Introducción
Las autoridades sanitarias chinas reportaron a finales de 2019 el síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV-2) en la provincia de Wuhan, como causa de una enfermedad llamada “enfermedad por coronavirus 2019” (COVID-19), la cual constituye en la actualidad una pandemia.1
Este virus se ha propagado por todo el mundo. En la región de las Américas se reportó a Estados Unidos como el epicentro de la epidemia, al convertirse en el país del mundo con más casos positivos identificados. Los primeros hallazgos de la enfermedad se reportaron en Cuba el 11 de marzo de 2020. A partir de la compleja situación epidemiológica, se asumió en Cuba, desde marzo de 2020, el pesquisaje activo a la COVID-19, con el fin de identificar un mayor número de individuos a los que se le pudiera ofrecer la posibilidad de un tratamiento oportuno, efectivo, y que disminuyera la mortalidad y mejorara la calidad de vida de cada paciente durante el estadio de la enfermedad.2,3,4 La Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey direccionó su accionar a detener la transmisión de la enfermedad y destinó parte de sus recursos humanos a la realización de la pesquisa activa.
En consideración a la situación epidemiológica mundial, regional y en el país, relacionada con el nuevo coronavirus, el Sistema Nacional de Salud recomendó capacitar de forma temprana y escalonada a los profesionales, técnicos, trabajadores y estudiantes, para enfrentar tareas concretas en la vigilancia epidemiológica y la asistencia médica de los pacientes en los diferentes niveles de atención, así como la detección temprana de casos mediante la pesquisa activa de sintomáticos respiratorios en el nivel primario del sistema de salud.5
La preparación integral de los estudiantes ante esta contingencia en las universidades, exigió un alto nivel científico; y un intercambio de experiencias, visiones, ideas y soluciones para enfrentar los impactos desencadenados por el coronavirus. Así se propició la intervención de estos en las comunidades con la realización del pesquisaje activo; e, incluso, su incorporación en la primera línea de combate desde las instituciones hospitalarias, todo lo cual ha sido reconocido por las autoridades del país y, en especial, por la población.6
Los resultados alcanzados han permitido no solo la transformación de los indicadores de salud, sino un acercamiento a la realidad estudiantil en las Instituciones de Educación Superior (IES) cubanas que forman profesionales capaces de transformar el mundo en que viven, al actuar con responsabilidad, lo que demuestra la adaptación de la docencia para la educación en el trabajo frente al escenario epidemiológico actual y el cumplimiento de su papel en la sociedad.6
Según el Anuario Estadístico de Salud de Cuba,7 la tasa de incidencia de COVID-19 en el país en 2020 fue de 107,6 por cada 100 000 habitantes. La provincia de Camagüey cerró en este año con una incidencia de 35,1, comportamiento por debajo de la media nacional, con 268 casos positivos.
La medicina cubana tiene entre sus pilares la prevención de las enfermedades. Evitar que la persona enferme es una de las principales labores de su personal. La educación de la población desde la pesquisa activa, la comunicación de las características de la enfermedad, de las vías de transmisión y la alerta temprana a la aparición de cualquier síntoma han resultado elementos necesarios en las características del enfrentamiento a la COVID-19 en Cuba, lugar donde los estudiantes de las ciencias médicas han desempeñado un papel preponderante.
Conocer las medidas de bioseguridad, las características clínicas y epidemiológicas del nuevo coronavirus, y las principales vías de adquisición de estos conocimientos para la realización de la pesquisa activa a la COVID-19 constituyen elementos indispensables para desarrollar esta noble tarea y lograr una labor educativa en la sociedad. Consecuentes con esa realidad, se decidió realizar esta investigación con el objetivo de determinar los conocimientos de los estudiantes de las ciencias médicas de Camagüey para realizar la pesquisa activa a la COVID-19.
Métodos
Se realizó un estudio observacional, descriptivo y de corte transversal en septiembre de 2021. El universo de estudio fue de 2573 estudiantes, pertenecientes a todas las carreras de ciencias médicas que se encontraban en el pesquisaje activo a la COVID-19 en el municipio Camagüey. Por muestreo no probabilístico por conveniencia se seleccionó una muestra de 416 estudiantes de ocho áreas de salud de este municipio.
Para la investigación se elaboró y aplicó una encuesta descriptiva, cualitativa y personal, que contenía preguntas abiertas y cerradas. Esta encuesta fue validada en julio de 2021, teniendo en cuenta criterios de siete expertos integrado por epidemiólogos, bioestadísticos, psicólogos de la salud y especialistas en Medicina General Integral de la Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey, que evaluaron la adecuación de la encuesta y su pertinencia. Asimismo, expusieron criterios de consideración cualitativa como el número de preguntas, si constituía un riesgo para el encuestado, la precisión y claridad de las preguntas elaboradas, si las opciones de respuesta se ofrecían en un orden lógico, y si el instrumento contenía instrucciones claras y precisas para que los encuestados pudieran responder de forma adecuada.
Las variables estudiadas fueron la distribución según las áreas de salud y el sexo, los conocimientos para realizar la pesquisa activa a la COVID-19, las vías de adquisición de estos conocimientos, y la importancia del método clínico y epidemiológico para desarrollar el pesquisaje a la COVID-19.
Para el procesamiento y análisis de la información se confeccionó una base de datos en Microsoft Excel del paquete ofimático de Windows. A partir de esta base de datos, se obtuvieron las diferentes tablas de frecuencias absolutas y relativas porcentuales, con las cuales se procedió a discutir los resultados; y, luego, a la redacción del informe de la investigación.
En la aplicación de la encuesta se mantuvo como premisa respetar los principios bioéticos de los estudios con seres humanos y las normas éticas cubanas.
Resultados
La muestra a la cual se le aplicó la encuesta estuvo representada por el sexo femenino en un 70,7 % (294) y masculino 29,3 % (122). Existió una mayor proporción de la facultad de medicina 73 % (304), seguida por la de tecnológica 25 % (103) y la de estomatología 2 % (9) (tabla 1).
La tabla 2 muestra la percepción de los encuestados sobre los conocimientos para realizar la pesquisa activa a la COVID-19, donde el 55 % respondió tener una buena preparación para su realización. El 41,1 % alegó poseer excelentes conocimientos y solo el 3,8 % manifestó conocimientos regulares para desempeñar esta labor.
% | ||
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Excelente | 171 | 41,1 |
Buena | 229 | 55 |
Regular | 16 | 3,8 |
Mala | 0 | 0 |
Total | 416 | 100 |
A continuación, se muestran las vías de adquisición de los conocimientos para realizar la pesquisa activa a la COVID-19; los estudiantes encuestados podían seleccionar más de una opción. El 79,8 % reconoció a la televisión como la vía más significativa para la adquisición de los conocimientos, seguida por los artículos científicos y los periodísticos (tabla 3).
% | ||
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Televisión | 332 | 79,8 |
Artículos científicos | 191 | 45,9 |
Artículos periodísticos | 131 | 31,5 |
Conferencias y talleres | 148 | 35,6 |
Documentales | 74 | 17,8 |
Ninguna | 4 | 1 |
Otras vías | 43 | 10,3 |
En los lineamientos de la política económica y social del Partido Comunista de Cuba se destaca fomentar el uso de los métodos clínico y epidemiológico para lograr un mejor aprovechamiento de los recursos puestos a disposición del pueblo cubano. Las IES adscriptas al Ministerio de Salud Pública (MINSAP) tienen un papel fundamental para la materialización de esta premisa.
A la interrogante de si consideraban necesarios los métodos clínico y epidemiológico para la realización de la pesquisa activa a la COVID-19, el 93,3 % los consideró significativos para desarrollar la actividad. El 5 % y 1,7 % respondieron que no y que desconocían su importancia para efectuar la pesquisa activa respectivamente (tabla 4).
Discusión
Se necesita capacitar a los estudiantes para identificar cualquier síntoma sugestivo de la enfermedad, elevar la calidad y evitar sesgos cuando se entreguen los pacientes con sintomatología para su seguimiento por el médico de la familia o para el ingreso en cualquier centro asistencial.
Figueroa y Blanco8 expresan que el personal de salud siempre debe estar preparado de antemano ante una emergencia sanitaria. Al referirse a la preparación o capacitación de dicho personal, plantean una serie de interrogantes y argumentan que, ante muchas preguntas, las respuestas son cortas y simples; fallan todas las partes; y, por lo general, la capacitación en un todo.
Rivero y otros5 reportan que se capacitó sobre las medidas de bioseguridad al 99,9 % de los estudiantes de la Universidad de Ciencias Médicas de Camagüey. Al comparar los conocimientos para realizar la pesquisa activa para la detección de la COVID-19, el 100 % de los encuestados afirmó tener una preparación entre excelente, buena y regular para realizar las tareas de pesquisa. El 35,6 % refirió adquirir los conocimientos por medio de conferencias y talleres, elemento que habla de la necesidad de continuar las capacitaciones a raíz de los cambios en las características del virus.
Muchos son los servicios que ofrece internet para establecer una comunicación unidireccional o bidireccional entre personas o grupos separados físicamente, de manera sincrónica (en tiempo real) o asincrónica. Las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) constituyen un eslabón imprescindible que debe aprovecharse en toda su dimensión; más cuando se está bajo condiciones anormales, como en el caso de la vigente pandemia de la COVID-19.9 Intencionar que estudiantes y profesores consulten la bibliografía actualizada, fidedigna y segura para su preparación, es tarea de las IES cubanas. El 45,9 % de los estudiantes encuestados refirió adquirir los conocimientos a partir de artículos científicos disponibles en la red, de ahí que se coincida con lo planteado por Vialart9 en su investigación. Continúa siendo tarea pendiente dotar a los educandos de habilidades para la búsqueda de la información científica y elevar la calidad en su formación.
En Latinoamérica y el Caribe algunos Gobiernos han utilizado diferentes estrategias y medios comunicativos para transmitir mensajes de prevención recomendados por la Organización Mundial de la Salud.10 Cuando el confinamiento se convierte en tarea pendiente para el enfrentamiento a la COVID-19, los medios de comunicación masiva tienen un papel fundamental en la educación de la población para combatir y erradicar la pandemia. Por ello, la realización de documentales, talleres, conferencias y programas educativos con la información científica y verdadera constituyen fortalezas en nuestro país. El 79,8 % de los estudiantes encuestados identificó a la televisión como la principal vía de adquisición de conocimientos y preparación para realizar la pesquisa activa a la COVID-19; de ahí la importancia y la veracidad de los programas que se proyectan.
Pérez y otros11 señalan en su estudio que el proceso de enseñanza-aprendizaje aplicado desde el policlínico, junto con la relación alumno-profesor, establecida al interactuar y debatir aspectos relacionados con la vida cultural y los sucesos acontecidos en condiciones similares a las de esta nueva enfermedad, pero en otras pandemias de siglos anteriores, permitió una mejor comprensión de la actual situación y la necesidad del cumplimiento eficiente de la tarea.
Los métodos clínico y epidemiológico constituyen saberes indispensables para realizar de forma correcta la pesquisa activa a la COVID-19; y con esta, la labor educativa del personal de salud. El 93,3 % de los estudiantes encuestados reconoció la importancia de estos métodos para el desarrollo del pesquisaje; el 5 % negó su importancia; y solo el 1,7 % refirió desconocimiento acerca de su valor.
Como conclusión, en la presente investigación predominó el sexo femenino, se reconoció a la televisión como la mejor vía para la adquisición de conocimientos y la mayoría expresó el valor del método clínico epidemiológico para adquirir conocimientos. Se considera que se debe dotar a los estudiantes de las herramientas para su autopreparación, y explotar aún más el escenario virtual y las plataformas vigentes.