Introducción
El acceso de medios de pagos se ha materializado tanto en el ámbito comercial como en el financiero, el aumento de participación en la economía global, ha impulsado una reducción de la percepción al riesgo por parte de los individuos al acceso de cualquier tipo de crédito, lo cual ha beneficiado a las relaciones comerciales y al otorgamiento de préstamos por casas comerciales y bancos. Lo positivo del desarrollo del sistema financiero es el incentivo al ahorro y los accesos a créditos, que son cuestiones fundamentales para un desarrollo adecuado de la economía de cualquier país, los medios de pagos se han convertido en uno de los productos de mayor importancia porque han permitido ampliar el alcance de la inclusión financiera y han minimizado los costos transaccionales para la banca. Sin embargo, lo negativo de este desarrollo es que la mala gestión de los recursos provoca efectos de sobreendeudamiento de las familias ecuatorianas.
El consumo por medio dinero plástico es cada vez mayor en los hogares, existe una estrecha relación entre el nivel de vida (normalmente medido por el ingreso promedio) y el nivel de facturación por medio de este medio de pago. El crecimiento desproporcionado del nivel de deuda de los hogares puede ocasionar graves consecuencias. Los hogares más endeudados, que son los que sufren mayores cargas financieras (intereses), por tanto disfrutan de menor capacidad para hacer frente a cambios no esperados y, en consecuencia, sufren una mayor probabilidad de caer en situación de impago. Esta circunstancia repercutiría, no solamente en el bienestar de estos hogares, sino también de forma muy negativa en todo el sistema financiero, económico y social.
Por eso, el conocer la forma en que los determinantes de endeudamiento afectan al individuo permitirá desarrollar estrategia que optimicen la gestión financiera en las personas. La religión y la cultura pueden influir en el comportamiento económico de un individuo a través de sus características intrínsecas, como su función de utilidad. Los creyentes de una religión determinada puede ser más paciente y capaz de resistir la tentación de beneficios a corto plazo. Como resultado, pueden adoptar una perspectiva a más largo plazo al tomar sus decisiones económicas. Más generalmente, la religión es una parte de la cultura. La cultura puede ser interpretada como un arreglo institucional informal que lleva un individuo del comportamiento económico y financiero. Las doctrinas de las diferentes religiones o confesiones religiosas tienen características diferentes, que pueden producir diferentes resultados conductuales. Por ejemplo, el creyente de una religión extremista en particular puede tomar algunas decisiones financieras extremas, mientras que el creyente de una religión ascética puede ser más disciplinado y más cauto en decisiones de endeudamiento.
La categoría de consumo es uno de los elementos más importante en la economía, según Pinto & Di Silvestre (2004), “el consumo variado aparece frente a los ojos del consumidor como una oportunidad y derecho para disfrutar y no como una obligación por cumplir” (p. 39). Por otro lado, Sanzana (2010), también señaló que “el crédito de consumo es quizá la muestra más clara y cotidiana que evidencia la manera en que los sujetos caen en situación de endeudamiento” (p. 2). El endeudamiento se vuelve uno de los pilares fundamentales para la ejecución del consumo en la economía. Diversos estudios (Ismail, et al., 2013; Bertrand, Karlan, Mullainathan, Shafir & Zinman, 2009) señalan la conducta financiera responde a aspectos culturales y de moral de cada persona. A partir de esto se plantea como objetivo del estudio realizar una revisión de literatura de cómo influye la afiliación religiosa en el endeudamiento personal y el comportamiento de los individuos
Desarrollo
Cada religión tiene un conjunto de aspectos religiosos que ejercen influencia sobre el comportamiento de los miembros de la misma. Cojorau, Cojorau, Bragaru & Purcaru (2011), señalaron que “el comportamiento económico de los agentes está determinado por los valores religiosos y sociales que comparten. Estos valores se orientan el comportamiento económico más allá de la mera aplicación de leyes económicas con la finalidad de obtener una ganancia”. (p. 94)
En este mismo estudio, los autores concluyeron que el comportamiento financiero de las familias protestantes era diferente de las familias ortodoxas. Los valores que influyen a cada religión es lo que provoca estas diferencias (Mauren, 2007). El comportamiento de los individuos está influenciada por sus valores éticos y sociales y sus ideas (Frunz, 2011a); (Frunz, 2011b). Por tanto el comportamiento económico y financiero de las persona también es resultado de sus valores éticos y sociales.
Por otro lado, Fitzgerald (2009), aseguró que la religión tiene un efecto mensurable sobre las economías de los países en desarrollo y la más poderosa influencia se refiere a cómo la gente cree firmemente en el infierno (p. 145). Uno de los hallazgos más intrigantes explora cómo la religión podría influir en la riqueza y la prosperidad de las sociedades.
Desde un punto de vista microeconómico, los investigadores prestan más atención a la cultura generalizada, como la confianza y el capital social, en lugar de la religión. Pero estudios recientes sobre la relación directa que existe entre la religión y las finanzas corporativas son productivas, incluyendo la influencia de la religión en una empresa de inversión (Hilary & Hui, 2009) y el retorno de las poblaciones (Kumar, et al., 2011). Sin embargo, la relación entre la religión y la familia finanzas es menos visitada. Con datos procedentes de los Países Bajos, y Spaenjers Renneboog (2012), descubrió que una familia con creencias religiosas es más económica, y los católicos son más reacios al riesgo e invertir menos en el mercado de valores.
Religión y Economía
Desde mediados de los años noventa, las organizaciones de desarrollo son cada vez más conscientes del importante papel de la cultura y de la religión (como parte de la cultura) en el desempeño de la economía. Esta conciencia es notoria en los distintos informes del Banco Mundial y las actividades del organismo de diálogo de religiones sobre el desarrollo mundial. La religión es definida como un "conjunto de creencias compartidas, actividades e instituciones, basado en la premisa de la fe en las fuerzas sobrenaturales" (Iannaccone 1998, p. 1446) es considerada como parte de la cultura.
Autores como Iannaccone (1998), afirman que la creencia religiosa afecta a una amplia gama de resultados conductuales, es así que Weber (1930), aseguró que la ética de la religiosidad protestante, vista como una variable independiente, puede influir en los resultados económicos. Las creencias religiosas afectan la economía fomentando rasgos tales como la ética del trabajo, la honestidad (por lo tanto, confianza), el ahorro, la caridad, la hospitalidad a los extranjeros y así sucesivamente. Por mejorar estos rasgos, mayor religiosidad podría estimular la inversión y el crecimiento económico.
Para McCleary & Barros (2006), “cada una de las grandes religiones tiene algún mecanismo para promover el esfuerzo laboral y la acumulación de riqueza, que contribuyen al éxito económico” (p. 56). En la riqueza de las Naciones, Adam Smith sostuvo que la participación en sectas religiosas podrían transmitir dos ventajas económicas a los adherentes (Anderson, 1988): (a) ser una señal de reputación: mientras que los pobres pueden parecer iguales a empleadores potenciales, los prestamistas y los clientes, el hecho de pertenecer a una secta "buena" podría transmitir una reducción en el riesgo asociado con el individuo en particular y, en última instancia, mejorar la asignación eficiente de los recursos. (b) las sectas también podrían prever medios extralegales de establecer confianza y sancionar a aquellos que realizan transacciones intra-grupo, esto podría reducir la incertidumbre y mejorar la eficiencia, especialmente cuando los recursos civiles para no hacer respetar los contratos eran débiles.
La religión como un Elemento de la Identidad Social e Individual
A partir de las algunas de las concepciones de la actividad religiosa se plantea medir la influencia que ésta tiene en los aspectos de la vida e identidad social. “La identidad de las distintas sociedades humanas se basa en un sinfín de características que se encuentran en un eterno proceso de creación al interior de las acciones de sus miembros” (Camarena & Tunal, 2009, p. 8). La religión acompaña al hombre y a la sociedad como un elemento básico de la composición del individuo y de su propia identidad, de manera que las formas en que se presenta y organiza la religión al interior de la masa social, es lo que le da el carácter de una estructura y de una entidad que va a formar parte del devenir humano.
Para Camarena & Tunal (2009):
Tan importante es la referencia de la religión para la sociedad, que de ella depende gran parte del accionar moral que se haga presente. En gran parte, también la religión determinará la forma de pensar de las sociedades, lo que se ve reflejado en el individuo. Es entonces, que en el estudio de la relación entre las formas de expresiones religiosas y la sociedad que las propicia y las mantiene, podemos lograr discernir algunas de las características innatas de dicha sociedad, ya que cada comunidad va a construir y determinar cierto tipo de comportamiento religioso muy específico, pero se van a encontrar ciertas características que les son comunes a todas las prácticas de la religión. (pp. 8-9)
Cultura
De Jong (2013) señaló como cultura a “la programación colectiva de la mente que distingue a los miembros de un grupo (país o sociedad) de otro” (p. 02). Por otro lado Camarena &Tunal (2009), concluyeron que:
La cultura y la religión no son dos esferas distintas de la vida social, sino que forman parte de un constructo general que define la edificación de las sociedades, es por tal razón que el estudio de sus interrelaciones nos ayuda a entender de forma más precisa las dimensiones de la cultura, en tanto que la religión es una creación y recreación humana que es concebible únicamente y gracias a la sociedad misma. (p. 13).
Hay una variedad de definiciones para la cultura, sin embargo la definición más útil para este estudio es la proporcionada por Sapienza, Zingales & Guiso (2012), quienes afirman que, "la cultura es habitual; son las creencias y valores que grupos étnicos, religiosos y sociales transmiten relativamente e invariable de generación en generación"(p. 23).
“La importancia del estudio de la religión como una dimensión cultural se debe a que ésta es la reproducción de los agentes culturales de una deidad que refleja de forma idílica las características inherentes de los seres” (Camarena & Tunal, 2009, p. 15). Dichas características provocan comportamientos particulares en los individuos en aspectos sociales, culturales y también financieros.
La Religión y el Comportamiento Financiero
Recientemente, gracias a la disponibilidad de nuevos conjuntos de datos, se han publicado varios estudios sobre las diferencias en las preferencias individuales de toma de riesgo y sus factores determinantes (Barsky, Robert, Juster, Kimball & Shappiro, 1995; Halek & Eisenhauer, 2001; Hartog, Ferrer-i-Carbonell, Jonker, 2002; Dohmen, Falk, Huffman & Sunde, 2011). Sin embargo, hay unas pocas contribuciones apuntando adicionalmente a los factores culturales como determinantes de las conductas de riesgo. Renneboog & Spaenjers (2012), analizaron el efecto de la afiliación religiosa en actitudes económicas individuales, tales como el ahorro y riesgo, y comportamiento de la inversión en los Países Bajos. Ellos encontraron una relación positiva entre la afiliación religiosa individual y tanto la aversión al riesgo y la predisposición individual para el ahorro.
Aunque algunos estudios han declarado que los católicos muestran una mayor disposición a asumir riesgos que los protestantes (Kumar, et al., 2011; Shu, Sulaeman & Yeung, 2012) en el estudio de Dohmen, et al. (2011); Renneboog & Spaenjers (2012), señalaron que los católicos tienen en general más aversión al riesgo que los protestantes. Estos hallazgos podrían tener importantes consecuencias. La cultura induce la preferencia de riesgo, esto podría ser un factor que contribuye a la explicación de las diferencias individuales en los resultados socio-económicos (Iannaccone, 1998; Hoffmann, 2012), tales como el espíritu empresarial de las decisiones, los resultados del mercado de trabajo (Lehrer, 2008; Becker & Woessmann, 2009; Fernández, 2010) y las tasas de salarios (Ewing, 2000), o la acumulación de riqueza (Keister, 2003) y del comportamiento del ahorro de los hogares (Fusch- Schündeln, Schündeln, 2005). La cultura también induce las actitudes individuales de riesgo dando distintas opciones económicas podría proporcionar un fundamento microeconómico de la divergencia de los resultados agregados.
Un importante estudio relacionado a este ámbito fue el realizado en los hogares chinos por Liu & Zhou (2013). Los autores realizaron un análisis empírico de las características de las familias individuales utilizando los datos recopilados por la Universidad de Pekín, del Instituto de Ciencias Sociales de la encuesta. Sus resultados demuestran la influencia significativa de la estructura de los préstamos de consumos. Sin embargo, este estudio utiliza datos procedentes de Beijing, Shanghai y Guangdong solamente y no toman en consideración la religión. Chunping, Li y Lingwei (2016), concluyeron que “una familia que toma la decisión de pedir dinero prestado lo hace con influencia de su creencia religiosa que es un factor importante en la cultura” (p. 121).
Otras investigaciones han demostrado que la cultura y la religión son mecanismos sociales clave para influir en las creencias y los comportamientos (Kennedy & Lawton, 1998) y los individuos religiosos son más éticos (Conroy & Emerson, 2004; Longenecker, McKinney & Moore, 2004) y tiene altos niveles de aversión al riesgo (Hilary & Hui, 2009; Osoba, 2003; Díaz, 2000; Miller & Hoffman, 1995). La religiosidad es un importante impulsor de las decisiones individuales de inversión, comportamiento social, la percepción del riesgo individual, y la actitud de juego.
En el desarrollo se exponen los fundamentos teóricos metodológicos y el estado actual del tema. A su vez debe realizarse un análisis crítico que permita obtener conclusiones sobre el tema tratado.
Conclusiones
Históricamente, la literatura financiera ha ignorado la discusión de como la espiritualidad y la religión afectan al comportamiento ya las decisiones financieras de los individuos, sin embargo el comportamiento financiero muestra que la psicología humana y las emociones influyen aspectos como el riesgo, la inversión, el financiamiento de las personas. Baker & Ricciardi (2014), estudiaron como la religión afecta a diversas esferas de actuación de los individuos, la investigación corrobora la relación positiva entre religión y factores económicos. Sin embargo, pocos estudios abordan las decisiones de financiación y de inversión que tienen un impacto directo en el nivel corporativo. El estudio muestra que la religión tiene consecuencias institucionales en términos de percepción del riesgo, el comportamiento psicológico de los inversores, y la gobernanza.
Tales consecuencias influyen no sólo en las decisiones de inversión y de financiación, sino también el rendimiento de las empresas. Los inversionistas altamente religioso no se comportan de la misma manera que los seculares. La religión no sólo afecta al nivel de riesgo que los inversionistas están dispuestos a emprender, pero también influye en la naturaleza de la inversión que elija. La religión desempeña un papel importante en el diseño de algunos instrumentos financieros. De hecho, las tres religiones monoteístas del mundo (Judaísmo, Cristianismo e Islam), junto con el budismo y el hinduismo, no deje de utilizar instrumentos financieros de interés. La religión afecta a las decisiones de inversión y financieros, que pueden tener repercusiones sobre la estructura de capital de la empresa y el valor.