INTRODUCCIÓN
Las cardiopatías de origen isquémico constituyen un grupo de enfermedades, con mayor frecuencia de origen aterosclerótico, que afectan los vasos arteriales coronarios y provocan isquemia e infarto del tejido miocárdico, cuyas manifestaciones clínicas, en su mayoría son por sí mismas una emergencia médica, donde el infarto agudo de miocardio expresa la mayor incidencia de manera general. 1
Más de siete millones de personas mueren cada año como consecuencia de la cardiopatía isquémica, lo que corresponde a 12,8 % de todas las muertes. Este fenómeno seguirá en ascenso en los próximos años, de manera que para el 2020 se pronosticaron aproximadamente 20,5 millones de muertes anuales y 24,2 millones para el 2030. 1
La incidencia de factores de riesgo como: la obesidad, el sedentarismo, las transgresiones dietéticas, el tabaquismo, la hipertensión arterial, el alcoholismo y la diabetes mellitus constituyen una sobrecarga de actividad para el corazón, lo que presupone un desgaste y un incremento del gasto cardíaco determinantes en la ocurrencia de infarto del miocardio. 2
La expresión de estos factores de riesgo cardiovasculares está relacionada con la ocurrencia de decesos por enfermedades del corazón.
En Cuba al finalizar el año 2021, las enfermedades del corazón ocuparon el primer lugar con una tasa de 238,1 por 100 000 habitantes, seguida de la muerte por tumores malignos, cuya tasa fue de 223, ambas causas representaron el 47,5 % del total de las defunciones del año. El 61,3 % de las muertes por enfermedades del corazón ocurrieron por enfermedades isquémicas, de ellas, 44,2 % por infarto agudo de miocardio. Según sexo, la tasa de mortalidad masculina (14 355 defunciones) es 1,2 veces mayor para las enfermedades del corazón que en el sexo femenino. 3
Las enfermedades cardiovasculares se ubicaron como la segunda causa de mortalidad para edades de 30-69 años y la primera para las edades de 70 años y más a predominio de las causas isquémicas. 3
No se puede descartar la influencia de hábitos y estilos de vida y la persistencia de factores de riesgo (obesidad, dislipidemias, envejecimiento, tabaquismo, hipertensión arterial y diabetes mellitus) como causas fundamentales que incrementan el riesgo para la enfermedad cardiovascular isquémica.
Las enfermedades cardiovasculares constituyeron en Cuba en el 2021 la primera causa de mortalidad prematura para ambos sexos. 3
Las provincias, La Habana, Santiago de Cuba, Villa Clara y Holguín aportaron la mayor incidencia y prevalencia de individuos con enfermedades cardiovasculares de manera general. 3
El reporte estadístico del municipio Banes en el año 2022 señala que la prevalencia por enfermedad isquémica cardiovascular afecta más al sexo femenino en las edades de 25-59 años y 65 años y más y de manera global. El sexo masculino fue más afectado en las edades de 59-64 años. El infarto de miocardio agudo representó la primera causa de enfermedad isquémica cardiovascular a predominio del sexo masculino (2:1). 4
En la actualidad, establecer el riesgo cardiovascular resulta imprescindible, debido a la preocupación de los decisores de salud porque permite estimar el riesgo a futuro y planificar acciones preventivas, diagnósticas y rehabilitadoras y el infarto de miocardio constituye un marcador de riesgo cardiovascular en incremento para la población contemporánea como respuesta a los hábitos y estilos de vida. 2
La elevada presencia de factores de riesgo cardiovasculares en la población cubana y la incidencia marcada de infarto de miocardio como causa de muerte en el municipio Banes en los años 2021-2022, determinan que la presente investigación declare como objetivo: determinar la epidemiología del infarto agudo de miocardio, los factores de riesgo predisponentes y el riesgo cardiovascular global.
MÉTODOS
Se realizó un estudio analítico, longitudinal y retrospectivo de serie de casos, a partir de los individuos con diagnóstico de infarto agudo de miocardio evaluados en el Servicio de Urgencias Médicas del Hospital Docente Clínico Quirúrgico Carlos Enrique Font del municipio Banes, provincia Holguín, durante el período mayo 2022- 2023.
El universo abarcó 57 individuos con diagnóstico establecido según patrón electrocardiográfico de infarto agudo de miocardio, por medio de un muestro probabilístico aleatorio simple quedó establecida la muestra de 38 individuos, a los que se les aplicó una encuesta para obtener los datos inherentes a la investigación.
Las variables estudiadas fueron: sexo, edad, modalidad de infarto según clasificación clínica y región topográfica afectada, factores de riesgo según incidencia estadística y reportes bibliográficos (antecedentes familiares, tabaquismo, alcoholismo, hipertensión arterial, obesidad, diabetes mellitus, otros)
Para establecer el riesgo cardiovascular global se tuvieron en cuenta los criterios de las tablas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Internacional de Hipertensión (ISH) (por sus siglas en inglés). 5
El factor obesidad se calculó por índice de masa corporal (IMC) por medio de la fórmula: ICM=peso expresado en kg2/talla en m2 y se evaluó a partir de las tablas de percentiles de peso y talla para la población cubana. 6
Se aplicó una entrevista estructura con la finalidad de especificar los factores de riesgo presentes o no. Para validar los factores de riesgo se tuvo en cuenta el criterio de tres expertos de la especialidad de medicina interna.
Se incluyeron en el estudio a quienes ofrecieron el consentimiento informado, pacientes con antecedentes de infarto agudo de miocardio, quienes acudieron a consulta de control una vez al año, residían en el área y quienes tenían historia clínica completa. Se excluyeron a los individuos sin actitudes mentales óptimas para responder en algún momento de la investigación al interrogatorio con lenguaje claro y coherente.
Se emplearon métodos teóricos, empíricos y estadístico-matemáticos.
A través del programa estadístico MedCal versión 4.16g se calcularon los estadígrafos Chi cuadrado (X2) y Odd Rattio (OR) para estimar el grado de asociación estadística y significancia entre variables. Fue incluido el resultado de la probabilidad (p) para índice de confianza del 95 % (IC 95 %).
El protocolo de investigación se presentó al Comité de Ética del Policlínico, que lo aprobó. A los individuos se le ofreció información relativa al estudio y expresaron su voluntariedad a través de la firma del consentimiento informado. Se garantizó la confidencialidad y se cumplieron las directrices para investigaciones en humanos según la Declaración de Helsinki.
RESULTADOS
El sexo masculino fue el de mayor representación, 24 individuos para un 63,1 %, a razón de 1,7 hombres por cada mujer. El grupo de edades 60-69 años con 12 individuos para un 31,6 % mostró el predominio del sexo femenino. La edad media de la población incluida en la investigación fue de 55,8 años, para una desviación estándar (DS) de 55,8 años y un IC 95 % entre 37,7 y 73,9 años. El sexo masculino tuvo una edad media de 54,6 años, con una DS de 14,4 años para un IC 95 % entre 32,3 y 76,9 años; mientras el sexo femenino mostró una edad media de 57,8 años, con una DS de 10,7 años para un IC 95 % entre 26,9 y 88,7 años. (Tabla 1).
Predominó el infarto de miocardio doloroso (71,1 %), con elevación del ST (76,3 %) y con localización topográfica en cara posterior (39,5 %). Excepto la variedad de infarto con localización en cara posterior del miocardio, las restantes variedades mostraron valores de Chi cuadrado que traducen una asociación estadística significativa. El cálculo del Odd Rattio determina la presencia del infarto con elevación del ST (OR=10,3) y el infarto doloroso (OR=6) lo que significa que el infarto con elevación del ST tiene un riesgo de ocurrir 10,3 veces más que el resto de las variedades y el infarto doloroso puede ocurrir 6 veces más, ambos con respecto al resto de las variedades, cada uno, sin intervención de factores asociados al azar. (Tabla 2).
Los factores de riesgo de mayor incidencia para ambos sexos resultaron: la hipertensión arterial (30 %), antecedentes de enfermedad cardiovascular (24 %) y diabetes mellitus (23 %). El sexo masculino mostró mayor incidencia en factores de riesgo como hábito de fumar (75 %), obesidad (66,6 %), antecedentes de diabetes mellitus (62,5 %), sedentarismo (54,1 %), alcohol (33,4 %). No existieron diferencias estadísticas entre sexos al evaluar la incidencia de hipertensión arterial (sexo masculino 79,1 % sexo femenino 78,5 %). (Tabla 3).
El análisis estadístico global de los factores de riesgo determina una asociación estadística altamente significativa para infarto agudo de miocardio (X2=25,8). Los mayores valores estadísticos de asociación de infarto agudo de miocardio se relacionan con los factores de riesgo: hipertensión arterial (X2=25,4), consumo de alcohol (X2=17) y antecedentes de enfermedad cardiovascular (X2=5,2). El cálculo del estadígrafo Odd Rattio señala que destacan como factores de riesgo incrementado: la hipertensión arterial (OR=14), los antecedentes de enfermedad cardiovascular (OR=2,9) y la diabetes mellitus (OR=2,3). Los resultados muestran que los factores de riesgo de incidencia estadística y riesgo incrementado resultaron coincidentes excepto para diabetes mellitus y consumo de alcohol, aspectos que pueden estar relacionados con los hábitos y estilos de vida de cada individuo pues ambos factores de riesgo resultan prevenibles en la mayoría de la población. (Tabla 4).
El riesgo cardiovascular medio (20 individuos 52,6 %) presenta el valor estadístico predominante, mientras que valor de Odds Rattio (OR=1,23) le confiere categoría de factor de riesgo, por lo que los individuos incluidos en este grupo presentaron un riesgo cardiovascular incrementado, sin embargo, el valor de Chi cuadrado (X2=0,21) sugiere que no existió asociación estadística significativa entre riesgo cardiovascular medio e infarto agudo de miocardio. Las categorías de riesgo cardiovascular global, alto y medio, no se consideran un riesgo incrementado y los valores de Chi cuadrado determinan una asociación estadística significativa para infarto agudo de miocardio. Los resultados coinciden con la característica de la muestra en estudio, donde 71 % alcanzó edades mayores a los 50 años y por consiguiente la incidencia de los factores de riesgo asociados es mayor. (Tabla 5).
DISCUSIÓN
Establecer los grupos de edades afectados por infarto agudo de miocardio resultó un objetivo definido para la presente investigación.
Battilana JA y cols. 7 relacionan las edades luego de los 50 años con la ocurrencia de infarto de miocardio y encuentran asociación estadística entre estas variables (p ≤ 0,05).
Señor y Pintos 8 al definir la etiología del infarto de miocardio, tienen en cuenta sus características y las formas de presentación clínica, las cuales varían de acuerdo a las edades, se destaca que la mayor probabilidad ocurre luego de los 50 años (61,5-80 %) y la sobrevida decae en edades más jóvenes debido a la falta de circulación colateral.
A criterio de los autores, los resultados reflejan el envejecimiento por el que transita la sociedad cubana, con altos estándares de vida y baja natalidad, donde la presencia de factores de riesgo cardiovasculares es consecuente con la alta incidencia de enfermedad aterogénica del miocardio, estos resultados coinciden con informes de investigaciones publicadas y los autores asumen las propuestas de los investigadores que les anteceden.
Determinar la modalidad de infarto de miocardio fue objetivo de la investigación y se determinó que las modalidades de mayor incidencia están en correspondencia con las edades en que ocurren de acuerdo con los hábitos y estilos de vida de cada individuo, los factores de riesgo que inciden y los antecedentes personales de salud.
Jumbo DE y cols. 9 coinciden en destacar la presencia de dolor como el síntoma primario (90-95 %) - siempre y cuando no median otras condiciones que provocan infarto no doloroso- el predominio de supradesnivel del segmento ST (71 %), pero resaltan la localización en la cara anterior del miocardio (51,3-65,2 %), mientras que Linares y cols. 10 señalan que la ocurrencia del infarto con supradesnivel del ST es mayor (76,5 %) asociada con la edad (50 años y más) y factores de riesgo prevenibles, y tiene preponderancia en el sexo femenino (71,4 %), sin embargo, Puig y cols., Masó y cols. 11 y Barroso y cols. 12 coinciden en que la cara anterior del miocardio resulta más afectada (75-80 %).
Los autores apoyan los resultados que se obtienen por otros investigadores y destacan que, aunque en ocasiones no existe coincidencia esos otros resultados, es importante tener en cuenta la variedad clínica de la enfermedad y los factores de riesgo incidentes.
Las investigaciones muestran que la casuística en los factores de riesgo predisponentes a infarto de miocardio se incrementa a expensas del sexo masculino (OR=1,5-3). Viton y cols. 13 señalan que el sexo masculino (63 %) exhibe los valores más representativos de todos los factores de riesgo. Schuller 14 especifica que los adultos obesos con mayor riesgo de infarto de miocardio y reingreso por causas cardiovasculares (21 %) resultaron hombres.
A criterio de los autores los resultados de investigaciones anteriores preponderan la existencia de factores de riesgo conocidos y destacan que la alta probabilidad de infarto de miocardio en el sexo masculino se relaciona a factores prevenibles y por tanto es una necesidad modificar de manera positiva la percepción de riesgo.
Iriarte 15 Osorio y Amariles 16 coinciden en señalar a la hipertensión arterial como el factor de riesgo primario y predominante para la ocurrencia de infarto de miocardio, debido a la incidencia y prevalencia de la enfermedad (30 % incidencia anual 80-85 % prevalencia).
Las investigaciones muestran asociación estadística entre los factores, diabetes mellitus, obesidad y sedentarismo, pues la fisiopatología de estas enfermedades muestran predilección por idénticas vías metabólicas, donde la inactividad física predispone el acúmulo de sustancias como lípidos, grasas y azúcares que al exceder los niveles normales provocan obesidad y diabetes mellitus, considerados factores de riesgo incrementado y asociación estadística significativa para infarto de miocardio ( OR= 2,7-3 p=0,001). 17,18,19
Los autores consideran que los datos de la investigación refrendan los resultados de investigaciones anteriores y sugieren realizar los estudios epidemiológicos poblacionales que permitan una actualización constante de los factores de riesgo predisponentes al infarto agudo de miocardio. Especificar el riesgo cardiovascular global de los individuos incluidos en la investigación permitió realizar la estratificación.
Paramio y cols. 20 en su estudio: Repercusión cardiovascular de la infección por el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 publicado en la revista Corsalud, señalan que predominó el riesgo cardiovascular moderado (36,68 %) y bajo (35,85 %) en adultos mayores que realizan actividad física, además Moreno y Oroz consideran que se incrementa el riesgo cardiovascular en individuos con antecedentes de infarto de miocardio pues se ha demostrado que la elevación del NT-proBNP, la presencia de daño miocárdico (elevación de troponinas > 99 percentil), de distress respiratorio (ARDS) y la aparición de arritmias malignas, son factores independientes asociados de forma importante con la mortalidad.
Simonsson y cols. en su estudio: Development and Validation of a Novel Risk Score for In-Hospital Major Bleeding in Acute Myocardial Infarction:-The SWEDEHEART Score realizado en varios hospitales en el que incluyeron 97,597 individuos con infarto de miocardio, encontraron que el riesgo cardiovascular global presentó mayor valor en el nivel medio (74,3 %).
Los autores de esta investigación coinciden con los resultados de estudios referenciados y estiman la necesidad de evaluar el riesgo cardiovascular global en la Atención Primaria, a partir de la multifactorialidad que origina el infarto agudo de miocardio.
El infarto agudo de miocardio puede ocurrir en cualquier edad con incidencia marcada luego de la quinta década de vida y a expensas de factores de riesgo prevenibles.