Señor Director:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la Medicina Natural como la suma total de los conocimientos, las capacidades y las prácticas basados en las teorías, las creencias y las experiencias propias de diferentes culturas, sean explicables o no, utilizadas para mantener la salud y prevenir, diagnosticar, mejorar o tratar enfermedades físicas y mentales.1
Según la ex Directora General de la OMS, Dra. Margaret Chan, la Medicina Naturalista y Tradicional “...se destaca como un medio para afrontar el incesante aumento de las enfermedades no trasmisibles crónicas...”. Y es que esta modalidad ha demostrado su impacto beneficioso en los estilos de vida de la población, por lo que se aplica en el diagnóstico, la prevención, el tratamiento y la rehabilitación de varias dolencias.2
Las fórmulas herbales chinas albergan el potencial único de reducir los síntomas de la fiebre y la tos, limitar la progresión de la enfermedad y mejorar la inmunidad general y, por lo tanto, la capacidad de una persona de generar una respuesta inmune esencial al virus.3
En la historia, cada vez que una plaga está descontrolada, los profesionales de la Medicina Natural y Tradicional (MNT) tendrán una serie de conocimientos prácticos para combatir las enfermedades en integración con la Medicina alopática. En la lucha contra el novedoso coronavirus (COVID-19) no debe faltar su aplicación, que debe tener un papel integrador en su tratamiento efectivo.4 Se ha recorrido un largo camino desde la última pandemia gripal de 1918, en la que se perdieron más de 100 millones de vidas.5
La utilización adecuada de la MNT permite lograr una profunda transformación de la salud con un menor peligro, por ejemplo: la hierba mahuang (una efedra) se utiliza de manera tradicional en China en el tratamiento de la congestión breve de las vías respiratorias sin que se recojan informes de reacciones adversas a medicamentos.6
En noviembre de 2018 en Cuba se realizó el I Taller Nacional “La Medicina Natural y Tradicional, su aplicación en situaciones de emergencia y desastres”. En el evento se abordó cómo las diferentes modalidades de la MNT pueden contribuir a mitigar los riesgos en situaciones excepcionales y de epidemias.7
La enfermedad por COVID-19 pertenece a la categoría de enfermedades epidémicas en la Medicina Tradicional China (MTC); la causa de esta enfermedad es Yi Li Zhi Qi (energía perversa y contagiosa).8 El protocolo de diagnóstico y tratamiento para la COVID-19, mediante la MTC, ofrece un listado de medicamentos provenientes de la fitoterapia que pueden ser utilizados como tratamiento complementario en los períodos de observación médica de tratamiento clínico y de recuperación.9 En Cuba existen experiencias con la utilización de productos homeopáticos en epidemias como las del dengue y el cólera: el PrevengHo-vir y el TratHo-vir.10,11
Se han publicado varias guías en China sobre la Medicina Tradicional y la COVID-19. Las noticias resaltan la obtención de buenos resultados gracias a la integración de la Medicina Oriental y la Occidental. En sus declaraciones Yu Yanhong, portavoz del Ministerio de Sanidad chino, señala que el método puede mejorar rápidamente la condición de los pacientes con síntomas leves como fiebre, tos, dolor de garganta, debilidad y falta de apetito; también puede ayudar a reducir la duración de la estancia en el hospital y la tasa de mortalidad de la enfermedad.12
La Brigada Médica cubana “Henry Reeve” de Surinam, en el año 2021, estaba integrada por 51 colaboradores entrenados en situaciones de emergencia y desastres y trabajó durante la pandemia de la COVID-19 en el Hospital de Wanica. En sus filas contaba con la fortaleza de tener un Máster en Medicina Natural y Tradicional que propuso se aplicaran ejercicios tradicionales chinos (“Qigong para la salud y la forma física Ba DuanJin o ejercicios Qigong en ocho secciones”) para el control de la letal enfermedad. El régimen de ejercicios se aplicó primeramente a los integrantes de la brigada con el objetivo de contrarrestar el stress al que estaban sometidos por las largas jornadas laborales y los temores ante la exposición de un virus tan letal. Posteriormente, estos ejercicios se vincularon con otras técnicas de la Medicina Oriental como la digitopuntura y la auriculopuntura y se aplicaron en pacientes, sospechosos y contactos, del coronavirus, atendidos por los colaboradores cubanos.
La aplicación de las técnicas naturales por los profesionales cubanos en Surinam pretendió dar solución a diferentes problemas identificados en la atención a pacientes con COVID-19:
Necesidad de perfeccionar la integralidad del binomio salud-enfermedad y la relación médico-paciente.
Incorporar recursos terapéuticos tradicionales ante la escasa respuesta a los protocolos vigentes que se habían aplicado hasta el momento.
Proteger a los integrantes de la Brigada Médica cubana de los posibles contagios por la enfermedad que no contaban aún con la inmunización.
Necesidad de disminuir los costos de tratamiento.
Las limitaciones de acceso a los servicios de salud y a los medicamentos específicos para el control de la enfermedad por parte de la población.
Se contaba con los recursos materiales, económicos y el personal calificado necesario.
Las autoridades sanitarias y el pueblo de Surinam aceptaron y se sumaron a la aplicación de los ejercicios bioenergéticos descritos y asociados a las técnicas de auriculopuntura y digitopuntura. De esta manera no existieron obstáculos ni conflictos de intereses con la aplicación de la modalidad terapéutica propuesta y los protocolos utilizados en la pandemia de la COVID-19.