Estimada directora:
En la actualidad, uno de los más grandes y continuos desafíos que los gobiernos de cada país enfrentan, es promover un mayor apoyo directo a la investigación en ciencia y tecnología, fomentar el registro de patentes e incrementar la investigación en todas las áreas posibles.1
Por su parte, plantea Núñez Jover,2 que la disponibilidad de recursos financieros e inversiones, constituye uno de los problemas por resolver en el Sistema de Ciencia e Innovación Tecnológica en Cuba.
Para el sector de la salud particularmente, el año 1997 marcó un contexto de perfeccionamiento del proceso de asignación presupuestaria por nivel de actividad; y en el 2009, ante el nuevo escenario económico, se exige que dicha asignación presupuestaria se justifique según los resultados, y esté avalada por la reducción de los niveles de gastos. En consecuencia, la asignación de los recursos se debe alinear al cumplimiento a los objetivos del sector, y enfocarse al logro de eficacia, eficiencia y cientificidad de este proceso.3
En la actualidad, el Sistema Nacional de Salud está abocado a un claro llamado a la eficiencia sin menoscabo de la excelencia en los servicios, lo que se manifiesta en la implementación de un plan de perfeccionamiento y transformaciones con el fin de “consolidar sus acciones e incrementar la efectividad y la eficiencia de los planes y programas.4
De este modo la planificación del presupuesto a dedicar a la actividad científica constituye un desafío importante ante los objetivos de una gestión de excelencia y eficiente, pues, si bien es importante contar con financiamiento suficiente, es medular atemperarlo objetivamente al nivel de actividad que requerirá una determinada investigación y la obtención de resultados de impacto. Así entonces el diseño de bases metodológicas para la planificación económica de las actividades científicas y de innovación ha resultado un tema de interés para potenciar el trabajo en las instituciones de salud.5
Considerando los diferentes subsistemas de la ciencia y la innovación tecnológica y las normativas inherentes a estos, algunos gastos de los más comunes o relevantes son:
Para los proyectos de investigación:6
Retribuciones inherentes al pago al personal directamente vinculado al proyecto y que está asociado a los resultados alcanzados en su desarrollo.
Para la adquisición de los recursos materiales necesarios para la ejecución del proyecto.
Pago de los servicios o actividades que se prevé contratar para la ejecución del proyecto (subcontrataciones); presupuesto para otros recursos y actividades como servicio contratado de búsqueda de información especializada y vigilancia tecnológica, registro como derecho de autor, actividades de control de la calidad, de capacitación para crear capacidades y habilidades para el proyecto o la generalización de los resultados (incluye participación en eventos científicos), viajes y dietas, adquisición de licencia de utilización de una tecnología propiedad de otra entidad.
Otros gastos considerados en el desarrollo de proyectos son los relativos a inversiones materiales o compra de equipos, incluidos previamente en el plan de inversiones de la entidad (gastos de capital); y aquellos no directamente identificables con el proyecto como reparaciones generales, mantenimiento, salario de personal relacionado indirectamente con el proyecto, electricidad, agua, gas, depreciación de instalaciones o equipos, desgastes de útiles y herramientas, servicios de teléfono, comunicaciones e internet (gastos indirectos).
En cuanto a la generalización de resultados,7 las tareas a generalizar serán las seleccionadas previamente por su impacto científico, tecnológico, social, económico o medioambiental. De acuerdo al tipo de tarea, se desagregarían los recursos necesarios para introducirla en la práctica social, docente o asistencial.
Mientras, otras actividades a las que se asigna presupuesto son: gestión de convocatorias a programas y proyectos, talleres metodológicos, organización de forum de estudiantes y trabajadores; cursos de actualización y superación de los metodólogos y gestores de ciencia e innovación; organización de talleres metodológicos; y contratación de servicios científico-técnicos de Propiedad Intelectual.
La apropiación de una cultura económica facilita una planificación más objetiva del presupuesto que investigadores y metodólogos requerirán para el desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica. Es por ello que un paso importante en el logro de este propósito, es conocer qué actividades científico-investigativas son susceptibles de financiamiento y qué gastos se relacionan con estas.