INTRODUCCIÓN
A nivel mundial la prevalencia del síndrome metabólico (SM) es muy elevada y continúa en aumento vertiginosamente, por lo puede considerarse una pandemia de la época contemporánea. Se estima que el 25 % de la población adulta la padece y se han descrito proporciones aún mayores, en pacientes diagnosticados previamente con diabetes mellitus.1-3
En 1988 Gerald Reaven, en la Conferencia de la Asociación Americana de Diabetes, celebrada en la ciudad de Banting, Cánada, la describe como una entidad clínica caracterizada por la presencia de resistencia a la insulina e hiperinsulinismo compensador. Los síntomas pueden aparecer de forma simultánea o secuencialmente en el mismo paciente; junto a trastornos del metabolismo hidrocarbonado, elevación de las cifras de presión arterial, alteraciones lipídicas (incremento de triglicéridos plasmáticos, de colesterol VLDL, de partículas pequeñas de LDL y/o disminución de HDL), obesidad central o visceral, hiperuricemia, alteraciones hemorreológicas y de la fibrinólisis, disfunción endotelial y elevación de marcadores inflamatorios como la proteína C reactiva.
Su patogenia es compleja: la diabetes y resistencia a la insulina son características cardinales, la asociación con la obesidad, la hipertensión, la esteatohepatitis y factores proinflamatorios y protrombóticos le confieren relevancia clínica y explican su importancia como entidad asociada a alto riesgo vascular. La asociación de estos factores conlleva a un incremento de la morbimortalidad de origen ateroesclerótico.4,5
La relación entre el SM y la enfermedad cardiovascular se ha descrito en diferentes publicaciones. Se supone que las personas que lo padecen tienen una probabilidad tres veces superior de sufrir un infarto agudo de miocardio o un accidente cerebrovascular, y dos veces mayor la probabilidad de fallecer a causa de ambas patologías.6
La edad se acompaña de una serie de circunstancias fisiológicas, económicas y sociales que contribuyen a afectar de manera adversa el estado de salud de la población anciana. Cada componente del SM es un factor de riesgo cardiovascular, pero la combinación de varios de ellos en un mismo individuo puede incrementar el riesgo de enfermedad y mortalidad de manera significativa, y la edad constituye el principal factor de riesgo no modificable.7
El 20,1 % de la población cubana está comprendida en el grupo de 60 años y más. Actualmente, la esperanza de vida promedio de los adultos mayores, es de 78,45 años, para ambos sexos; 80 años para las mujeres y 76 años para los hombres. Pero, hay que tener en cuenta que la esperanza de vida de toda persona que hoy arriba a 60 años, es de 22 años más, y de casi nueve años para los que arriban a los 80.8,9
Son escasos los trabajos realizados referentes al tema escogido para este estudio en senescentes. Los autores se proponen determinar la prevalencia del SM e identificar otras formas clínicas de enfermedad vascular ateroesclerótica en gerontes hospitalizados en Servicio de Geriatría del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente “Celia Sánchez Manduley”, Manzanillo, Granma.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional descriptivo, de corte transversal para determinar la prevalencia del síndrome metabólico (SM) e identificar otras formas clínicas de enfermedad vascular ateroesclerótica en gerontes hospitalizados en Servicio de Geriatría del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente “Celia Sánchez Manduley”, Manzanillo, Granma; en el período comprendido entre junio 2015 a junio 2016.
La población de estudio estuvo constituida por todos los gerontes que ingresaron en el Servicio de Geriatría, mientras que la muestra fue de 120 individuos, la cual se seleccionó empleando muestreo no probabilístico, de tipo accidental. Se incluyó mensualmente en la investigación a los primeros 10 pacientes que se hospitalizaron cada mes.
Criterios de selección: individuos mayores de 60 años de edad sin diagnóstico de SM, previo consentimiento informado para participar en el estudio.
A todos los pacientes se le tomaron variables sociodemográficas (edad y sexo), clínicas (antecedentes patológicos personales, presión arterial, circunferencia abdominal) y de laboratorio en ayuna (glucemia, triglicéridos, HDL-colesterol). El SM se definirá con la presencia de 3 o más criterios según el algoritmo propuesto por la guía del NCEP-ATP III - Nacional Cholesterol Education Program Adult Treament Panel III).10
Tensión arterial: ≥ 130/85 mmHg. Glucemia: > 110 mg/dl (> 6,0 mmol/L). Triglicéridos: ≥ 150 mg/dl (≥1,7 mmol/L). HDL - colesterol: Hombres: < 40 mg/dl (< 1,0 mmol/L). Mujeres: < 50 mg/dl (< 1,3 mmol/L). Circunferencia abdominal: Hombres: ≥ 102 cm. Mujeres: ≥ 88 cm.
Los datos se recogieron en una planilla confeccionada al efecto y de ahí se procesaron en Microsoft Excel versión 2010. Se emplearon elementos de la estadística descriptiva (números absolutos y porcentajes) tanto para las variables cualitativas como cuantitativas. Los resultados se presentaron en tablas para su mejor análisis y discusión.
RESULTADOS
Predominó el grupo etario correspondiente a 70-79 años de edad, seguido de los sexagenarios. El mayor número de adultos mayores estudiados pertenecían a la tercera edad (60-74 años de edad). Los primeros 5 años de la cuarta edad (75-89 años de edad), con un total de 82 gerontes, para el 68,3 % del total de la muestra. En relación a la muestra según sexo; se constató que esta variable epidemiológica se midió por 73 individuos del sexo masculino, (60,8 %); 47 féminas, (39,2 %), con una razón de 1,6:1 de hombres por cada mujer. (Tabla 1)
Grupos etarios | Sexo | Total | |||
---|---|---|---|---|---|
Masculino | Femenino | No. | % | ||
De 60 - 69 años (sexagenario) | 22 | 15 | 37 | 30,8 | |
De 70 - 79 años (heptagenario) | 26 | 19 | 45 | 37,5 | |
De 80 - 89 años (octogenario) | 17 | 10 | 27 | 22,5 | |
De 90 - 99 años (nonagenario) | 7 | 3 | 10 | 8,3 | |
100 años y más (centenario) | 1 | - | 1 | 0,8 | |
Total | 73 | 47 | 120 | 100 |
La distribución de las variables clínicas que determinaron el SM en los individuos estudiados, demostró que la hipertensión arterial (HTA) ocupó el primer lugar, con 104 pacientes; de ellos correspondientes a los grupos etarios de la tercera y cuarta edad, 94 pacientes, (78,3 %). La alteración en la glucemia con 93 pacientes, 67 personas, (55,8 %) correspondió al grupo de edad denominado como «jóvenes-viejos». En orden decreciente la hipertrigliceridemia con 75 individuos, y de estos 66 sujetos, (55,0 %) entre 60-89 años. La obesidad abdominal (OA), según mensuración de circunferencia abdominal, con 73 pacientes. Por último el HDL-colesterol (HDLc) con 66 pacientes. (Tabla 2)
Variables clínicas | Grupos etarios | Total | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
60-69 años | 70-79 años | 80-89 años | 90-99 años | 100 años y más | No. | % | |
Alteración de la glucemia | 28 | 39 | 19 | 6 | 1 | 93 | 77,5 |
Hipertensión arterial | 32 | 36 | 26 | 9 | 1 | 104 | 86,7 |
Aumento de los triglicéridos | 23 | 28 | 15 | 8 | 1 | 75 | 62,5 |
HDL - colesterol | 17 | 25 | 17 | 7 | - | 66 | 55,0 |
Circunferencia abdominal | 26 | 33 | 12 | 2 | - | 73 | 60,8 |
Los pacientes del sexo masculino presentaron mayor afectación por las variables clínicas que determinaron el SM, con una razón de 1,9:1 de hombres por cada mujer en la HTA. La disminución del HDLc se comportó con una razón de 1,4:1 de hombres/mujer. En la alteración de la glucemia predominó también el sexo masculino. De las 47 féminas estudiadas, 41 mujeres, (87,2 %) estuvieron afectadas por cifras elevadas de tensión arterial. Del sexo femenino 28 pacientes presentaron 1 o más variables clínicas que determinaron el SM, para un 60,0 %. (Tabla 3)
Variables clínicas | Grupos etarios | Total | |||
---|---|---|---|---|---|
Masculino | Femenino | No. | % | ||
Alteración de la glucemia | 52 | 41 | 93 | 77,5 | |
Hipertensión arterial | 69 | 35 | 104 | 86,7 | |
Hipertrigliceridemia | 43 | 32 | 75 | 62,5 | |
HDL - colesterol | 38 | 28 | 66 | 55,0 | |
Circunferencia abdominal | 39 | 34 | 73 | 60,8 |
Según edad, el SM presentó una mayor incidencia en los grupos etarios correspondientes (60-89 años); 95 individuos, para un 79,2 % del total de la muestra. El grupo de adultos mayores comprendidos entre los 70-79 años de edad fue el más afectado, con 41 sujetos para un 34,2 %. (Tabla 4)
Síndrome metabólico (SM) | Grupos etarios | Total | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
60-69 años | 70-79 años | 80-89 años | 90-99 años | 100 años y más | No. | % | |
Con SM | 30 | 41 | 24 | 9 | 1 | 105 | 87,5 |
Sin SM | 7 | 4 | 3 | 1 | - | 15 | 12,5 |
Total | 37 | 45 | 27 | 10 | 1 | 120 | 100 |
La distribución del SM según sexo, mostró que el sexo masculino prevaleció en 64 hombres, y 41 féminas, para un 53,3 % y 34,2 % respectivamente. La prevalencia de la endocrinopatía superó el 87 % para ambos sexos. (Tabla 5)
Síndrome Metabólico (SM) | Sexo | Total | ||
---|---|---|---|---|
Masculino | Femenino | No. | % | |
Con SM | 64 | 41 | 105 | 87,5 |
Sin SM | 9 | 6 | 15 | 12,5 |
Total | 73 | 47 | 120 | 100 |
En los pacientes con diagnóstico de SM se identificaron otras formas clínicas de enfermedad vascular ateroesclerótica (según grupos etarios y sexo). De 105 individuos que presentaron SM; 86 gerontes padecían de cardiopatía isquémica crónica, 84 pacientes habían sufrido ictus cerebral y 25 mostraron cardiopatía hipertensiva. El grupo etario de 70-79 años del sexo masculino fueron los que presentaron mayor asociación entre SM y alguna de las formas clínicas de enfermedad vascular ateroesclerótica. (Tablas 6 y 7)
Enfermedades vasculares ateroescleróticas | Distribución de pacientes con SM Por grupos etarios | Total | |||||
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60-69 años | 70-79 años | 80-90 años | 90-99 años | 100 años y más | No. | % | |
Cardiopatía isquémica crónica | 19 | 38 | 20 | 8 | 1 | 86 | 81,9 |
Ictus cerebral | 21 | 34 | 22 | 6 | 1 | 84 | 80,0 |
Cardiopatía hipertensiva | 5 | 9 | 7 | 4 | - | 25 | 23,8 |
DISCUSIÓN
En la investigación, la mayor parte de adultos mayores pertenecían a los grupos etarios de la tercera edad (60-74 años de edad) y los 5 años primero de la cuarta edad (75-89 años de edad), lo que guarda relación con la proporción existente de senescentes por grupos etarios en nuestro país y provincia Granma. En esta última, la población envejecida es 154 316 habitantes, lo que constituye el 18,6 %.11,12
En el Servicio de Geriatría del Hospital Clínico Quirúrgico Docente “Celia Sánchez Manduley”, de la ciudad de Manzanillo, provincia Granma, la disponibilidad de camas se encuentra distribuida en 11 capacidades para el sexo masculino y sólo 9 para las féminas, por esta razón existen mayores posibilidades de ingreso para los gerontes masculinos según estadía hospitalaria. Esto propició que la muestra de estudio fuese predominantemente de varones, lo que no se corresponde con la supremacía numérica del sexo femenino sobre el masculino en la población geriátrica cubana.12
La prevalencia del síndrome metabólico (SM) en población adulta es elevada, y aumenta conforme lo hace la edad de la población estudiada. La aceptación del concepto de SM en la clínica se justifica, por propiciar de forma rápida y sencilla, la identificación de los sujetos con mayor riesgo cardiovascular o de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 (DM2). Los sujetos con SM tienen hasta tres veces más riesgo de morbilidad y mortalidad por cardiopatía isquémica y cuatro veces más riesgo de desarrollar DM2. Además, la coexistencia de SM y DM2 eleva hasta cuatro veces el riesgo relativo de cardiopatía isquémica.13
La edad avanzada se acompaña, asimismo, de un cambio en la presencia de componentes específicos alterados en sujetos con SM. Por ejemplo, en el The ProgeNIA/SardiNIA Project, en hombres con SM, la prevalencia de presión arterial elevada y de obesidad abdominal (OA) no fue diferente entre jóvenes y ancianos; mientras que la de niveles elevados de glucosa aumentó significativamente con la edad (desde el 7,7 %, en los menores de 35 años, hasta el 81,7 %), en los mayores de 65). Por el contrario, en mujeres con SM, la prevalencia de presión arterial elevada aumentó desde el grupo de las menores de 35 años hasta el de 35-49 años y luego se estabilizó. La prevalencia de glucosa elevada aumentó de manera continua a medida que lo hizo la edad, con un aumento más acusado a partir de los 50 años (desde el 16,7 % en las más jóvenes, hasta el 70,4 % en aquellas mayores de 65 años). Las alteraciones en los lípidos disminuyeron a partir de los 50 años.14
Un estudio realizado en una muestra representativa de una población mediterránea de ancianos mayores de 70 años, pertenecientes a Mataró, España; Rueda, et al.15 observan una elevada prevalencia de SM. Así también se comporta en otro estudio que detecta 41 pacientes con SM, para una frecuencia de 69,5 %, datos que concuerdan con los presentados en este trabajo.16
Ortiz, et al.17 con el fin de determinar la incidencia del SM en 73 personas pertenecientes a la comunidad Mícara, en el municipio de II Frente, Santiago de Cuba, concluye que hay predominio del sexo masculino sobre el femenino, así como la incidencia del SM fue a razón de 1,8:1 de hombres por cada mujer, los que presentan similitud con los resultados obtenidos en este estudio.
Sin embargo, el SM prevaleció en el sexo femenino, (77,8 %) en el estudio transversal con muestreo probabilístico aleatorio por conglomerados en 3 Consultorios Médicos de la Familia (CMF), pertenecientes al Policlínico “Máximo Gómez Báez” del municipio de Holguín, provincia Holguín.18
El espectro clínico de hacer el diagnóstico de SM es útil desde cualquier punto de vista clínico; mucho más si se presentan de manera conjunta diabetes, obesidad e hipertensión arterial, en cuyo caso se orienta la necesidad de hacer intervención terapéutica integral para la prevención secundaria. Incluye a aquellos individuos que tienen triglicéridos elevados, obesidad abdominal y HDL bajo, o prediabetes. En estos casos la intervención terapéutica se llevará a cabo para favorecer una prevención primaria, resulta obligatorio que los médicos realicen escrutinio para la búsqueda de estos factores de riesgo, única forma de prevenir el desarrollo de enfermedades. En esta prevención el especialista de la atención primaria de salud juega un papel importante.19
En una investigación realizada para determinar la influencia del SM en la evolución de pacientes hospitalizados en salas de Medicina Interna del Hospital Militar Central “Dr. Luis Díaz Soto”, La Habana, los investigadores demuestran que hubo un predominio ligero del sexo femenino, (52,0 %) del total de la muestra, y mayor prevalencia del SM en este género, (53,0 %). La edad de los pacientes con SM osciló entre los 62,2 años, mientras que las variables clínica y humoral más significativas fueron la HTA y la alteración de la glucemia respectivamente.20
Fonte, et al.21 en su estudio para determinar la presencia de factores de riesgo asociados al SM y su prevalencia, en una muestra constituida por 120 adultos mayores en 2 áreas de salud, de Pinar del Río; concluyen que la OA fue la variable clínica con mayor incidencia, pues 85 individuos, (70,8 %) presentaban este componente, le continuaron la HTA en 57 pacientes, (47,5%). La diabetes mellitus tipo 2 (DM2), se presentó en 38 senescentes, (31,7%).21
Otros estudios demuestran que existe una alta relación entre OA y SM, lo que se debe a que los pacientes obesos presentan un exceso de células adiposas que secretan citoquinas proinflamatorias como el factor de necrosis tumoral alfa, causan enfermedades crónicas por daño inflamatorio.22
Hallazgos de un estudio en Venezuela reflejan que la OA fue el componente más frecuente en los pacientes afectados con SM, mientras que en la presente investigación la OA no constituyó la principal variable clínica en los pacientes diagnosticados con SM, pero es válido destacar que afectó al menos, a 73 individuos (60,8 %).23
Se mantuvo una elevada prevalencia del síndrome metabólico (SM) en los adultos mayores examinados, donde el grupo etario correspondiente a 70-79 años de edad y el sexo masculino fue los más afectados por la endocrinopatía. Las otras formas clínicas de enfermedad vascular ateroesclerótica que se identificaron en los senescentes estudiados fueron: cardiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular y cardiopatía hipertensiva.