Introducción
La relación clínico patológica entre la obesidad mórbida y los trastornos respiratorios asociados al sueño (TRAS) en el adulto, principalmente el síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), es un fenómeno ampliamente descrito en la literatura médica. 1
Para muchos autores el síndrome de Pickwick es la clásica descripción de esta patología en el adulto, el cual incluye pacientes obesos, roncadores y con tendencia al sueño excesivo durante el día; sin embargo, esta caracterización solo corresponde a una pequeña parte de los niños con TRAS, los cuales sufren generalmente retraso ponderal y, más que somnolientos, son hiperactivos durante el día.1-3
El retraso del crecimiento es uno de los principales rasgos del SAOS en la infancia, el cual puede ser detectado fácilmente mediante la antropometría, técnica no invasiva y económica, que determina precozmente las alteraciones de tamaño, estructura y composición corporal.2,4,5
En la mayoría de los estudios publicados sobre el tema los autores describen los niños con SAOS como niños delgados; 2,4,5,6,7 sin embargo, no existen evidencias a nivel nacional e internacional en que se describa la repercusión clínica de la enfermedad sobre el crecimiento y el estado nutricional de los pacientes, por lo que se decidió realizar esta investigación, con el objetivo de caracterizar antropométricamente los escolares de Moa con TRAS.
Método
Se realizó un estudio transversal, en el Hospital General Intermunicipal Guillermo Luis Fernández Baquero de Moa, Holguín, Cuba, durante el periodo enero-diciembre de 2017. El universo estuvo constituido por los 437 escolares de 6-11 años de edad con diagnóstico clínico de TRAS (puntaje superior a 3,5 según score de Broulliette) 8 y residencia habitual en la zona urbana del municipio de Moa. La muestra se conformó con 132 pacientes (30,2% del universo), seleccionada por muestreo aleatorio simple.
Para la recolección de la información se utilizó una planilla confeccionada al efecto en la que se volcaron los datos necesarios para la investigación, obtenidos de las historias clínicas individuales y los derivados de las mediciones antropométricas.
Las variables utilizadas fueron: edad, sexo, raza, peso, talla e índices antropométricos (peso/talla, peso/edad, talla/edad e índice masa corporal/sexo), obtenidos mediante su combinación y enunciados en forma de percentiles (pp), según las tablas cubanas establecidas por Jordan y colaboradores, que tienen como base el estudio nacional de crecimiento y desarrollo realizado en Cuba en 1972.9
El procesamiento estadístico se llevó a cabo empleando el paquete estadístico SPSS (versión 17,0). Se presentaron los resultados en tablas y figuras; para el análisis se utilizaron estadígrafos descriptivos.
Aspectos éticos
Los pacientes y tutores dieron su consentimiento informado para esta investigación, aprobada por el Consejo Científico de la institución y cumplió con los principios de la Declaración de Helsinki.
Resultados
La muestra se conformó con 132 pacientes, la edad media fue de 8,67 años (DE 1,37) (Tabla I). En relación con el sexo, el 54,55% pertenecía al masculino. El 57,58% de los pacientes incluidos en el estudio eran de raza blanca.
El peso promedio fue de 31,5 Kg (DE+1,7) para el sexo masculino y 35,3 Kg (DE+2,6) para el femenino. La media para la talla en los varones fue de 133,2 cm (DE+5,4), mientras que en las hembras fue de 143,2cm (DE+6,9). La media de IMC para los varones fue de 13,2 (DE+1,3) y en las féminas, de 16,6 (DE+2,1).
Al distribuir los pacientes según el índice peso/talla, observamos que el 16,67% se encontró por debajo del 3 pp, el 21,21% entre el 3-10pp y solo el 3,03% sobrepasó el 97 pp (Fig. 1).
El 19,70% de los escolares estudiados tenían una talla inferior 3 pp, según su edad, mientras que el 2,27% estaban por encima del 97 pp (Fig. 2).
En la Fig. 3 se observa el comportamiento de la muestra, según índice talla/edad, en que se puede apreciar que el 13,64% de los niños estaba por debajo del 3pp y solo el 4,54% sobrepasaba 97 pp.
El 15,15% de los escolares que padecen de TRAS tenían un IMC inferior al 3pp, como se evidencia en la Fig. 4; solo el 3,79% superaban el 97 pp.
Discusión
La muestra utilizada es representativa en relación con el universo en estudio, por lo que podemos señalar que existe un ligero predominio de infantes con TRAS perteneciente al sexo masculino, la raza blanca y al grupo etario de 10-11 años, datos que coinciden con otros estudios realizados. 2,8,10) Torres Molina, 11) en un estudio de prevalencia realizado en Moa, en el año 2011, encontró que la diferencia entre ambos sexos fue poco significativa, con un ligero predomino en el sexo masculino. No existen investigaciones que demuestren superioridad étnica.
En relación con las variables antropométricas medidas, es necesario señalar que tanto peso y talla como el IMC expresaron una media por debajo de los valores de referencias establecidos para este grupo etario, lo que concuerda con la mayoría de los autores que plantean que los TRAS producen una repercusión negativa sobre el estado ponderal de los infantes.1,2,11,12
El índice peso/talla permite definir el estado nutricional actual de los pacientes, por lo que podemos señalar que existe un porcentaje elevado de niños con TRAS por debajo del 3 pp (desnutridos) y entre el 3-10pp (delgados), lo que muestra el grado de repercusión sobre el crecimiento y desarrollo que tiene esta enfermedad.
La tendencia actual en los escolares en Cuba es que sufran malnutrición por exceso y no por defecto.13 Varios estudios epidemiológicos realizados señalan la obesidad como un problema de salud importante en los infantes; sin embargo, el porcentaje de obesos con TRAS es muy bajo, según los resultados obtenidos en esta investigación. Nuestros resultados coinciden con los descritos por la mayoría de los autores que señalan que el retraso del crecimiento es uno de los principales rasgos del SAOS en la infancia. Comportamiento parecido al del índice peso/talla se observó en el índice peso/edad, aspecto que refuerza lo planteado anteriormente.2,3,14-16
El índice talla/edad permite definir el grado de repercusión sobre el crecimiento que ha tenido la malnutrición en la infancia. La relación entre la baja talla y la desnutrición es un fenómeno ampliamente documentado en la literatura científica, en la cual se plantea que todo proceso patológico que afecte el estado nutricional perjudica directamente el crecimiento.13
Los resultados obtenidos en esta investigación concuerdan con los reportados por otros autores, los cuales exponen que, además de los aspectos relacionados con la repercusión negativa que tiene la mal nutrición sobre el crecimiento, existe además como factor agravante la disminución de los niveles de factor de crecimiento insulínico tipo 1 (IGF-1), de la proteína transportadora 3 del factor de crecimiento insulínico (IGFBP-3) y de la liberación de hormona de crecimiento durante las horas de sueño en los infantes con SAOS.17
El IMC representa un parámetro útil para evaluar el estado nutricional de los niños durante el desarrollo puberal, al permitir considerar tanto la edad cronológica como la talla alcanzada, ya que los cambios hormonales propios de esta etapa condicionan importantes modificaciones en las proporciones y la composición corporal, los cuales influyen en el peso de los individuos. En esta investigación se observó correspondencia entre el IMC y el resto de los índices, principalmente los que relacionan el peso/talla y peso/edad.
El diagnostico de los TRAS basado solo en los parámetros clínicos constituye una limitación para las investigaciones en este campo. El score de Broulliette utilizado en esta investigación se asienta en tres preguntas relacionadas con la frecuencia de la dificultad respiratoria nocturna y aunque es un índice clínico que permite un acercamiento al dictamen del Síndrome de hipoapneas del sueño, es un test que para muchos es muy sensible, pero muy poco especifico; sin embargo, es una herramienta útil para el cribado clínico de los pacientes con TRAS.
La polisomnografía nocturna, gold estándar para el diagnóstico de estas enfermedades es un estudio de alto costo, con el cual no contamos en nuestro medio, por lo que nos apoyamos en el método clínico.