin el conocimiento de esas personas y otras luego de haberles invitado a figurar y haber conseguido una anuencia desprevenida).

-
No permitir que los académicos renuncien a integrar los comités editoriales en los que, por imposición o por imprecaución, se hallan.

-
Dificultar la identificación de los editores y su localización.

Tales revistas,  efectivamente, proveen a los autores de una vía fácil —si dejamos aparte los costos— para publicar; pero al acudir a ellas se deteriora el prestigio de quienes lo hacen, se daña la credibilidad de la ciencia y se contribuye a la degradación de los repositorios.  Nadie niega la nefasta polución informativa que entrañan; ni siquiera algunos que han manejado rocambolescos argumentos para considerar que tienen aspectos positivos.13

 

LAS LISTAS DE JEFFREY BEALL

En este contexto es imposible ignorar el trabajo de Jeffrey Beall. Este bibliotecario de la Universidad de Colorado en Denver, Estados Unidos, se ha hecho mundialmente famoso por haber acuñado el término "editoriales depredadoras", por sus investigaciones sobre el tema y por la publicación regular de sus listas de "potenciales, posibles o probables editoriales y revistas de acceso abierto depredadoras". La correspondiente a 2016 incluye nada menos que 923 compañías editoras mientras que eran solo 18 en el año 2011.14

Beall ha sido atacado sobre la base de que es un "enemigo" del Open Access.15 Quizás pueda ser tildado como tal, pero lo cierto es que sus famosas listas, en constante perfeccionamiento, nos proveen de una herramienta orientativa que ha sido encomiada no solo en el mundo académico, sino también en el marco mediático.16 No son perfectas: pueden contener tanto omisiones como falsos positivos, pero el hecho de que sea prácticamente imposible hallar un criterio diagnóstico que tenga sensibilidad y especificidad máximas no impide que esos sean usados provechosamente.

En cualquier caso, son útiles para lidiar con el problema y sugerir algunas reglas elementales que deberían observarse en el ámbito académico.17-19 Otros indicios que permiten anticipar que estamos ante una propuesta fraudulenta pueden provenir del examen de quiénes publican en esas revistas y cuál es la distribución geográfica de estas editoriales, aspectos que desbordan el propósito de la presente comunicación pero que han sido objeto de algunos estudios.20

Es altamente recomendable entonces que los autores no publiquen en tales revistas ni citen trabajos que tengan esa procedencia; que los comités editoriales de las revistas exijan a los autores que extirpen toda referencia correspondiente a tales publicaciones (salvo que sea para criticarlas, claro está) y que los tribunales de grados científicos rechacen los trabajos que vertebren sus argumentos en torno a artículos allí publicados. Es una tarea ardua, toda vez que el número de artículos que ven la luz en ellas es enorme y se incrementa galopantemente21 (ha crecido de 53,000 en el año 2010 a más de 420,000 en el 2014). Otras estrategias para conjurar este peligro pueden hallarse en diversos trabajos sobre el tema.22,23

 

COMENTARIO FINAL

La caracterización realizada, las reglas sugeridas y, en general, todos los recursos para eludir la estafa de las editoriales depredadoras, se inscriben en el propósito de sacar a las publicaciones del ámbito sanitario de su actual crisis,24-26 uniéndose así a los esfuerzos que hoy toman forma a través de iniciativas tales como METRICS (Meta-Research Innovation Center at Stanford) para incentivar la llamada "Meta-investigación"27 (estudios cuyo objeto de atención es la propia investigación científica) y promover la obtención y la diseminación solo de conocimientos que sean verdaderamente válidos.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

1. Silva Ayçaguer LC. Acerca de una modalidad editorial espuria. Rev Cubana Informa Cienc Sal. 2012;23(1):73-7. 

2. Silva Ayçaguer LC. Un fin de año turbulento para la comunicación científica. Rev Cubana Informa Cienc Sal. 2014;25(1):1-3.

3. Silva Ayçaguer LC. Luces iniciales y sombras actuales del "acceso abierto": una mirada desde los países en desarrollo. Rev Cubana Informa Cienc Sal. 2014;27(2):118-21.

4. Butler D. Investigating journals: The dark side of publishing. Nature. 2013;495(7442):433-5. 

5. Melero R, Abad F. Revistas open access: características, modelos económicos y tendencias. En: BiD, textos universitaris de biblioteconomia i documentació. 2008 [citado 28 de junio de 2016];(20). Disponible en: http://www.ub.edu/bid/20meler2.htm

6. Bohannon J. Who's Afraid of Peer Review. Science. 2014;342(6154):60-5.

7. Directory of Open Access Journals. DOAJ's response to the recent article in Science entitled "Who's Afraid of Peer Review?". DOAJ; 2014[citado 20 de marzo de 2016]. Disponible en:  http://www.doaj.org/doaj?func=news&nId=315&uiLanguage=en

8. Directory of Open Access Journals. Second response to the Bohannon article.  DOAJ; 2015 [citado 20 de marzo de 2016]. Disponible en: http://www.doaj.org/doaj?func=news&nId=317&uiLanguage=en  

9. Michaels D. Doubt is their product. How industry's assault on science threatens your health. Oxford: Oxford University Press; 2008.

10. Silva Ayçaguer LC. Manufacturing doubts about Open Access. Economía y Salud. 2015 [citado 20 de marzo de 2016];Dic Nº 78. Disponible en:  http://www.aes.es/boletines/news.php?idB=19&idN=1278

11. Beall J. Is SciELO a publication favela? Scholarly Open Access. 2015 [citado 20 de marzo de 2016]. Disponible en:  http://scholarlyoa.com/2015/07/30/is-scielo-a-publication-favela/

12. Jeffrey Beall. Nota de repudio al artículo "Is SciELO a Publication Favela?" Scientific Electronic Library Online. 2015 [citado 2 de abril de 2016]. Disponible en:  http://blog.scielo.org/es/2015/08/25/nota-de-repudio-al-articulo-is-scielo-a-publication-favela-de-autoria-del-sr-jeffrey-beall/

13. Jan Velterop J. Are "predatory" journals completely negative, or also a sign of something positive? Blog; 2016 [citado 20 de marzo de 2016]. Disponible en:  http://blog.scielo.org/en/2016/02/02/are-predatory-journals-completely-negative-or-also-a-sign-of-something-positive/

14. Beall J. List of publishers. Scholarly Open Access; 2016 [citado 20 de marzo de 2016]. Disponible en: https://scholarlyoa.com/2016/01/05/bealls-list-of-predatory-publishers-2016/

15. Crawford W. Intersections: Ethics and Access 1: The Sad Case of Jeffrey Beall. Cites and Insights: Crawford at Large. 2014;14:1-14.

16. Kolata G. Scientific articles. Diario The New York Times, 7 de abril de 2013 [citado 25 de enero de 2016]. Disponible en: http://www.nytimes.com/2013/04/08/health/for-scientists-an-exploding-world-of-pseudo-academia.html?pagewanted=all&_r=0

17. Sorrell J, Owens J. Ethics: Predatory publishing: Keeping the wolves from your office door. Onl J Iss Nurs. 2015 [citado 2 de junio de 2016];20(3). Disponible en: htpp://www.nursingworld.org

18. Artículo. Say no to predatory journals. 2015 [citado 20 de marzo de 2016]. Disponible en:  http://www.uis.no/library/news/say-no-to-predatory-journals-article92079-9658.html

19. Sterne J. Why you shouldn't publish with Lap Lambert. German Publishing House; 2012 [citado 7 de abril de 2015]. Disponible en: http://superbon.net/?p=2234 

20. Tin L, Ivana  B, Biljana  B, Ljubica I, Dragan M, Dušan S. Predatory and fake scientific journals/publishers-a global outbreak with rising trend: A review. Geograp Pann. 2014;18(3):69-81.

21. Shen C. Björk B. "Predatory" open access: a longitudinal study of article volumes and market characteristics. BMC Medicine. 2015;13:230.

22. Dadkhah M, Bianciardi G. Ranking predatory journals: Solve the problem instead of removing it! Adv Pharm Bull. 2016;6(1):1-4.

23. Jalalian M, Mahboobi H. Hijacked journals and predatory publishers: Is there a need to re-think how to assess the quality of academic research? Wal J Sci Technol. 2014;11(5):389-4.

24. Young NS, Ioannidis JPA, Al-Ubaydli O. Why current publication practices may distort science. PLoS Med. 2008;5(10):e201.

25. Ioannidis JPA. Why most published research findings are false. PLoS Med. 2005;2(8):e124.

26. Ioannidis JPA. How to make more published research true. PLoS Med. 2014;11(10):e1001747.

27. Silva Ayçaguer LC. La meta-investigación: en defensa del rigor y la transparencia informativa. Rev Cubana Inform Cienc Sal. 2015;26(2):92-3.

 

 

Recibido: 8 de abril de 2016.
Aprobado: 28 de junio de 2016.

 

 

Luis Carlos Silva Ayçaguer. Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas. Calle 27 entre M y N, Vedado, La Habana, Cuba. Correo electrónico: lcsilva@infomed.sld.cu


* En ese texto se advertía, sin embargo, que  dicho directorio ha estado adoptando medidas para depurar la lista mediante el establecimiento de criterios más estrictos para que una revista ingrese o permanezca en su seno.

 

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