INTRODUCCIÓN
La capacidad reproductiva de la mujer incluye una serie de conceptos básicos, como el del ciclo menstrual, el cual es un proceso fisiológico que consiste en la liberación del folículo dominante del ovario, hacia la trompa de Falopio, donde puede ser fertilizado por el espermatozoide.1,2 Su conocimiento puede ser determinante para el comportamiento reproductivo de la mujer,3,4 especialmente en la adolescencia, dados los cambios que presentan y las nuevas experiencias sexuales que se descubren en esta etapa.
Ante esta situación, la planificación familiar representa una estrategia clave para orientar a los adolescentes y suministrar métodos anticonceptivos efectivos y seguros, acordes con sus necesidades. Pese a ello, el reconocimiento del periodo fértil aún es un método natural utilizado, aunque en una baja proporción de la población mundial.5 Las investigaciones en adolescentes se han centrado en el uso de métodos anticonceptivos, desconociendo la relación con la comprensión del periodo fértil, a pesar de que es más probable que la mujer elija un anticonceptivo cuando conoce este proceso fisiológico propio de ella y cuando asiste a los establecimientos de salud.6,7
Diversos estudios muestran que, el periodo fértil del ciclo menstrual suele ser un aspecto de poco interés para las mujeres en edad reproductiva y que, la adolescencia suele ser un factor para que exista un pobre conocimiento sobre este tema, especialmente si se considera la poca búsqueda de atención en los servicios de planificación familiar durante esta etapa de vida y la facilidad con la que acceden a métodos anticonceptivos modernos sin orientación.8,9
En la adolescencia, el embarazo no deseado y el aborto, son problemas frecuentes que impactan en la salud pública de un país. En sí, el embarazo adolescente es un importante problema social y de salud en muchos países, desarrollados y en vías de desarrollo, con consecuencias médicas y psicosociales únicas para el paciente y la sociedad.10 De hecho, los prejuicios sociales y las brechas de género existentes hacen más críticos estos problemas, dado que impiden que la mayoría de mujeres que atraviesan esta etapa, accedan a una educación sexual responsable que favorezca el conocimiento y autoexploración de su cuerpo y que promueva la toma de decisiones consciente para garantizar su bienestar reproductivo.
Este estudio se desarrolla con el objetivo de establecer la asociación entre el uso de métodos anticonceptivos y el conocimiento del periodo fértil del ciclo menstrual en adolescentes peruanas.
MÉTODOS
Estudio transversal, realizado con las bases de datos de la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) del 2021, la cual es elaborada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) del Perú, basado en una muestra representativa a nivel nacional.
En la investigación se incluyeron a mujeres adolescentes de 12 a 17 años, con registros completos. Las que estaban embarazadas o que no habían iniciado sus relaciones sexuales se excluyeron del análisis. Se analizaron finalmente un total de 717 registros de mujeres adolescentes.
Las variables de este estudio fueron las siguientes:
Uso de métodos anticonceptivos: se categorizó como “uso”, si la adolescente era usuaria de píldoras, dispositivo intrauterino, inyectables, condón, abstinencia periódica, retiro, implantes u otros; y como “no uso”, si indicó que usaba alguno de los anticonceptivos previamente mencionados.
Conocimiento del periodo fértil: se consideró que la mujer “conoce” si respondió que el periodo fértil se produce e la mitad del ciclo; y que “no conoce”, si respondió las otras alternativas.
Etapa de la adolescencia: se categorizó en “temprana”, si la adolescente tenía entre 12 y 14 años; y “tardía”, si tenía entre 15 y 17 años.
Las bases de datos se descargaron de la página oficial del INEI (http://iinei.inei.gob.pe/microdatos/). Para el reconocimiento del periodo fértil se seleccionó la variable “V217” y para el uso de métodos anticonceptivos, la variable “V312”, de la base de datos RE223132 del módulo 1632. En tanto, se utilizaron las variables “V012” (edad) y “V525” (inicio de relaciones sexuales) de las bases de datos REC0111 y RE516171, respectivamente, para aplicar los criterios de selección.
El programa SPSS versión 26 se utilizó para el procesamiento de los datos, con el campo CASEID se unificaron las bases de datos seleccionadas, que se analizaron con el comando de muestra compleja del programa. Se consideró la ponderación, estratificación y los conglomerados para la estimación de los recuentos ponderados y no ponderados. Además, se utilizó la prueba ji cuadrado para evaluar la asociación entre las variables categóricas.
Dado que el estudio se realizó con información pública, de libre acceso, no fue necesaria la aprobación de un comité de ética en investigación.
RESULTADOS
El 28 % de las adolescentes indicó que no sabe qué momento del ciclo menstrual es el periodo fértil de la mujer, además, el 6,3 % señaló que este periodo se da durante la fase menstrual. Alrededor del 20 % de mujeres que están en la adolescencia temprana y tardía reconocen que el periodo fértil se presenta a la mitad del ciclo menstrual (tabla 1).
El 80,8 % de las mujeres que transcurren la adolescencia temprana no conocen el momento del periodo fértil del ciclo menstrual; en tanto que, 19 % de las que transcurren por la adolescencia tardía sí tenían este conocimiento. No se evidencian diferencias significativas en este conocimiento entre los grupos de mujeres de la adolescencia temprana y tardía (p= 0,988) (tabla 2).
Aproximadamente la mitad de las adolescentes no usa métodos anticonceptivos; por otra parte, el preservativo (21,5 %) y los inyectables (16,3 %) son los métodos mayormente seleccionados, y, los métodos naturales, con el retiro (5 %) y la abstinencia periódica (2,9 %) fueron los menos frecuentes (tabla 3).
El 53,5 % de las adolescentes en etapa tardía indicaron que sí utilizan anticonceptivos; mientras que, 2,5 % de las que estaban en la adolescencia temprana no utilizaban estos métodos. En ambos grupos de adolescentes no se evidenciaron diferencias en el uso de métodos anticonceptivos (p= 0,668) (tabla 4).
La cuarta parte de las adolescentes que no usan anticonceptivos, sí reconocen el periodo fértil del ciclo menstrual y el 86,3 % de aquellas que sí utilizan estos métodos, no conocen este periodo del ciclo. No se demuestra asociación entre ambas variables de estudio (p= 0,109) (tabla 5).
DISCUSIÓN
La adolescencia es una etapa de vida relevante para una persona, ya que representa una oportunidad para desarrollar o fortalecer conocimientos y actitudes, que sean beneficiosas a largo plazo para promover y lograr un comportamiento anticonceptivo efectivo y responsable durante todo el desarrollo de la vida.11
Los resultados del presente estudio muestran que el 19 % de las adolescentes reconocen que el periodo fértil ocurre a la mitad del ciclo menstrual. Este hallazgo es semejante a lo reportado por Olika y otros,12 quienes demostraron que el 15 % de las adolescentes conocen su periodo fértil. Esta evidencia puede sugerir la necesidad de reducir las brechas de acceso a servicios de planificación familiar, que sean diferenciados, amigables y acordes con las necesidades y preferencias en esta etapa de vida.
Aunque la menarquia puede generar confusión en las adolescentes, debido a la irregularidad de los ciclos menstruales, el conocimiento del periodo fértil no demostró diferencias significativas en el grupo de adolescentes en etapa temprana y tardía (p= 0,988), lo cual podría deberse a la falta o insuficiente educación sexual en la familia, instituciones educativas y sociedad.
En un estudio13 realizado en Perú, se encontró que el 51,9 % de las adolescentes eran usuarias de condón, el 5 % de pastillas anticonceptivas y de método del ritmo; sin embargo, 43,1 % optaban por no usar algún anticonceptivo. De manera similar, el presente estudio evidenció que el 47 % de adolescentes no usan métodos anticonceptivos; lo contrario al uso del preservativo masculino, ya que el 21,5 % de las adolescentes refirió utilizarlo. Este hallazgo podría ser explicado dada la amplia difusión del preservativo en medios de comunicación convencionales y la facilidad de acceso en lugares que no son establecimientos de salud. Cabe precisar, que esto no garantiza el uso correcto del preservativo, de hecho, se ha demostrado que lo usan de manera inadecuada e inconsistente.14 Es necesario que los profesionales de salud brinden la orientación y consejería de manera integral a la adolescente, para la selección de métodos anticonceptivos de corta y larga duración, que sean más seguros y eficaces.
Esta investigación demostró que el uso de métodos anticonceptivos fue menor en los adolescentes de 12 a 14 años (47,5 %), en comparación de las que tenían entre 15 y 17 años (53,5 %), aunque sin diferencias significativas entre estos grupos. En la adolescencia, los distintos contextos culturales y sociales influyen sobre las decisiones del cuidado de la salud, especialmente de la salud sexual y reproductiva, por lo cual se reconoce que la elección de un método anticonceptivo es fundamental para su vida reproductiva.15 Un hallazgo semejante se encontró en un estudio16 desarrollado en el Congo, en el que 51,7 % de las adolescentes de 15 a 19 años eran usuarias de anticonceptivos; por el contrario, en un estudio17 realizado en Perú, este porcentaje fue menor (28,4 %).
Esta investigación encontró que existe una mayor proporción de adolescentes con conocimiento del periodo fértil entre las que no usan anticonceptivos, en comparación a las que sí, aunque sin diferencias significativas entre ambos grupos. Si bien, Iyanda y otros18 también demostraron que esta proporción es mayor en las que no son usuarias de métodos; a diferencia del presente estudio, sí encontró asociación entre estas variables. Este contraste en los hallazgos podría estar influenciado no solo por aspectos culturales, sino también por la información a la que tienen acceso los adolescentes a través de medios digitales, como las redes sociales.19
Pese a que esto es esencial, para mejorar las actitudes y comportamientos de los adolescentes, se requiere incentivar la inmersión digital de los profesionales de salud a fin de compartir información basada en la evidencia científica y con ello disminuir la existencia de mitos y creencias en torno a la salud sexual y la anticoncepción.
Como limitaciones para esta investigación, se debe considerar que la información de uso de anticonceptivos de la ENDES está basada en un autorreporte de la adolescente, por lo que no se puede asegurar con certeza que realmente sean usuarias o no, sobre todo si se toma en cuenta que es una información privada, lo que puede llevar a una subestimación de datos reales. Por otra parte, el estudio no pretendió establecer relaciones de causalidad entre las variables de estudio, por lo que se sugiere realizar intervenciones educativas orientadas a fortalecer los conocimientos de la fertilidad en relación al ciclo menstrual. Como fortaleza del estudio se hace mención que los hallazgos son representativos a nivel nacional.
En conclusión, el uso de métodos anticonceptivos no está asociado al conocimiento del periodo fértil del ciclo menstrual, pese a que existe una mayor proporción de adolescentes peruanas que conocen el momento de fertilidad en el grupo que no usa métodos anticonceptivos en comparación al grupo que sí los utiliza.