Introducción
Los avances en las técnicas quirúrgicas renovaron el interés por la queratoplastia lamelar anterior, con el desarrollo de varias técnicas, con el objetivo de perfeccionarla y mejorar los resultados visuales. Al remplazar únicamente el tejido dañado, conservar el endotelio corneal del receptor y tratarse de una técnica a globo cerrado, permite reducir el número y la gravedad de las complicaciones propias de la queratoplastia penetrante y disminuir el riesgo de rechazo inmunológico, por lo que se ha convertido en la técnica preferida en diversas afecciones de la córnea anterior, y fundamentalmente en pacientes con queratocono progresivo sin cicatriz significativa o hydrops corneal.1,2 Numerosas son las investigaciones que tratan de demostrar la superioridad de una u otra técnica en cuanto a los resultados visuales y anatómicos.
En el Instituto Cubano de Oftalmología, la queratoplastia lamelar anterior profunda (QLAP) en el tratamiento del queratocono ha ganado terreno como técnica de elección frente a la queratoplastia penetrante (QP), por sus múltiples ventajas. Sin embargo, no se han desarrollado investigaciones que demuestren los resultados visuales obtenidos con la técnica de QLAP y, por tanto, su efectividad, al compararla con la QP, por lo que nos proponemos comparar los resultados visuales de la queratoplastia lamelar anterior profunda versus la queratoplastia penetrante en el tratamiento quirúrgico del queratocono.
Métodos
Se realizó un estudio analítico longitudinal prospectivo a 81 pacientes con diagnóstico de queratocono, operados de queratoplastia penetrante y queratoplastia lamelar anterior profunda, atendidos en el Servicio de Córnea del Instituto Cubano de Oftalmología “Ramón Pando Ferrer” en el período comprendido de enero del año 2014 a julio de 2018.
Los pacientes fueron distribuidos, según criterios establecidos, en dos grupos: grupo A: operados con la técnica de QLAP (32 casos); grupo B: pacientes operados con la técnica de QP (49 casos). Se excluyeron aquellos pacientes con datos incompletos en su historia clínica y que no desearon participar en el estudio.
En el preoperatorio, a los pacientes seleccionados se les confeccionó la historia clínica, se les explicó el proceder quirúrgico, así como las complicaciones inmediatas y mediatas, los cuidados posoperatorios y el seguimiento en consulta. El paciente y el médico firmaron el consentimiento informado y se agregó a la historia clínica. En cada consulta se realizó biomicroscopia en lámpara de hendidura. La agudeza visual sin corrección (AVSC) y con corrección (AVCC), la refracción y la tonometría por aplanación, se indicaron en las consultas preoperatorias y a los 12 meses de la cirugía.
Las variables fueron vertidas en una base de datos en el programa estadístico Microsoft Excel 2007; los resultados se resumieron en forma de tablas y gráficos expresados en frecuencias relativas, absolutas y medias. Para el análisis estadístico se utilizó la prueba de t de Student para la comparación de medias para datos pareados en el caso de dos valores promedio, con un nivel de significación del 95 %. Se respetó la confidencialidad de los datos, así como los principios éticos descritos en la Declaración Universal sobre Bioética y Derechos Humanos.
Resultados
En el grupo de pacientes con queratoplastia lamelar anterior (QLAP) predominó el grupo entre 20 y 29 años (37,5 %) con una edad media de 27,5 ± 10,0 años. En los pacientes operados de queratoplastia penetrante (QP) los grupos entre 30-39 años y 40-49 años, representaron el 26,5 % con una media de 33,2 ± 12,9 años. El 62,5 % del grupo operado de QLAP y 63,3 % de la QP representaban el sexo masculino (tabla 1)
En el preoperatorio el 62,5 % de los pacientes del grupo de QLAP y el 63,3 % de los pacientes para QP poseían una agudeza visual menor de 0,3. En el posoperatorio, el 87,5 % en QLAP y el 73,5 % en QP, alcanzaron una agudeza visual superior a 0,5 (Tabla 2).
En la tabla 3 se muestra el análisis de los resultados refractivos y topográficos preoperatorios y posoperatorios de los pacientes con queratocono, según las técnicas quirúrgicas. La MAVC posoperatoria en la queratoplastia lamelar anterior profunda fue de 0,8 ± 0,19 y en la queratoplastia penetrante, de 0,68 ± 0,19. El cilindro refractivo en el preoperatorio para QLAP y QPP fue de -5,47 ± 2,22 y -4,55 ± 1,18 dioptrías (D), y en el posoperatorio de -3,50 ± 1,50 y -2,77 ± 0,98 D, respectivamente. El equivalente esférico del preoperatorio para QLAP fue de -12,38 ± 5,47 D y para QPP de -9,91 ± 3,99 D; y en el posoperatorio de -6,07 ± 3,61 y -3,68 ± 1,56 D para QLAP y QPP, respectivamente. La queratometría más curva preoperatoria (SimK1) en QLAP fue de 64,03 ± 6,26 D y la posoperatoria de 46,37 ± 2,47 D. Los valores para la queratometría más plana en el preoperatorio y en el posoperatorio (SimK2) fueron de 58,06 ± 6,24 y 43,05 ± 2,47 D. En la queratoplastia penetrante encontramos en el preoperatorio una SimK1 de 66,09 ± 6,62 D y SimK2 de 59,66 ± 6,03 D; y en el posoperatorio de 44,58 ± 2,77 y 41,40 ± 2,93 D.
Discusión
La media de edad en los pacientes operados de queratoplastia lamelar anterior profunda fue de 27,5 ± 10,0 años y en el grupo operado de queratoplastia penetrante de 33,2 ± 12,9 años. En ambos grupos predominaron los pacientes del sexo masculino.
Pedrotti y otros3 encontraron una edad media de 34,1 años en el grupo de QPP y de 35,9 años en el grupo de QLAP, y predominio del sexo femenino. Orcun y otros4 reportan un promedio de edad para el grupo de QLAP de 29,6 ± 4,95 y para QPP de 28,7 ± 3,53 años, con predominio del sexo femenino para el primer grupo y del sexo masculino para el segundo. Bravo Vanegas5 comenta en su revisión que la frecuencia de esta entidad es similar en uno y otro sexos, aunque señala que Grünauer (2006), en una investigación epidemiológica sobre el queratocono en Cuba reveló mayor incidencia en el sexo femenino (66 %) y en pacientes de piel blanca (83 %).
Numerosas publicaciones coinciden en que el queratocono tiende a avanzar más rápidamente en pacientes jóvenes, aunque en ocasiones adopta patrones variables de progresión.1,2,6,7,8) En el grupo de pacientes operados de QLAP, la MAVC posoperatoria fue de 0,80 ± 0,19, cilindro medio de -3,50 ± 1,50 D y el equivalente esférico fue de -6,07 ± 3,61 D. En el grupo operado de QPP la MAVC fue de 0,68 ± 0,19, el cilindro medio de -2,77 ± 0,98 D y el equivalente esférico de -3,68 ± 1,56 D.
En ambas técnicas se obtuvo incremento de la agudeza visual tanto sin corrección como corregida. La mayoría de los pacientes alcanzó una MAVC superior a 0,5 con un incremento de 0,2 líneas en la refracción. Se observó una reducción de los valores de los parámetros refractivos, aunque no hubo diferencias significativas entre ambas técnicas. Sin embargo, observamos diferencia estadísticamente significativa al analizar los resultados refractivos preoperatorio y posoperatorio individual de la queratoplastia lamelar anterior profunda, excepto el cilindro (p> 0,05), donde no fue significativa la disminución de este. En el grupo de pacientes operados por queratoplastia penetrante, se observó una diferencia significativa con p< 0,001 en todas las variables analizadas.
Kodavor y otros,1 en un estudio sobre los resultados de la QLAP, reportan una AVMC preoperatoria de 1,07 ± 0,3 por cartilla de logMAR y en el posoperatorio de 0,28 ± 0,09, ligeramente inferior a los resultados del presente estudio. El cilindro varió de 4,14 ± 1,5 dioptrías a 2,7 ± 0,97 D.
Mahmoud y otros,9 en un estudio de calidad visual después de la queratoplastia lamelar anterior profunda comparado con la queratoplastia penetrante en el tratamiento del queratocono, reportan un promedio de 26,95 ± 9,48 años, con predominio del sexo femenino para la QP y de 23,79 ± 5,96 años y predominio del sexo masculino en la QLAP. La MAVC fue superior en la queratoplastia penetrante, con valores superiores a 0,8 decimales. El equivalente esférico refractivo fue menor en la queratoplastia penetrante, así como los valores de la Simk1 y Simk2. La diferencia entre los meridianos (Kcyl) fue de 4,31 ± 2,76 y 4,42 ± 3,07 D. Los resultados posoperatorios presentaron cifras similares a los del presente estudio.
Cano y otros7 compararon los resultados de la queratoplastia penetrante y la queratoplastia lamelar profunda con la técnica de Melles y encontraron que la MAVC fue de 0,77 ± 0,32 para la QPP y de 0,62 ± 0,29 para la QLAP. El equivalente esférico medio de −3,92 ± 5,1 D. El grupo de QLAP presentó valores de −4,55 ± 4,08 D, respectivamente. El cilindro residual, una vez retiradas las suturas, fue de 4,47 ± 2,47 para la QPP y de 3,77 ± 1,63 D para la QLAP. Al igual que en nuestro estudio, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas para ninguna de las variables estudiadas al comparar ambas técnicas quirúrgicas, lo que coincidió con otros autores consultados.8,9,10,11
Una revisión publicada que incluyó 11 estudios comparativos entre QLAP y QPP encontró que los resultados visuales y refractivos eran comparables si el tejido corneal residual en QLAP se encontraba entre 65 y 25 µm.2
Con este estudio se logró demostrar que la queratoplastia lamelar anterior profunda posee resultados refractivos similares a los de la queratoplastia penetrante óptica en el tratamiento del queratocono.