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Revista Ciencias Técnicas Agropecuarias

versão On-line ISSN 2071-0054

Rev Cie Téc Agr vol.28 no.4 San José de las Lajas oct.-dez. 2019  Epub 01-Dez-2019

 

REVISIÓN

Poda de fructificación del cultivo de la guayaba (Psidium guajava L.), influencia en el rendimiento

MSc. Ania Vilma Carballosa De la PazI  *  , Dr.C. Benjamín Gabriel Gaskins EspinosaII  , Ing. Eric Ismael Leonard BrizuelaII  , Dr.C. Elvis López BravoI  , Dr.C. Omar González-CuetoI 

IUniversidad Central “Marta Abreu” de las Villas, Facultad de Ciencias Agrícolas, Departamento de Ingeniería Agrícola, Santa Clara, Villa Clara, Cuba.

IIUniversidad de Granma, Facultad de Ciencias Técnicas, Bayamo, Granma, Cuba.

RESUMEN

La poda es una práctica cultural primordial para obtener buenos rendimientos del guayabo. El presente trabajo tuvo como objetivo analizar investigaciones realizadas sobre la poda del guayabo y su influencia en el rendimiento de este frutal. Se revisó la información disponible sobre el tema, tanto en Cuba como en el exterior. Los trabajos investigados muestran un incremento de la producción de guayaba con la poda, sin embargo, no hay una tendencia clara en cuanto a la intensidad de esta práctica a generalizar debido a que los resultados obtenidos fueron diferentes en función del cultivar investigado, estación, clima y densidad de plantación. La poda mensual todo el año, así como, la realización de la poda al menos tres veces al año fueron propuestas por varios autores. En cuanto a la intensidad de poda, varios autores coinciden en expresar que el despunte de las ramas puede ser beneficioso en cuanto a la producción y calidad de las frutas, dado que podas severas reducen la producción de frutos; sin embargo, otros autores recomiendan el uso de poda severa

Palabras-clave: intensidad de poda; fecha de poda; guayabo

INTRODUCCIÓN

La guayaba (Psidiumguajaba L.) es una especie originaria de América Tropical, sus centros de origen son México y Perú. Pertenece a la familia Myrtaceae que está constituida por más de 133 géneros y de 3800 especies (Bandera y Pérez, 2015). En la actualidad la producción y explotación comercial de la guayaba está extendida a numerosos países del mundo, destacando Australia, Brasil, Colombia, Egipto Estados Unidos, México, Filipinas, India, Sudáfrica y Venezuela. La fruta es una fuente natural de vitaminas y minerales lo que la hace una de las más valiosas y apreciadas (Lakpathi et al., 2013). Es muy conocida en el mundo entero por sus variadas cualidades, sobre todo por su alto contenido en vitamina C, su elevado coeficiente de digestibilidad y por la cantidad de calorías que aporta (Yam et al., 2010; Lakpathi et al., 2013; Sangerman et al., 2013).

La agricultura cubana está inmersa en un programa de incremento y diversificación de frutales para aumentar las ofertas a la población y las exportaciones. Dentro de este la guayaba tiene un factor fundamental. Cuba, en el 2015, cosechó una superficie de guayaba de 12 109 ha, de estas 991 ha pertenecen al sector estatal y 11 118 ha al sector no estatal, representando este el 91,8% del área total (ONEI, 2016).

En el guayabo, la poda de producción es de vital importancia, ya que las frutas se originan en los nuevos brotes. Además, incrementa los rendimientos, posibilita el empleo de altas densidades de plantación, la realización de las actividades culturales y la ejecución eficiente de la cosecha (Boora et al., 2016). Por otra parte, la poda constituye el paso inicial en los trabajos para el reinjerto (cambio de copa) de las plantaciones.Quijada et al. (2009); Yam et al. (2010); Singh (2011); Vento (2011), establecieron que la práctica de la poda consiste en la eliminación de partes vivas de la planta, con el fin de modificar el hábito de crecimiento. En definitiva, con la poda se persigue: contribuir a establecer la forma de la planta a fin de lograr la mayor operatividad y eficiencia de las labores propias del cultivo y reducir el envejecimiento de la planta mediante la renovación de sus partes para mantener producciones adecuadas y uniformes. La conformación de la copa es fundamental para controlar el patrón de crecimiento, la forma del árbol y mantener un alto rendimiento agrícola (Singh, 2011). Además, la poda es indispensable en marcos de plantación con muy alta densidad para mantener el vigor, rendimiento , y calidad de la fruta en los años finales (Bhagawati et al., 2015). Los principales tipos de poda que se le practican al guayabo son de formación, sanitaria, conformación o en seto, de fructificación y rehabilitación (Mederos, 1988; Peña et al., 1996). La poda de formación y fructificación se deben realizar de forma manual ya que requieren de mayor precisión durante el corte, sin embargo, la poda de rehabilitación y de conformación se puede realizar de forma mecanizada.

Varias son las investigaciones realizadas sobre los diferentes tipos de poda del guayabo, intensidades, tiempo o momento en que se realizan, marcos de plantación empleados y el efecto de estas variables sobre el rendimiento agrícola del cultivo y la calidad de la guayaba (Singh et al., 2001; Quijada et al., 2005; Serrano et al., 2008, 2009; Mehta et al., 2012; Madhubala et al., 2013). Estos trabajos muestran cómo la poda influye en el rendimiento de los cultivos. Debido a la importancia que tiene esta operación agrícola y a la escasez de información científica sobre la poda del guayabo en Cuba, se hace necesario revisar las investigaciones que se han realizado sobre este tema. En base a estos elementos se propone este trabajo, que tiene como objetivo analizar investigaciones realizadas sobre la poda del guayabo y su influencia en el rendimiento.

DESARROLLO DEL TEMA

Se realizó una revisión bibliográfica relacionada con la poda, las intensidades, época y frecuencia de poda y los resultados productivos alcanzados con esta. Los materiales consultados abarcaron un período desde finales del siglo XX hasta el año 2016. Fueron analizados trabajos provenientes de Cuba, Brasil, India, México y Venezuela.

En el guayabo, el tiempo transcurrido entre la emergencia de las flores y la maduración del fruto fluctúa entre cinco o seis meses, según las condiciones climáticas y la disponibilidad de agua y nutrientes. En condiciones de déficit hídrico se produce la reducción del rendimiento y una disminución (en dependencia del tipo de suelo y el cultivar) del ciclo de vida de la planta. En zonas cálidas con precipitaciones bien repartidas durante todo el año se logra una producción continua de frutas (Vento, 2011).

El guayabo puede mantener la floración durante todo el año, manifestándose dos períodos de máxima floración. El primero se produce entre marzo y abril, en éste se alcanza el mayor número de flores y los frutos son cosechados en mayor volumen en los meses de agosto-septiembre y son de menor calidad y dulzor. Un segundo pico de producción de flores, se produce de octubre a noviembre con una menor intensidad de floración que el primero: En este caso, las frutas se cosechan de marzo a abril y las frutas son de mayor calidad y dulzor (Peña et al., 1996)). Singh et al. (2001), describen un comportamiento similar en la producción de guayaba en India. En ese país, se alcanza la mayor producción de julio a octubre, en la estación lluviosa, pero con menor calidad de la fruta. Producción en menor cantidad, pero con mayor calidad de la fruta la obtienen de noviembre a febrero, durante el invierno. También en Venezuela se aprecian dos períodos de producción, el primero de junio a agosto, con casi el 50% de la cosecha y el segundo de noviembre a enero con cerca del 30% de producción, asociados a la respuesta fisiológica de la planta al grado de humedad del suelo, lo cual está directamente asociado con el potencial de fructificación (Quijada et al., 2009).

Las flores del guayabo crecen fundamentalmente en los nuevos brotes terminales emergentes. Prácticas culturales como el riego, la fertilización, la defoliación y la poda pueden usarse para estimular el crecimiento y fructificación de esta planta (Singh et al., 2001). Investigadores como Bhagawati et al. (2015), Singh et al. (2001); Serrano et al. (2008, 2009); Quijada et al. (2009); Mehtaet al. (2012); Lakpathiet al. (2013), entre otros, han reportado incrementos del rendimiento, tamaño del fruto y atributos de calidad de la guayaba como resultado de diferentes períodos, intensidades y tipos de poda. El mejoramiento en la fructificación, Singh et al. (2001), se lo atribuyen a una mejor penetración de la luz dentro de la copa de los árboles después de la poda. Otro aspecto a tener en cuenta con respecto a los beneficios de la poda y su efecto sobre el rendimientodel guayabo, es la posibilidad de sembrar un mayor número de plantas por hectárea reduciendo el marco de plantación, alcanzándose una mayor densidad de plantas por hectárea (Mehta et al., 2012; Kumawat et al., 2014).

Quijada et al. (2005) y Quijada et al. (2009), realizaron investigaciones con la finalidad de evaluar el efecto de la poda sobre la producción de guayaba. Utilizaron diferentes tratamientos evaluando distintitos tipos de poda y su efecto en la producción. Los resultados mostraron que en la mayoría de los meses evaluados los árboles podados incrementaron su producción respecto al tratamiento sin poda, observando mayores volúmenes de frutas en los tratamientos en los que se hacía el despunte mensual y con la poda central. En sentido general las podas modificaron la curva de producción de guayaba de esta región y para otras regiones en Venezuela, los árboles podados alcanzaron los mayores valores de productividad e índices de eficiencia productiva. Estos autores recomiendan para la zona de estudio la poda combinada (despunte mensual más poda central) debido a que presentó mejor comportamiento productivo y mayores índices de fructificación y de eficiencia productiva. Por otra parte, plantean que los árboles podados presentan una menor relación altura de planta/radio de copa, lo que permite realizar plantaciones con mayores densidades de siembra.

La fecha o período de la fase fenológica del cultivo en que se realiza la poda influyen en los resultados productivos de las plantas de guayaba. Hojoet al. (2007), determinaron, para el cultivar Pedro Sato en Brasil, que el período de poda tiene influencia en las características físico químicas de las frutas y permite obtener rendimientos con alta calidad de los frutos en períodos no usuales o de menor producción. Además, plantean que la poda de fructificación permite cosechar frutos en los períodos deseados por el productor posibilitando realizar la recolección cuando hay menor presencia de esta fruta en los mercados.

Investigaciones realizadas por Serrano et al. (2008), en guayabas Paluma en el estado de Espírito Santo, en Brasil, reportaron que desde el ciclo de realización de la poda hasta el principio de la cosecha concentrada de la fruta habrían de 189 a 203 días, de acuerdo a la época de realización de la poda de fructificación. Estos autores determinaron que las plantas podadas en febrero presentan mayor producción y número de frutos por planta y que las plantas podadas en enero y febrero presentan pico de cosecha en el período de los mejores precios del producto.

Investigaciones realizadas por Mehtaet al. (2012), en cultivares de guayaba Sardar, en la India, cultivadas en un huerto con ultra alta densidad de plantación (1 m x 2 m), evaluaron el efecto de la realización de la poda tres veces al año (marzo, mayo, octubre), una vez al año en mayo y una vez al año en octubre. Ellos midieron el diámetro del tronco, número de flores por planta, número de frutos por plantas y rendimiento por planta. El diámetro del tronco no varió en ninguno de los tratamientos analizados, pero la poda tres veces al año resultó tener el máximo número de flores por plantas y el mayor rendimiento de frutas por hectárea.

El crecimiento de las nuevas yemas se ve influenciado en gran medida por la fecha de poda. Singh et al. (2001), encontraron que los brotes provenientes de las podas de febrero y marzo fueron mayores que los de los árboles sin podar. La respuesta del crecimiento vegetativo del guayabo a la poda parece variar con el mes de operación y el cultivar. En general, los autores encontraron que mayo fue el mejor mes para la poda, dado que se produjo un acortamiento del crecimiento de los brotes (24,0 a 21,0 cm y de 16,5 a 12,0 cm) en los cultivares Sardar y AllahabadSafeda, respectivamente. El porcentaje de formación de botones de flores en los nuevos brotes se vio afectado por las diferentes fechas de poda. Los árboles podados en mayo produjeron los máximos brotes de floración de julio a septiembre en Sardar (70%) y AllahabadSafeda (73%), comparado a los árboles no podados (26%). El rendimiento total fue mayor en los árboles podados en mayo y junio que los no podados o los podados en febrero o marzo.

Serrano et al. (2009),evaluaron lafenología, el rendimiento agrícola y la calidad de la guayaba, cultivar Paluma, en función de diferentes fechas de poda. Ellos acortaron las ramas de los guayabos a 1/3 de la longitud original, sin importar el diámetro de estas. La investigación se realizó sobre una plantación de nueve años, con un marco de siembra de 6 x 4,5 m; en un huerto sin riego. La poda se efectuó en cuatro fechas diferentes del año, el 27 de agosto, 11 de septiembre, 26 de septiembre y 11 de octubre. Los resultados mostraron que la fecha de la poda influyó significativamente en la duración de las fases fenológicas de los guayabos. Las podas realizadas en agosto provocaron que las fases fenológicas se extendieran más que cuando las podas se realizaron en octubre, debido a una mayor lluvia caída y mayor temperatura promedio a partir de octubre (20,1 °C), con respecto a agosto (18 °C). El tiempo desde la poda al inicio de la maduración del fruto fue mayor también en la poda realizada en agosto. Los árboles podados en agosto y a principios de septiembre mostraron un mayor índice de fijación del fruto, mayor rendimiento agrícola y mejores características físicas de las frutas.

Peña et al. (1996), señalan que algunos autores reportan la fecha de poda como influyente en el porcentaje de frutos caídos y que en la medida en que la poda es más tardía aumentan los rendimientos. Aspectos estos que revelan la importancia de establecer con precisión las fechas de poda y de enmarcarse en los períodos óptimos que logren mayor producción de frutas.

La intensidad de la poda es otro de los factores que influye en el rendimiento y la calidad del fruto del guayabo. En India, Lakpathiet al. (2013), realizaron investigaciones en cultivares de guayaba variedad AllahabadSafeda bajo alta densidad de plantación. Ellos determinaron el efecto de tres intensidades de poda (dejando 10 cm; 20 cm y 30 cm desde la base hasta el retoño), en el rendimiento y la calidad del fruto. Sus resultados mostraron que el número de días hasta la aparición del primer brote vegetativo estuvo significativamente influenciado solo por la intensidad de la poda. Cuando se podó hasta (10 cm), con mayor rapidez se produjo el brote de las nuevas yemas, se obtuvo el mayor diámetro, peso promedio y rendimiento de los frutos en cosecha. Sin embargo, la calidad de los frutos no fue diferente en ninguno de los tratamientos estudiados. Mayor entrada de luz solar dentro de la copa de los árboles, como resultado de la poda, puede influir en el crecimiento vegetativo, la eficiencia fotosintética, la iniciación floral, el color de la fruta, su tamaño y calidad.

Bhagawatiet al.(2015), reportaron que en estudios realizados con tres intensidades de poda (ligera, moderada, severa) y sin poda, a huertos con guayabos de muchos años, el rendimiento, el tamaño y peso de los frutos se incrementaron con la intensidad de la poda y fue el más bajo en el caso de no realización de la poda. Estos autores plantean, además, que la poda completa del árbol tiene impacto rejuvenecedor en plantaciones viejas, debido a un mejor aprovechamiento de la luz en el proceso de fotosíntesis.

Kamalet al. (2016),determinaron que, en plantas de 10 años en producción, la utilización de diferentes intensidades de poda (15; 30; 45 y 60 cm) indujeron más producción de nuevos brotes que el tratamiento sin poda, incrementándose la producción de flores y posteriormente mayor rendimiento del fruto. La poda influye en el proceso de metabolismo de la planta, el cual determina los rendimientos agrícolas. El tratamiento de poda a 45 cm fue el que provocó mayor crecimiento, temprano florecimiento y muy buen rendimiento del fruto. Autores como Lötter (1989); Serrano et al. (2008, 2009), refieren que en podas severas se reduce la producción de frutos en guayaba Sardar y Fan Retief.Serrano et al. (2009), evaluaron el efecto de tres intensidades de poda de fructificación, clasificándolas a partir de la distancia en que las ramas fueron podadas a partir de la base, en severa (ramas podadas a 1 cm de su base), media (ramas podadas a 1/3 de su longitud a partir de su base) y despunte (ramas podadas a 2/3 de su longitud a partir de su base). Todas las ramas de crecimiento de la planta se podaron sin tener en cuenta su diámetro, además se eliminaron todos los frutos y flores presentes en las plantas. Estos autores encontraron que las plantas sometidas a la poda de despunte presentaron el mayor número de brotes y de ramas establecidas y que las plantas que fueron podadas de forma severa presentaron el menor número de brotes, de ramas, de frutos por plantas y de rendimiento.

Mehtaet al. (2012), determinaron que el máximo rendimiento, en guayaba Sardar en ultra alta densidad de plantación (1 m x 2 m), se alcanzó podando las plantas al 50% de la longitud de los brotes a diferencia de cuando se podó el 60% y el 80% de la altura de la copa. Los autores recomiendan este tipo de poda, realizada tres veces al año como patrón para lograr altos rendimientos agrícolas en este marco de plantación.

Kumar y Rattanpal (2010), investigaron distintos tratamientos de poda del guayabo (eliminación de 1/3 y 1/2 del crecimiento vegetativo) para varios marcos de plantación (6 m x 5 m, y 6 m x 4 m). Ellos encontraron que la poda tuvo un efecto significativo en la altura de la planta y en el volumen de la copa, como resultado de los diferentes tipos e intensidades de poda utilizadas. Otros autores como Madhubalaet al. (2013), evaluaron el efecto de siete tratamientos de poda, con diferentes intensidades, en el rendimiento de la fruta. Ellos obtuvieron que todos los tratamientos con poda tuvieron mayores resultados comparados con el control o tratamiento sin poda.

De la investigación realizada se destaca el hecho de la ausencia de información publicada sobre la poda del guayabo, para las condiciones de Cuba. De lo cual se infiere que es necesario emprender investigaciones que permitan estandarizar los procedimientos de poda, de acuerdo al cultivar plantado y que recomiende las fechas e intensidades de poda que produzca mayores rendimientos y calidad de las frutas.

En todas las investigaciones revisadas se encontró que la poda del guayabo se hizo de forma manual lo que puede ser un inconveniente para lograr la realización de la poda en las fechas y períodos previstos, en grandes plantaciones de este cultivo. También debe tenerse en cuenta los grandes desembolsos que representa esta operación manual, dentro de los costos de operación del cultivo.

CONCLUSIONES

La poda es una de las prácticas culturales más importantes que se le realizan al guayabo, dado que favorece la renovación del material biológico y mayor acción de la luz solar sobre el árbol. La poda permite manejar la altura de la planta y la forma de la copa, es fundamental en plantaciones de alta densidad y permite mayor operatividad y eficiencia en las labores de cultivo.

Los trabajos investigados muestran un incremento de la producción de guayaba con la poda, sin embargo, no hay una tendencia clara en cuanto a la intensidad de esta práctica a generalizar debido a que los resultados obtenidos fueron diferentes en función del cultivar investigado, estación, clima y densidad de plantación. La poda mensual todo el año, así como, la realización de la poda al menos tres veces al año fueron propuestas por varios autores. En cuanto a la intensidad de poda, varios autores coinciden en expresar que el despunte de las ramas puede ser beneficioso en cuanto a la producción y calidad de las frutas, dado que podas severas reducen la producción de frutos, aunque otros autores recomiendan el uso de poda severa.

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Recibido: 12 de Febrero de 2019; Aprobado: 02 de Septiembre de 2019

*Autor para correspondencia: Ania Vilma Carballosa De la Paz, e-mail: acarballosap@frigel.co.cu

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