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Anales de la Academia de Ciencias de Cuba

versão On-line ISSN 2304-0106

Anales de la ACC vol.13 no.1 La Habana jan.-abr. 2023  Epub 01-Fev-2023

 

Artículo de revisión

El cuidado en las encuestas nacionales de envejecimiento poblacional en Cuba

Care in national surveys of population aging in Cuba

0000-0002-6372-9195Ana María Ramos Monteagudo1  *  , 0000-0002-3628-9171Mirtha Juliana Yordi García1 

1 Universidad de Camagüey Ignacio Agramonte Loynaz. Camagüey, Cuba

RESUMEN

A partir de la revisión de los resultados publicados en las encuestas nacionales de envejecimiento poblacional en Cuba realizadas en los años 2010 y 2017, se analizó cómo se posicionó la temática del cuidado a las personas mayores en ellas. Se presentaron datos relativos al envejecimiento de la población cubana, aspecto característico en la dinámica demográfica actual. En el artículo se hace especial referencia a la temática de los cuidados y sus aspectos conexos al cual la ENEP-2017 le dedicó un apartado específico. Las autoras han coincidido en el reconocimiento del cuidado y su transversalidad en los procesos de envejecimiento demográfico, la necesidad de un abordaje integral del mismo, así como las demandas que el contexto de envejecimiento demográfico en el país incorporó a la agenda pública del Estado.

Palabras-clave: cuidado; personas mayores; envejecimiento

ABSTRACT

Based on the review of the results published in the national surveys of population aging in Cuba carried out in 2010 and 2017, it is described how de issue of care for the elderly is positioned in them. Data related to the aging of the cuban population, a characteristic aspect of the current demographic dynamics, are presented. The article makes special reference to the subject of care and its related aspects, to which the ENEP-2017 dedicates a specific section. The authors agree on the recognition of care and its transversality in the processes of aging, the need for a comprehensive approach to it, as well as the demands that the context of demographic aging in the country incorporates into the public agenda of State.

Key words: care; old people; aging

INTRODUCCIÓN

Cuba es un país que está envejeciendo a un ritmo acelerado, esta realidad demográfica y social ha constituido un logro al cual debe responder integralmente la ciencia. El hecho de vivir hasta edades más avanzadas ha sido sin dudas una buena noticia; pero también un reto, pues han aumentado las probabilidades de vivir con dependencia. Aspecto que introduce el tema de los cuidados y sus demandas en un contexto donde la arquitectura familiar está reconfigurándose y ello requerirá dar respuestas institucionales, coordinadas de base comunitaria y corresponsables.

En la sociedad cubana los estudios de envejecimiento y cuidado han comenzado a posesionarse en el ámbito académico y en la agenda de gobierno como una demanda del contexto actual.

Una institución que ha aportado datos de investigaciones sobre el tema ha sido la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de la República de Cuba (ONEI) con la realización de estudios nacionales sobre envejecimiento poblacional presentados en el período de 2010 a 2017 y cuyos hallazgos han resultado de interés en la presente comunicación.

El informe de resultados de la Primera Encuesta Nacional de Envejecimiento Poblacional (ENEP-2011), realizada por el Centro de Estudios de Población y Desarrollo (CEPDE) y la ONEI tuvo por objetivo describir el estado de salud de la población, la capacidad funcional, las acciones preventivas para el cuidado de la salud, el acceso y uso de servicios de salud, las características socioeconómicas de estas personas y las redes de apoyo que las sustentan.

La encuesta actualizó la base informativa existente y aportó nuevos elementos sobre el proceso de envejecimiento a nivel nacional. La muestra incluyó la totalidad de las provincias del país, así como el municipio especial Isla de la Juventud. Atendiendo a la ubicación geográfica se consideraron 4 regiones en el territorio nacional: occidental, central, oriental y a la capital del país como región independiente por su peso poblacional. (1

Un dato contenido en el informe hizo alusión al siguiente hecho: “hace más de 30 años que las mujeres cubanas en promedio dejan menos de una hija al concluir su etapa reproductiva. Una población sin reemplazo se envejece, y luego decrece por lo que Cuba ha comenzado a decrecer en términos absolutos. De este modo, el decrecimiento de una población intensifica su proceso de envejecimiento”. 1

El efecto de esta caída de la fecundidad ha explicado el peso que ha tenido esta variable en el cambio de la estructura por edades de la población cubana, para que el proceso de envejecimiento se revierta debe darse un incremento sostenido de la fecundidad; véase CR Hernández. 2

Según los datos obtenidos, la población cubana mostraba un 17,8 % de personas de 60 años y más. En un período de 25 años extendido desde 1985 hasta el 2010 este grupo etario se incrementó en 6,5 % lo que ha evidenciado la rapidez del proceso de envejecimiento de la población. 1

Como respuesta a la demanda de continuar la actualización, seguimiento y completamiento de la base informativa sobre las características y evolución del proceso de envejecimiento de la población cubana, en el 2019 se publicó el informe contentivo de los resultados de la Segunda Encuesta Nacional de Envejecimiento Poblacional (ENEP, 2017).a Los datos obtenidos evidenciaron que en el período comprendido entre las 2 encuestas aplicadas (2010-2017) el porciento de personas de 60 años y más ascendió significativamente hasta un 20,1 %.

Por ende, el envejecimiento se incrementó en 2,3 % lo que ha corroborado que el grupo de personas mayores de 60 años ha continuado creciendo en la población cubana. Como se afirmó en el informe, la edad promedio de la población entre los años 2017 y el 2030 pasará de 40 años a 43 años. En tanto el 29 % de la población tendrá 60 años y más, con un elevado crecimiento absoluto de las de 80 años y más. 3

El informe reveló una situación poblacional actual y perspectiva en Cuba donde el único grupo poblacional que se ha mantenido en crecimiento es el de las personas mayores (60 años y más). Por tanto, al continuar el nivel de fecundidad del país por debajo del reemplazo poblacional, que ha conducido a la reducción del tamaño de las cohortes de nacidos, ha ocasionado que las cohortes más numerosas en un contexto de disminución de la mortalidad como ha ocurrido, hayan estado transitando hacia las edades superiores sin ser reemplazadas o sustituidas en su totalidad por las más jóvenes. 3

En el primer informe se reconoció que el acelerado proceso de envejecimiento demográfico en el país ha demandado incrementar los servicios geriátricos, gerontológicos, de seguridad, asistencia social y cuidados. 1

Y en el segundo informe se aseveró la necesidad de ofrecer información analítica, que contribuyera al diseño de políticas públicas de mediano y largo plazos con la finalidad de garantizar el bienestar y la equidad de la población mayor y muy mayor en Cuba. También, resaltó la voluntad política del gobierno y partido cubanos para atender la dinámica demográfica del país, los elevados índices de envejecimiento y satisfacer las necesidades de la creciente población de 60 años y más en el futuro. 3

Ciertamente, como se ratificó en el segundo informe el envejecimiento demográfico en Cuba ha sido un proceso acelerado y ello sin lugar a dudas ha representado un reto significativo y complejo para el desarrollo de la sociedad. En los últimos 30 años el envejecimiento en Cuba se ha incrementado en 8,8 %.

Las proyecciones han indicado que durante el período 2017-2030 la edad promedio de la población cubana rebasaría los 43 años y las personas de 60 años y más alcanzaría la cifra de 3,3 millones. 3

Un aspecto a destacar en el segundo informe ha sido la incorporación de un grupo de consideraciones novedosas que han emanado del contexto social actual y perspectivo del país. Brindó elementos analíticos que han resultado de interés para las transformaciones del modelo de desarrollo económico y social del Estado y el Gobierno cubanos. Aportó información para el diseño de las políticas públicas destinadas a atender la dinámica demográfica del país.

Por tanto, los estudios que contribuyan al diseño de políticas, programas y modelos de atención a las personas mayores en correspondencia con las características de este grupo etario y de las condiciones del contexto de convivencia se han tornado necesarios y pertinentes para el contexto social cubano. 4

El segundo informe analizado incluyó por primera vez una muestra de la población entre 50 años a 59 años con el objetivo de facilitar el seguimiento longitudinal a la población, previsto para el año 2023. Por consiguiente, el grupo de personas de 60 años y más ha representado el 56 % de la población en estudio y el 44 % lo ha compuesto el grupo de 50 años a 59 años. 3

Ello ha posibilitado el estudio de los cambios que se han producido en las diferentes dimensiones a medida que las personas han envejecido. En segundo lugar y como aspecto innovador, por vez primera se aportaron datos sobre la percepción general de la población sobre el cuidado, el conocimiento que posee acerca de los servicios de cuidado existentes en el país, las características de las personas que prestan ayuda o apoyo, particularidades de las personas de 50 años y más que proveen cuidados, vistas desde la experiencia de vida de las propias personas que ofrecen estos cuidados. Contiene también información acerca de la sobrecarga de la persona cuidadora en el marco familiar. 3

El objetivo de la investigación ha sido describir la información recopilada en las 2 Encuestas Nacionales de Envejecimiento Poblacional, relacionada con el cuidado.

DESARROLLO

Criterios de selección de las fuentes consultadas

Se realizó una búsqueda en la página web de la ONEI de Cuba para localizar datos relativos a Encuestas Nacionales de Envejecimiento Poblacional que pudieran reafirmar aspectos relacionados con el cuidado, aplicadas en el país. Ello arrojó información sobre la realización de 2 encuestas en el período entre 2010-2017 denominadas ENEP-2011 y ENEP-2017 respectivamente. El primer informe de los datos obtenidos con la aplicación de la encuesta en el 2010 fue publicado en el año 2011. El segundo informe, correspondiente a los resultados de la encuesta del 2017 se publicó en el 2019.

Breve descripción del contenido de los informes de las encuestas

Ambas encuestas abarcaron los territorios de las provincias del país y el municipio especial, agrupadas en 4 regiones en las que tradicionalmente se ha dividido el archipiélago cubano en correspondencia con la situación geográfica y con una representatividad nacional, urbana y rural.

La primera encuesta en la región occidental incluyó las provincias Pinar del Rio, La Habana, Matanzas y el municipio especial Isla de la Juventud. En la región central se agruparon Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila y Camagüey. En la región oriental se incluyeron las provincias Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo. La provincia de la Ciudad de La Habana, capital del país como una región independiente.

Para el momento de aplicación de la segunda encuesta el país había transitado por un reordenamiento político-administrativo como resultado del cual se conformaron nuevas provincias y se cambió el nombre a la provincia de la capital. Por tanto, la región occidental, quedó conformada por las antiguas provincias de Pinar del Rio, Matanzas y el municipio especial Isla de la Juventud y se incorporaron las nuevas de Artemisa y Mayabeque. b

Las regiones central y oriental conservaron su composición por provincias. El territorio de la capital, antes denominado Ciudad de La Habana, pasó a llamarse provincia de La Habana y mantuvo su condición de región independiente.

Los estudios demostraron un crecimiento desigual por provincias del proceso de envejecimiento y diferencias en la estructura por sexo y edades de las personas de 60 años y más. En el primer informe, 13 de las entonces delimitadas 14 provincias del país presentaban un envejecimiento avanzado con valores por encima de 15 % de población de 60 años y más respecto al total. Solo una provincia y el municipio especial presentaban indicadores inferiores pero que oscilaban entre un 13 % y 14 %. 1

El segundo estudio arrojó que todos los territorios del país mostraban un envejecimiento avanzado con valores por encima de 15 % de la población con 60 años y más respecto al total, oscilando en un rango de 18 % a 23,7 %. 3

El primero de los estudios obtuvo los resultados de la entrevista aplicada a 10 073 viviendas con adultos mayores en todo el país. En el segundo estudio fueron visitadas 17 763 viviendas y se incorporó un grupo de personas de 50 años a 59 años para facilitar el seguimiento longitudinal previsto para los próximos años.

La segunda encuesta reveló que el número de mujeres del grupo de 60 años y más superaba en cantidad al del grupo de 50 años a 59 años. Algo similar ocurrió al analizar las proporciones de los hombres en ambos grupos. Sin embargo, el análisis en función del sexo expresó algo curioso al observar la composición de los diferentes grupos de edades en estudio, siendo las proporciones de hombres mayor que las mujeres en el grupo de 50 años a 59 años (45,1 % y 43,0 % respectivamente). Con el aumento de la edad, esta distribución de hombres y mujeres se invirtió en favor de las mujeres de 60 años y más con el 57 % frente a un 54,9 % en los hombres. 3 El aumento de la mortalidad masculina ha constituido la causa y una de las características que ha acompañado al proceso de envejecimiento poblacional en el contexto nacional.

Ambos informes en sentido general organizan de manera similar el contenido, lo que se aprecia en la tabla 1. Uno y otro iniciaron con el apartado de presentación, allí se describieron los antecedentes y el colectivo de autores que participó en el estudio.

Tabla 1 Índice de contenidos de las encuestas 

Encuesta Nacional de Envejecimiento Poblacional 2010 Encuesta Nacional de Envejecimiento Poblacional 2017
Contenido Contenido
Presentación Presentación
Introducción Resumen
I. Aspectos metodológicos y organización de la encuesta Introducción
II. Características sociodemográficas de la población adulta mayor 2. Características sociodemográficas de la población de 50 años y más
III. Seguridad económica 3. Participación y entorno seguro
IV. Salud 4. Salud
V. Entornos y redes de apoyo

5. Autonomía funcional, dependencia y cuidado

5.1 Actividades básicas de la vida diaria (ABVD)

5.2 Actividades instrumentadas de la vida diaria (AIVD)

5.3 Las personas en situación de dependencia

5.3.1 Situación de dependencia en las ABVD. Índice de Barthel

5.3.2. Situación de dependencia en las AIVD. Índice de Lawton

5.4 El cuidado

5.4.1 La percepción y conocimiento acerca de los cuidados

5.4.2 El cuidado y las personas de 60 años y más con alguna limitación en las ABVD

5.4.3 Características generales de las personas que prestan cuidado según el reporte de quien recibe la ayuda

5.4.4 Las personas de 50 años y más que proveen cuidado

5.4.5 La sobrecarga de las personas cuidadoras. Utilización de la escala de Zarit abreviada

A diferencia del primer informe el segundo contenía un amplio resumen que detallaba los principales resultados. En la introducción ambos expusieron las características generales de Cuba y sus regiones, la situación demográfica y la perspectiva del país y el envejecimiento poblacional por territorios.

En lo adelante el contenido se organizó en 5 capítulos. El primero fue similar para ambos estudios dedicado a los aspectos metodológicos y de organización de la encuesta.

Las diferencias en el contenido entre ambos informes, aparecieron en los restantes 4 capítulos, que se dedicaron a la presentación y análisis de los resultados. El capítulo II presentó las características socio-demográficas de la población, pero en el segundo informe a diferencia del anterior se incorporó entre las variables a considerar en el análisis el color de la piel y la muestra del estudio reunió por vez primera a personas en el rango de edad de 50 a 59 años, siendo el 44 % del total de la muestra.

Las diferencias más acentuadas entre ambos informes se expresaron en los capítulos IV y V. Mientras la ENEP-2011 dedicó el capítulo III a la seguridad económica y el quinto a entornos y redes de apoyo. El informe de la ENEP-2017 agrupó en su capítulo tercero denominado Participación y entorno seguro, los aspectos antes referidos y a su vez incorporó nuevos aspectos al análisis, tales como: proporcionar información sobre la situación económica y social de la población estudiada, sobre su contribución a la familia y la comunidad, con su participación en el trabajo remunerado y no remunerado, en las actividades culturales, de ocio y esparcimiento, en el conocimiento y uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), las condiciones de su entorno cotidiano y las redes de apoyo que los alientan y sostienen.

Entre los aspectos novedosos recogidos en el capítulo mencionado destacó el análisis de las condiciones y posibilidades de los puestos de trabajo y la incorporación de un epígrafe dedicado al análisis del maltrato tanto en el hogar de residencia, en el entorno comunitario, como en la interrelación con la sociedad.

En la ENEP-2017 se describió la prevalencia de maltrato hacia las personas de 60 años y más, a partir de determinar la proporción de estas que han experimentado algunas situaciones de malos tratos. Se tomaron en consideración, hechos o situaciones que afectaron los derechos legales de estas personas relacionados con su vivienda, sus bienes y propiedades y de manera general se hizo referencia a la percepción de las propias personas mayores acerca de cómo son tratados en el contexto donde conviven.

Los 2 informes dedicaron su cuarto capítulo al abordaje de la salud, pero el segundo pormenorizó en esta dimensión, nuevos indicadores que no habían sido concebidos anteriormente como: hábitos tóxicos, alteraciones del sueño, fragilidad y caídas, entre otros.

El segundo informe transfirió el análisis de los aspectos afines a la autonomía funcional y la dependencia a su quinto capítulo denominado, Autonomía funcional, dependencia y cuidado. Brindó información sobre la percepción y conocimiento de las personas acerca de los cuidados, el cuidado y las personas de 60 años y más con alguna limitación en las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), entre otras. Temática de suma importancia que comenzó a posicionarse como un aspecto significativo en los estudios del proceso de envejecimiento.

Referencias sobre el cuidado

La descripción que se realizó pretendió revelar información sobre el cuidado aportado en los informes de ambas encuestas. Aunque en la ENEP-2011 al tema del cuidado no se le dedicó un apartado específico, los datos se limitaron a brindar información específicamente relacionada con los apoyos que brindaron y recibieron las personas mayores en el ámbito familiar y comunitario.

Es de notar un desarrollo mayor de esta temática en los datos del segundo informe, en tanto dedicó un apartado dentro del capítulo V, especialmente para los cuidados. Incorporó nuevos aspectos al análisis que indicó la pertinencia de una mirada integral a esta compleja actividad de interrelación entre personas que necesitarán cuidado y aquellas que los proveerán.

En ambos informes, a juicio de las autoras se logró posicionar al cuidado como uno de los aspectos transversales al proceso de envejecimiento demográfico en las actuales condiciones del contexto social cubano.

En el segundo informe el capítulo quinto, se refirió a información acerca de los datos obtenidos sobre las restricciones en la participación en las actividades básicas de la vida diaria (ABVD) y en las actividades instrumentadas de la vida diaria (AIVD). Posteriormente y por la relación que guarda con la dependencia se introdujeron los temas del cuidado y los cuidadores. Levantó información sobre la autonomía y la dependencia en el colectivo de mayores, objetivo específico de la ENEP-2017.

En ese informe se reconoció la demanda insatisfecha de sistemas de cuidado y de apoyo a las familias, lo que ha actuado como una de las causas inhibidoras para iniciar nuevos proyectos de vida para un 86,7 % de la población estudiada de 60 años y más. Estas personas mayores generalmente ven limitados sus proyectos de vida en gran medida, un porciento relativamente alto de ellas se ha mantenido involucradas en tareas de trabajo doméstico, ayuda a la familia y la provisión de cuidado a personas dependientes. Se evidenció que el 27,3 % de las personas vistas como proveedoras de cuidado tenían entre 50 años y 59 años y alrededor del 31 % tenían más de 59 años. 3

En la población de mayores estudiada existió una preferencia a que los cuidados fueran ofrecidos por mujeres, poco más del 57 % de la población de 60 años y más. También es característico al contexto cubano ofrecer cuidados a las personas mayores generalmente en el seno familiar.

Más del 50 % de las personas que han ofrecido ayuda en el cuidado a personas mayores han tenido una relación de parentesco con las mismas, entre ellos han destacado hijos e hijastros, nietos, cónyuges, y otros familiares. 3

A pesar de los esfuerzos del gobierno cubano aún resultan insuficientes los servicios y los sistemas de apoyo a la familia para proveer cuidados en particular a las personas mayores.

Como aspecto a señalar en el informe se declaró textualmente “que la actividad de cuidado por el propósito que persigue, por su importancia en la reproducción socioeconómica y por su relevancia en el plano de los derechos humanos, es una actividad con un alto nivel de complejidad, que debe ser atendida en todas sus aristas y dimensiones”. Al mismo tiempo, se enfatizó que “desde una perspectiva abarcadora los sistemas de cuidado contemplen todas las dimensiones que envuelve la actividad de cuidar, tales como: tipo de cuidado, intensidad del cuidado, formas de cuidado, lugar de cuidado, así como la calidad del cuidado, donde se inserte tanto a las personas que lo reciben como a las personas proveedoras”. 3

Aunque el Estado cubano tiene un sistema de protección social dirigido a garantizar a las personas mayores condiciones favorables para su envejecimiento, el logro social de una mayor longevidad ha establecido nuevos retos en materia de políticas sociales, infraestructuras y particularmente, en servicios de cuidados e inclusión social para este grupo etario.

El estudio de tipo longitudinal permitirá dar seguimiento y evaluar los cambios y comportamientos producidos en la población encuestada, durante el proceso de envejecimiento. Entre los objetivos específicos definidos en el informe de los resultados destacaron aquellos que aludían a los cuidados, por ejemplo: investigar acerca del conocimiento e imaginario de las diferentes formas y servicios de cuidados de larga duración en existencia en el país; indagar sobre la participación e integración social de servicios de cuidados de larga duración para la población mayor y muy mayor; indagar sobre los arreglos residenciales y las redes de apoyo familiar y comunitario; así como, investigar sobre las características del entorno comunitario, social y residencia construido y entornos exteriores. 3

El cúmulo de información sobre determinadas variables sobre el cuidado que proporciona la ENEP-2017 ha de generar investigaciones que permitan profundizar en el tema de los cuidados a las personas mayores en Cuba. De igual modo, es necesario incentivar estudios sobre los cuidados de larga duración, sus formas, intensidad, instituciones, calidad del cuidado, personas que lo reciben y proveedoras ajustándose a las actuales condiciones del contexto social y al perfil de los mayores.

Los servicios de cuidados basados en información documentada de las necesidades y prioridades, han sido una condición básica para acrecentar la independencia y calidad de vida en las edades avanzadas.

El país necesita trascender concepciones asistencialistas del cuidado que contemplen solo a los vulnerables y avanzar hacia un sistema de atención y de cuidado integral, multidisciplinar que promueva y preserve la autonomía e independencia de los mayores para el fomento de sus proyectos de vida, su participación e inserción en los procesos de transformación de la sociedad en la que conviven. Un sistema que integre servicios, instituciones, familia, redes comunitarias, cuidadores y cuidados.

Característico en el informe reseñado es el hecho de considerar a través de todo el texto del documento, diversas aristas que conciernen al cuidado de las personas mayores y no limitar el análisis del asunto exclusivamente al epígrafe dedicado al tema del cuidado. Los datos mostrados proporcionaron información útil para evaluar las necesidades de las personas mayores, lo que contribuyó a las actividades de cuidado a las personas que lo reciben y a los proveedores, así como, a las familias, instituciones y comunidades.

La encuesta aplicada en el 2017 reveló datos de interés a considerar para estudios del cuidado en el país. En las condiciones de crisis pospandémica algunos de los porcientos aportados en el informe pudieran ser marcadamente diferentes en tanto el grupo de personas mayores ha sido uno de los más afectados por la situación de aislamiento social, decesos y consecuencias socioeconómicas de la COVID-19 como pandemia.

Entre los aspectos a resaltar consideramos importantes aquellos que evidenciaron que las personas encuestadas de 60 años y más que vivían solas tenían una edad promedio de 71 años. El 57 % de ellas fueron mujeres. Respecto a la situación económica, el 82,3 % de las personas encuestadas contaban con ingresos personales devenidos del trabajo o la jubilación, sin otra fuente de ingreso adicional. El 70 % consideraba que solo contaría con la jubilación como fuente de ingreso y 11 % con ningún recurso o no podía definir.

El 6,5 % de las personas de 60 años y más que vivían solas manifestaron tener necesidades especiales debiendo auxiliarse de otra persona para realizar actividades y el 1,8 % requería cuidado continuo. 3

Acerca de la autopercepción de salud, el estudio mostró que la mayoría de la población encuestada se concentró en la categoría regular y alrededor del 10 % del total la evaluó como mala o muy mala. En tanto, en todos los grupos de edad la autopercepción de salud que reportaron las mujeres ha sido peor que la declarada por los hombres, incluso en los grupos más jóvenes. Cada 10 personas de 50 años y más, 5 declararon que su estado de salud era de muy bueno o bueno, cuando se restringió la población al grupo de 60 años y más este índice bajó a 4 de cada 10 personas, situación que empeoró en las personas de 75 años y más en que menos de 3 personas de cada 10 consideraron su estado de salud como bueno o muy bueno. Significativamente a medida que aumentó la edad la situación se tornó menos favorable, en el grupo de edad de 75 años y más solamente 3 hombres de cada 10 y 2 mujeres de cada 10, declararon muy buena o buena salud y precisamente este grupo poblacional es el que más crecerá en la población cubana. El estudio expresó que habrá que contemplar la complejidad de los pacientes de estas edades para los servicios de salud y de cuidado. 3

A ello añadimos que la complejidad debe ser contemplada de manera íntegra no solo como un desafío para el sistema de salud, sino para el diseño de una estrategia de cuidado que la Red Cubana de Estudios sobre Cuidadosc está promoviendo como parte de las transformaciones en materia de políticas públicas en el país, que posibilite la articulación de los diversos programas, incluyendo a los cuidadores y poniendo al cuidado en el centro de la política pública considerándolo a su vez un pilar clave de la protección social.

Es sabido que en el caso de las personas mayores y muy mayores la capacidad funcional ha constituido un indicador predictor de demandas de cuidado y de institucionalización es por ello que su consideración ha resultado relevante para el análisis del tema.

Los resultados revelados en el informe anunciaron un alto grado de dependencia, particularmente para el grupo de los más mayores (75 años y más), esto ha sido un asunto de extrema importancia dado el grado e intensidad del envejecimiento demográfico en el país y la estructura por edad que se espera experimente el crecimiento demográfico en los próximos años. 3

La proporción de personas en estado de dependencia se incrementó con el aumento de la edad. En el caso de los hombres de 50 años a 59 años alrededor del 9,5 % figuran en situación de dependencia, la mayoría en aquella denominada como leve, en el grupo de 60 a 74 años la proporción se incrementó al 15,2 % y en el grupo de 75 años y más a 39,8 %.

La situación de las mujeres se mostró más compleja, el 13,3 % de las de 50 años a 59 años clasificaron con algún grado de dependencia, al igual que en los hombres la mayor proporción correspondió a dependencia leve con un 12,8 %, las del grupo 60 a 74 la proporción se elevó al 21,4 % y en el caso de las más mayores la proporción superó al 50 %.

Con respecto a la llamada dependencia total o severa la situación se agravó en el grupo de 75 años en tanto afectó según los datos revelados al 5,1 % de hombres y a un 8,5 % de mujeres. 3

Ello denotó el rol de las mujeres como principales cuidadoras en sistemas de cuidados familiares como el de la sociedad cubana. Ello ha generado desigualdades en el acceso a oportunidades, inequidad de género en la provisión de los cuidados y ha repercutido en sus trayectorias personales.

A partir de lo antes descrito en el propio informe se afirmó acertadamente que las necesidades de cuidado también aumentarían, con mayor nivel de complejidad en el cuidado tanto en tiempo como en intensidad, lo que implicaría, dada las características del proceso de envejecimiento en Cuba un incremento continuo por algunos años del peso de la población dependiente con alto grado de severidad sobre la población total. 3 Esta situación ha de tornarse más complicada para las mujeres que son fundamentalmente las que desarrollan la actividad de cuidado.

Ha llamado la atención la breve descripción de varias interpretaciones del término de cuidado con el que inició el epígrafe dedicado a su análisis. Ello ha corroborado de manera general el reconocimiento de que la actividad de cuidado ha de estar encaminada a la atención y asistencia a las personas en condiciones de dependencia, así como a preservar la autonomía personal para la vida y su bienestar.

Tal y como se reconoció en el informe “la prestación de cuidado a las personas mayores cumple el objetivo fundamental de ayudar a mejorar la autonomía funcional a la persona cuidada, por ello hoy día los cuidados de larga duración en aquellas sociedades donde el envejecimiento demográfico alcanza niveles importantes constituye uno de los principales desafíos en el plano social y económico”. 3 A lo anterior añadimos que este tipo de cuidado aún no es visualizado en la agenda pública del país con la celeridad que requiere ni con el mismo nivel de interés que otros tipos de cuidados generan.

Los datos ofrecidos en el epígrafe dedicado al cuidado en primer lugar brindaron información sobre la percepción y conocimiento acerca de los cuidados en la sociedad cubana, la cual ha sustentado la visión de que es la mujer la encargada de proveer cuidado. Según datos de la ENEP-2017 poco más del 57 % de la población de 60 años y más, ha preferido en el caso de necesitar cuidado, que estos sean ofrecidos por mujeres. 3

La necesidad de proveer la actividad de cuidado a niños, enfermos y personas mayores en un 26,3 % de las mujeres entre 50 años y 59 años entrevistadas ha sido reconocida como causa de abandono del vínculo laboral. 3

También el estudio indagó sobre el conocimiento de la población acerca de los servicios de cuidado a las personas mayores que existen en el país en particular sobre casas de abuelos y hogares de ancianos y los resultados aportados indicaron que el conocimiento sobre la existencias de instituciones de cuidado es prácticamente universal (alrededor de un 98 %), a pesar de que las opciones de acceder a cualquiera de ellos han resultado limitadas atendiendo a las capacidades reales que existen en el país. 3

Aunque en la sociedad cubana es predominante el cuidado de las personas mayores en el seno familiar poco más del 40 % de los encuestados enunció la opción de hacer uso del hogar de ancianos si fuese necesario en determinadas condiciones. (3

En segundo lugar, los datos ofrecidos con relación al cuidado y las personas de 60 años y más con alguna limitación en las ABVD revelaron que un 27,3 % de personas de 60 años y más presentaron algún grado de dependencia. Por tanto, aunque no tuvieran necesidad de ayuda, su condición general las hacía vulnerables al deterioro de su capacidad funcional y han sido posibles candidatas a engrosar la lista de demandas de cuidado de larga duración. 3 Aspecto relevante para las autoras del presente análisis en tanto, nos convocó a una mirada oportuna a las opciones de este tipo de cuidado para las personas mayores y a las instituciones encargadas del mismo.

Posteriormente el análisis del cuidado en el capítulo, reveló información sobre algunas características de las personas que prestaban cuidado según el reporte de quien recibía el mismo y ello confirmó que la mujer es por excelencia la proveedora de cuidado, un 67,6 % de las personas que ofrecían ayuda eran mujeres. 3

Con relación a la edad de los proveedores de cuidado a personas que requieren de ayuda para el cuidado personal y de movilidad, el 27,3 % tenían entre 50 años y 59 años y un 31,2 % tenían más de 59 años. 3) Con respecto a los cuidados de larga duración gran parte de los cuales se producen en el marco familiar, ha sido interesante destacar como las mismas personas mayores son las encargadas de las labores de cuidado, así en el grupo 60 a 74 un 7,5 % de las personas ofrecían cuidados y en el de 75 y más, el 4,6 %. 3. Gran parte de los cuidados de larga duración se producen en el marco familiar, alrededor del 99 % de las personas que participan en las actividades de cuidado guardan alguna relación de parentesco con la persona receptora de cuidado. Aspecto que ha requerido atención en tanto las tensiones que produce la actividad del cuidado a personas que lo requieren en condiciones de carencias y limitaciones económicas, técnicas y de servicios como es el caso del contexto cubano, puede contribuir a reproducir situaciones de vulnerabilidad en parte de esta población que ejerce el cuidado, lo que afecta su bienestar y favorece la generación futura de nuevas demandas de cuidado.

Finalmente, con respecto a los apoyos requeridos para desarrollar la actividad de cuidado, se ha reflejado en los resultados la necesidad de visitas frecuentes del médico de familia, de determinados recursos materiales (pañales desechables y materiales de curación) y como tercer requerimiento de la población estudiada, se reconoció la necesidad de contar con la posibilidad de contratación de cuidadores por el Estado. No obstante, consideramos de cierta relevancia para investigaciones futuras determinados datos que refieren que un 3,2 % de los encuestados vieron como apoyo para el cuidado la posibilidad de hogares de temporadas como parte de los servicios de respiro familiar, inexistentes todavía en el país. Aunque bajos los porcientos, las personas dedicadas al cuidado han considerado de apoyo a su labor la posibilidad de acceso a las casas de abuelos (un 3 %) y a los hogares de ancianos (2 %). Solamente un 1 % consideró la formación y capacitación de los cuidadores entre los necesarios apoyos para proveer cuidado. 3

Los resultados descritos confirmaron la idea de las autoras acerca de que en las condiciones del actual escenario gerontológico cubano ha de precisarse estudios sobre las características y la complejidad que reviste el cuidado en la vejez, en aras de lograr sistemas de cuidados dignos que garanticen calidad de vida a las personas receptoras. Igualmente, se evidenció la importancia de promover estudios sobre sistemas de atención y respiro a las personas proveedoras de cuidado, que contemplen la capacidad personal, las condiciones sociales y los servicios para ofrecer cuidados, y a su vez proteger la salud y bienestar de quienes ejercen actividades de cuidado a personas mayores. En este sentido, investigaciones encaminadas a mejorar los servicios de cuidado han resultado pertinentes en instituciones dedicadas a los cuidados de larga duración.

Los resultados de los estudios promovidos deberían favorecerán a los gobiernos locales en la toma de decisiones para garantizar la calidad de los servicios de cuidados en correspondencia con la singularidad de los territorios.

Tal y como se declaró en el Informe Técnico del 2017 del Fondo de Población de las Naciones Unidas UNFPA denominado Una mirada sobre el envejecimiento: “el proceso de desarrollo de políticas públicas y programas dirigidos a aumentar la conciencia sobre los derechos de las personas mayores, la promoción de su trato digno y respetuoso a irradiar una imagen positiva y realista del envejecimiento, como elemento complementario a la protección de sus derechos, requiere del involucramiento de todos los actores sociales”. 5 Ello es un reclamo para Cuba y demás países de la región latinoamericana.

Obviamente ello requiere que los cuidados sean considerados en el centro de la política pública. Ello ha conllevado a consolidar y diversificar los servicios de cuidados hacia los mayores, para permitir la cobertura de sus necesidades básicas humanas y a la vez dar respuesta a demandas emergentes (educacionales, de participación e integración social, entornos amigables, entre otras).

Se confirmó la necesidad de disminuir la prevalencia de enfoques parcializados de los cuidados, centrados en los cuidados médicos y la mirada asistencialista y apostar por servicios corresponsables de cuidados que integren diversos actores y programas.

Conclusiones

Los informes de las 2 Encuestas Nacionales de Envejecimiento Poblacional realizadas entre el 2010 y 2017 en Cuba confirmaron los altos índices de envejecimiento demográfico y el crecimiento acelerado del grupo de personas mayores de 60 años en comparación con otros grupos etarios de la pirámide poblacional.

El segundo informe corroboró que el acelerado proceso de envejecimiento se mantendría durante un tiempo prolongado en el país y ello pudiera engrosar la demanda de cuidados, incluidos los de larga duración en el mediano y largo plazos.

Ambos informes levantaron datos de mucha importancia a considerar en el diseño de políticas públicas para atender los altos niveles de envejecimiento, las demandas de servicios de cuidados, la atención de la salud y el bienestar de las personas encargadas del cuidado, así como su formación capacitación y apoyo.

Probablemente en la próxima encuesta nacional, podemos esperar ver los efectos de las políticas implementadas en Cuba para desarrollar una visión hacia el cuidado como derecho humano y función social en aras de promover la autonomía personal, la atención y la asistencia a los mayores en situación de dependencia.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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2.  Hernández CR. Transición demográfica y envejecimiento de la población. En: Centro de Estudios Demográficos (CEDEM). La Habana, Cuba: Centro de Estudios Demográficos CEDEM y Fondo de Población de las Naciones Unidas UNFPA; 2009:163-177. [ Links ]

3.  ONEI, Cuba: Oficina Nacional de Estadísticas. Encuesta Nacional de Envejecimiento Poblacional. ENEP-2017. Informe de Resultados; 2019. [citado 7/07/2021]. Disponible en: http://www.onei.gob.cu/node/147253.  [ Links ]

4.  Partido Comunista de Cuba (PCC). Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución para el período 2016-2021. Tabloide I. Cuba: UEB Gráfica Holguín; 2017. [ Links ]

5.  UNFPA Cuba: Fondo de Población de las Naciones Unidas. Una mirada sobre el envejecimiento. Informe Técnico. 2017[citado 22/01/2021]. Disponible en: https://lac.unfpa.org/es/publications/una-mirada-sobre-el -envejecimiento-05.  [ Links ]

La encuesta fue realizada en colaboración con el CEPDE, el Centro de Investigaciones sobre Longevidad, Envejecimiento y Salud (CITED) y el Ministerio de Salud Pública (MINSAP).

b El reordenamiento político-administrativo no modificó el espacio físico de la región occidental.

c Red Universitaria del Departamento de Sociología de la Facultad de Filosofía, Historia y Sociología (FFHS) de la Universidad de La Habana fue creada 5 de julio del 2021.

Recibido: 23 de Febrero de 2022; Aprobado: 06 de Septiembre de 2022

*Autor para la correspondencia: anyramos55@gmail.com

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