INTRODUCCIÓN
La producción científica es la forma en la que se expresa el conocimiento resultante de la investigación científica en una determinada área del saber.1 La producción científica estudiantil es aquella que se genera por estudiantes del pregrado.2
En los últimos años, la necesidad de fortalecer la producción científica estudiantil ha devenido un tópico recurrente en las revistas científicas estudiantiles de Latinoamérica.3,4,5,6,7) Esto propicia y sugiere la necesidad de su estudio métrico.8
Aunque varias investigaciones de ese tipo han sido publicadas en revistas científicas estudiantiles latinoamericanas,9,10,11,12,13 los autores de esta investigación no han encontrado alguna que haya tomado, como unidades de análisis, artículos sobre la producción científica estudiantil.
Múltiples son las bondades que pudieran derivarse de su realización, pues, estos estudios permiten observar, analizar y comprender los procesos de generación, difusión y utilización de los conocimientos científicos; analizar la dinámica de diferentes ramas de conocimiento; indicar las áreas consolidadas y emergentes; identificar lagunas y capacidades de las comunidades académicas; así como mejorar la asignación de recursos para investigaciones científicas.14
Se realiza el presente estudio con el objetivo de caracterizar los artículos sobre producción científica estudiantil publicados en revistas científicas estudiantiles latinoamericanas de ciencias de la salud en el período 2017-2021.
MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional, descriptivo y longitudinal retrospectivo de tipo análisis métrico de la información, relativo a los artículos sobre producción científica estudiantil, publicados en revistas científicas estudiantiles latinoamericanas de ciencias de la salud durante el quinquenio 2017-2021.
Fueron reconocidas 40 revistas de este tipo: 13 cubanas, contempladas en el Registro Nacional de Publicaciones Seriadas de Ciencias de la Salud (http://seriadas.sld.cu); y otras 27: de Bolivia (7), Chile (4), Colombia (4), Perú (4), Panamá (2), México (2), Paraguay (1), El Salvador (1), Venezuela (1) y Honduras (1), que fueron identificadas por Loli-Guevara y otros15 en un estudio previo.
Se excluyeron 19 por alguno(s) de los siguientes criterios: no disponer de un sitio web para la consulta en línea de su contenido, encontrarse inactiva, o contar con un director o editores que no fueran estudiantes de pregrado. Las 21 revistas restantes fueron seleccionadas:
Revista 16 de abril (Cuba): http://www.rev16deabril.sld.cu/index.php/16_04/index
Revista Médico Científica (Panamá): https://www.revistamedicocientifica.org/index.php/rmc
Revista Scientifica (Bolivia): http://200.7.173.107/index.php/Scientifica
Revista Científica Ciencia Médica (Bolivia): https://rccm-umss.com/index.php/revistacientificacienciamedica
Universidad Médica Pinareña (Cuba): http://www.revgaleno.sld.cu/index.php/ump
CIMEL (Perú): https://www.cimel.felsocem.net/index.php/CIMEL
Acta Científica Estudiantil (Venezuela): http://actacientificaestudiantil.com.ve/
Revista de Estudiantes de Medicina del Sur (Chile): https://remsufro.cl/la-revista/
Revista Científica Fonendo (Bolivia): http://www.revista-fonendo-uagrm.com/index.php/rf/about
Discover Medicine (Paraguay): https://www.revdiscovermedicine.com/index.php/inicio
Progaleno (Cuba): http://www.revprogaleno.sld.cu/index.php/progaleno
Inmedsur (Cuba): http://www.inmedsur.cfg.sld.cu/index.php/inmedsur
CienCiMed (Cuba): http://ciencimed.sld.cu/index.php/ciencimed
EsTuSalud (Cuba): http://www.revestusalud.sld.cu/index.php/estusalud
UNIMED (Cuba): http://revunimed.sld.cu/index.php/revestud
Revista Científica Estudiantil 2 de Diciembre (Cuba): http://revdosdic.sld.cu/index.php/revdosdic/index
Gaceta médica estudiantil (Cuba): http://www.revgacetaestudiantil.sld.cu/index.php/gme
HolCien (Cuba): http://www.revholcien.sld.cu/index.php/holcien/index
SCALPELO (Cuba): http://www.rescalpelo.sld.cu/index.php/scalpelo/index
SPIMED (Cuba): http://revspimed.sld.cu/index.php/spimed/index
MEDEST (Cuba): http://revmedest.sld.cu/index.php/medest/index
Para la adquisición de la información se accedió a la página web de cada revista, entre el 3 y el 5 de julio de 2022. Se consultaron los números correspondientes al período 2017-2021.
En las revistas científicas estudiantiles cubanas se realizó una búsqueda avanzada, en el buscador de la plataforma en Open Journal System, con el citado límite de tiempo (2017-2021) y la siguiente estrategia de búsqueda en el campo “Título”: (científic* o publica* o evento* o producción) (estud* o pregrado). Tanto en la revista Progaleno (en la que no se encontraba disponible la opción de búsqueda(, como en las revistas procedentes de otras naciones, el proceso se realizó manualmente.
Los 57 artículos seleccionados, por considerarse afines a la línea temática, fueron descargados in extenso en los formatos PDF o HTML, según su disponibilidad. Se extrajeron los metadatos mediante la aplicación Zotero 6.0.9 y, en los casos en que las palabras clave no fueron reconocidas por el mencionado programa, se adicionaron manualmente en español en el campo “Etiquetas”.
En una base de datos creada en Microsoft Excel 2016 se recogieron, por cada artículo, los siguientes datos: título, revista, tipología, año de publicación, número de autores, número de autores foráneos, país(es) de los autores, número de citas (según Google Académico, consultado entre el 4 y el 5 de julio de 2022(, antigüedad, número corregido de citas (cociente entre el número de citas recibidas por el artículo y la antigüedad de este en años cumplidos desde su publicación(, número de referencias, número de referencias actualizadas (con antigüedad inferior a los 5 años, en relación con el año de publicación(, idioma de publicación e índice de Price (IP)16, frecuencia relativa de las referencias bibliográficas con antigüedad menor a los 5 años.
Los indicadores evaluados fueron:
Producción (número de artículos) total y por revistas, años de publicación, tipologías, idiomas y países.
IP total y por revistas.
Índice de Subramanyan (IS)17(frecuencia relativa de los artículos con más de un autor( total y por año.
Índice de colaboración internacional (ICoI) (frecuencia relativa del número de artículos con presencia de autores cuya nacionalidad difiera de la del primer autor( total y por años de publicación.
Número de autores total (determinado mediante la aplicación VOSviewer 1.6.18, en la que un mismo firmante solo cuenta una vez) y promedio.
Clasificación de los autores según su índice de productividad (Ley de Lotka)18(calculado mediante la ecuación IPr = logN, donde N es el número de artículos publicados por el autor; se considera un pequeño productor si IPr = 0, es un mediano productor si 0 < IPr < 1, y constituye un gran productor si IPr ≥ 1-.
Autores más productivos.
Redes de coautoría.
Número de citas y número corregido de citas (total y por revistas, años de publicación y tipologías.
Artículos más citados.
Redes de coocurrencia de términos.
El procesamiento estadístico descriptivo se realizó en las propias hojas de trabajo de Microsoft Excel 2016. Para la construcción de los mapas basados en redes de coautoría y de coocurrencia de términos se normalizaron los metadatos de cada artículo en Zotero 6.0.9 para reducir la posible dispersión de la producción científica de los autores con más de un patrón de firma; luego fue exportada la colección en formato RIS (del inglés Research Information Systems); por último, esta fue cargada en la aplicación VOSviewer 1.6.18.
Las redes de coautoría se determinaron para un mínimo de 2 documentos por autor y la escala de visualización empleada fue de acuerdo con el úmero de documentos. Las redes de coocurrencia de términos se detectaron para un umbral de 2 coocurrencias de una misma palabra clave y la escala de visualización atendió al número de ocurrencias. Para el cálculo del peso, se empleó el método fractional counting.
Los datos fueron manejados con apego a la ética científica. Al estar estos públicamente disponibles, no fue necesaria la obtención de consentimientos informados ni avales de aprobación por comités científicos y de ética.
RESULTADOS
En el quinquenio 2017-2021 se publicaron, en revistas científicas estudiantiles latinoamericanas de ciencias de la salud, 57 artículos sobre producción científica estudiantil, los cuales tuvieron un promedio de 2 citas y 0,7 citas corregidas, así como un IP total de 0,7. La mayor producción correspondió a Revista 16 de abril, con 13 artículos (22,8 %); esta publicación también alcanzó algunos de los mejores indicadores en cuanto al promedio del número de citas (2,9), el promedio del número corregido de citas (0,8) y el IP (0,8), si se tiene en cuenta que fue la más productiva (tabla 1).
En el primer trienio (2017-2019) la producción científica tuvo una tendencia al descenso, hasta alcanzar una reducción del 50 %; a partir de 2020 se observó una tendencia al ascenso, hasta lograrse la mayor producción (n= 18) en 2021. Los años 2019 y 2018 fueron, respectivamente, los de mejor IS (1) e ICoI (0,2). El mayor número promedio de citas (3,3) se alcanzó en los años 2017 y 2018, luego de lo cual hubo una tendencia al descenso hasta el año 2021, en el que experimentó un discreto ascenso. El promedio del número corregido de citas osciló entre 0,2 y 1 (Fig. 1). El IS total fue de 0,7; mientras que el ICoI, de 0,07.
Las tipologías más frecuentes resultaron las cartas al director/editor (n= 23; 40,4 %) y los artículos originales (n= 19; 33,3 %); estos últimos constituyeron los más citados, con un promedio de 2,4 citas y 1,1 citas corregidas. El resto de los artículos se distribuyó del modo siguiente: editoriales (n= 12), artículos de revisión (n= 1), artículos de opinión (n= 1) y artículos especiales (n= 1).
El 100 % de los artículos se publicó en idioma español. Cuba fue el país con mayor producción científica (n= 34).
Del total de 128 autores, con una media de 2,2 autores/artículo, el 86 % fue clasificado como pequeños productores. Cada uno de los siguientes investigadores tuvo 3 artículos de su autoría, por lo que constituyeron los más productivos: Rodolfo Javier Rivero-Morey, Lya del Rosario Magariño-Abreus, Ángel Ernesto Ramos-Cordero, Lilisbeth de la Caridad Benítez-Rojas y Gisela Mabel-Vargas.
Fueron identificadas 2 redes de coautoría (Fig. 2).
Los 3 artículos más citados se muestran en la tabla 2.
Artículo | Revista | País(es) | Tipología | Año de publicación | NC | NCC |
---|---|---|---|---|---|---|
“Publicación de los trabajos presentados por la universidad médica pinareña en Fórums Nacionales de Estudiantes de las Ciencias Médicas 2015-2017” | Revista 16 de abril | Cuba | AO | 2018 | 13 | 3,25 |
“Producción científica sobre COVID-19 publicada en revistas científicas estudiantiles cubanas en el periodo enero 2020 - marzo 2021” | Universidad Médica Pinareña | Cuba | AO | 2021 | 11 | 11 |
“Percepción de la importancia, el apoyo y la realización de investigaciones entre los directivos y presidentes de las asociaciones científicas estudiantiles de Colombia” | CIMEL | Colombia, Perú | AO | 2017 | 11 | 2,2 |
NC: número de citas; NCC: número corregido de citas; AO: artículo original.
La red de coocurrencia de términos estuvo constituida por 24 palabras clave, agrupadas en 5 conglomerados temáticos. El principal fue el rojo (8 ítems), conformado por los términos: covid-19, estudiantes, publicaciones científicas, publicaciones electrónicas, revistas electrónicas, sars-cov-2, universidad y universidades (Fig. 3).
DISCUSIÓN
Pudo observarse que la producción científica estudiada alcanzó un bajo número de citas. Aunque, en un primer análisis, esto pudiera sugerir un bajo reconocimiento e influencia en las revistas analizadas, resulta necesario mencionar que la mayoría son de reciente fundación y no han alcanzado un posicionamiento sólido en bases de datos de prestigio regional e internacional. Nótese que algunas de las revistas con mejores indicadores en este sentido fueron Revista 16 de abril (fundada en 1961 e indexada en CAB International(, y Revista SCientifica, creada en 1998.
A la Revista 16 de abril correspondió la mayor producción científica; en estudios en revistas científicas estudiantiles cubanas, sobre otras temáticas, se han comunicado tanto resultados que coinciden19 como que difieren9 con los de esta investigación. Por otra parte, el IP obtenido resultó similar con el mostrado por otros estudios,12,20 e indica que el soporte bibliográfico de los artículos publicados por esta revista posee un adecuado grado de actualización; además, evidencia el cumplimiento de la directriz de que más del 70 % de las referencias de un estudio han de poseer una antigüedad inferior a los 5 años.
Aunque con frecuencia se producen importantes transferencias de conocimientos a partir de fuentes con más de 5 años de antigüedad, esta exigencia en torno a la obsolescencia de las referencias bibliográficas parte de una fundamentada necesidad de actualización. Como señala Iglesias-Osores,21 una buena regla general es utilizar fuentes de los últimos 10 años para la investigación en ciencias sociales, mientras que para campos de ritmo más rápido (como las ciencias de la salud(, las publicadas en los últimos 2 o 3 años son un buen punto de referencia, ya que son más actuales y reflejan los descubrimientos, teorías, procesos o mejores prácticas más recientes.
Al analizar el ascenso en la producción científica que se observó a partir de 2020, y que prosiguió en 2021, no puede soslayarse la influencia de la COVID-19. Este problema de salud fue declarado pandemia por la Organización Mundial de la Salud el 11 de marzo de 202022,23 y, desde entonces, ha desencadenado una vertiginosa carrera de los científicos para controlarla, cuyo reflejo es el número de publicaciones sin precedentes en un período tan breve.24
El confinamiento a raíz de esta pandemia eximió a los estudiantes universitarios de extensas jornadas docente-asistenciales y flexibilizó la gestión editorial de las revistas científicas, en las que se generaron altas demandas de artículos científicos, con prioridad hacia los referentes a esta temática. Ello se evidencia, también, en la visualización de la red de coocurrencia de términos, en la que el principal foco emergente de investigación estuvo relacionado con la COVID-19, su agente etiológico (el SARS-CoV-2(, los estudiantes universitarios y las publicaciones científicas. En el contexto específico de las revistas científicas estudiantiles cubanas de ciencias de la salud, ello también ha sido reportado.24,26,27
El elevado IS obtenido en este trabajo ratifica que la labor científica ha dejado de ser un quehacer solitario para convertirse en una empresa colectiva. Son muchas las razones, entre ellas: mejorar la eficacia, eficiencia y calidad de la investigación; abordar los problemas científicos con un enfoque interdisciplinario; trabajar con colegas que comparten los mismos intereses científicos.25
Por otra parte, el ICoI fue bajo. En la actualidad, la existencia de redes de colaboración entre autores de diferentes locaciones constituye una necesidad, pues favorece que los resultados de las investigaciones lleguen a un mayor público, hecho que puede traducirse en un más elevado número de citas.26 En este sentido, también deben considerarse los procesos de transferencia de tecnologías, herramientas y datos, los cuales permiten que del trabajo colaborativo se deriven mejores resultados. Esto indica lo oportuno de trazar estrategias, desde las instituciones, que potencien la cooperación científica entre sus estudiantes y los de otras nacionalidades.
Aunque mediante los artículos originales se producen los principales aportes al conocimiento científico27 (lo que justifica por qué los 3 más citados fueron de esta tipología(, las cartas al editor poseen bondades que pueden motivar su elección, al permitir: manifestar una opinión crítica de un hecho médico, ampliar aspectos generales o específicos no mencionados en un determinado estudio, y redactar deficiencias en la metodología o interpretación de estudios previos.28 Tales ventajas cobraron una especial connotación en el contexto de la COVID-19. Además, las cartas al editor representan un aporte favorable para el crecimiento de las diversas áreas de la investigación científica y constituyen una vía de iniciación en las investigaciones de estudiantes.29
La comunicación científica contemporánea es, en su mayoría, en inglés.30 Casi todas las revistas científicas de “corriente principal” lo exigen. Por ello, aunque es comprensible que la totalidad de los artículos estudiados estén en español (por ser el idioma principal de las revistas que los publicaron(, resulta una limitante que atenta contra la visibilidad y el número de citas de estos. Sería beneficioso que los equipos editoriales de estas revistas trazaran estrategias para subsanar esta deficiencia, como la publicación bilingüe de sus contenidos y la atracción de potenciales autores que empleen el inglés como idioma de comunicación científica.
De manera favorable se pudo constatar en este artículo la existencia de 2 redes de coautoría, que incluyeron a 3 de los autores más productivos. En tal sentido, la materialización de las redes de colaboración estudiantil representa un hecho de gran connotación científica, al mostrar una transición de una realidad existente hace varios años (en la que los estudiantes no publicaban y pocos medios difundían sus investigaciones( a una realidad diferente, que muestra con mayor interés sus resultados y espacios para publicar.27
Una limitante de esta investigación estriba en que los artículos sobre el tema no solo se han publicado en revistas para estudiantes, sino también en revistas profesionales, lo cual pudo haber impedido la identificación de autores líderes, focos temáticos emergentes, y otros indicadores de interés.
Su relevancia y originalidad radican en que es el primer análisis métrico sobre los artículos en torno a la producción científica estudiantil en Latinoamérica. No se suscribe a un país, sino que interesa a varios de la región, lo cual se expresa en el notable número de revistas estudiantiles incluidas. Ello crea un importante precedente para continuar monitorizando la tendencia en este campo tan importante y comparar estos resultados con los de estudios futuros, así como comprobar la consolidación de la actividad investigativa en el tema.
Se concluye que los artículos analizados se caracterizan por un bajo número de citas y de colaboración internacional; elevados IP e IS; un predominio de las cartas al editor como tipología, del español como idioma de publicación y de Cuba como país de procedencia de los firmantes; la ausencia de autores líderes; y la influencia de la COVID-19 sobre el número de artículos y sus temáticas.