INTRODUCCIÓN
En los últimos años se ha observado un incremento del cáncer cérvico-uterino y, aunque la literatura médica ofrece una amplia explicación acerca de la posible génesis, que se resume en la existencia de un agente que se transmite mediante el coito o debido a una mayor susceptibilidad del epitelio cervical debido a cambios metaplásicos por la acción de un cancerígeno, que una vez introducido en el organismo actúa sobre el tejido epitelial, existen otras condiciones que influyen en su aparición. El cáncer de cuello uterino es una neoplasia maligna que se caracteriza por una marcada atipia celular con alteraciones de la relación núcleo-citoplasma, polimorfismo, anaplasia, crecimiento celular desordenado y autónomo, así como la invasión del tejido subyacente y la producción de metástasis a distancia. 1
Según las estadísticas globales de cáncer de 2018, se reportan 569 847 casos nuevos y 311 365 fallecimientos a causa de este cáncer. La mayor incidencia se reporta en países del sur africano y la mayor mortalidad en países del este africano. 2
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que cada año se diagnostican 466 000 casos nuevos de cáncer cérvico-uterino y que mueren 231 000 mujeres por esta oncopatía y el 80 % de estas proceden de países en vías de desarrollo. En países de América Latina y de la región del Caribe, las tasas de incidencia oscilan entre 30 y 40 % y fallecen más de 300 000 mujeres por esta causa, las mayores incidencias se reportan en Perú, Brasil, Paraguay, Colombia y Costa Rica; Canadá y Puerto Rico reportan tasas inferiores. 3
Las tasas de mortalidad e incidencia de esta neoplasia han disminuido en los últimos decenios, aunque en años recientes han aumentado en mujeres menores de 50 años. Mientras la incidencia de cáncer invasor ha disminuido, las pacientes con carcinoma han ido en aumento y son ahora más frecuentes que las que tienen una neoplasia infiltrante. La mayor parte de este descenso ha sido asociado a la generalización de la citología cérvico vaginal. 4
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha informado que las tasas de incidencia estandarizadas para el cáncer cérvico-uterino en diversas regiones del mundo, van desde 44,32 x 100 000 habitantes en África Oriental hasta 35,78 x 100 000 habitantes y 40,28 x 100 000 en el Caribe y América Central respectivamente, mientras que Norteamérica reportó una tasa de 7,88 x 100 000 habitantes. 5 En México este cáncer es la principal causa de morbilidad y mortalidad por neoplasias malignas, representa el 36 % de las neoplasias en la mujer. 6
En Cuba, el cáncer representa la primera causa de años de vida potenciales perdidos desde el año 2000, en el último cierre estaba en 18,2. Históricamente la mortalidad ha tendido hacia el crecimiento, pero en los últimos años ha tenido una tendencia hacia la meseta. En el 2018, último cierre oficial, fallecieron alrededor de 24 mil personas por cáncer y se diagnosticaron más de 40 mil nuevos casos. 7 En 2019 fallecieron 514 cubanas a causa de esta enfermedad y se diagnosticaron 882 nuevos casos para una tasa de incidencia de 9,1 por cada 100 000 mujeres. 8
Las infecciones por el virus del papiloma humano (VPH) es un evento de transmisión sexual ampliamente difundido a nivel mundial y constituye un factor necesario, aunque no suficiente, para el desarrollo del cáncer de cuello uterino (CCU). Por lo general esta infección es adquirida en edades tempranas con el comienzo de las relaciones sexuales en ambos sexos. Padecer de infección por VPH es de riesgo alto persistente al considerarse un factor causal para el desarrollo de lesiones precursoras o lesiones intraepitelial (LIE) y para el cáncer cervicouterino (CCU).9
Según reportes citados por Rodríguez Martínez L et al.10 fallecieron por esta causa 465 mujeres, para una tasa de 8,8 por cada 100 000; la mayoría de ellas entre los 40 y 79 años de edad.
La prueba citológica o de Papanicolaou permite el diagnóstico precoz de lesiones que pueden evolucionar hacia carcinomas, lo cual permite cambiar el panorama predictivo de las pacientes con estos padecimientos, al actuar de forma temprana en estas lesiones premalignas.11 En Cuba, existe un programa nacional de detección precoz de estas enfermedades, gracias a él se diagnostican tempranamente y por ende, su evolución es favorable en un gran número de pacientes. 12
La provincia de Camagüey, no exenta de estas dificultades, muestra una tasa de defunciones por cáncer cérvico-uterino, de 44,0 x 1000 habitantes. 7
Lo antes expuesto es una muestra de la elevada incidencia de esta mortífera enfermedad en el sector femenino de la población, por lo que constituye un serio problema de salud reconocido mundialmente.
En las mujeres del municipio Nuevitas, el cáncer cérvico-uterino es una enfermedad que se diagnostica con frecuencia, a pesar de ello se ha visto que las mujeres poseen un deficiente conocimiento acerca de esta enfermedad, su prevención y la importancia de su detección temprana.
Por lo anteriormente expuesto se realizó esta investigaciòn con el objetivo de describir los resultados de una intervención educativa sobre el cáncer cérvico-uterino en mujeres del Consultorio 7, Nuevitas.
MÈTODOS
Se realizó un estudio de intervención educativa en mujeres pertenecientes al Consultorio 7, de Las Flores, Policlínico Docente X Aniversario, municipio Nuevitas, provincia Camagüey, con el objetivo de elevar los conocimientos sobre la prevención del cáncer cérvico-uterino en el período comprendido entre enero de 2020 y enero de 2022.
El universo de esta investigación lo constituyeron 86 mujeres en edades entre 18 y 55 años pertenecientes a dicho consultorio.
Criterios de inclusión: mujeres que estuvieron de acuerdo en ser incluidas en la investigación de forma voluntaria, que residen en el área de forma permanente, participación en más de 80 % de las actividades de capacitación programadas.
Criterios de exclusión: mujeres no deseosas de participar en el estudio.
La investigación se organizó en tres etapas: etapa de diagnóstico, etapa de intervención y etapa de evaluación.
Etapa de diagnóstico: la aplicación de una encuesta (Anexo 1) permitió determinar el nivel de conocimientos al iniciar el estudio y la evaluación comparativa al finalizar.
Para la investigación se utilizaron las siguientes variables:
• Edad
• Nivel de escolaridad
• Conocimiento sobre los factores de riesgo.
• Conocimiento sobre las manifestaciones sospechosas
• Conocimiento sobre la prueba citológica o de Papanicolaou
Se determinaron los temas a impartir, a partir de la determinación de las necesidades de aprendizaje. (Anexo 2).
Etapa de intervención: en esta etapa se desarrolló un programa educativo que incluyó temas relacionados con el cáncer cèrvico-uterino. Para llevar a cabo el programa se tuvieron en cuenta las bases psicopedagógicas de la educación para la salud. El programa se confeccionó para una duración de 8 semanas, con un encuentro semanal de una hora o más según cada frecuencia y tema. Se emplearon medios de enseñanza para facilitar la comprensión de los temas impartidos y técnicas afectivo-participativas para motivar, ejercitar y reafirmar los conocimientos impartidos. Las acciones instructivas se confeccionaron atendiendo a los temas donde existía insuficiente conocimiento y mayores necesidades de aprendizaje sobre el cáncer cèrvico-uterino detectado en las encuestas y en la práctica diaria. También se tuvo en cuenta la importancia del conocimiento de los factores de riesgo por parte de las féminas y los familiares para reducir la incidencia del cáncer cèrvico-uterino.
Etapa de evaluación: comenzó al terminar la intervención, aplicándose nuevamente la encuesta inicial para evaluar los conocimientos adquiridos y comparar los resultados antes y después de la intervención educativa, evaluando así el efecto de la misma.
La encuesta fue aplicada por los autores, antes y después de la intervención y se convirtió en el registro primario definitivo y conclusivo de la investigación.
Los datos se procesaron mediante Excel y se presentan en tablas mediante números absolutos y porcentaje.
Se obtuvo una autorización escrita de las mujeres antes de comenzar el estudio. El total de participantes tuvo la oportunidad de informarse sobre el objetivo de esta investigación, además de conocer su derecho de negarse a participar o poder abandonar el estudio en cuestión, independientemente de la fase en que se encontrara. Se aclaró el respeto absoluto a lo confidencial de la investigación.
La investigación fue aprobada por el Consejo Científico.
RESULTADOS
Prevalecieron las mujeres de 44 a 55 años (62,79 %) y el nivel de escolaridad de primaria (31,39 %) y secundaria básica terminada (23,25 %). (Tabla 1).
Al encuestar por primera vez a las mujeres incluidas en el estudio sobre los factores de riesgo del cáncer cérvico-uterino, se demostró que no existía una buena base. Se constató un muy bajo por ciento de reconocimiento de los factores de riesgo siguientes: alta incidencia de las infecciones de transmisión sexual (56, 97 %), iniciación sexual temprana (54,65 %), múltiples compañeros sexuales ( 50 %) y el tabaquismo en un 45, 34 % . Luego de aplicar la intervención se logró un incremento notable de los conocimientos lográndose un 100 % en estos factores y más de 70 y hasta 85 % en otros. (Tabla 2).
Tabla 2 Distribución de mujeres según conocimiento de factores de riesgo antes y después de aplicada la intervención educativa
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Fuente: Encuesta
El nivel de conocimiento acerca de las manifestaciones sospechosas del cáncer cérvico-uterino en la etapa inicial se comportó muy bajo en todos los casos. Una vez concluida la intervención pudo apreciarse un avance respecto a la identificación del sangrado vaginal anormal con un 97,67 %. Por su parte, el flujo vaginal que no cesa y períodos menstruales abundantes se comportaron en un 96,51 %. (Tabla 3).
Tabla 3. Distribución de mujeres según conocimiento de las manifestaciones sospechosas antes y después de aplicada la intervención educativa
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Fuente: Encuesta
Inicialmente el conocimiento acerca de la prueba citológica o de Papanicolaou era insuficiente ( 82,55 %) y al concluir la intervención educativa se apreciaron avances significativos en el nivel de conocimiento suficiente con un 95,34 %. (Tabla 4).
DISCUSIÓN
Las acciones de educación y comunicación dirigidas a reducir factores de riesgo y promover estilos de vida saludables para el control de la enfermedad, requieren, para su aplicación, la participación activa de los equipos de salud y de todos los sectores de la sociedad. 13 Los autores consideran que el conocimiento sobre los factores de riesgo, aspectos tenidos en cuenta en la aplicación de acciones en las pacientes participantes, como el diagnóstico temprano del cáncer se basan esencialmente en la reducción de la incidencia y la mortalidad, la cual se encuentra en gran medida en manos del equipo de Atención Primaria de Salud (APS).
En un estudio similar realizado en la provincia Camagüey, municipio Nuevitas, el colectivo de autores plantea que en el mayor número de las pacientes con papiloma virus humano, más de la mitad de las lesiones correspondieron al grupo de jóvenes entre 20 y 24 años, casi la totalidad tuvieron su primeras relaciones sexuales precozmente. 14
En Cuba existe un predominio de NIC en mujeres con antecedentes de haber iniciado relaciones sexuales tempranas. El período de metaplasia escamosa que existe en el cuello uterino de la adolescente es el momento más crítico para el riesgo potencial de transformación celular y para el desarrollo de la neoplasia cervical. Se ha demostrado que en ese período las células metaplásicas jóvenes presentan propiedades fagocíticas cerca de la unión escamosocolumnar. 15)
Al respecto Alonso Triana L, Soto Ramírez E, Ugalde Pérez M y col.16 plantean que han sido encontrados entre las principales causas de riesgo la actividad sexual activa a edades muy tempranas, múltiples compañeros sexuales, presencia del hábito de fumar, infecciones de transmisión sexual (ITS); las cuales adquieren especial significación ante la incidencia de cáncer cérvico uterino, lo cual coincide con los elementos que sustentan la importancia de la presente investigación.
En un estudio realizado por García Estrada, Cruz Mc Beath, Iribán Martínez, et al 17 en la provincia de La Habana perteneciente al área de salud del Consejo Popular Cojímar, dentro de las causas de muerte predominaron los fallecidos por tumores malignos (36,4 %) encontraron un predominio en el sexo femenino, con un 79,2 %. Esta reflexión avala la necesidad de realizar acciones de educación y prevención para la salud en estos grupos etarios.
De igual forma, en un estudio realizado por Moré Vega A, Moya Toneut C, Pino Pérez F V, Gálvez Castellón AM, se reporta que por cada cáncer cervical que ocurre en una mujer que inició sus relaciones sexuales en la etapa adulta, se reportan 7,2 neoplasias malignas del cuello uterino, en las que iniciaron sus relaciones sexuales en la adolescencia.18
Este estudio coincidió con el de otros autores donde se manejaba la frecuencia de la citología cada tres años demostrando la importancia de la misma para la prevención del cáncer cérvico-uterino. 19
En el estudio prevalecieron pacientes con nivel primaria y secundaria básica terminada, prevaleciendo las mujeres de 44 a 55 años . Se logró un incremento notable de los conocimientos sobre los factores de riesgo, las manifestaciones sospechosas y la importancia de la prueba citológica, después de aplicada la intervención educativa, considerando los beneficios en la prevención educativa sobre los conocimientos del cáncer cérvico-uterino y su influencia para evitar muertes de mujeres jóvenes.