Introducción
La arteriosclerosis, término más antiguo y general que se utilizaba para el engrosamiento y rigidez de la pared vascular procede de Lobstein en 1832; sin embargo, Marchand en 1904 creó el término de aterosclerosis, que desde el punto de vista clínico y morfológico es la variante más importante de la arteriosclerosis. Esta entidad es de origen multifactorial y afecta las arterias de gran y mediano calibre; actualmente varios autores consideran la genética como el factor de riesgo más importante.1
El tema de la aterosclerosis, sus factores de riesgo y enfermedades consecuentes ha sido motivo de estudio de muchos investigadores desde hace varias décadas. A través de estas investigaciones se llegó a la conclusión de que la aterosclerosis es una enfermedad de origen multifactorial, con gran dependencia genética y familiar, que se agrava a consecuencia de un medio ambiente adverso y de estilos de vida no saludables.2
Se ha descrito la asociación entre aterosclerosis carotidea subclínica evaluada por ecografía y diversos factores de riesgo cardiovascular tradicionales como son: edad, hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, hiperlipemia y la hiperhomocisteinemia.3) Al respecto, el estudio de Framinghan demostró la presencia de tres factores de riesgo clásicos tabaquismo, hipercolesterolemia e hipertensión arterial, aunque luego se añadieron otros como: diabetes mellitus, obesidad, sedentarismo, hipertrofia ventricular izquierda (HVI), alteraciones basales del electrocardiograma (ECG) y la personalidad.4
Por todo lo anterior, se realizó esta investigación con el objetivo de caracterizar los factores de riesgo de aterosclerosis en ancianos fumadores del Hogar de Ancianos Pedro Vázquez Hidalgo, en la provincia Holguín.
Método
Se realizó un estudio de tipo descriptivo transversal en el Hogar de Ancianos Pedro Vázquez Hidalgo perteneciente a la provincia de Holguín, durante el año 2019.
El universo lo conformaron 104 adultos mayores de ambos sexos de 60 años y más, con hábito de fumar según criterios de inclusión y exclusión.
Criterios de inclusión:
Pacientes con hábito de fumar activo.
Pacientes que pertenecían al hogar de ancianos seleccionado.
Pacientes en las edades comprendidas para el estudio.
Criterios de exclusión:
Pacientes que no se encontraban en sus plenas facultades mentales.
Pacientes que abandonaron la investigación en el transcurso de la misma.
Pacientes que no dieron su consentimiento informado para participar en la investigación.
Pacientes que fallecieron en el transcurso de la investigación.
Se confeccionó un formulario para la recolección de los datos primarios obtenidos de las historias clínicas de los ancianos fumadores institucionalizados y se realizó una revisión documental amplia acerca del tema.
Fueron analizadas las variables: edad, sexo, hábitos tóxicos asociados al tabaquismo (alcohol y/o café), evaluación nutricional, exámenes de laboratorio (glucemia, ácido úrico, triglicéridos, colesterol total, HDL-colesterol, LDL-colesterol) y enfermedades cardiovasculares relacionadas con la aterosclerosis (hipertensión arterial, diabetes mellitus, obesidad, cardiopatía isquémica, enfermedad renal crónica, enfermedad vascular periférica, enfermedad cerebrovascular).
Hábitos tóxicos asociados al tabaquismo: refiere o no refiere consumo de alcohol y café reflejado en la historia clínica de cada anciano fumador.
Evaluación nutricional: tuvo en cuenta los valores de las mediciones de la circunferencia del brazo (CB). Operacionalmente, esta variable se determinó en escalas de intervalos utilizadas en la propia institución de salud para la valoración nutricional de los adultos mayores de ambos sexos a través de la medición de la circunferencia del brazo.
a) Nutrición adecuada: CB 23-24,9 cm.
b) Nutrición no adecuada: CB 20,1-22,9 cm: desnutrición leve (DL).
CB 17- 19,9 cm: desnutrición moderada (DM).
CB < 17 cm: desnutrición severa (DS).
CB 25-29,9 cm: desnutrición por sobrepeso (SP).
CB 30-34,9 cm: desnutrición por obesidad (O GI).
CB 35-39,9 cm: desnutrición por obesidad (O GII).
CB ≥40 cm: desnutrición por obesidad (O GIII).
Exámenes de laboratorio: para la interpretación de los mismos se dividió en dos categorías: alto (los resultados que estuvieron por encima de los valores referidos a continuación) y bajo (los resultados que estuvieron dentro de los límites normales, a excepción de las HDL-colesterol, cuya categoría de bajo es considerado un problema de salud).
- Glucemia: método RapiglucoTest. American Diabetes Association. Glucemia en ayunas ≥7,0 mmol/l (126 mg/dl). Categoría alto.
- Ácido úrico: método Uric Acid MON SL. Hiperuricemia cuando los valores >428 µmol/L en hombres y >357 µmol/L en mujeres. Categoría alto.
- Triglicéridos: reactivo Triglitest para la determinación enzimática de triglicéridos en suero. Hipertrigliceridemia cuando los valores en sangre ≥1,70 mmol/L (150 mg/dL) según recomendaciones de ATPIII. Categoría alto.
- Colesterol total: reactivo Colestat. Cuando las concentraciones de colesterol sérico >5,2 mmol/L. Categoría alto.
- HDL-colesterol: método homogéneo de C-HDL Inmuno FS. Según ATP III cuando los valores en hombres <1,02 mmol/L (40 mg/dL) y en mujeres <1,29 mmol/L (50 mg/dL). Cuando las HDL-colesterol tuvieron valores menores a los referidos se consideraron bajas y, por encima de estos valores, fue considerado alto o normal.
- LDL-colesterol: según la fórmula de Friedewald: LDL-colesterol = Colesterol total [HDL-colesterol + triglicéridos/2,17]). LDL-colesterol con valores >4,13 mmol/L. Categoría alto.
Enfermedades cardiovasculares relacionadas con la aterosclerosis:
- Hipertensión arterial: para clasificar a los pacientes con hipertensión arterial se siguieron las recomendaciones universalmente aceptadas para adultos.
- Diabetes mellitus tipo 2: el diagnóstico de diabetes se realizó con el resultado de glucemia en ayunas ≥7 mmol/L.
- Obesidad: se consideró aquel paciente que alcanzó una CB de 30 cm o más.
Enfermedades consecuentes de la aterosclerosis:
Cardiopatía isquémica
Enfermedad cerebrovascular
Enfermedad renal crónica
Enfermedad vascular periférica.
Se confeccionó una base de datos con la ayuda de Microsoft Excel (Office 2010). Los resultados fueron procesados en tablas. La estrategia de búsqueda bibliográfica se sustentó fundamentalmente en artículos de revistas médicas. Se revisaron diferentes bases de datos, tales como: Pubmed, Scopus, Medline y SciELO, con el empleo de los descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS).
Se utilizó la estadística descriptiva: para variables cuantitativas y cualitativas se determinó número y porcentaje de los datos obtenidos a través de frecuencias absolutas y relativas, y los resultados fueron expuestos en tablas. Para la recolección de los datos se utilizó un formulario que fue elaborado para este fin y se procesaron los datos en el paquete estadístico SPSS para Windows versión 15.0.
Se cumplieron con las normativas de la ética, para la utilización de documentos que posee la institución de salud relacionados con los pacientes, como las historias clínicas individuales, de donde se obtuvieron los datos primarios para la realización del estudio, únicamente con fines investigativos.
Resultados
La tabla 1 muestra que hubo un predominio del sexo masculino (56,6 %) en el grupo etario de 75 años y más.
En la tabla 2 se observa que el sexo femenino tuvo una mayor incidencia con un 61,9 % en el consumo de alcohol y café relacionado con el tabaquismo.
Se encontró predominio en ambos sexos de los ancianos con nutrición adecuada (29 %), tal como se presenta en la tabla 3 a continuación.
Según los resultados de los exámenes de laboratorio (Tabla 4), se notó predominio de los resultados bajos para ambos sexos, interpretándose estos valores como normales. Se obtuvieron resultados de HDL-colesterol elevado en ambos sexos (80,9 % en el sexo femenino y 94 % para el sexo masculino); además, se observó un incremento de los triglicéridos en un 37,3 % en el sexo masculino.
En la tabla 5 se destaca la hipertensión arterial (HTA) en un 90,5 % para el sexo femenino y un 55,4 % para el sexo masculino, seguido de la cardiopatía isquémica con un 66,6 % para el sexo femenino y un 34,9 % para el sexo masculino.
Discusión
En la investigación realizada existió un predominio del sexo masculino. El estudio llevado a cabo por Herrera González, et al.3, hacen referencia a la edad avanzada y el sexo masculino como un indicador de aterosclerosis carotidea.
Fonte Medina, et al.5 coinciden en que la edad es un factor importante en el desencadenamiento de eventos ateroscleróticos más intensos. Refieren que los síntomas de la enfermedad aterosclerótica se incrementan de manera proporcional con el envejecimiento.
En relación a los hábitos tóxicos, otros autores han encontrado el alcoholismo y el consumo de café relacionados con el hábito de fumar.3,4,6
En otro estudio realizado hacen referencia a la inflamación vascular y la disfunción endotelial que causa el tabaquismo, además plantean que el hábito de fumar incrementa los ácidos grasos en plasma y altera el transporte inverso del colesterol en los fumadores.7
Acerca de la valoración nutricional de los ancianos, el artículo realizado por Yataco J y Araujo C.8) , coinciden con el presente estudio, ya que hacen referencia a la evaluación nutricional del adulto mayor determinada con la CB como medida antropométrica de mayor precisión para este fin.
Otros autores como Hernández Rodríguez y Belaunde Clausell9,10 han investigado acerca del estado nutricional del anciano, donde toman igualmente como referencia a la CB, entre otras variables, con la utilización del test de Mini Nutritional Assessment (MNA). Los resultados de ambas investigaciones difieren de esta investigación, que arrojó un estado nutricional adecuado en los ancianos.
Teniendo en consideración los resultados obtenidos en los exámenes de laboratorio, este estudio coincide con el de otros autores en cuanto al incremento de los triglicéridos y la presencia de dislipidemias en el caso de los fumadores3,5, un ejemplo de ello es el artículo realizado por Tribin Rivero, et al.11, donde explican el rol de los triglicéridos en la aterosclerosis, lo que resulta controversial y sujeto a mucho debate científico; sin embargo, existe el consenso de que la hipertrigliceridemia juega un papel en la formación de las placas de ateroma. Aunque el mecanismo es complejo y muy interrelacionado por la implicación de múltiples factores, se puede resumir de la siguiente manera: en los estados de resistencia a la insulina, como se observa durante la obesidad abdominal, se produce un incremento del flujo de ácidos grasos desde la grasa visceral al hígado con dos consecuencias principales a) se incrementa la síntesis de TG y se acumula en el órgano (esteatosis) y b) aumenta la formación de VLDL.
En la presente investigación se obtuvieron valores de HDL-colesterol elevados en los ancianos fumadores. En el estudio de Tribin Rivero11 hacen referencia a las HDL como las lipoproteínas anti aterogénicas cuyo aumento en la sangre reduce el riesgo de aterosclerosis. Se plantea que las HDL desempeñan su papel protector contra la aterosclerosis por distintos mecanismos que pueden agruparse en dos grandes categorías: los relacionados al transporte reverso de colesterol y los que influyen en la protección endotelial.
En esta investigación fueron la hipertensión arterial y la cardiopatía isquémica las que predominaron. En el estudio de Pérez Rodríguez12, la hipertensión arterial junto al sedentarismo y el tabaquismo fueron los factores de riesgo de mayor importancia.
Este estudio tiene su importancia debido a que se llevó a cabo en un hogar de ancianos, lo cual permitió mostrar los principales factores de riesgo relacionados con la aterosclerosis en pacientes institucionalizados. Este problema de salud también puede ser abordado en la Atención Primaria de Salud desde la infancia, con medidas de prevención a través de intervenciones de tipo educativas.
Esta investigación tuvo como limitante que el personal de salud dentro de la institución realiza las acciones de salud en una etapa de la vida donde ya se ha instalado la aterosclerosis con las enfermedades cardiovasculares y consecuentes ya conocidas. No obstante, dichas acciones contribuyen a detener el avance lento y progresivo de la enfermedad, para lograr de esta manera una longevidad satisfactoria.