INTRODUCCIÓN
El caracol gigante africano, Lissachatina fulica (Bowdich) (Mollusca: Gastropoda: Achatinidae), originario del este de África, es una especie que se encuentra presente principalmente en ecosistemas de trópico y subtrópico (Vogler et al., 2013; Rai et al., 2014). Es considerado como una de las 100 especies invasivas más peligrosas e importantes del planeta, debido a una combinación de factores relacionados con su historia natural, como ser una especie invasiva, amplio rango de recursos alimenticios y una alta tasa reproductiva que favorece su dispersión (Thiengo et al., 2007; Patiño-Montoya y Giraldo, 2017).
En Latinoamérica, el primer reporte de L. fulica fue en Brasil durante la década de 1980, lugar al que fue llevado por propósitos de helicultura (Martínez-Escarbassiere et al., 2008). De acuerdo con Garcés-Restrepo et al. (2016), el primer reporte de la presencia de L. fulica en Colombia corresponde al departamento del Amazonas en agosto de 2010, con ejemplares provenientes de Brasil. Posteriormente, para el año 2011 se registró la presencia de individuos en los Departamentos de Arauca, Boyacá, Caquetá, Casanare, Guainía, Huila, Meta, Nariño, Putumayo, Santander, Tolima, Vaupés y Valle del Cauca. En Colombia se registra la presencia de este molusco en 121 municipios pertenecientes a 24 departamentos, donde se han encontrado grandes poblaciones en aumento, por lo que se han adelantado esfuerzos de control desde su aparición y algunos estudios biológicos y ecológicos desde el año 2013 (De la Ossa-Lacayo et al., 2012).
Por otra parte, el valle geográfico del río Cauca, ubicado en el departamento del Valle del Cauca, es una de las zonas con mayores índices de desarrollo agrícola de Colombia, debido en gran parte a que cuenta con gran variedad de climas y pisos térmicos, alta fertilidad de los suelos y el aprovechamiento del sistema hídrico utilizados para riego, lo que ha permitido que se hayan establecido gran variedad de sistemas productivos en esta zona del país (Restrepo y Morales, 2009).
El caracol gigante africano es considerado un problema de salud pública, por ser hospedero de Angiostrongylus costaricensis, reportado en Colombia y Angiostrongylus cantonensis presente en Brasil, las cuales son dos especies de nematodos causantes de enfermedades zoonóticas con síntomas y daños a nivel neurológico y gastrointestinal (Penagos-Tabares et al., 2019). Así mismo, L. fulica puede llegar a impactar negativamente a nivel ecológico, ya que desplaza especies nativas de caracoles (Reyna et al., 2018). También provoca importantes pérdidas económicas al afectar más de 200 tipos de cultivos alimenticios, ornamentales y forestales, por lo que se requieren altas inversiones para implementar las medidas de manejo, control y erradicación (Silva y Omena, 2014; Lugones-Botell y Ramírez-Bermúdez, 2018). Por lo anterior, el objetivo de esta investigación fue determinar la distribución geográfica actual del caracol gigante africano L. fulica y su presencia como especie fitófaga en cultivos establecidos en el departamento del Valle del Cauca, Colombia, con el fin de generar información útil para la elaboración planes de vigilancia, manejo y control integrado de la especie.
MATERIALES Y MÉTODOS
Zonas de estudio y procedimientos de muestreo
De acuerdo con la información suministrada por la Secretaría de Ambiente, Agricultura y Pesca del Valle del Cauca y de las unidades municipales de asistencia técnica agropecuaria (UMATA´s), entre febrero de 2016 y julio de 2019 se visitaron 1899 predios de uso agrícola (frutales y hortalizas) ubicados en 41 de los 42 municipios del departamento. Se usó como criterios para definir los lugares de muestreo, la facilidad de acceso a la finca, la presencia del cultivo y la disponibilidad de los agricultores para colaborar en el proyecto. Se hicieron dos visitas por localidad. Durante cada visita se recorrieron transeptos en forma de “zigzag”, muestreando al azar 30 plantas, con el fin de constatar la presencia de L. fulica mediante búsqueda visual directa, además de determinar las especies vegetales de importancia económica que le sirven de hospedero y alimento al caracol gigante africano. Para la identificación de L. fulica en campo, con el fin de no confundir las especies nativas de caracol del Valle del Cauca y garantizar los datos de muestreo se tomó en cuenta la descripción reportada por Giraldo et al. (2014).
Información geográfica
Los datos básicos de información de cada uno de los predios muestreados fueron capturados en una hoja Excel. La información registrada fue la siguiente: Departamento, Municipio, Vereda, Finca, Especie cultivada, Fecha de visita, coordenadas geográficas y altitud. Los datos de georreferenciación se tomaron con un equipo GPS Garmin® eTrex 10, mientras que para la elaboración del mapa con la distribución geográfica de L. fulica se usó el software ArcGis 9.3.1 (Esri Inc., 2009).
Análisis de resultados
Para la distribución geográfica en los municipios y la presencia de L. fulica en los predios y cultivos muestreados, se analizó la información mediante el método de distribución de frecuencias. Así mismo, se determinó la frecuencia relativa respecto al total de municipios, predios y cultivos muestreados.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Durante tres años y seis meses se visitaron 1899 predios agrícolas, de los cuales se confirmó la presencia de L. fulica en 61 fincas, lo que representa el 3,2 % de las localidades visitadas (Tabla).
Municipio | Predios muestreados (n) | Predios con presencia de |
Municipio | Predios muestreados (n) | Predios con presencia de |
---|---|---|---|---|---|
Alcalá | 100 | La Cumbre | 12 | ||
Andalucía | 92 | 3 | La Unión | 79 | 18 |
Ansermanuevo | 35 | La Victoria | 21 | 6 | |
Argelia | 11 | Obando | 24 | ||
Bolívar | 44 | Palmira | 184 | 3 | |
Buenaventura | 5 | Pradera | 87 | ||
Buga | 16 | Restrepo | 20 | ||
Bugalagrande | 48 | 3 | Riofrío | 26 | |
Caicedonia | 144 | Roldanillo | 82 | 8 | |
Calima - Darién | 7 | San Pedro | 17 | ||
Candelaria | 59 | 1 | Sevilla | 144 | |
Cartago | 22 | 1 | Toro | 84 | 15 |
Dagua | 26 | Trujillo | 33 | ||
El Águila | 14 | Tuluá | 42 | ||
El Cairo | 19 | Ulloa | 52 | ||
El Cerrito | 61 | 2 | Versalles | 32 | |
El Dovio | 32 | Vijes | 17 | ||
Florida | 7 | Yotoco | 19 | ||
Ginebra | 41 | Yumbo | 41 | 1 | |
Guacarí | 46 | Zarzal | 29 | ||
Jamundí | 25 | TOTAL | 1 899 | 61 |
Como se puede observar, L. fulica se encuentra en predios agrícolas en 11 de los 42 municipios que componen el departamento del Valle del Cauca. La Unión y Toro fueron los municipios que contaron con mayor dinámica poblacional del caracol gigante africano, presentándose en 18 y 15 predios respectivamente, lo que representa el 54 % de las localidades en las que se detectó la presencia de este molusco.
Lo anterior difiere de los resultados obtenidos por Giraldo et al. (2014), en un estudio de ecología poblacional de L. fulica en el Valle del Cauca, ya que se reporta la presencia de este molusco en 21 municipios, encontrándose el mayor número de registros en Santiago de Cali, seguido de Buenaventura y Cartago. En ese mismo estudio, no se registró la presencia de L. fulica en los municipios de El Cerrito, La Unión, La Victoria y Toro, sitios que de acuerdo con los resultados obtenidos en la presente investigación se reportan como nuevas áreas de distribución de caracol gigante africano.
Es importante mencionar que, aunque se monitorearon algunos predios agrícolas en Buenaventura, éstos no constituyeron una muestra representativa del municipio, por lo que se sugiere en futuras investigaciones extender el muestreo de poblaciones de Caracol Gigante africano a un número mayor de predios agrícolas, sobre todo si se tiene en cuenta que este es el municipio más grande del Departamento y cuenta con las condiciones ambientales ideales como humedad relativa y temperatura para el establecimiento y propagación de la especie (Avendaño y Linares, 2015).
Con respecto a su distribución en el departamento, se observó que existen tres zonas de concentración de L. fulica a lo largo del Valle del Cauca. La zona Norte que comprende los municipios de Toro, La Unión, Roldanillo, La Victoria y Cartago; la zona Centro, en la que se encuentran los municipios de Andalucía y Bugalagrande; mientras que la zona Sur está constituida por los municipios de Candelaria, Yumbo, El Cerrito y Palmira (Figura).
Los predios agrícolas con presencia de L. fulica se encuentran localizados a lo largo del valle geográfico del río Cauca, en donde según lo descrito por Patiño-Montoya y Giraldo (2017), la vegetación predominante corresponde a bosque seco tropical y las condiciones ambientales con las que cuenta esta zona que es de topografía plana, con precipitación anual cercana al orden de los 900 mm y temperatura media de 23,6 °C. La altitud en la que fluctuaban los predios estaba entre los 912 y los 1084 msnm. Resultados similares fueron reportados por Peralta (2014), quien encontró poblaciones de L. fulica bien establecidas, debido principalmente a las condiciones ambientales en las que desarrolló su estudio, como zonas con relieve poco elevado y temperaturas cálidas y estables durante la mayor parte del año, las cuales son favorables para la reproducción de esta especie.
Lo anterior concuerda con lo expuesto por Rekha-Sarma et al. (2015), quienes afirman que la altitud juega un papel importante en la distribución del caracol africano, ya que regiones montañosas por encima de los 1 500 msnm no son adecuadas para la proliferación de esta especie, debido a la baja temperatura. Por lo tanto, la distribución de L. fulica parece estar influenciada por la altitud y la temperatura media del ambiente, ya que las bajas temperaturas son típicas en altitudes más altas (Goldyn et al., 2016).
Respecto a la presencia de caracol gigante africano en los diferentes cultivos, se encontraron individuos utilizando como hospedero y alimentándose de uva (Vitis vinifera y V. labrusca), guayaba (Psidium guajava), aguacate (Persea americana), cítricos (Citrus spp.), guanábana (Annona muricata), papaya (Carica papaya), piña (Ananas comosus), plátano (Musa spp.), tomate (Solanum lycopersicum), ají (Capsicum annuum), granada (Punica granatum), lechuga (Lactuca sativa), mango (Mangifera indica) y maracuyá (Passiflora edulis).
Resultados similares fueron informados por Almeida et al. (2016), quienes encontraron a L. fulica en diferentes cultivos frutícolas como acerola (Malpigia emarginata), cítricos, guayaba, granada, mango y uva (Vitis vinífera), mientras que Goldyn et al. (2016), reportaron la presencia de este molusco en cultivos de banano, cacao, papaya, plátano y piña.
Los cultivos en los que se encontró la presencia de L. fulica en los dos municipios más afectados son uva (66,7 %), guayaba (16,7 %) guanábana (11,1 %) y granada (5,5 %) para La Unión, mientras que en Toro se encontró en uva (46,7 %), guayaba (46,7 %) y aguacate (6,6 %), siendo uva y guayaba los cultivos tradicionales de esta región.
El presente trabajo ofrece un primer acercamiento de los municipios y las especies cultivables que pueden ser susceptibles del ataque de caracol africano en el departamento. De acuerdo con los resultados y la información base que genera esta investigación, es importante hacer una evaluación más exhaustiva, correlacionando tamaños de población de L. fulica con factores ambientales como temperatura, humedad relativa y condiciones físicas y químicas de suelo para identificar las zonas de vida más propicias para la reproducción de esta especie y así generar recomendaciones de manejo.
CONCLUSIONES
Se ofrece información base de la distribución actual de las poblaciones de L. fulica en el Valle del Cauca‚ evidenciando una dispersión agrupada en tres núcleos de concentración ubicados en el norte, centro y sur del departamento. Se reportan como nuevas áreas de distribución de L. fulica los municipios de El Cerrito, La Unión, La Victoria y Toro. Se confirma que L. fulica es una especie polifitófaga que no discrimina hospedero para su alimentación y establecimiento, incluyendo entre su dieta especies de importancia agronómica, lo cual podría llegar a constituirse en un problema de orden económico en el Valle del Cauca. La Unión y Toro, municipios que hacen parte del núcleo norte y en donde los cultivos tradicionales son uva y guayaba, son las localidades que presentaron mayor presencia de Caracol Gigante africano, por lo que se recomienda realizar monitoreos constantes en estos dos sistemas productivos. También deben continuar las campañas de sensibilización por parte de las autoridades competentes, donde se implementen sistemas de vigilancia fitosanitaria con el fin de conocer las dinámicas poblacionales para generar estrategias de control y evitar su dispersión a otras zonas del país