INTRODUCCIÓN
El cierre angular primario (CAP) es una condición oftalmológica compleja, cuya clínica puede variar desde una sospecha de la enfermedad hasta estadios avanzados en el daño glaucomatoso. Se distinguen tres formas clínicas, basada en el mecanismo de elevación de la presión intraocular (PIO) y el daño secundario al nervio óptico que se produce.1,2
Las sospechas de cierre angular primario (SCAP) son ángulos estrechos ocluibles (más de 270 grados de la malla trabecular posterior, no visible por aposición de la periferia del iris). Los CAP son ángulos con evidencia de obstrucción trabecular, es decir, ángulos ocluibles con sinequias anteriores o PIO elevada, o signos de haber sufrido un ataque agudo de cierre angular (glaucomfleken o isquemia iridiana). El glaucoma por cierre angular primario (GCAP) se reserva a los pacientes con cierre angular y evidencia de afectación glaucomatosa en el nervio y campo visual. La presentación aguda del cierre angular se conoce como cierre angular primario agudo (CAPA).2
La implicación para el aparato visual puede ser grave si no se detecta a tiempo la enfermedad, ya que puede establecerse en el paciente una ceguera irreversible, con repercusión negativa en la calidad de vida de estos y sus familiares.
El glaucoma por cierre angular primario, se estima afecta a 16 millones de personas en todo el mundo, cuatro millones de estas son ciegas de ambos ojos; se considera que para el 2040, se incrementará en más de un 50 % el número de casos; esto lo convierte en un problema de salud mundial.3
Entre los principales factores de riesgo sociodemográficos descritos, se encuentran la edad mayor de 45 años, el sexo femenino y la raza asiática, o rasgos fenotípicos de aspecto mongoloide; en muchos de los casos se recoge el antecedente familiar de un ataque agudo de glaucoma o ceguera por glaucoma.
Desde el punto de vista ocular, se relaciona con longitud axial del ojo corta, córnea de diámetro pequeño, aumentado vault del cristalino e hipermetropía.4
Las variables sociodemográficas y características oculares han sido estudiados sobre todo en casos con CAPA y GCAP, sin embargo, en pacientes con formas clínicas precoces, los estudios epidemiológicos son escasos.
El objetivo de este trabajo es describir desde el punto de vista epidemiológico, el cierre angular primario en pacientes pinareños e identificar las variables sociodemográficas y oculares que determinan su forma clínica, entre los años 2013 y 2017.
MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional descriptivo transversal. El universo estuvo constituido por 1 156 pacientes vistos en el departamento de glaucoma del servicio de Oftalmología del Hospital General Docente “Abel Santamaría Cuadrado”, en los años seleccionados, y la muestra fueron 293 ojos de igual número de casos nuevos con diagnóstico de CAP, en cualquiera de sus formas clínicas.
Al interrogatorio se obtuvo la información referente a edad, sexo, raza, antecedentes familiares y personales (en ambos casos de enfermedades generales y oculares). La evaluación oftalmológica incluyó determinación de la mejor agudeza visual sin corrección (MAVSC) y corregida (MAVC), biomicroscopía con lámpara de hendidura, oftalmoscopía directa, determinación de la PIO basal, parámetros biométricos y gonioscopia. Se realizó además, perimetría computarizada mediante el programa 32 del Perímetro OCTOPUS 101 de la HAAG-STREIT International, con la finalidad de confirmar la presencia de daño glaucomatoso.
Las variables analizadas fueron: edad, sexo, raza, antecedentes familiares de glaucoma, antecedentes personales de migraña y estrés; longitud axial, grosor del cristalino, amplitud de la cámara anterior, amplitud angular, presencia de sinequias anteriores periféricas (SAP), hipermetropía, PIO basal, MAVSC y MAVC.
El análisis estadístico se realizó con el programa SPSS versión 11.5 para Windows, se utilizó la estadística descriptiva, el test de Chi cuadrado para observaciones cualitativas, la prueba T para muestras independientes, el procedimiento de ANOVA para un factor, y el análisis multivariado mediante el empleo de una regresión lineal, con un nivel de significación estadística del 95 %.
Sobre las consideraciones éticas, se cumplieron los principios para este tipo de estudios y se obtuvo el consentimiento informado para la realización de los procederes y la utilización de los datos en la confección del trabajo, en el marco de los postulados de la Declaración de Helsinki.
RESULTADOS
El rango de edades fue de 39 a 75 años con una media de 57,69 ± 7,35 años, con predominio de las mujeres (89,5 %) y los pacientes de la raza blanca (91,2 %). El 86,4 % de los casos no presentó historia familiar de glaucoma, no obstante el 39,8 % refirió antecedentes personales de migraña, y el 77,2 % describió que se encontraba en una situación evidente de estrés (tabla 1).
Variables sociodemográficas | ||
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Edad (Media ± DE) | 57,69 ± 7,35 años | |
Sexo (%) | Femenino | 89,5 |
Masculino | 10,2 | |
Raza (%) | Blanca | 91,2 |
No blanca | 8,8 | |
APF glaucoma (%) | Si | 13,6 |
No | 86,4 | |
Stress asociado (%) | Si | 77,2 |
No | 22,8 |
Los valores promedio de longitud axial, amplitud de cámara anterior y grosor del cristalino fueron 21,89 ± 0,49 mm, 2,65 ± 0,27 mm y 4,36 ± 0,04 mm. Al examen gonioscópico, el 87,03 % de los ojos mostró ángulo estrecho (grado 1 y 2) y el 12,97 % cerrado; el 27,65 % presentó SAP. La media de la PIO basal fue de 23,86 ± 5,81 mmHg, la MAVSC 0,18 ± 0,03 y la MAVC 0,84 ± 0,12. La hipermetropía se evidenció en el 89,5 % de los pacientes. (Tabla 2).
Al analizar las variables sociodemográficas (tabla 3) y características oculares (tabla 4), en relación a la forma clínica del CAP, se encontró que los factores que lo determinan son: la edad (p<0,001), la amplitud del ángulo camerular (p<0,001), las sinequias anteriores periféricas (p<0,001) y la PIO (p<0,001).
El análisis de regresión lineal multivariado, confirmó que las cuatro variables encontradas con anterioridad determinan la forma clínica de la enfermedad. (Tabla 5).
DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos en cuanto a la edad de presentación, el sexo y la raza coinciden con los reportados por otros autores a nivel internacional.5
El CAP es más frecuente en pacientes entre los 55 y 65 años de edad, femeninas de la raza blanca, aun así la edad puede variar en las diferentes formas clínicas, pues estas constituyen una secuencia en el tiempo, de un mismo proceso que depende de la fisiopatología de la enfermedad.1,2,6
Los antecedentes familiares de glaucoma por cierre angular primario están bien identificados, y constituyen un factor de riesgo de desarrollar la enfermedad.7 En este estudio solo se registró en un bajo porcentaje de casos.
El estrés mantenido se ha asociado al GCAP, pues la liberación de neurotransmisores endógenos del sistema simpático actúan sobre los receptores alfa uno, presentes en el músculo dilatador del iris, lo que ocasiona una dilatación discreta pero mantenida que puede favorecer el bloqueo pupilar y el cierre primario del ángulo, en ojos anatómicamente predispuestos.
Este fenómeno se puede incrementar además, por la acción terapéutica de los medicamentos ansiolíticos empleados para su tratamiento. 8 Los fenómenos vaso espásticos como la migraña, se han relacionado también a la enfermedad; la menor perfusión del nervio óptico por la vasoconstricción favorece el establecimiento del daño glaucomatoso.
Según Ying-Fang y col, 9 las relaciones familiares disfuncionales constituyen uno de los factores de riesgo, según estadísticas, para el desarrollo del GCAP. Otros autores han expuesto que cambios microvasculares coroideos se asocian a alteraciones en el campo visual de estos pacientes, lo que determina la severidad del daño glaucomatoso. (10
Ojos con hipermetropía por longitud axial corta, una menor amplitud de la cámara anterior y estrechez del ángulo camerular, son elementos que predisponen al desarrollo de la enfermedad. Diferentes estudios han relacionado estas características biométricas oculares con la presencia de CAP, ya que estas prevalecen en todas las formas clínicas o estadios como condiciones anatómicas propias de todo paciente con ojo pequeño; de ahí que prevalezcan en la casuística analizada sin diferencias significativas entre los diferentes grupos.11,12,13
La pérdida del efecto de la acomodación en edad présbita, provoca que el cristalino incremente su grosor o diámetro anteroposterior, y se desplace de forma ligera hacia adelante, lo que dificulta la circulación y drenaje normal del humor acuoso por bloqueo pupilar relativo; esto asociado a un iris de mayor grosor, convexo, con alteración en los mecanismos de compensación durante la midriasis, favorecen la estrechez del ángulo camerular, lo que incrementa la PIO.14
Este mecanismo puede pasar desapercibido en un inicio por la escasez de sintomatología, (solo en ocasiones pueden presentarse cefaleas nocturnas, al despertar o de forma intermitente) y es usual que se justifique por otras condiciones asociadas como lo es el estrés o la migraña, situaciones que limitan o retrasan acudir a la atención especializada.
La persistencia de este mecanismo provoca, por contacto iridocorneal periférico, la formación de SAP, lo que incrementa aún más la probabilidad de elevación de la PIO; la persistencia de estas ha sido un factor estadístico relacionado con una menor reducción de la PIO.15
La perpetuación en el tiempo conlleva además, al daño trabecular crónico lo que se relaciona con el estadio glaucomatoso de la enfermedad. 1 Los resultados del presente trabajo corresponden a los postulados de Foster, 2 el cual diferencia las formas clínicas de la enfermedad por la amplitud del ángulo, la presencia de SAP extensas y la variación de la PIO.
En conclusión, el cierre angular primario fue frecuente en mujeres de mediana edad sometidas a estrés; con ojos pequeños, ángulo camerular y cámara anterior estrecha; la edad, la amplitud angular, la presencia o no, de sinequias anteriores periféricas en más de 180º y los valores de PIO basal, determinan la forma clínica de la enfermedad.