Introducción
La sexualidad está presente en toda persona viva, desde la infancia hasta la senectud, se demuestra por actitudes personales, en la situación como pareja y en el comportamiento cotidiano en grupo. 1,2
El embarazo un hecho trascendental en la vida de la mujer puede ser vivido de tantas maneras como tantas son las características orgánicas, psicológicas y sociales de la misma. En el caso de las adolescentes estas tienen perfiles particulares, por irrumpir el embarazo en un momento crítico en su propia evolución personal, aparece la mayoría de las veces en forma no programada, desestabilizando su precario equilibrio de relación con el medio, en especial con su grupo familiar. 2
Debido al incremento numérico y proporcional de jóvenes adolescentes a nivel mundial se ha hecho necesario considerarlos como parte integrante de los programas sociales y de salud, representando un cambio significativo en las políticas y estrategias del desarrollo. En el llamado proceso de transición demográfica (disminución de la fecundidad y la mortalidad) que tiene lugar en la región de América Latina y el Caribe, se constata que la fecundidad adolescente (nacidos vivos de madres menores de veinte años), desciende más lentamente que la fecundidad global. Este constituye para la región en su conjunto un problema importante, por su magnitud y trascendencia, aunque estas varían en función de las diferencias que presentan los cuadros socioeconómicos y de salud en estos países. Jamaica, Honduras, El Salvador, República Dominicana, notifican tasas superiores a 100 x 1000 mujeres adolescentes, mientras que, en Puerto Rico, Uruguay y Chile, oscilan entre 60 y 70, aún en estos últimos continúa siendo un problema que pone de manifiesto notables diferencias entre países del propio continente, cuando se comparan los valores, por ejemplo, de Canadá, que ya hacia la mitad de la década anterior, eran la tercera parte de estos. 3-11
En Cuba, la tasa de fecundidad adolescente registró un descenso sensible en 2002 si se compara con la década anterior, cuando a partir de 1985 la tasa para el grupo de 15-19 años era la segunda, después de la de 20-24 años, de 1990 a 1994 tuvo un promedio de 80 por cada 100 con un máximo de 89 por cada 1000 en el 2000. Actualmente parece ir en ascenso a pesar de los avances logrados en el campo de la salud. La prevención de la mortalidad materna en adolescentes se basa en la detección precoz de los grupos de mayor riesgo, y adecuado tratamiento de la morbilidad obstétrica y peri natal, optimizando los recursos. 12
En la provincia, a pesar de que el embarazo en la adolescencia siempre ha sido un tema polémico, no existen estadísticas que reflejen con exactitud la incidencia real del proceso y el resultado de todos los indicadores que intervienen en él. El análisis de factores de riesgo, se resume a informes intrahospitalarios que muestran algunos aspectos del riesgo, generalmente asociados a algunas patologías y no con criterio predictivo aplicado desde la Atención Primaria de la Salud.
En el departamento de estadísticas del centro hospitalario, los índices de embarazo en la adolescencia en los últimos años se encuentran entre un 15-17 %, por lo que con este estudio pretende describir los factores de riesgo biopsicosociales del embarazo en adolescentes.
Método
Se realizó un estudio descriptivo retrospectivo de todas las mujeres con embarazo precoz residentes en el municipio Manzanillo, que tuvieron el parto en el Hospital ¨Fé del Valle Ramos¨ en el período comprendido del 1ro de enero al 31 de diciembre 2018. Con un universo de 391 adolescentes se toma la muestra de 231 menores de 19 años.
Se revisaron los carnés obstétricos y el libro de registro de nacimientos, donde se recogió la información sobre diversas variables y aspectos relacionados con nuestros objetivos, tales como: edad, escolaridad, estado conyugal, antecedentes obstétricos, patologías asociadas, procedencia.
Para la recolección de la información se confeccionó una planilla de datos con las variables antes expuestas de las fuentes también descritas.
El procesamiento de la información se realizó de forma automatizada, utilizando una PC Pentium 4 con sistema operativo Xp y las aplicaciones de los sistemas estadísticos profesionales SPSS y estadísticos en la aplicación de técnicas de estadística descriptiva e inferencial. Los resultados se presentaron en tablas y gráficos para mejor interpretación de los mismos.
Resultados
La tabla 1, muestra la distribución por grupo de edades de las embarazadas adolescentes, un porcentaje significativo de adolescentes gestantes estaban comprendidas en el grupo de 15 a 18 años con un 96.9 %.
En la tabla 2 se representa las condiciones sociales de las embarazadas adolescentes, el 48.1 % corresponde a las gestantes con unión estable, el 62.3 % habían cursado estudios secundarios, el 58.4 % tuvieron procedencia rural.
La tabla 3, evidencia las patologías asociadas de las embarazadas adolescentes, la hipertensión inducida por el embarazo con 14.3 % afección más frecuente en el embarazo precoz.
Discusión
Se considera que una mujer aún es inmadura por debajo de los 15 años pues la mayoría aún no ha completado su desarrollo biológico, psíquico y social. La edad mínima de las madres adolescentes que registran los países industrializados es de 14 o 15 años, diferente a las de este estudio, aproximadamente la mitad de las adolescentes tiene 18 o 19 años. Este es un factor desfavorable ya que se conoce que mientras más cercano a la menarquía es el embarazo, al no tener las condiciones físicas y psicológicas requeridas, existe mayor riesgo de complicaciones maternas y neonatales. 3
No hay razones para sostener que un embarazo entre los 15 y 19 años de edad deba constituir necesariamente un riesgo para la salud de la madre y/o del niño. No ocurre así, contrario a lo que generalmente se piensa ya que, en condiciones adecuadas de nutrición, de salud, de atención prenatal, y en un contexto social y familiar favorables, un embarazo y/o parto a los 15, 16, o 19 años de edad no conlleva mayores riesgos de salud materna y neonatal que un embarazo y parto entre los 20 y 24 años. Es sólo a edades muy tempranas menores a dos años posmenarca, o sea más o menos a los 14 años de edad cuando constituye un riesgo en términos biológicos, y su frecuencia a dichas edades no tiene comparación con la cantidad de embarazos que ocurren entre los 15 y 19 años. 13
El resultado de la asociación del estado civil y la edad materna en las adolescentes resulta esperado ya que, en estas edades hay una inmadurez biológica, síquica y emocional no apropiada para mantener una relación de pareja estable, a esto se une que estas madres tienen un bajo nivel escolar y en muchos casos han abandonado la escuela, aunque existen comunidades donde su cultura promueve y apoya el matrimonio en edades tempranas, estas condiciones constituyen factores de riesgo asociados a la gestación precoz. 3,13
Se ha demostrado que el estado de gestación y el estudio se contraponen, en el estudio se aprecia que ninguna era analfabeta, se encontró el mayor número entre las que cursaban estudios secundarios. La información a los estudiantes a través de la escuela es muy poca, a pesar de que transcurre en ésta la mayor parte de su tiempo y es por eso que se coincide con otros autores que señalan la necesidad de que los distintos factores sociales que participen en el proceso de instrucción y educación de las nuevas generaciones, reconsideren en qué medida pueden hacer llegar oportunamente la información que les permita a los jóvenes regular y auto dirigir las manifestaciones de su sexualidad. 14-16
Se aprecia además que el papel de la familia es pobre, cuando debía tomar mayor participación en la educación sexual de estos jóvenes, puesto que es en el seno de ésta, donde se adquieren los valores fundamentales que han de regir la conducta del individuo, seguida por la escuela en orden de importancia. 11)
Estudios relacionados con los factores sociodemográficos demuestran que pudiera existir una menor información sobre aspectos socio culturales, falta de entrenamientos didácticos y la accesibilidad geográfica influyen en una mayor tasa de fecundidad a adolescentes que no desean el embarazo y no acuden a los servicios de abortos. 7
Es decir, que una adolescente que resida en la zona rural tiene dos veces más posibilidades de salir embarazada que una residente en la zona urbana, en la zona rural, menores ingresos contribuyen a disminuir el riesgo de embarazo precoz mientras que en la zona urbana, mayores ingresos incrementan el riesgo de embarazo precoz. Recuérdese que en la zona rural las mujeres adolescentes están expuestas a altos riesgos de embarazo precoz, ligados a la práctica de uniones tempranas. En la zona urbana los embarazos precoces son en mayor proporción embarazos no deseados probablemente ligados a la disolución o distensión de los lazos familiares. 9
En relación con las patologías asociadas, la mayoría de las embarazadas no tuvo afecciones, a diferencia de los estudios realizados en América Latina. 8
La hipertensión gestacional está entre las afecciones más frecuentes en las adolescentes y fue el principal motivo en consultas de Ginecología Infanto-Juvenil. 11
Las afecciones maternas, peri natal y del recién nacido, son más frecuentes en las mujeres menores de 20 años, en los grupos de edades más cercanos a la menarquía (menor de 15 años). También tienen un mayor riesgo de parto intervenido. Aunque las complicaciones médicas del embarazo y el parto en adolescentes pueden minimizarse con un buen manejo y seguimiento. 16-20
Técnicamente el cuidado de las adolescentes durante el parto no difiere de los cuidados para la mujer mayor, la mayoría de las adolescentes no tienen un mayor riesgo durante el parto, aunque necesitan más soporte emocional y empatía y esta debe ajustarse a sus necesidades específicas. La indicación de realizar operación cesárea es mayor en las adolescentes menores de 15 años, por la inmadurez de su pelvis ósea, pero en términos generales dependerá de causas obstétricas más que de la edad materna. 16
La adolescencia constituye un factor de riesgo importante para el parto pretérmino. A la prematuridad contribuyen una serie de condicionantes presentes con mayor frecuencia en las adolescentes que en las gestantes adultas, como son la malnutrición materna, la anemia y las infecciones. Muchos autores encuentran la amenaza de parto pretérmino y el parto pretérmino como una de las problemáticas del embarazo a edades tempranas, algunos incluso como la complicación más frecuente en este grupo de edad; sin embargo, en nuestro estudio no lo fue, lo cual coincide con los resultados hallados por otros autores. 1
La adolescente que recibe un adecuado control prenatal no tiene mayor riesgo de un resultado obstétrico adverso que una mujer adulta con unas condiciones sociodemográficas similares. Para mejorar los resultados del embarazo en adolescentes debe hacerse un control prenatal temprano y frecuente. 21
A pesar del desarrollo de una tendencia a la fecundidad temprana, la mortalidad materna e infantil se ha reducido y tiene poca repercusión en este grupo por la atención temprana que recibe en su embarazo, el seguimiento del mismo y la existencia de un programa materno-infantil que posibilita alcanzar niveles adecuados de salud para la madre y el niño. 1,4
Conclusiones
El mayor porcentaje de adolescentes gestantes estaban comprendidas en el grupo de 15 a 19 años, con estudios secundarios concluidos, pertenecientes a áreas rurales, la hipertensión inducida por el embarazo la afección más frecuente en el embarazo precoz. Se mantiene elevado el índice de embarazo en la adolescencia.