Introducción
El síndrome de desgaste profesional o burnout ,fue descrito por el psicólogo Herbert J. Freudenberger (1973),1 en época posterior C. Maslach (1976)2) ha relatado su condición cada vez más frecuente entre los trabajadores de servicio de la salud y se deriva de un estrés crónico generado por el trabajo desarrollado en ambientes con dificultades laborales.
El síndrome de desgaste profesional es definido como una tríada compuesta de tres dimensiones: “el cansancio emocional” “la despersonalización” y “la baja realización personal”.1,2,3
El cansancio emocional se refiere al marco de tensión del agotamiento y abarca los sentimientos de la desesperanza, la soledad, la depresión, la cólera, la impaciencia, la irritabilidad, reducción de la empatía, un sentido de la falta de la energía y preocupación por el paciente.
La despersonalización consiste en un distanciamiento entre el profesional y los beneficiarios del servicio, donde se hace caso omiso de las necesidades de estos últimos como personas individuales y únicas capaz de generar un sentido de alienación e indiferencia hacia otros. Esta situación origina trabajar con un personal a menudo considerado como desagradable y no deseado.
La baja realización personal1,2,3) puede ser descrita como un presentimiento de poca estima personal y lo que está consumado es inútil e ineficiente.4,5
El síndrome de desgaste profesional es considerado por la Organización Mundial de la Salud como riesgo de trabajo. La prevalencia a nivel universal se encuentra entre 43 y 45 % en médicos generales y de 22 hasta 60 % en especialistas. Sin embargo, existen ciertos grupos como el de los médicos residentes entre quienes la prevalencia transcurre entre el 47 y 76 %.6,7,8
El residente posee dos características: ser educando y médico asistencial. Esta situación lo expone a escenarios de alta responsabilidad con poca experiencia y autonomía restringida. Cuando esa diferencia es muy grande, termina por minar la motivación, y queda apresado en un contexto de orfandad, con resultados no óptimos, y es objeto del juicio de profesores y compañeros.9
En Cuba no existen estudios que aborden la presencia del síndrome de desgaste profesional entre los residentes que cursan distintas especialidades, es por ello que decidimos realizar la presente investigación con el objetivo de describir la frecuencia y características de dicho síndrome, entre residentes de cuatro hospitales pediátricos.
Métodos
Se diseñó un estudio descriptivo, transversal en cuatro hospitales pediátricos de la ciudad de La Habana que comprendieron Hospital Docente Pediátrico Cerro, Hospital Pediátrico Docente “Juan Manuel Márquez”, Hospital Pediátrico Docente Centro Habana y Hospital Pediátrico Docente Borrás Marfn. La investigación de desarrolló entre el 1 y el 31 de diciembre de 2019, dirigido a todos residentes de pediatría que se encontraban laborando en esas instituciones y que en forma voluntaria desearon participar mediante el llenado de un cuestionario validado de Maslach Bournout Inventory,2 el cual contenía 22 interrogantes agrupadas en 3 dimensiones según las siguientes características:
Agotamiento emocional: variable ordinal determinada por la sumatoria de la puntuación obtenida de los ítems 1, 2, 3, 6, 8, 13, 14, 16 y 20, su valor es directamente proporcional al SDP
Despersonalización: variable ordinal determinada por la sumatoria de la puntuación obtenida de los ítems 5, 10, 11, 15 y 22, su puntuación es directamente proporcional al SDP.
La baja realización personal: variable ordinal determinada por la sumatoria de la puntuación obtenida en los ítems 4, 7, 9, 12, 17, 18, 19 y 21. Su valía es inversamente proporcional al SDP.
Estos factores que componen el síndrome de desgaste profesional se valoraron a través de las respuestas de cada aspecto que ofrecieron los sujetos en una escala de tipo Likert, en la que indicaron con qué frecuencia experimentaron en el último año la situación descrita en la pregunta y completaron los cuestionarios en forma anónima y confidencial. Los investigadores supervisaron la actividad y ayudaron a la mejor comprensión de las preguntas.
La escala de respuestas a cada ítem fue: 0: nunca; 1: pocas veces al año o menos; 2: una vez al mes o menos; 3: pocas veces al mes; 4: una vez por semana; 5: varias veces en la semana; 6: siempre.
En este trabajo se consideraron, como “Afectados por síndrome de desgaste profesional”, los encuestados que en las tres subescalas presentaron grados de identificación altos de acuerdo con los criterios de Maslash2) con los valores de referencia mostrados en la tabla 1.
Los que alcanzaron tener en una de las tres dimensiones un grado de identificación medio o bajo, se les consideró como “Propensos” a presentar este síndrome y aquellos que mostraron cifras bajas en las 3 dimensiones se les clasificó como “No propensos” a presentar el síndrome de desgaste profesional.
Se excluyeron de la investigación los residentes, que por cualquier motivo no se encontraban laborando en las instituciones, en el momento de la encuesta o no desearon participar en la misma.
Cada formulario se identificó con un código que se almacenó en una hoja Excel, la cual se procesó con el programa SSPS versión 19. Las variables cuantitativas se expresaron con medidas de tendencia central y variabilidad y las variables cualitativas con porcentajes.
El trabajo fue evaluado y aprobado por el Consejo Científico y Comité de Ética de los respectivos hospitales donde fue realizado. Por otro lado, el cuestionario fue autoadministrado, anónimo y de respuesta voluntaria previo consentimiento informado. Se aseguró el enmascaramiento de la identificación de los profesionales y la confidencialidad de los datos. Además, los autores declararon que los estudios se efectuaron de acuerdo a los estándares bioéticos universalmente consensuados. La investigación no implicó ningún tipo de riesgo para los residentes pues los datos solo se utilizados para los fines exclusivos de la investigación.
Resultados
En la tabla 2 se aprecia que predominaron los residentes menores de 30 años, del sexo femenino así como el grupo correspondiente a solteros.
En relación a la participación de los educandos en función del año que cursaban y el centro de pertenencia en su mayoría estos correspondienron a los de segundo años y al Hospital Pediátrico de Centro Habana.
En la tabla 3 se observa que los residentes que padecían el síndrome de desgaste profesional se encontraban en el rango de 6,0 %. Los mayores porcentajes correspondieron a los hospitales Centro Habana y Cerro. Entre los que clasificaron propensos de padecer el síndrome de desgaste profesional se destaca el Hospital Pediátrico Docente Borrás-Marfán con la totalidad de sus residentes. Las instituciones cuyos paticipantes no tuvieron propensión de padecer el citado síndrome fueron los hospitales Juan Manuel Márquez y el Pediátrico Cerro.
En la figura, se observa que en el nivel bajo se alcanzaron iguales magnitudes (29) en la dimensión “Despersonalización” y “La baja realización personal”. Se destaca que en el nivel alto obtuvo las mayores magnitudes el “Agotamiento emocional”(34).
En la tabla 4 se puede apreciar que en la dimensión “Agotamiento emocional” la respuesta con mayor valor promedio y menos dispersión es “Al final de la jornada me siento agotado” con 4,96 ±1,28.
En la dimensión “Despersonalización” las tres respuestas promedias muestran valores similares.
En la dimensión “la baja realización personal” la respuesta “Comprendo fácilmente como se sienten los pacientes y mis compañeros” mostró el valor promedio mayor y menos dispersión: 5,18±1,40 y la respuesta “Tengo facilidad para crear una atmósfera relajada a mis pacientes” muestra el menor valor promedio y la mayor dispersión:4,72±1,57.
Discusión
Entre los profesionales médicos, los residentes constituyen una población especialmente vulnerable, debido a las elevadas exigencias asistenciales, docentes y emocionales propias del sistema de estudio, asociado a la reciente incorporación en el medio laboral y a la inexperiencia en el ejercicio profesional.10
A finales de mayo de 2017 se realizó la tercera versión del Latin American Conference on Resident Education (LACRE) en el que participaron 433 personas entre residentes y académicos de 14 países de la región. Uno de los temas discutidos en esta reunión, y que plantea un continuo desafío para la comunidad de educadores médicos, es el estrés crónico y desgaste emocional que sufren los residentes debido a las altas demandas asociadas a su formación.9
La presente investigación consideramos que es útil, pues nos permite conocer como dicho trastorno y sus características, afecta a estos educandos que laboran en cuatro instituciones pediátricas.
La edad y el sexo de los participantes concuerda con otras publicaciones donde la edad menor de 30 años y el sexo femenino predominan en residentes.6,11,12
La mayor cantidad de educandos se encuentran en Hospital “Juan Manuel Márquez” y en el hospital Centro Habana; originado por el nivel asistencial de estas instituciones que determina un mayor número de camas, y por ello, en forma proporcional los recursos humanos.
La presencia del síndrome de desgate profesional encontrado en la presente investigación es parecido a lo reportado en Argentina,13 pero muy inferior a lo referido en otros países como, Bélgica,14 Estados Unidos de Norte América15 Arabia Saudita16) y Guatemala 17 donde aparecen estas naciones con rubros relatados entre el 50 % y 81 %.17)
Estas diferencias opinamos que son originadas por una evaluación distinta de la escala Maslach Bournout Inventory aplicada en los diferentes estudios, donde no siempre se emplea el diagnóstico de la entidad a partir de alcanzar la población investigada las tres dimensiones calificadas como altas.
Los elementos más representativos encontrados en las tres subescalas que conforman el síndrome de desgaste profesional expuestos en la tabla 4, son muy parecidos a lo ya publicado por otros investigadores.4,18) A estas características del citado síndrome, se pudieran añadir aquellas manifestaciones somáticas que pueden acompañar este trastorno como son hipertensión arterial, insomnios, dermatitis, cefaleas y síntomas en la esfera gastrointestinal, entre otros.
Es necesario señalar que el 86,0 % de los residentes pesquisados presentaron un riesgo potencial a mostrar el síndrome de desgaste profesional en un futuro, es decir que las condiciones para desarrollar esta afección, se encuentra presente con diferentes frecuencias, en los distintos centros docentes donde este personal cursa sus estudios.
En personas altamente motivadas por su trabajo, como los residentes y médicos en general, el síndrome de desgaste profesional puede coexistir inicialmente con la empatía, la satisfacción personal y el cuidado y preocupación por los demás, sin embargo, el hecho de estar expuesto a un estrés crónico, asociado a un trabajo extenuante, suele terminar con estos atributos.9)
Debemos de recordar que las tres dimensiones: “Agotamiento emocional” “Despersonalización” y “La baja realización personal”, si bien necesitan al unísono su presencia en cantidades elevadas para considerar al sujeto padeciendo el mencionado síndrome, su aparición por separado en niveles altos o moderados, pueden también incidir en el comportamiento de estos educandos en su actuar diario.
El síndrome de desgaste profesional en profesionales de la salud originado por un estrés crónico, es la génesis de insatisfacción en el trabajo, mayor cantidad de errores médicos, actitudes negativas y descontento de los pacientes, además de condicionar un terreno para que surjan problemas en las relaciones interpersonales, lo que conlleva a la presencia de depresiones, abuso del alcohol, y pensamientos de ideas suicidas.19
En este contexto no sería difícil vaticinar que el rendimiento académico pudiera afectarse, lo cual conllevaría a cerrar un círculo vicioso sobre causas y consecuencias del señalado síndrome.
En relación con otras causas que hacen más vulnerables a los residentes a mostrar esta patema, se describen: la calidad del ambiente de aprendizaje percibida por estos educandos,20) altas exigencias educativas, largas jornadas de trabajo, falta de autonomía, interferencia y la falta de reciprocidad en las relaciones profesionales.14).
Otros factores 13) que favorecen la presencia del síndrome de desgaste profesional y por ello alguno de sus componentes o dimensiones, se encuentran la deficiente atención ofrecidas en las guardias médicas en cuanto a la comodidad y alimentación que dificultan un correcto descanso y atentan contra la higiene del sueño, el permanente contacto con el sufrimiento y la muerte, la inexperiencia y el temor a la mala praxis, los problemas derivados del inadecuado funcionamiento del sistema y las exigencias de la sociedad con respecto a la excelencia del accionar médico.
A todo ello debe sumarse el temor a no poder cumplir con las tareas académicas como revisiones bibliográficas, evaluaciones frecuentes, y el trabajo de terminación de la residencia donde a veces reciben poca orientación del tutor.
Esta investigación describe en la población de residentes en pediatría, baja frecuencia del síndrome de desgaste profesional entre los educandos, pero con una alta presencia en la dimensión “Agotamiento emocional” y un valor moderado en la “Despersonalización”, todo lo cual pudiera incidir en su calidad de vida y aptitud asistencial, además del rendimiento académico, a pesar de no encontrarse estructurado la totalidad del síndrome.
El presente trabajo si bien abarca un estudio extendido a cuatro hospitales docentes, adolece no haber encuestado a la totalidad de los residentes ya que, la investigación se limitó solo a indagar la frecuencia y características del nombrado síndrome, sin abordar las posibles causas que generaron su presencia.
Se concluye que el síndrome de desgaste profesional se observa con poca frecuencia, pero con una gran tendencia a presentarse como propenso entre los residentes de pediatría.