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versão On-line ISSN 2411-9970

ARCIC vol.10 no.27 La Habana set.-dez. 2021  Epub 01-Dez-2021

 

Itinerarios de investigación

Impacto sociocultural y educativo del proyecto de realización Audiovisual Infantil Cámara Chica

Sociocultural and Educational Impact of Children´s Audiovisual Creation Project Camara Chica

0000-0001-5276-4123Juan Silvio Cabrera Albert1  *  , 0000-0003-2549-8629Juan Carlos Baños Fernández2  , 0000-0002-3760-4655Elvia María Pérez González3 

1Universidad de La Habana, Facultad de Español para No Hispanohablantes. La Habana, Cuba.

2Telepinar. Pinar del Río, Cuba

3Universidad de La Habana, Facultad de Comunicación. La Habana, Cuba.

RESUMEN

El cine ocupa desde hace tiempo, un lugar recurrente en el mundo cultural de las mayorías, en la transformación de las sensibilidades, en los modos de percibir el espacio y el tiempo, de construir imaginarios e identidades. De ahí, que llegara a convertirse no solo en arte social, sino también en vehículo de educación, de aprendizajes y empoderamiento. Así al menos, ha quedado demostrado con Cámara Chica, un proyecto audiovisual comunitario llevado a cabo en varias provincias de nuestro país desde el año 2013. El trabajo, tiene como objetivo precisamente, valorar el impacto sociocultural y educativo de este proyecto artístico de creación infantil. Sobre la base de métodos científicos, el artículo detalla acerca del surgimiento y desarrollo de esta iniciativa comunitaria, su impacto en el desarrollo cognitivo, volitivo y socio- afectivo de las niñas y niños, beneficiarios directos de la experiencia, el crecimiento profesional de sus gestores, instructores y promotores, así como el bienestar espiritual de toda la comunidad.

Palabras-clave: realización audiovisual infantil; impacto sociocultural y educativo; comunidad

ABSTRACT

The movies for a long time, has played an important role within the cultural world of majorities, in the transformation of sensibilities and in the ways of perceiving the space and time, in order to construct imaginaries and identities. As a result, it has turned to be not only a social art but also an educational vehicle of learning and empowering. This has been proved by Camara Chica, a community audiovisual project spread over different provinces of Cuba since 2013. The main objective of the present work is, precisely, to evaluate the sociocultural and educational impact of this project. Based on scientific methods, the article points out the beginning and further development os this community initiative, its impact on the cognitive and socio affective domains of children participating in this experience, the professional growth of its coordinators, instructors and promoters as well as the spiritual life of the whole community.

Key words: children audiovisual film production; sociocultural and educational impact; community

Introducción

El siglo XXI avanza y se desarrolla en un mundo cada vez más interdependiente e interconectado, cuya distribución de riquezas y alcance de oportunidades para el desarrollo, se concentra desafortunadamente, en un grupo cada vez más reducido de países y personas.

En el marco de esta realidad, el trabajo comunitario ha resultado para muchos países, incluida Cuba, una alternativa de solución ante los problemas sociales a través de la cual, se articulan de manera coherente los diferentes factores existentes, en función de dinamizar las potencialidades de las comunidades y contribuir, entre otros aspectos, al mejoramiento de la calidad de vida de la población, a la solución de sus problemas. Resultado de ello, son los llamados “proyectos comunitarios”, apreciados como el conjunto de acciones estratégicamente planificadas con el objetivo de provocar cambios o trasformaciones a partir de recursos humanos y materiales que utilizados racionalmente permiten producir bienes o servicios de beneficio social en un tiempo determinado con un enfoque de desarrollo sostenible (Juliá, González y Fabelo, 2006).

En el rico y diverso contexto sociocultural comunitario de Cuba, destacan los proyectos comunitarios de creación artística, los cuales reconocen el rol transformador que juegan las artes y sus potencialidades, para generar cambios, valores y capacidades, y que las convierten en una herramienta imprescindible para elevar los impactos y la calidad de vida en las comunidades. “Uno de los pilares en los que se sustenta el trabajo comunitario en Cuba, -reconoce Fabelo (2018)-, está relacionado con el proceso de creación, disfrute y apreciación de las diversas expresiones artísticas y literarias; también la energía del movimiento de las culturas populares y las diversas creaciones que reflejan las necesidades, aspiraciones, motivaciones y sentidos de vida de nuestra población”.

Entre la amplia gama de iniciativas comunitarias que tienen lugar en Cuba con el objetivo de fomentar la creación artística en pos de la trasformación social, el crecimiento integral y el mundo subjetivo de sus actores participantes, se destaca el Proyecto Cámara Chica.

Fundada en el año 2013, bajo el auspicio de las organizaciones no gubernamentales British Council y First Light (hoy Into Film), en colaboración con el Ministerio de Cultura y la Facultad de Medios Audiovisuales (FAMCA) de la Universidad de las Artes, Cámara Chica abarcó en su etapa piloto inicial a 6 comunidades de diferentes regiones del país (Pinar del Río, La Habana, Santa Clara, Ciego de Ávila, Granma y Guantánamo), con el objetivo principal de promover la realización audiovisual como medio de expresión para reflejar la sociedad cubana a través de la mirada infantil, abarcando el diálogo y la creación de nuevas narrativas del género desde la percepción de los niños y niñas de diversas comunidades.

Con el transcurso de los años, Cámara Chica, con el apoyo también del Consejo Nacional de Casas de Cultura, la UNIAL (Plataforma del Universo Audiovisual de la Niñez Latinoamericana) y otras importantes instituciones culturales nacionales y regionales, fue convirtiéndose en un proyecto de creación artística sin precedentes, capaz de empoderar a grupos de niños, niñas y jóvenes de todo el país con las herramientas necesarias para dominar el cautivante mundo de la realización audiovisual y a la vez, producir un amplio catálogo de obras que impactarían a todos por su originalidad, lenguaje propio y creatividad.

Desafortunadamente, y a pesar de la producción artística alcanzada por este Proyecto, su amplia promoción por los medios masivos de comunicación, el número de premios recibidos en los festivales y concursos, y el reconocimiento social del que goza hoy en toda Cuba, pocas veces se ha evaluado su verdadero impacto a nivel social. De ahí precisamente el interés de los autores del presente estudio en valorar, sobre la base métodos científicos, el impacto sociocultural y educativo de Cámara Chica como proyecto de creación artística.

Métodos

Para llevar a cabo el estudio en cuestión, consideramos necesario partir de los principales referentes teóricos relacionados con la evaluación de impacto social como objeto de estudio, conscientes de que se trata, como bien reconoce Pacheco (2009), de un concepto relativamente nuevo en el ámbito de las ciencias sociales.

La Organización de Naciones Unidas (ONU), define la evaluación como el proceso encaminado a determinar sistemática y objetivamente, la pertinencia, eficiencia y eficacia e impacto de todas las actividades a la luz de sus objetivos, que tiene carácter organizativo con el objetivo de mejorar las actividades todavía en marcha y ayudar a la administración en la planificación, programación y toma de decisiones futuras (Juliá et al., 2006, p. 89). Para Bucallo (2016) por su parte, la evaluación constituye una de las vías fundamentales para sistematizar el conocimiento teórico- metodológico emanado de los proyectos comunitarios y transformar un saber contingente, fortuito e intuitivo, en un nuevo saber sistematizado, crítico y autocritico.

Para el Centro de Intercambio y Referencia Iniciativa Comunitaria (CIERIC), la evaluación es un

… mecanismo que se realiza de una forma sistemática y dirigida; encaminada a identificar, obtener y proporcionar de manera confiable, datos e información suficiente y relevante, en qué apoyar un juicio acerca del mérito y el valor de los diferentes componentes de un proceso o de un conjunto de actividades específicas, que se realizan con el propósito de producir efectos y resultados, comprobando la extensión y el grado en que dichos logros se han dado, de forma tal, que sirva de base o de guía para una toma de decisiones entre cursos de acción o para solucionar problemas o promover el conocimiento y la comprensión de los factores asociados al éxito o fracaso de sus resultados. (CIERIC, 2006, p. 89)

En cuanto al término evaluación de impacto social de proyectos comunitarios, Añorga y Valcárcel (2000), la definen como aquella … que se realiza considerando el efecto múltiple del objeto evaluable de la manera más abarcadora posible, llegando a convertirse en la toma de conciencia de la utilidad, del perjuicio o inutilidad que el objeto evaluable pueda generar, parcial o totalmente, de manera mediata, como resultado de su aplicación. (p. 74)

Por su parte, Castro y Chávez (1994), la entienden como el proceso de identificación, análisis y explicación de los cambios o modificaciones que, en función de un problema social, se hayan producido en las condiciones sociales de la población, objetivo y en su contexto, como consecuencia de la aplicación del proyecto que se evalúa.

Para la presente investigación, se asume la definición de Pacheco (2009), según la cual, la evaluación del impacto social deviene proceso de análisis y valoración de los cambios y trasformaciones operados en el transcurso del desarrollo de un proyecto social, donde se valoran los efectos (positivos o negativos) provocados por el mismo, tanto los que aparecen contemplados como resultados esperados, como aquellos no planificados. Para esta autora, la evaluación del impacto social de proyectos comunitarios permite:

  1. Registrar y analizar las experiencias (positivas y negativas) adquiridas.

  2. Retroalimentar las prácticas anteriores.

  3. Propiciar aprendizajes.

  4. Determinar los niveles de desarrollo alcanzados.

  5. Valorar los procesos en su integridad. Obtener elementos de juicio fundamentados a fin de tomar decisiones que permitan orientar las acciones presentes y mejorar las futuras.

  6. Valorar si los cambios producidos se encuentran en correspondencia con lo previsto en los objetivos del proyecto, lo que supone además comprobar si como resultado de las acciones desarrolladas han emergido cambios no previstos y si son o no favorables (Pacheco, 2009, p. 12).

No hay dudas de que una adecuada evaluación del impacto social de proyectos comunitarios, posibilita la visualización de los cambios que se producen, los aprendizajes colectivos dentro de un proyecto, la identificación de sus potencialidades y limitaciones en las acciones propuestas, así como la utilización de aprendizajes anteriores, los cuales pueden ser positivos o negativos para la introducción de correcciones. También puede servir de referente teórico- metodológico para la evaluación de otros proyectos similares, así como para la toma de decisiones futuras y la planificación de las diferentes líneas de trabajo, de acuerdo con el desarrollo social de cada región.

En cuanto a la metodología a seguir para evaluar el impacto sociocultural y educativo de Cámara Chica, se parte del análisis de propuestas metodológicas realizadas por autores reconocidos nacional e internacionalmente, sistematizadas por Pacheco (2009, p.14):

  • El modelo de Tyler, el cual considera la evaluación de impacto a partir de los objetivos del proyecto, lo que posibilita la determinación del camino que se ha trazado.

  • El modelo de Scriven, que hace posible no solo la evaluación de los impactos previstos, sino también los no esperados que se suelen producir.

  • Metodología propuesta por Pichardo (1989, p. 38) atendiendo al momento en que se realiza la evaluación, se corresponde con una evaluación concurrente, debido a que se realiza mientras el proyecto se encuentra en ejecución, para lo cual se parte de una comparación entre una situación inicial y el momento actual de desarrollo del proyecto, propiciando de esta forma el conocimiento de los impactos producidos (positivos o negativos), tanto los previstos como los no previstos.

Modelos no experimentales, atendiendo al momento en que se realiza la evaluación del impacto social, de la información que se posee y de la forma en que se proyecta la investigación, lo cual permite establecer una comparación entre una situación inicial y el momento actual, fundamentalmente aquellas personas en que se hacían más notables sus necesidades.

Sobre la base de estos referentes teóricos, para el presente estudio se asume, por su carácter holístico e integrador, una metodología que toma en cuenta la propia conceptualización del objeto de estudio definido.

La presente investigación se sustentó en el método dialéctico- materialista como método general del conocimiento el que integró los métodos teóricos, empíricos y estadísticos para lograr alcanzar resultados válidos y con argumentación científica.

La aplicación de la concepción dialéctico-materialista posibilitó realizar un análisis integral sobre las contradicciones propias del problema a investigar; en correspondencia con ello, se determinaron los conceptos, la relación causal y las características del proceso que se investigó para el descubrimiento del conjunto de vínculos inherentes, su desarrollo y los cambios que se aspiran a lograr. A partir del método dialéctico- materialista, se emplearon los siguientes métodos teóricos para esta investigación:

El histórico y lógico para evaluar las etapas que han marcado los diferentes enfoques teóricos acerca de la evaluación de impacto de los proyectos socioculturales, así como la evolución del Proyecto Cámara Chica en el contexto de la provincia de Pinar del Río. Con el análisis y síntesis se profundizó en las dimensiones de la evaluación de impacto como principal variable de estudio, así como los aspectos socioculturales que caracterizan el funcionamiento de los talleres. El método sistémico-estructural para determinar el sistema de dimensiones e indicadores del proceso de evaluación de impacto y las relaciones entre los elementos que lo componen, sus principios y como estos propicia el establecimiento de forma armónica y congruente de todos sus componentes.

También se emplearon métodos empíricos tales como: la entrevista y la encuesta, las que se aplicaron a miembros del proyecto, sus coordinadores y gestores, a funcionarios y directivos de las instituciones culturales de la provincia, así como a miembros de la comunidad. Se utilizó también el análisis documental. Dentro de los métodos estadísticos están la estadística descriptiva en el tratamiento y procesamiento de los datos, y la lógica inferencial para la toma de decisiones a partir de la interpretación numérica del fenómeno investigado.

El estudio propuesto se llevó a cabo mediante el tránsito por seis etapas fundamentales:

  • Realización del análisis conceptual del objeto de estudio de la investigación.

  • Caracterización del objeto de investigación y constatación del problema científico de investigación.

  • Determinación de los aspectos metodológicos a tener en cuenta y diseño de un sistema de variables, dimensiones e indicadores para la evaluación de impacto sociocultural y educativo de proyectos comunitarios.

  • Diseño y aplicación de los instrumentos para la evaluación del impacto de Cámara Chica: encuestas, entrevistas semiestructuradas y guía de observación.

  • Procesamiento, análisis y valoración de la información obtenida a partir de la aplicación de los instrumentos a los beneficiarios del Proyecto y a los gestores del Proyecto.

La definición del sistema de las variables, dimensiones e indicadores, se realizó sobre la base de la sistematización de los diferentes enfoques y modelos teóricos consultados, así como un estudio exploratorio con los gestores del Proyecto, como puede verse en la tabla.

Tabla 1 Variables y dimensiones definidas para el estudio del impacto del Proyecto Cámara Chica 

Variables Dimensiones
Impacto en los beneficiarios del proyecto en la comunidad Desarrollo cognitivo de la personalidad de niñas y niños talleristas
Desarrollo motivacional-afectivo de los talleristas
Desarrollo volitivo de la personalidad de los talleristas
Impacto de los gestores y promotores del taller Posibilidad de superación profesional y personal de los gestores del taller
Impacto en la vida espiritual de los gestores del taller
Impacto en los beneficios indirectos del proyecto Impacto en los actores sociales de la comunidad que se articulan con el proyecto
Impacto en las familias
Impacto en la comunidad

Fuente. Elaboración propia.

La evaluación del impacto sociocultural y educativo de Cámara Chica tomó como muestra a un grupo significativo de beneficiarios del Proyecto, sus gestores y coordinadores en varias provincias y funcionarios de diferentes instituciones culturales. La amplitud de la muestra estuvo en correspondencia fundamentalmente con la disponibilidad de los sujetos a colaborar con la investigación.

Desarrollo

Luego de analizar las diferentes fuentes de información y apoyados en particular, en el análisis de documentos y las entrevistas realizadas, fue posible establecer las etapas de su desarrollo y consolidación del Proyecto Cámara Chica como proyecto audiovisual infantil.

Surgimiento y desarrollo del proyecto

Cámara Chica comenzó a gestarse a finales del 2012 por parte del British Council y First Light (ahora Into Film), dos organizaciones británicas sin ánimo de lucro, con el apoyo de los Ministerios de Cultura y Educación, la Facultad de Medios de Comunicación Audiovisual de la Universidad de las Artes (FAMCA), el Consejo Nacional de Casas de Cultura, la UNIAL (Plataforma del Universo Audiovisual de la Niñez Latinoamericana) y otras entidades culturales a nivel nacional y regional.

Su implementación como experiencia piloto, pretendía abarcar durante un período de tres años, a 6 comunidades de diferentes regiones del país (Pinar del Río, La Habana, Santa Clara, Ciego de Ávila, Granma y Guantánamo). Para ello, los coordinadores generales pusieron a disposición de los participantes una metodología de trabajo definida con anterioridad y 6 kits de grabación compuestos por una computadora, una cámara de video y un micrófono. El Proyecto dio inicio a fínales de marzo de 2013 en la FAMCA con una capacitación a los mentores que trabajarían en los diferentes territorios de Cuba, a la que se sumaron 12 estudiantes de esa Facultad de la Universidad de las Artes que apoyarían el asesoramiento como parte de sus prácticas curriculares.

El programa, que se extendió durante tres días, centró la atención de los asistentes en dos procesos relevantes: producción y filmación. El clima pedagógico potenciado por los entrenadores de First Light y la alta motivación de los participantes, favoreció no solo el rápido dominio por parte de los talleristas del equipamiento técnico donado a cada grupo, la adquisición de la metodología propuesta y el efectivo desarrollo de las habilidades prácticas, sino también las buenas relaciones entre los participantes, el permanente intercambio personal y profesional, la cooperatividad. Todo ello, sentaría una sólida base para la comunicación afectiva entre todos, lo que se convirtió en premisa fundamental para que fuera formándose una pequeña red profesional, cuyos miembros a pesar del distanciamiento geográfico, se sentían unidos por un interés común muy poderoso: darle vida a Cámara Chica llevando los conocimientos adquiridos a los niños y niñas de sus comunidades, los protagonistas más importantes del Proyecto.

Con el regreso de los mentores a sus comunidades, comenzó la última etapa correspondiente a la segunda fase del Proyecto, cuya prioridad consistía en crear los grupos de niñas y niños dentro de proyectos comunitarios específicos de las respectivas provincias, que asistirían a los talleres para formarse desde el punto de vista técnico. Para ello en cada caso, se eligieron 10 infantes de la comunidad, con edades entre 10 y 12 años, considerando sobretodo, sus motivaciones e intereses en la realización audiovisual.

La preparación de los diferentes grupos fue organizada indistintamente en coordinación con cada proyecto en las provincias, contando nuevamente con la supervisión de los entrenadores cuya función esta vez, consistía en constatar en la práctica, la preparación técnica de los “mentores” ya capacitados para transmitirles a los niños y niñas la metodología adquirida. Los estudiantes de la FAMCA por su parte, ayudaban con la postproducción de los materiales que se elaboraran.

El curso en cada comunidad fue igualmente previsto para 3 días, a lo largo del mes de junio, cerrando con un primer material elaborado por los grupos, en unos casos como corto de ficción, en otros, como documental. Todo ello, luego de que aprendieran a utilizar los equipos, así como de adquirir las nociones generales relacionadas con la realización audiovisual, el proceso de producción y filmación, el trabajo en equipo. De esta forma, los miembros de cada equipo comenzaron a producir los primeros materiales cinematográficos propios, partiendo de historias de ficción creadas por ellos mismos, o documentales que reflejaran temáticas diversas, principalmente relacionadas con historias de vida o sucesos relevantes de la realidad comunitaria.

En su segunda fase, desde inicios del 2014, la participación de los 12 estudiantes de la FAMCA resultó trascendental, tanto desde el punto de vista de los mentores, como para los equipos de trabajo de los infantes. Para los niños y niñas, sentirse acompañados de aquellos jóvenes venidos de una institución tan reconocida como la Universidad de las Artes, significó contar con el apoyo de profesionales en formación con un alto dominio de la técnica, creatividad y una elevada motivación por el cine como arte, quienes constantemente ayudaban con toda la organización de los talleres, con los detalles docentes- metodológicos. A su vez, para los estudiantes de la FAMCA, la experiencia de aquella práctica laboral resultó un desafío gratificante, un divertimento profesional, un período de importantes aprendizajes, diferente a los vividos durante la carrera e incluso otras prácticas, además de haber significado una oportunidad de conocer más el país, involucrarse en la vida en un proyecto comunitario y compartir con niños que, como ellos, amaban el séptimo arte.

Entre las provincias seleccionadas para llevar a cabo la experiencia piloto, se destacó Pinar del Río, cuya inclusión obedecía al amplio reconocimiento de esta en cuanto al trabajo comunitario. Para llevar a cabo la experiencia en este territorio, fue seleccionado el proyecto sociocultural comunitario “Los Chapuserios”, enclavado en el Consejo Popular “La Conchita”. Con Juan Carlos Baños como mentor principal, este grupo rápidamente incentivó el interés y la motivación de los niños y niñas seleccionados. El ambiente pedagógico y artístico creado por los entrenadores durante los primeros encuentros, así como la profesionalidad mostrada en cuanto al dominio de las técnicas cinematográficas y la metodología de trabajo, ligado al rigor y la disciplina exigida, condujeron paulatinamente a los infantes de la Conchita como a los del resto de los grupos de otras provincias, al desarrollo de conocimientos, habilidades artísticas y también valores de compromiso, cooperatividad y respeto mutuo.

Antes de iniciar sus talleres, los integrantes del equipo de “Los Chapuserios”, realizaron un diagnóstico en la comunidad con el objetivo de conformar un primer banco de temas e historias de vida de interés local. De esta forma, todos los domingos en las mañanas, se reunían para discutir ideas e ir conformando el guión de los primeros materiales. El impacto de los primeros materiales realizados (Perro Cojo, Mí tiempo, Entre Muñecas) fue generalizado. Rápidamente el Proyecto comenzó a hacerse visible entre los miembros de la comunidad, trascendiendo, sobre todo, en las propias familias de los niños talleristas, quienes disfrutaban ver llegar a casa a los infantes, felices de sentirse verdaderos guionistas, realizadores y en algunos casos, protagonistas de las historias que ellos mismos seleccionaban y construían.

A la preparación del equipo en esta provincia en particular, contribuyó significativamente el apoyo del Telecentro vueltabajero, el Centro Provincial del Cine y la Dirección de Educación. Además de ayudar en la promoción y divulgación de los materiales cinematográficos producidos por Cámara Chica, Telepinar por ejemplo, propició intercambios sistemáticos de los infantes con directores de programas, realizadores de documentales, camarógrafos, editores, luminotécnicos, maquillistas, además de brindarles asesoramiento sobre técnicas periodísticas desde el departamento informativo Por su parte, el Centro Provincial de Cine le brindó a Cámara Chica sus locales y la logística necesaria para la presentación pública de los materiales audiovisuales elaborados. Mientras la Dirección Provincial de Educación brindó una colaboración incondicional a través de sus direcciones municipales y los diferentes centros educativos. Como resultado de todo ello, con el tiempo, se consolidó la idea de crear nuevos grupos en la provincia. Surgieron así las filiales de Cámara Chica Galiano, CreArte, Mantua, Consolación del Sur y Sandino, conformadas por más de 80 niños y niñas y las que finalmente conformarían la Red Infantil de Cine y Televisión Comunitaria en la provincia.

A nivel nacional, para cerrar el ciclo básico de formación tanto de los mentores como de los equipos de Cámara Chica ya creados, se organizó en la Habana, un segundo entrenamiento, centrado esta vez en los aspectos esenciales asociados con el proceso de postproducción. Concebido igualmente para 3 días, el curso abordó las técnicas de edición, entre las que sobresalió el uso de un software de fácil acceso, pero de probada calidad y efectividad tecnológica. A las sesiones de este entrenamiento en el Hotel Ambos Mundos y en la Casa del Alba, fueron invitados también representaciones de los niños y niñas de los proyectos Los Chapuserios y Muraleando con lo cual se cerraba esta importante fase del Proyecto, sin dudas, memorable para todos.

Impacto sociocultural y educativo del proyecto

Al valorar los resultados de Cámara Chica como proyecto artístico, salta a la vista en primer lugar, el alto nivel de producción audiovisual alcanzado por los diferentes grupos que conformaron la experiencia piloto en sus diferentes etapas. Aunque el número de materiales producidos, fue diferente de un grupo a otro, en general, los 6 equipos de trabajo lograron impulsar un amplio movimiento de realización cinematográfica con un incuestionable impacto en las comunidades y más allá de sus fronteras. Poco a poco, los espectadores en todos los territorios apreciaban que el valor más distintivo e importante de los materiales producidos por Cámara Chica radicaba no solo en ser fruto de la labor creativa de niñas y niños, sino del espíritu de cooperatividad y trabajo en equipo que los caracteriza como grupo. Los propios créditos de cada obra dan cuenta de que trabajan de manera colectiva en la selección de los temas a tratar, la elaboración de los guiones, la producción y edición.

La información obtenida a partir de la aplicación de los diferentes instrumentos se procesó según el método de triangulación y de acuerdo con las variables, dimensiones e indicadores definidos para la evaluación del impacto sociocultural del Proyecto Cámara Chica.

Impacto en los beneficiarios directos

Como proyecto Cámara Chica se basa en una concepción sociocultural- educativa, concretada en la práctica en un sistema de talleres artísticos con una metodología dirigida a estimular la capacidad creativa de los participantes, su desarrollo integral. El alto grado de motivación alcanzado en los talleristas contribuyó significativamente a su desarrollo cognitivo en términos de:

  • Adquisición de conocimientos asociados al lenguaje artístico de la realización audiovisual.

  • Desarrollo de habilidades técnico-artísticas y creativas (comprensión y apreciación de la realización artística, observación y reflexión crítica, solución de problemas, creatividad).

  • Dominio técnico de los pasos y procedimientos de la realización audiovisual.

  • Conocimientos adquiridos respecto a elaboración del guión, filmación y edición de los materiales.

  • Desarrollo de la imaginación, espontaneidad y fantasía en su relación con el mundo que le rodea.

  • Desde el punto de vista motivacional-afectivo, Cámara Chica ha significado para los niños y niñas participantes una oportunidad para disfrutar de una experiencia significativa en un ambiente artístico- creativo.

  • Formar sus valores éticos y estéticos (disciplina, responsabilidad, gusto estético, apreciación artística).

  • Potenciar sus niveles de satisfacción personal y sentido de pertenencia al Proyecto.

  • Desarrollar actitudes emocionales para la realización de las tareas.

  • Experimentar afectividad y reconocimiento hacia el trabajo realizado.

  • Adquirir habilidades sociales (cooperatividad, respeto a la diversidad)

  • En cuanto al desarrollo volitivo de la personalidad de los talleristas, la experiencia del Proyecto contribuyó significativamente a que estos elevaran:

    • Sus niveles de afectividad y aceptación a partir del trabajo grupal.

    • Su sentido de pertenencia al Proyecto.

    • Sus valores humanos: comprensión mutua, cooperatividad, responsabilidad.

En sentido general, Cámara Chica ha significado para los niños y niñas participantes un espacio de realización y enriquecimiento espiritual a través del cual logran desarrollar no solo sus habilidades artísticas y su talento, sino también su gusto artístico, su motivación y sentido de responsabilidad colectiva e identidad.

Impacto en los instructores, gestores y promotores

Además de resultar una experiencia positiva y fructífera para los niños y niñas participantes en Cámara Chica, el Proyecto ha tenido un impacto importante en la visión de los propios instructores, gestores y promotores culturales que han formado parte del Proyecto. Para ellos, sin lugar a dudas, este ha significado un espacio de desarrollo profesional, una experiencia que además exigir vocación comunitaria, pone a prueba sus capacidades pedagógicas y didácticas como instructores para ajustar los contenidos a tratar en cada sesión a la diversidad de intereses, edades, conocimientos y habilidades de los talleristas asistentes:

  • Las posibilidades de superación profesional y personal que brindó el Proyecto a los instructores, gestores y promotores significaron la oportunidad para participar en actividades de capacitación y superación, desarrollar su capacidad personal y colectiva de gestión del trabajo comunitario y alcanzar niveles de realización profesional. Cámara Chica también impactó en la vida espiritual de los gestores del Taller contribuyendo a lograr:

    • Niveles de satisfacción por el crecimiento personal y grupal.

    • Sentido de pertenencia, implicación y compromiso con el Proyecto.

    • Respeto y tratamiento a la diversidad.

    • Niveles de empatía alcanzados con los beneficiarios

Impacto en los beneficiarios indirectos del proyecto

Desde su surgimiento, el impacto de Cámara Chica, ha trascendido a sus beneficiarios directos, penetrando y transformando la relación tríadica familia- escuela- comunidad. Así, por ejemplo, entre los protagonistas de muchos de los cortometrajes realizados, se destacan los padres y madres, amigos y vecinos de los talleristas, lo que inevitablemente se convierte para ellos en una experiencia enriquecedora desde el punto de vista sociocultural y socio afectivo a nivel familiar y comunitario.

A ello se suma, el hecho de seleccionar y abordar en sus cortos de ficción y documentales, temas sociales sensibles para la comunidad como por ejemplo, la importancia de las tradiciones y la cultura popular en la vida de las comunidades campesinas de la Sierra Maestra, el caso del inminente cierre de la importante fábrica de conservas de frutas La Conchita en Pinar del Río, la historia de Sarita Vilaú, una mujer que convive con cientos de muñecas para aliviar la soledad de su jubilación, o el rescate del antiguo tanque de agua en Lawton convertido en basurero por mucho tiempo antes de llegar a ser galería, centro cultural de la comunidad y sede del Proyecto Comunitario Muraleando.

Para las diferentes comunidades donde tuvo lugar la experiencia de Cámara Chica, esta se ha convertido más que todo, en el medio de divulgación más importante del territorio en relación con los acontecimientos políticos, culturales y deportivos que han tenido lugar. Además de sentirse identificados con las historias de vida contadas por los niños y niñas, a través de sus materiales llegan a conocer más sobre su gente, su patrimonio, el lugar en el que viven. Para las niñas y niños que forman parte de sus equipos, ella ha significado no solo la vía para adquirir los conocimientos y técnicas principales de realización audiovisual, sino también valores humanos de convivencia, cooperativismo, responsabilidad. Para los demás miembros de las comunidades una forma sana de esparcimiento, de entrenamiento inteligente, de aprovechamiento del tiempo libre.

Cámara Chica en tiempos de COVID-19

Desde que el 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud, anunciara que la enfermedad conocida como COVID-19, se había extendido por los cinco continentes afectando a un gran número de personas y alcanzado el nivel de pandemia global, la dinámica de vida del mundo, cambió. El cierre de las fronteras, la paralización total o parcial de gran parte de los centros de producción y los servicios, de las instituciones culturales, educativas y de todo tipo, matizado con medidas de confinamiento social, trasformó paulatinamente la vida a nivel planetario.

En estas condiciones, sin embargo, los grupos de Cámara Chica que hoy conforman la Red Nacional en nueve provincias de Cuba, han continuado activos tratando, a través de los nuevos materiales que incluyen spots de animación y mensajes de bien público, de crear conciencia y percepción de riesgo en la teleaudiencia y público general en las comunidades. Con sus obras hechas ahora desde casa y compartidas a través de las redes sociales. Muestran su capacidad de resiliencia como vía para convertir el tiempo en una estadía creativa y poder así superar el gran reto que impone el aislamiento.

Sin lugar a dudas, el lente de Cámara Chica, sin poder valorarse aún en todas las dimensiones, ha significado hasta el día de hoy, una manera diferente de incentivar la creación a través de códigos estéticos de indudable impacto sociocultural, como puede observarse en figura.

Fig. Imágenes de los diferentes talleres de Cámara Chica. 

Consideraciones finales

Cámara Chica constituye un proyecto audiovisual infantil de alcance comunitario, con amplio reconocimiento nacional e internacionalmente. Luego de trascender como experiencia piloto en 6 provincias de Cuba, y además de haber cumplido su objetivo inicial de incentivar el interés de los infantes por la realización audiovisual, ha llegado a convertirse en experiencia de vanguardia que encierra una manera diferente de estimular el pensamiento creativo de niños y niñas a través del cine, de empoderarlos con valores éticos de respeto, cooperatividad y responsabilidad, posibilitando que capten con sus miradas y reflejen a través del lente de sus cámaras, la realidad que los rodea, historias de vida interesantes, valores humanos que se pierden o se reconstruyen; llegando a convertirse en, una experiencia de impacto sociocultural que potencia el crecimiento personal y profesional de niñas y niños, mentores y gestores, estimulando el pensamiento y la apreciación artística de ellos y los miembros de la comunidad, los conocimientos y las habilidades creativas de todos los beneficiarios.

Referencias bibliográficas

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Received: November 18, 2021; Accepted: December 03, 2021

*Autor para la correspondencia: juan.cabrera@fenhi.uh.cu

Los autores declaran no tener conflictos de intereses.

Conceptualización: Juan Silvio Cabrera Albert, Juan Carlos Baños Fernández y Elvia María Pérez González.

Investigación: Juan Silvio Cabrera Albert, Juan Carlos Baños Fernández y Elvia María Pérez González.

Metodología: Juan Silvio Cabrera Albert, Juan Carlos Baños Fernández y Elvia María Pérez González.

Redacción - borrador original: Juan Silvio Cabrera Albert, Juan Carlos Baños Fernández y Elvia María Pérez González.

Redacción - revisión y edición: Juan Silvio Cabrera Albert, Juan Carlos Baños Fernández y Elvia María Pérez González.

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