Estimado Editor:
Las lesiones no intencionales en la infancia temprana representan un problema de salud por su frecuencia, magnitud, severidad y trascendencia.
Los derechos de la infancia están estipulados en la Convención sobre los Derechos del Niño. Elaborada durante 10 años con las aportaciones de representantes de diversas sociedades, culturas y religiones, la Convención fue aprobada como tratado internacional de derechos humanos el 20 de noviembre de 1989.1 Teniendo presente que, como se indica en ella, "el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento".
Cuba es signataria de esta convención y durante el año 1995 implanta un Programa Nacional de Prevención de Accidentes en Menores de 20 años.2 Entre sus actividades fundamentales está la de brindar información relacionada con la prevención de aquellos entornos en los que se desenvuelve la población infantil y adolecente.3
Antiguamente se conocían las lesiones no intencionales como accidentes. Hoy se prefiere definir los accidentes como una "cadena de eventos y circunstancias que llevan a la ocurrencia de una lesión no intencional".4 De esta manera se resta la carga de inevitabilidad que implica la palabra accidente y se potencia la importancia que la prevención tiene en su abordaje. Solo así se pueden afrontar como un problema susceptible de mejora mediante medidas coordinadas de salud pública.
Hoy en Cuba siguen siendo las lesiones no intencionales la primera causa de muerte en el grupo de 1 a 4 años,5) se han disminuido de manera considerable las tasas de mortalidad, pero sigue siendo un problema de salud la morbilidad de ellas. Aunque se trabaja de manera intersectorial, los esfuerzos deben ser aun mayores, la percepción de riesgo de la familia debe ser superior para que no ocurran hechos lamentables que su única vacuna es la seguridad y la prevención.
Los profesionales de enfermería que laboran en los consultorios médicos de las familias, los círculos infantiles, las escuelas internas y especiales son protagonistas en su esfera de actuación, pues mediante la prevención de lesiones no intencionales se puede aumentar las posibilidades de supervivencia, calidad de vida y bienestar en la infancia temprana, la muerte prematura así como en el deterioro temporal o permanente de la salud de los infantes.
Se debe continuar trabajando contra esta epidemia que afecta a infantes y familiares, que puede ser evitable y así Cuba seguirá creciendo con cada niño y niña nacido en ella.