Introducción
Desde su surgimiento, la Universidad ha transformado sus relaciones con el contexto social donde se desenvuelve. El distanciamiento total que tenían estas instituciones originarias con la sociedad donde se insertaron, se fue transformando hasta la situación actual, donde la autonomía universitaria se sustenta en las relaciones con su entorno, por lo que múltiples han sido las transformaciones de las funciones a través de las cuales se produce esa relación.1
En la primera década del siglo xxi tuvo lugar una nueva etapa de la universalización, caracterizada por un franco proceso de despliegue, que incluyó no solo las instalaciones universitarias tradicionales, sino también la incorporación de nuevas sedes y aulas en todos los municipios del país, lo que permitió un acelerado incremento de nuevas fuentes de ingreso y tipos de cursos para estudios universitarios. Esta situación trajo aparejada la incorporación de nuevos planes de estudio en la carrera de Medicina, donde los estudiantes podían comenzar su primer año en los policlínicos universitarios.
En el Plan de estudios modificado de los cursos 2004-2005 y 2005-2006 surgió el modelo del Proyecto Policlínico Universitario, que se implantó en 79 policlínicos del país, 21 correspondieron a Ciudad de La Habana. De este modo, los estudiantes comenzaron desde el 1er año en los escenarios de la Atención Primaria de Salud; se modificaron los métodos, los medios y las formas de organización de la enseñanza; y se mantuvo un ordenamiento semestral de las mismas asignaturas del plan tradicional.2
Este proyecto educativo constituyó un cambio en el balance entre el contexto hospitalario y el comunitario, ya que se multiplicaron los escenarios formativos y se favoreció la incorporación de un número elevado de profesionales de la salud como docentes, con la responsabilidad de ser facilitadores o tutores en este modelo, que tuvo entre sus objetivos generales la premisa de convertir los policlínicos y consultorios del Médico de la Familia en el escenario docente principal para la formación del Médico General Básico. Todo esto con el apoyo del resto de las instituciones de salud existentes en el territorio, y el aprovechamiento óptimo de todos los recursos humanos y materiales, así como de los escenarios existentes en los policlínicos, en función de la formación del estudiante de medicina. Se utilizaron métodos y medios de enseñanza apoyados en los recursos informáticos (TIC), mediante videoconferencias, software educativos y otros, junto con los medios tradicionales, que permitieron la impartición masiva de las actividades docentes en el ámbito de la Atención Primaria de Salud (APS).3,4
La medicina no se aprende en las aulas, los laboratorios y las bibliotecas reales o virtuales. Aunque estos espacios desempeñan una importante función complementaria o de apoyo al núcleo del aprendizaje del alumno, continúa siendo fundamental la implicación de profesores y educandos en la indagación de su objeto de estudio, constituido por los problemas de salud de las personas en su contexto natural y social.5
El método de enseñanza-aprendizaje a priorizar no ha de centrarse entonces predominantemente en escuchar las conferencias de los profesores o en el estudio de los libros y la literatura docente; tampoco en su prescindencia, sino en propiciar la participación del educando en el conocimiento, la valoración y la transformación de la salud del individuo (método clínico) y la población (método epidemiológico) con la conducción (orientación, modelación, monitorización) del profesor. Tal es la esencia de la concepción ilizastiguiana de “la educación en el trabajo”.6,7 Además de método, es una forma principal de enseñanza para aprender la medicina, por lo que constituye el principio rector de la educación médica cubana.
En la Filial Universitaria Municipal de Salud del municipio Santo Domingo se desarrollaron, desde sus inicios, varias carreras de las ciencias médicas como Licenciatura en Enfermería, Medicina, Estomatología, Psicología de la Salud y Tecnologías de la Salud, con diferentes perfiles, las cuales, debido a las necesidades de la universidad y a otros factores, fueron reincorporándose a la sede central. Todos estos educandos, en dependencia de los programas y su sistema de habilidades, desarrollan la educación en el trabajo en los diferentes escenarios de la APS existentes en el municipio.
La educación en el trabajo desde los escenarios docentes de la APS, ha sido discutida y cuestionada en diferentes encuentros de dirigentes, tanto en los procesos docentes como asistenciales. Por este motivo, el presente trabajo tiene el objetivo de valorar la satisfacción de estudiantes y profesores de la carrera de Medicina en el municipio de Santo Domingo con la educación en el trabajo desde los escenarios de la APS.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo de corte longitudinal durante el curso 2016-2017 en la Filial Universitaria Municipal de Salud (FUMS) “Heriberto A. Martínez Rodríguez” del municipio Santo Domingo, provincia Villa Clara, con el objetivo de valorar la satisfacción de los estudiantes de la carrera de Medicina y sus profesores con la educación en el trabajo desde los escenarios docentes de la APS.
La muestra quedó constituida por los 26 estudiantes de Medicina de tercer año del policlínico universitario “Manuel Piti Fajardo”, 24 estudiantes de sexto año que realizaron en este municipio su rotación de Medicina General Integral y 20 profesores que participaron activamente en la formación de estos educandos.
Se consideró la conformidad de los estudiantes y profesores de participar en el estudio; se les explicó los elementos éticos que sustentaban esta investigación y su derecho de abandonarla en cualquier momento.
Los escenarios docentes para los estudiantes de tercer año fueron 6 camas de terapia intensiva del cuerpo de guardia del Policlínico Docente “Manual Piti Fajardo” y las 23 camas del Hogar de Ancianos Municipal, con rotaciones entre ellos cada semana. El sexto año realizó su educación en el trabajo en los Consultorios del Médico de la Familia (CMF) y el cuerpo de guardia de dicho policlínico. Estos escenarios estaban acreditados para realizar la actividad.
La información se obtuvo mediante la revisión documental de los registros de asistencia y las evaluaciones, las actas de exámenes finales y los documentos oficiales del departamento docente. En el caso de los estudiantes, se les indicó realizar una composición donde expresaran su opinión acerca de la educación en el trabajo desde sus asignaturas o disciplinas. En cuanto a los profesores, se aplicó una encuesta con las variables de interés.
Para determinar la variable “nivel de satisfacción” se consideraron los siguientes aspectos:
Satisfecho: cuando en su respuesta no hay señalamientos negativos acerca de la educación en el trabajo.
Medianamente satisfecho: cuando, a pesar de estar satisfecho, emite alguna dificultad sobre la educación en el trabajo.
Insatisfecho: cuando emite esta evaluación y la argumenta.
Los resultados se llevaron a tablas para su discusión, a las que se les realizó análisis estadístico porcentual de acuerdo con el tipo de estudio.
Resultados
En lo referente a las habilidades alcanzadas por los estudiantes (Tabla 1), predominó la evaluación de Bien en el tercer y el sexto años; se debe destacar que ningún estudiante fue evaluado de Mal al adquirir sus habilidades. Las asignaturas eran diferentes: tercer año, con Propedéutica Clínica y Semiología en el primer semestre, y Medicina Interna en el segundo semestre; y sexto año, con las habilidades del programa de la asignatura Medicina General integral, pero se observó dominio de las actividades a desarrollar
La tabla 2 muestra los resultados en los exámenes ordinarios, donde predominaron los que fueron positivos; solo el 9,3 % de los estudiantes suspendieron el examen ordinario. La mayoría de los estudiantes cumplieron con los objetivos instructivos. Estos resultados se relacionan con los de la tabla anterior, en la medida en que los estudiantes adquirieron sus habilidades y demostraron en el examen final cómo cumplieron los objetivos de cada asignatura. En los análisis realizados por los profesores sobre esta variable, se considera que el examen final es el reflejo de todo el recorrido del semestre o rotación: si el estudiante adquiere las habilidades frecuentes, no debe presentar dificultades para promover la asignatura.
En la tabla 3 se muestra cómo el 50 % de la totalidad de los estudiantes estuvieron satisfechos con su educación en el trabajo desde los escenarios de la APS. Resultó significativo que el 40 % de los educandos se mostraron satisfechos con recibir su educación en el trabajo desde estos escenarios, pero declararon alguna dificultad o desacuerdo.
La tabla 4 caracteriza a los profesores según categoría docente y preparación en pedagogía. Se observa cómo predominaron los profesores asistentes, con un 80 % de la muestra, y la mayoría de ellos estuvo preparada en educación médica.
La tabla 5 muestra la satisfacción expresada por el grupo de profesores. El 60 % de ellos expresó satisfacción con la educación en el trabajo en la APS.
Discusión
Con el nuevo modelo pedagógico y la inserción de formación de estudiantes de pregrado en los Policlínicos Universitarios, se revolucionó la concepción de los escenarios docentes, por lo que la APS enfrentó un nuevo reto: la formación de recursos humanos.
La concepción del modelo cubano de formación de recursos humanos en salud potencializa la vinculación teoría y práctica desde los primeros años de la carrera. Rivera y otros8 señalan que los diseños curriculares por competencias identifican un conjunto de habilidades que de forma esencial tributan a las habilidades profesionales que deben caracterizar al médico que la sociedad actual exige. Los autores de este trabajo coinciden con la posición de Vialart y otros9) cuando, al caracterizar la formación de pregrado en Cuba, plantean que la educación en el trabajo es la forma fundamental de organización del proceso docente-educativo de las carreras de la educación médica superior, y el Nuevo Modelo Pedagógico tiene como principal objetivo contribuir a la adquisición de modos de actuación que caractericen la actividad profesional.
En la medida en que los estudiantes adquieren sus habilidades, demuestran en el examen final que cumplieron los objetivos de cada asignatura. En los análisis realizados por los profesores sobre esta variable se considera que el examen final es el reflejo de todo el recorrido del semestre o rotación; si el estudiante adquiere las habilidades frecuentes, no debe presentar dificultades para promover la asignatura. Coincidimos entonces con Bahr y otros10 cuando señalan: “Si el sistema de evaluación está bien concebido, favorece el estudio sistemático, crea hábitos correctos de estudio y de trabajo, y contribuye a la formación integral del estudiante”.
Para cada año lectivo existen diferentes modalidades de educación en el trabajo en dependencia de los objetivos de cada asignatura. En tercer año predominan el pase de visita y el estudiante al lado de su paciente confeccionando la historia clínica y realizando el examen físico. Las opiniones negativas dependieron de la poca diversidad de patologías que aparecen en una población estática (hogar de ancianos) y la poca permanencia de los pacientes en la sala de terapia intensiva del cuerpo de guardia. En los estudiantes de sexto año la inconformidad principal se refirió a la carga de trabajo asistencial de los tutores, ya que en muchas ocasiones se les hacía imposible atender y orientar adecuadamente al estudiante; además de las condiciones constructivas del consultorio, que conspiran contra la formación del estudiante y la prestación de un servicio de excelencia. Este resultado coincide con un estudio realizado en la carrera de Psicología, que también abordó la educación en el trabajo desde escenarios docentes hospitalarios y en la APS.11
La categoría docente y preparación en pedagogía que presente el claustro es importante, porque en la medida en que estén preparados los profesores, además de la preparación que se realice en cada asignatura, se demuestra su competencia para cumplir con los objetivos de cada modalidad de la educación en el trabajo como forma organizativa del proceso docente.12,13 La totalidad de nuestro claustro presentó preparación pedagógica básica y en su mayoría categoría docente superior con preparación específica en Educación Médica. Estos resultados no coinciden con el estudio realizado por Blanco y otros,14 donde la mayoría de los profesores tienen carencias metodológicas en la elaboración de tareas docentes que permitan el desarrollo de estas habilidades en la educación en el trabajo.
Gran parte de los profesores expresó satisfacción con impartir la docencia en estos escenarios de la APS, pero se deben tener en cuenta las opiniones diversas de aquellos, que aunque fueron minoría, no estuvieron satisfechos o declararon sus inconformidades. Sus principales opiniones se refirieron a la poca disponibilidad de complementarios y medios diagnósticos, a la imposibilidad de seguimiento de los pacientes tratados cuando son remitidos a la atención secundaria y a la poca disponibilidad de tiempo al compartir la labor docente con la asistencial. Estos resultados coinciden con lo expresado por Vela y otros15 en su estudio, donde plantea que el escenario de la APS debe ganar cada vez mayor espacio en la formación de los profesionales de la salud. Se debe educar al estudiante en la medicina integral, en la promoción, prevención, recuperación y rehabilitación, y no solo en la medicina curativa.
Los escenarios docentes en la APS preparan al estudiante para su egreso, que en la mayoría de los casos constituirá el espacio donde se desempeñará profesionalmente.
En sentido general, predominó el buen desempeño de los estudiantes al adquirir sus habilidades en los dos años de la carrera, así como la promoción en la convocatoria ordinaria. Los profesores, en su mayoría eran asistentes y estaban preparados metodológicamente para desarrollar la educación en el trabajo. Una gran parte de los educandos y profesores del estudio se consideraron satisfechos con desarrollar la educación en el trabajo desde los escenarios docentes de la APS.