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Desde que comenzó el plan de estudio C en la carrera de Medicina en el curso 1985-1986, se han venido realizado ajustes y transformaciones en los programas.1 Estos cambios tenían el propósito de acercar el currículo al plan de estudio D que fue implementado en el curso 2016-2017, aunque este había comenzado ya en otras carreras universitarias desde el curso 2003-2004.2
El plan de estudio D está orientado a la búsqueda de fórmulas para enfrentar el acelerado desarrollo científico técnico,3 lo cual se considera un desafío para la formación de un recurso humano competente en el empleo de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). La introducción de las TIC ha modificado muchos aspectos de la sociedad y la educación no debe quedarse atrás. Si las formas de atender y aprender cambian, es lógico que también cambie la forma de enseñar.4
El Ministerio de Educación Superior y el Ministerio de Salud Pública han realizado grandes inversiones en los últimos años para dotar las escuelas de equipamientos. Sin embargo, la función docente se sigue concibiendo de igual manera. Es preciso un cambio que sea coherente con los acelerados cambios de la tecnología. Es necesaria una transformación didáctica que sitúe a los estudiantes en una posición activa en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por lo anterior, los autores de este trabajo decidieron reflexionar y emitir algunas consideraciones sobre el proceso actual de enseñanza aprendizaje de la carrera de Medicina en la era digital.
Dentro de las bases para la elaboración del plan de estudio D se encuentran, entre otras:5
Desarrollar los métodos activos de aprendizaje, con el objetivo de incrementar la independencia cognoscitiva de los estudiantes.
Perfeccionar las formas de enseñanza, profundizando en un proceso docente centrado particularmente en el estudiante, con especial atención al desarrollo de la educación en el trabajo.
Introducir períodos de flexibilización curricular que permita a los estudiantes profundizar en materias de su interés o de importancia local.
Combatir el enciclopedismo. Actualizar y ajustar la literatura docente de acuerdo a los requerimientos del plan de estudios.
Incrementar el uso de los medios técnicos de enseñanza, con la aplicación de las tecnologías de la informática y las comunicaciones.
Estas bases están en consonancia con el proceso de Bolonia en Europa, que plantea, entre los aspectos esenciales de la reforma, la educación considerada desde el aprendizaje.6
Una de las características del plan D es mejorar la relación profesor/alumno, de modo tal que el profesor tenga la función de profesor/tutor y se responsabilice con un pequeño número de estudiantes (entre 8 y 10), con el fin de que reciban una conducción más individualizada en su aprendizaje, fundamentalmente en la educación en el trabajo.5,7
En los últimos años, en la provincia de Matanzas, la matrícula de la carrera de Medicina se ha ido incrementando. En estos momentos nuestra Universidad cuenta con 2778 estudiantes, de ellos 1233 en primer y segundo años. Aunque se han hecho reestructuraciones con el fin de incrementar el número de aulas, aún no son suficientes. Aumentó el número de plazas de residencias para las especialidades clínicas y quirúrgicas en general, y de las Ciencias Básicas Biomédicas en particular, las cuales aunque se han cubierto, son aún insuficientes. Esto, ha conllevado a que la relación profesor/alumno se incremente, así como la carga docente del profesor, lo que dificulta la atención personalizada de los estudiantes con bajo rendimiento académico.
Una de las transformaciones del proceso de Bolonia fue incorporar las horas de trabajo del alumno, con y sin la presencia de un docente.8 En el actual plan de estudio en nuestro país, los estudiantes tienen un promedio de 32 horas de docencia teórica y práctica en la semana.5 Pero además, se plantea que el fondo de tiempo para el trabajo independiente debe ser conciliado de forma tal, que el total de horas de cada asignatura no sobrepase la capacidad real del estudiante.6 Por insuficiencia de aulas, están recibiendo clases hasta altas horas de la tarde, lo que sobrepasa su capacidad real, teniendo en cuenta que muchos viven lejos de la institución. Ya desde el año 2014 los estudiantes plantearon como aspectos negativos que afectaban el proceso docente: pocos días para estudiar las Ciencias Básicas, poco tiempo y mucho contenido para estudiar y falta de computadoras para impartir las clases.9
Se continua enseñando de forma tradicional, impartiendo una clase magistral con una pizarra digital o con un data show. Al ser utilizada la tecnología de forma expositiva en el aula, no se promueve la construcción del conocimiento. El papel del profesor no es transmitir el conocimiento que tiene a los estudiantes, sino guiarlos de forma tal que aprendan a aprender, que aprendan a descubrir el conocimiento por sí mismos. Un estudio realizado en el 2014 demostró que los estudiantes prefieren aprender por sí mismos, trabajar independientemente y estudiar en casa.10
Para que exista una transición gradual desde la enseñanza “tradicional” a una forma en la que el estudiante pueda tener un rol protagónico, deben crearse bases estructurales, modificaciones de programas y sobre todo cambios en las funciones y en la mente de los docentes, en la voluntad y actitud ante este nuevo y diferente estudiantado. Aprender a ser “facilitadores” de conocimientos. Estar conscientes de que nuestros estudiantes nacieron en la era digital y no son los sujetos para los que los sistemas educativos y sus procesos de aprendizaje fueron diseñados.
Aunque el plan de estudio D de la carrera de Medicina recoge en sus bases que los estudiantes deben descubrir su propio conocimiento y aprender activamente, eso no está sucediendo. Es difícil mantener atentos a los nativos digitales en una clase tradicional de exposición de contenidos, porque tienen la percepción de que ese contenido lo pueden localizar en otras fuentes, intercambiar entre ellos, elaborar mapas o visualizaciones. Los autores de este trabajo consideran que no se trata de cambiar solamente temas y contenidos, sino la forma de abordarlos, presentarlos y dinamizarlos.
