Introducción
Durante el último tercio de la gestación de las ovejas, el crecimiento fetal con su presión sobre el rumen influye negativamente en la capacidad de consumo de materia seca de las hembras (Faverdin et al., 2011). En este contexto, la degradabilidad ruminal de la ración, en función del tamaño de partícula, así como la cantidad y calidad de la fibra, entre otras, son características determinantes en la alimentación de las ovejas. Por ello, la harina de Medicago sativa L. se utiliza como componente de alta calidad en la dieta de ovejas en esta fase productiva.
Recientemente, Ramírez et al. (2017) propusieron como forraje de alto valor nutrimental la lámina de hoja de Ricinus communis L., sobre la base de su alto contenido de proteína bruta (27,6 a 32,0 %) y su baja concentración de fibra (25,2 % de FDN y 22,5 % de FDA, respectivamente), con cifras inferiores a lo informado para M. sativa (44,2 y 35,2 %, respectivamente). Lara et al. (2016) indicaron que presenta niveles superiores a 2,7 Mcal EM/kg MS y degradabilidad ruminal in situ de MS a las 48 h de 93,2 ± 4,0 %.
Con respecto a la sanidad, existen evidencias contradictorias acerca de la ingestión de láminas de hojas de R. communis. Algunos autores refieren la ausencia de intoxicación o muerte, o ambas, en ovinos en crecimiento (Lara et al. 2016) y ovejas gestantes (Del-Viento y Palma, 2016), diferente a lo encontrado en forma experimental (Bezerra y Brito, 1995; Döbereiner et al., 1981) o por ingestión accidental (Aslani et al., 2007; Bianchi et al., 2018).
Este estudio tiene como objetivo evaluar el efecto de la sustitución de M. sativa por lámina de hoja de R. communis en la alimentación y sanidad de ovejas en el último tercio de la gestación.
Materiales y Métodos
Localidad. El experimento se llevó a cabo en el rancho Borregueros Ramírez, ubicado en el municipio de Ahualulco de Mercado, Jalisco, georeferenciado a los 103°58’O, 20°41’N y 1,321 m.s.n.m. de altitud (Google, 2015). El clima de la localidad es semicálido subhúmedo, con lluvias de junio a septiembre, y rango de temperatura de 14 a 22 °C. La precipitación anual media es de 900 mm (IIEG, 2018).
Tratamientos y diseño experimental. Se utilizó un diseño completamente al azar, con dos tratamientos:
M. sativa (control) en: una ración integral diaria, con la inclusión de 20 % de harina de heno de M. sativa.
Láminas de hoja de R. communis (experimental) en: una ración integral diaria, que incluyó 20 % de harina de lámina de hoja de R. communis en sustitución de la harina de heno de M. sativa.
Animales experimentales. Se utilizaron 10 hembras primíparas, de la raza Katahdin, de 45 ± 3 kg de peso vivo y 11 meses de edad. Se alojaron de forma individual, en corraletas de 1,5 m2, con piso de tierra, distribuidas en dos grupos de cinco animales cada uno, según tratamiento experimental. Al inicio del experimento, las borregas se encontraban en el último tercio de la gestación. Como estrategia de profilaxis del rebaño recibieron selenio (selenito de sodio), vitamina A y bacterina 8 vías1. Los animales recibieron como dosis profiláctica 0,2 mg, 500 mg por kg/PV y 2,5 mL vía intramuscular, respectivamente. El diagnóstico de gestación se realizó a los 45 días post-servicio mediante un equipo de ultrasonido marca Metvet.
Manejo de los forrajes utilizados. Las láminas de hojas de R. communis (LHRc) se cosecharon manualmente a partir de plantas silvestres de la región, que tenían entre 1,5 y 2,0 m de altura. Las láminas se deshidrataron a la sombra durante 10 días, y luego se molieron (molino marca Azteca) a un tamaño de partícula de 3,0 mm. La harina resultante se utilizó para sustituir en la dieta la harina de heno de M. sativa, de igual tamaño de partícula.
Procedimiento experimental. El ensayo tuvo una duración de 52 días y se dividió en cuatro períodos: el primero del día 1 al 15, el segundo del 16 al 30, el tercero del día 31 al 45, y el último del día 45 hasta el parto.
Las raciones, diseñadas para cubrir las necesidades nutricionales de los animales (Martín y Palma, 2017), se ofrecieron dos veces al día (8:00 a.m. y 4:00 p.m.) ad libitum, sin fase previa de adaptación. Para la oferta de la ració se estimó un rechazo de 5 % diario. La estimación del consumo de alimento se obtuvo mediante la diferencia entre esa oferta y el rechazo, de forma diaria. El agua estuvo disponible ad libitum durante todo el período experimental.
Los porcentajes de inclusión y la composición química de las dietas se muestran en la tabla 1. Se evaluaron las variables consumo de materia seca total (kg/animal), consumo de MS por peso metabólico (g MS/PV0,75), consumo de proteína (g) y energía metabolizable (Mcal).
En el ámbito productivo, se registró la duración de la gestación (días) y el número de crías por oveja al parto. El peso de la camada al nacer (kg) y el peso individual del cordero (kg). En lo que respecta a la sanidad, se monitoreó la aparición signos de intoxicación (Tokarnia et al., 1975), abortos o muertes.
Análisis estadístico. Para el procesamiento de los datos se utilizó el paquete estadístico Statistix versión 8 (Statistix, 2003), con el peso de los animales al inicio del experimento como covariable. Para la comparación de medias se usó la prueba de Tukey (p < 0,05). Mientras que, para la presencia de signos de intoxicación, abortos o muertes de los animales, se aplicó una prueba no paramétrica (X2). La tendencia en el consumo de materia seca y proteína bruta, basado en el peso metabólico en función del tiempo, se sometió a análisis de regresión lineal por animal y tratamiento, según la fórmula siguiente:
donde:
Y = variable de respuesta
a = valor de la ordenada al origen, en donde la línea de regresión se intercepta con el eje Y.
b = variación media de la variable respuesta, cuando x aumenta una unidad (pendiente de la recta)
Con los parámetros de la recta de regresión “a” y “b” por animal y tratamiento, se realizó un análisis de varianza.
Resultados y Discusión
El consumo de lámina de hoja de R. communis por ovejas durante 52 días (equivalente al último tercio de gestación) no generó signos clínicos de intoxicación, abortos o muertes en las ovejas ni en sus crías.
En la tabla 2 se muestra el análisis del consumo de MS, dividido en cuatro períodos. En todos, el tratamiento con M. sativa demostró tener mayor consumo con respecto a R. communis, excepto en el último período, seis días antes del parto.
En cuanto a la dinámica de consumo, el comportamiento fue variable, con tendencia a descender a medida que se acercó el parto (figura 1). En la etapa inicial, en el tratamiento con R. communis, se registró un evidente menor consumo, debido tal vez al proceso de adaptación de los animales a esta dieta.
Este comportamiento de los animales es controversial, puesto que, generalmente, se considera a R. communis como una planta tóxica, aunque aún es preciso determinar si la toxicidad se debe a la semilla, la hoja, o ambas. La mayoría de los estudios informan toxicidad por la ingestión de la semilla (Fonseca y Soto-Blanco, 2014; Mondal et al., 2019), propiciada por las condiciones de escasez forrajera y el déficit alimentario, en particular en la época de sequía (Albuquerque et al., 2014). En esta situación, la intoxicación genera signos digestivos, asociados al consumo de una toxoalbúmina llamada ricina (Alburquerque et al., 2014), que está presente en las semillas.
Otros autores, como Döbereiner et al. (1981) y Bezerra y Brito (1995), refirieron intoxicación y muerte por consumo de hojas de R. communis en ovinos experimentales. En tanto que, Brito et al. (2019) informaron intoxicación espontánea por acceso a podas, aunque se indica que es poco usual este fenómeno.
Las manifestaciones clínicas son de tipo nervioso, relacionadas con el consumo de un alcaloide, conocido como ricinina, que es abundante en la hoja (Tokarnia et al., 1975). Según Sánchez et al. (2016); Riet-Correa et al. (2017) y Brito et al. (2019), estas manifestaciones clínicas pueden ser persistentes, de dos a 16 h. Luego, los animales se pueden recuperar o morir, en dependencia de la cantidad de hojas ingerida. Estos autores indicaron que la intoxicación en forma experimental se presenta con dosis de 10 a 20 g de hojas consumidas/kg peso vivo.
Aslani et al. (2007) y Bianchi et al. (2018) enfatizaron en el consumo de hojas y semillas conjuntamente ante la aparición de signos de intoxicación espontánea, e incluso muerte, en ovinos y caprinos, respectivamente Además de la ricinina es conocido que la hoja de R. communis contiene varios flavoniodes (Mamoucha et al., 2016).
La tabla 3 muestra el comportamiento del consumo de proteína y de energía, que resultó superior en el tratamiento con harina de heno de M. sativa (p < 0,05) con respecto al de harina de R. communis, excepto al final de la gestación. En esta etapa no hubo diferencias estadísticas, lo que se asocia al consumo total de MS de ambas raciones.
En la tabla 4 se muestran los valores de la regresión lineal por tratamiento para el consumo de materia seca y proteína cruda por kg PV0,75. En ambos casos, hubo mayor consumo inicial de materia seca (p = 0,060) y proteína (p = 0,048) a favor del tratamiento con alfalfa en el valor de la ordenada al origen (a), sin diferencia en la tasa de cambio (b) entre tratamientos durante el último tercio de la gestación, que comprendió a los 52 días.
En este estudio, el uso de la lámina de la hoja se incorporó en raciones integrales destinadas a ovinos, pues se considera una opción de aporte proteico-energético (Palma, 2018). Puesto que su incorporación en dietas integrales para animales en estabulación, pastoreo, o en su uso como aditivo, no provocó signos de intoxicación, abortos ni muertes en ovejas durante el último tercio de gestación ni afectó a sus crías, estos resultados coinciden con lo señalado por del-Viento y Palma (2016) para ovejas gestantes y para ovinos machos en desarrollo (Lara et al., 2016; Zamora et al., 2018).
Basado en la experiencia de Lara et al. (2016), quienes ofertaron hoja de R. communis con adaptación paulatina a su consumo, se registró un consumo de hasta 527 g de materia seca a los 31 días. Esto significó 37 % del consumo total, sin intoxicación. Por esta razón, se propuso incorporar 20 % de R. communis en raciones integrales destinadas a animales gestantes.
Este enfoque permitió desarrollar una propuesta que asegura no intoxicar a los animales, puesto que la ingestión de la hoja no llega al límite tóxico (Döbereiner et al., 1981), y supera lo propuesto para bovinos por Tokarnia et al. (1975), quienes sugieren 5 g de MS/kg de peso vivo. Un factor a considerar en la inocuidad de la lámina de R. communis utilizada en este trabajo fue su deshidratación y almacenamiento durante un mes antes del inicio del experimento. Tokarnia et al. (1975) hicieron referencia a este proceso e indicaron que la deshidratación y el almacenaje de las hojas reducen la toxicidad.
El limitado consumo voluntario de la ración, correspondiente al tratamiento con lámina de R. communis, principalmente en los primeros 15 días de exposición, se puede asociar a la presencia de los componentes potencialmente tóxicos de este forraje. Sin embargo, luego se evidenció una costumbre paulatina en lo que respecta a la digestión y metabolismo de los animales, ya que se igualó el consumo en los períodos siguientes de evaluación. No obstante, el consumo siempre fue menor (p < 0,05) al del tratamiento con harina de heno de M. sativa y, solamente en el período próximo al parto se lograron igualar ambos tratamientos.
En sentido general, se evidenció disminución en el consumo de materia seca de las ovejas a medida que los animales se aproximaban al parto. Esto pudo estar asociado al crecimiento exponencial fetal en esta etapa de la gestación (del 70 al 80 %), lo que reduce el espacio en la cavidad abdominal y, a su vez, disminuye la capacidad de ingestión del animal (Herrera et al., 2010; Cal-Pereyra et al., 2011; Vicente-Pérez et al., 2015).
Esto se hizo evidente en el tratamiento con lámina de R. communis, en el que fue mayor (p < 0,05) el número de corderos por parto (2,40 vs 1,60 para lámina de R. communis y M. sativa, respectivamente), con mayor peso de la camada al nacimiento (tabla 5). Por esto se plantea que el consumo inicial de materia seca como de proteína, en el tratamiento con lámina de R. communis, pudo actuar como catalizador de la degradación ruminal, provocando mejor aprovechamiento de la ración integral por parte del animal en un período de alta demanda nutricional. Este fenómeno se puede explicar por la alta tasa de degradación a nivel ruminal de la lámina de R. communis, con valor de 95 %, según lo informado por Palma et al. (2015), Ramírez et al. (2017) y Palma (2018).
Es poca la literatura en la que se evalúan dietas forrajeras con 60 % de forraje en esta etapa productiva, por lo que es necesario continuar las investigaciones en esta temática, donde se aborde el impacto de estas dietas en la capacidad de consumo de materia seca y sus principales componentes.
La tabla 5 muestra los indicadores productivos de las ovejas en el momento del parto en relación con los días de gestación, peso de la camada al nacimiento y peso individual de cordero, variables en las que no hubo diferencias estadísticas entre tratamientos. El número de corderos/parto fue mayor en el tratamiento con R. communis. El peso total de los fetos fue mayor en R. communis. aspecto relevante en la última etapa de la gestación, en la que el desarrollo del feto limita la capacidad de llenado ruminal. Esto posiblemente explique la diferencia de consumo entre los tratamientos.
El peso de los corderos en ambos tratamientos (> 3,0 kg) estuvo en el rango señalado por Vicente-Pérez et al. (2015) y Lucio et al. (2018). En cuanto a los días de gestación, la sustitución de M. sativa por láminas de R. communis en la ración de las ovejas no alteró la duración de esta etapa.
El enfoque desarrollado en este trabajo no solo demuestra el aporte proteico-energético de R. communis, sino evidencia que su incorporación en la alimentación de rumiantes permite generar opciones de asociaciones forrajeras, lo que favorece el desarrollo de opciones de alimento en períodos críticos y en condiciones adversas. Este es el caso de la asociación de R. communis con la punta de S. officinarum L.
Este trabajo es un aporte al desarrollo de sistemas agroforestales con el uso de R. communis, tema que fue señalado por Sánchez et al. (2016). Específicamente se dirige al diseño de sistemas silvopastoriles en el área tropical, donde se combina con gramíneas como la caña de azúcar (S. officinarum). En este caso, se asocia con la punta de caña, como plantean Palma et al. (2019) cuando se refieren a la integración de residuales agrícolas y agroindustriales en la generación de sistemas ganaderos resilientes.
Conclusión
La harina de hoja de R. communis puede suplir el uso de M. sativa en el último tercio de la gestación de ovinos, con menor consumo voluntario de alimento, sin detrimento de los indicadores productivos ni de la generación de signos de intoxicación, abortos o muertes. Además, no afecta la viabilidad de los corderos.