INTRODUCCIÓN
La tipología estructural es una forma de resumir la gran heterogeneidad de sistemas de producción 1, a partir de la identificación de grupos. La tipificación contribuye a la toma de decisiones dentro de procesos de extensión agraria respecto a acciones de intervención de valor para los agricultores 2.
En el ámbito internacional las tipologías de fincas son utilizadas lo que se puede constatar con la revisión de varias publicaciones científicas. Por ejemplo: 1 explica la importancia de crear grupos sobre la base de características de la agricultura local. También, 3 hace agrupamiento de fincas en área rural de Colombia, 4 caracteriza fincas ganaderas en Canadá, 5 agrupa sistemas de explotación familiar ante riesgos climáticos y 6 caracteriza fincas productoras de vid en Perú.
En el entorno cubano fueron escasos los reportes de investigaciones que evidencien agrupamientos de fincas. Sólo se encontraron dos publicaciones: 2 que caracterizó fincas ganaderas en una comunidad campesina y 7 que clasificó fincas lecheras según dimensiones de la intensificación productiva. Sin embargo, en Cuba falta incrementar investigaciones teóricas con visión analítica porque tradicionalmente han sido limitadas debido a la urgencia de apoyar la obtención rápida de alimentos 8. Está comprobado que los desafíos actuales no se resuelven con centrarse sólo en la productividad porque exigen nuevos y complejos enfoques 9. Lo anterior revela la utilidad de las tipologías porque son aplicables a sistemas de producción agropecuaria en diferentes formas de propiedad. Por lo que se hace pertinente la tipificación de fincas en usufructo porque están insuficientemente caracterizadas 10 y no es significativo el incremento productivo, debido a incongruencias de políticas agrícolas y a que no todos los agricultores poseen experiencia en la labor 11-13.
La provincia Holguín posee más de 18 000 usufructuarios distribuidos en los 14 municipios de su geografía y en el municipio de Báguanos hay 3 100 beneficiados, lo que hace meritorio conducir investigaciones. Por lo que este trabajo tuvo como objetivo construir la tipología estructural de fincas en usufructo del municipio de Báguanos, como pauta para ser utilizado en el reforzamiento del trabajo de extensión agraria hacia esos agricultores.
MATERIALES Y MÉTODOS
La investigación se realizó en el municipio de Báguanos ubicado al centro de la provincia Holguín, Cuba. La muestra estuvo conformada por 82 fincas pertenecientes a agricultores usufructuarios (poseedores de una finca por un tiempo determinado y establecido previo convenio con el estado que es el propietario del predio). Para la toma de información se hicieron entrevistas semiestructuradas que contenían variables sugeridas 13 para recopilar elementos de la historia, los recursos, el sistema de producción y la socioeconomía de las fincas. La información se tabuló y analizó con el programa IBM-SPSS, Statistics versión 22 14. Los métodos estadísticos utilizadas fueron: descriptivos (estadísticos de tendencia central y distribuciones de frecuencia) e inferencial multivariado (análisis de factores, correlacional y de conglomerados).
Para el análisis de factores con rotación ortogonal Varimax se hizo la extracción de los componentes principales. Para determinar el número mínimo de factores necesarios se consideró seleccionar los de autovalores mayores que uno sugerido por otros autores 15 y se procuró que la proporción acumulada de varianza explicada por los factores extraídos fuera superior al 70 %. Se efectuó un análisis de correlación de variables lo que permitió identificar las de mayor impacto sobre cada uno de los factores (Tabla 1). En base a las cinco variables determinantes se realizó un análisis factorial con prueba de Bartlett para significación de (P < 0,05) e índice de Kaiser-Meyer-Olkin (KMO > 0,5), lo que confirmó que los datos cumplen con condicionales de la prueba 15.
Variables | Factor 1 | Factor 2 | Factor 3 |
---|---|---|---|
Área total | 0,716499 | 0,411816 | -0,11739 |
Dedicación fundamental | 0,807974 | 0,149383 | -0,137913 |
Dispone de agua | -0,105043 | 0,194467 | -0,953324 |
Vinculación exclusiva | 0,746055 | 0,23307 | 0,195944 |
Fuerza de trabajo | -0,374427 | 0,898469 | 0,232246 |
Fuente: SPSS, 2019
Para construir la tipología se hizo el análisis de conglomerados jerárquico con agrupamiento de Ward por la distancia euclediana al cuadrado. Con la línea de corte (encadenamiento) se facilitó la definición de los agrupamientos y se hizo un análisis discriminante para ver la certeza en la ubicación de cada finca para cada conglomerado. Fueron confirmados los agrupamientos con valor 93,8 % de originales ubicados correctamente. Para la caracterización de los conglomerados se utilizaron estadísticos descriptivos.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El análisis clúster mostró tres grupos de fincas en condición de usufructo en Báguanos, conformados los grupos por debajo de la línea de corte (40 %) ubicada en el número 10 de la distancia re-escalada como puede verse en la Figura 1.
Los tipos de fincas son:
Tipo I: con 24 fincas dedicadas a la ganadería con dimensiones variables (desde siete a 67 ha), con tiempo de dedicación total del usufructuario y fuerza de trabajo familiar y contratada.
Tipo II: con 35 fincas dedicadas fundamentalmente a cultivos varios (hortalizas, granos, plátano, raíces, tubérculos y cormos) con dimensiones entre 0,25 ha hasta 6 ha, con predominio de usufructuarios dedicados a tiempo completo y disponibilidad de agua.
Tipo III: con 23 fincas dedicadas fundamentalmente a cultivos varios (hortalizas, granos, plátano, raíces, tubérculos y cormos) y frutales con dimensiones entre 0,25 ha hasta 13,42 ha, usufructuarios pluriactivos y no contratan fuerza de trabajo.
Dedicación y áreas de las fincas
La dedicación guarda relación con la disponibilidad de la fuerza de trabajo, el tiempo destinado a labores agropecuarias y al área disponible. La variabilidad de las dimensiones de las fincas se debe, a los límites de hectáreas establecidos por los Decretos Leyes (259, 300 y 358) y Resoluciones (24 y 356) del Ministerio de Agricultura que han amparado el usufructo en Báguanos.
En el tipo I predomina la ganadería vacuna (62 %) para producciones de carne y leche. Existen limitantes en cuanto a la disponibilidad de alimento para los animales en periodos de sequía, lo que hace significativo que esos criadores no son previsores. Los cultivos existentes (maíz, frijol, plátano, yuca) se desarrollan en secano y los rendimientos son bajos. Sin embargo, es escasa la diversidad de variedades y especies tolerantes a sequía que pudieran contribuir a superar esas restricciones.
En el tipo II predominan los cultivos varios, con presencia de maíz, frijol, plátano, yuca y escasamente hortalizas. El rendimiento promedio de los granos es de 1 t ha, favorecido por la intensa fertilización con cachaza que además de aportar nutrientes contribuye a la retención de humedad, porque son fincas en secano. Se comprobó que sin aplicación de materia orgánica los rendimientos no superan los 0.5 t ha. Las limitantes de los cultivos son el acceso a semillas de calidad e insumos. Los animales presentes son bueyes para el laboreo del suelo, porcinos y aves.
En el tipo III predominan cultivos varios (maíz, el plátano burro, la yuca, el frijol) y frutales (aguacate y la guayaba), como limitante principal tienen la escasa disponibilidad de agua y los bajos rendimientos de las viandas. En lo que puede incidir el manejo general y la priorización de los granos comercializados a altos precios. El número de animales presentes (cerdos y aves) es bajo, están destinados a autoconsumo y venta ocasional.
Fuerza de trabajo
El promedio de edad en todos los tipos es superior a 48 años, la escolaridad de noveno grado para los tipos I y II y de onceno para el grupo III. Se considera es preocupante para el futuro el envejecimiento de los usufructuarios y la escasa presencia de jóvenes en las fincas, además del limitado conocimiento técnico agrario para manejar sus agroecosistemas 11. Como puede verse en la Figura 2 predomina la fuerza de trabajo familiar, lo que es una potencialidad para la sostenibilidad social 9.
Los agricultores usufructuarios del tipo I en su totalidad se dedican exclusivamente al trabajo en sus fincas con un promedio de 70 horas a la semana, predomina la ayuda familiar y el 30 % contrata fuerza de trabajo. En el tipo II predomina (70 %) la dedicación exclusiva a la finca con promedio de 50 horas a la semana, predomina la fuerza de trabajo familiar y los contratados ocasionales. En el tipo III todos los usufructuarios son pluriactivos porque desempeñan oficios fuera de las fincas, sólo dedican como promedio 20 horas por semana y sólo poseen fuerza de trabajo familiar. La pluriactividad puede ser una fortaleza económica 16 pero para las fincas en usufructo objeto de análisis el comportamiento bajo de los rendimientos evidencia un insuficiente manejo de los cultivos, lo que presupone se relaciona con las pocas horas dedicadas por el poseedor pluriempleado.
Recursos naturales suelo y agua
Las fincas en usufructo están ubicadas sobre suelos con categoría agroproductiva III y IV fundamentalmente lo que incide en los bajos rendimientos de los cultivos. Las fincas del tipo II disponen de agua todo el año. Los tipos I y III presentan serias dificultades en épocas de intensas sequías porque disminuye notablemente el volumen en las fuentes de abasto, existiendo dependencia externa de agua en los meses críticos.
Diversidad de cultivos y animales
La diversidad de los cultivos (Figura 3) es limitada con presencia de monocultivos en todos los renglones agrícolas con predomino del cultivo del maíz.
Hay una presencia promedio de tres especies por renglones, lo que es considerado como desventajoso para la sostenibilidad de las fincas porque La diversidad de cultivos pudiera contribuir a una mayor seguridad alimentaria para los usufructuarios porque tendrían menor dependencia externa de alimentos y efectos beneficiosos para los agroecosistemas 9. El tipo I presenta la mayor diversidad de especies animales, lo que guarda relación con la dedicación fundamental. En los tipos II y III aventajan los porcicultores y otras especies animales no son representativas.
Ingresos y comercialización
En la Figura 4 puede observarse la procedencia de los ingresos. Los ingresos guardan relación con la dedicación fundamental y sólo los usufructuarios del tipo I (21 %) han accedido al crédito bancario, lo que se explica por las inversiones en compra de animales. Sería beneficioso mayor acceso a créditos para incrementar la productividad 12.
Los principales canales de mercado de productos agrícolas son: acopio, mercados, puntos de venta de cooperativas y empresa de frutas selectas. Sin embargo, los usufructuarios comercializan de la mayor parte sus producciones con acopio porque es una normativa establecida por el Ministerio de Agricultura. La Empresa Nacional de Acopio dispone de la transportación para el traslado de los productos y compra a menores precios respecto a otros canales disponibles. También, es casi nulo el número de usufructuarios que disponen de transporte para el traslado de las cosechas lo que frena las ventas a otras vías comercializadoras. La poca diversidad de canales constituye una limitante para la sostenibilidad de las fincas en usufructo porque las expone a riesgos de perder dinero y productos 17, si en el momento preciso no llegan los acopiadores.
Producción para autoconsumo familiar
En la producción autoconsumida respecto a la total por tipos hay predominio del consumo de volúmenes inferiores al 20 % para los tipos I y II. En el tipo III la mitad de los usufructuarios consumen producciones que pueden llegar al 50 % lo que pudiera guardar relación con la pluriactividad que conduce a fincas insuficientemente explotadas cuya producción se destina a la familia.
Actualización agropecuaria de los usufructuarios
Para la actualización son importantes las vías de acceso a información. En la Figura 5 se evidencia que sólo el tipo II accede al canal de asesoría de especialistas. Por lo que mucho podría aportar la extensión agraria en la gestión de las fincas en usufructo con la utilización de métodos educativos para el aumento de la producción, de los ingresos y del bienestar de los agricultores 10,11,13,14. Además, los extensionistas deberán asumir nuevos roles como promotores de aprendizajes para contribuir con la sostenibilidad.
Sugerencias para proyectar el trabajo de extensión agraria con usufructuarios:
Incidir en el manejo de cultivos en secano con propuestas de mejora, adopción, implementación y validación participativa de soluciones.
Potenciar la agroecología comenzando con las prácticas de asociación y rotación de cultivos, para optimizar áreas y accionar hacia los monocultivos.
Establecer criterios para la inversión en cambios tecnológicos adecuados a las condiciones existentes en los sistemas de producción en usufructo del territorio.
Colaborar en el incremento de la agrobiodiversidad a través del fortalecimiento de interacciones entre centros de investigación y fincas de usufructuarios.
Potenciar alternativas de alimentación animal para época seca con reservas de áreas de forrajes y la inserción de árboles para incrementar el bienestar.
Propiciar la inserción de jóvenes familiares en carreras afines a la agricultura, a través de la formación vocacional y el vínculo con centros de enseñanza.
Difundir información sobre opciones con el crédito y la comercialización de productos con valor agregado en mercados locales y externos, como vías de ingreso para aprovisionamiento e inversiones.
Promover la articulación de instituciones y de agricultores experimentadores para la asistencia técnica, aprovechando los espacios (asambleas, radio) existentes, el acompañamiento y el establecimiento de días de consulta agraria por zonas de residencia.
CONCLUSIONES
La tipificación evidenció la existencia de tres grupos de fincas con características diferenciadas.
Entre las limitantes encontradas son significativas: la disponibilidad de agua, la escasa diversidad vegetal y los canales de actualización de los usufructuarios.
Se constató que existen riesgos para la sostenibilidad de agroecosistemas en usufructo dado el comportamiento de indicadores agroproductivos, económicos y sociales, lo que conlleva a una perspectiva del futuro trabajo de extensión en varias dimensiones (técnica, social, económica y agroecológica).