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Revista de Protección Vegetal
versão On-line ISSN 2224-4697
Rev. Protección Veg. vol.30 supl.1 La Habana dez. 2015
RESUMEN DEL SEGUNDO SEMINARIO INTERNACIONAL DE SANIDAD AGROPECUARIA (SISA)
Las prácticas culturales del cultivo de malanga (Xanthosoma sagittifolium (L.) Schott) y su relación con incidencia de las pudriciones secas
Cultural practices of dasheen (Xanthosoma sagittifolium (L.) Schott) and their relationships with the dry rot incidence
Ernesto Espinosa CuéllarI*, Lidcay Herrera IslaII, Alberto Espinosa CuéllarI, Amaurys Dávila MartínezI
IInstituto de Investigaciones en Viandas Tropicales. *E-mail: fitotecrt@inivit.cu.
IIFacultad de Ciencias Agropecuarias. UCLV. Santa Clara, V.C. Cuba.
Con el objetivo de determinar la relación existente entre las prácticas culturales y la incidencia de las pudriciones secas de la malanga en las mayores áreas productoras de malanga en Cuba se realizaron una serie de muestreos en todo el país en el periodo comprendido entre los años 2007 y 2010. Las áreas productoras de malanga se agruparon según las técnicas de manejo de suelo empleadas (arado de doble vertedera, arado de discos, barbecho o rotación de cultivos), en tres distintas zonas agroecológicas (Zona Occidental, Central y Oriental). Durante las encuestas se recogieron datos sobre las prácticas culturales que potencialmente aumentan o reducen la propagación de la enfermedad. El uso de material de siembra infectado de diferentes fincas, el manejo inadecuado de los residuos de cosecha y la brotación de plantas voluntarias se identificaron como la fuente principal del incremento de la incidencia de la enfermedad. El uso de arado de doble vertedera o el tiller y un barbecho largo (> 10 años) disminuyó la incidencia de la enfermedad, en contraste con la utilización de arado de discos y un barbecho (<10 años). La incidencia de las pudriciones secas fue menor en Zona Oriental, más alta en la Zona Central y mucho más elevada en la Zona Occidental. Los resultados muestran que el incremento de la incidencia de la enfermedad en Cuba se debe al uso de material de siembra infectado, las malas prácticas de saneamiento y el manejo de suelos pobres en materia orgánica.