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Revista Cubana de Anestesiología y Reanimación
versão On-line ISSN 1726-6718
Rev cuba anestesiol reanim v.8 n.2 Ciudad de la Habana maio-ago. 2009
EDITORIAL
Ser anestesiólogo
To be anesthesiologist
Prof. Dra. Idoris Cordero Escobar
Directora y Editora Jefa de la Revista
Vicente Antonio de Castro y Bermúdez, nació el 24 de Marzo de 1809 en la villa de Sancti Spíritus. Su padre José Fernando de Castro, era Síndico Procurador General en Trinidad y su madre, Maria de la Concepción Bermúdez, perteneció a una destacada familia matancera. Estas condiciones le permitieron recibir una educación esmerada. Estudió la primaria en su ciudad natal y posteriormente Lógica, Metafísica, Moral y Ética en el seminario de San Carlos y San Ambrosio de la Habana.1
Entre sus méritos más relevantes y al parecer por el que se le ha reconocido en las Ciencias Médicas es el haber introducido en Cuba y por primera vez en Latinoamérica el 11 de Marzo de 1847 el uso de la anestesia etérea. Este hecho, se publicó unos días después. Era el primer informe oficial al respecto en el que daba cuenta de una operación realizada en el Hospital San Juan de Dios de la Habana, Cuba para evacuar un hidrocele bilateral con el uso de las inspiraciones del éter.
En el 142 aniversario del primer acto anestésico, mi reconocimiento y respeto para todos aquellos que nos formaron, presentes o ausente y aquellos que día a día practican esta noble profesión.
Y a colocación de este hecho, alguien me envió o al revisar encontré este poema de la Dra. Cynthia Belfiori, que quiero compartir con todos.
SER ANESTESIÓLOGO
Es deambular incesante entre días y noches
a veces continuas, en desvelo.
Es la eterna disyuntiva entre lo que se debe y lo que se ofrece
en hospitales y clínicas.
Es el horario que imponen los otros,
para interrumpir cualquier plan o descanso.
Son los días apresurados para trabajar más y ganar cada vez menos,
y las pocas noches aseguradas de descanso.
Es el agasajo con culpa, de una copa de más,
es ser siempre de los otros
y estar siempre ausente de los que se ama.
Es la desazón inconsolable cuando alguien se nos va
y siempre pensar que pudimos hacerlo mejor.
Es explicar, siempre explicar dónde estaremos,
qué haremos, cuánto tardaremos y a qué hora volveremos.
Es ese pequeño momento en que decidimos tener una vida
y se nos arrebata sin compasión.
Es ser siempre de los otros, del trabajo de los otros,
del tiempo de los otros, de la necesidad de los otros.
Es el mejor blanco para apuntar sin compasión
cuando las cosas salen mal.
Es el menos merecedor de ser humano entre los humanos.
Solo sus pares pueden entender por qué uno de cada diez
es adicto a drogas o al alcohol.
Por qué está casi siempre solos frente al temor y a la muerte,
cuando caminan en esa delicada cornisa del dormir y el despertar ajeno,
con toda la vida del otro entre las manos.
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
1. Vilaplana Santaló CA. Vicente Antonio De Castro in Memoriam. En línea. Revisado 8 de marzo del 2009. URL disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/scar/indice.html