Introducción
En 1969, el cirujano ortopédico sueco Per-Ingvar Brånemark fue el primero en anclar una prótesis dental directamente en el hueso para reponer, con carácter permanente, los dientes perdidos o ausentes; tratamiento que además de ser muy bien aceptado en la rehabilitación bucal, ha cambiado los estándares terapéuticos en odontología,1 pues se trata de una opción de restauración estética, funcional y armónica probada que preserva la integridad de las estructuras faciales y reduce los inconvenientes asociados a las pérdidas dentarias.2
La práctica contemporánea de la ortodoncia y la influencia de la rehabilitación protésica en la calidad de vida de los pacientes3 mediante el uso de implantes osteointegrados persiguen, básicamente facilitar el proceso del plan terapéutico ortodóncico-protésico, reemplazar con prótesis los dientes ausentes o perdidos, lograr la alineación ortodóncica preoperatoria para optimizar el uso de los implantes y utilizar implantes intrabucales como los anclajes estacionarios.
Actualmente, la implantología emplea técnicas cada vez más rápidas, predecibles y mínimamente invasivas, a la vez que constituye una solución bastante completa para aquellas personas que por distintas razones han perdido uno o más dientes,4,5 sobre todo cuando se asocia con otras especialidades estomatológicas, como se describe en el presente artículo.
Caso clínico
Se describe el caso clínico de una paciente mestiza, de 24 años de edad, normopeso, que acudió a la consulta de ortodoncia de la Clínica Estomatológica Provincial Docente Mártires del Moncada de Santiago de Cuba, remitida del Servicio de Prótesis Estomatológica, con el fin de lograr el espacio adecuado para colocarle un implante por pérdida del diente 15 alrededor de los 12 años a causa de caries.
Antecedentes bucales: traumatismo a los 8 años de edad, con fractura no complicada de los dientes 11 y 21.
Hábitos deformantes actuales: onicofagia y respiración bucal.
Examen físico de la cara
Se observó tipo facial leptoprosopo, con frente y cara ovoides, de perfil convexo, ausencia de asimetrías y desproporciones entre los tercios, cierre labial incompetente, labio superior hipotónico y corto e inferior hipertónico, así como ángulo nasolabial obtuso y surcos nasogeniano y labiomentoniano marcados, con estética afectada.
Examen físico intrabucal
- Tejidos blandos
a) Labios normocoloreados, encías con manchas melánicas, propias de la raza, inserción frénica superior baja, sin apreciarse alteraciones patológicas de interés
- Tejidos duros
a) Maxilar superior: arcada dentaria asimétrica, ligero apiñamiento en el sector anterior, con rotación distovestibular del 12 y mesiovestibular del 22, además de ausencia clínica del 15 y distogresión del 14
- Oclusión
a) Anteroposterior: resalte de 2 mm; relación canina derecha: mesioclusión e izquierda, neutroclusión. Relación molar derecha: mesioclusión e izquierda, ausencia clínica del 46
b) Vertical: sobrepase de 2 mm
Exámenes complementarios
Mediante la radiografía se visualizó una línea media fusionada en el maxilar superior, trabeculado óseo homogéneo, ápices calcificados, ausencia de la imagen radiográfica del 15, sin el espacio adecuado para su rehabilitación protésica y el piso del seno maxilar descendido en el lugar donde faltaba el diente.
Por otra parte, el plan terapéutico se programó en 3 fases: ortodóncica, quirúrgica y protésica.
Durante la fase ortodóncica (Fig. 1) se dominó el hábito de respiración bucal mediante el uso de esparadrapo en la noche y de ejercicios respiratorios; asimismo, se incidió sobre la disfunción del orbicular de los labios mediante mioterapia del control dentario vestibular, se creó un espacio para la rehabilitación protésica en la zona del 15 a través de la mesialización del 14, así como también se alineó la arcada superior, se mantuvo el sobrepase, el resalte y se mejoró la relación de los planos inclinados.
En la fase quirúrgica (Fig. 2.) se elevó el seno maxilar y se colocó el implante del tipo Leader Implus.6
Por su parte, en la última fase (Fig. 3) se rehabilitó protésicamente mediante la colocación de corona sobre implante en el 15, según el protocolo de 2 fases o carga diferida.
Comentarios
La implantología es probablemente la más innovadora de las técnicas contemporáneas en odontología para reemplazar dientes perdidos o como medio de fijación de otros aparatos dentales, por lo cual desempeña una función preponderante en la estomatología moderna, puesto que está insertada horizontalmente en especialidades como cirugía maxilofacial, ortodoncia, periodoncia y prótesis estomatológica.7
En ese contexto, los avances científicos y tecnológicos, así como en la práctica quirúrgica, han logrado que la tasa de éxito de los implantes dentales sea superior a 95 %;8) pero lo ideal sería alcanzar el máximo porcentaje para que ninguna persona beneficiada con ese importante servicio, se vea obligada a sustituir sus implantes después de un cierto tiempo.9
De hecho, al planificar el tratamiento ortodóncico en este caso, el equipo integrado por ortodoncista, cirujano maxilofacial y protesista trabajó con tanta precisión, que el implante no solo presentó la forma adecuada, sino que mantuvo una posición correcta para la posterior restauración protésica, que en esta joven paciente proporcionó un excelente resultado.