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Revista Universidad y Sociedad

versión On-line ISSN 2218-3620

Universidad y Sociedad vol.13 no.4 Cienfuegos jul.-ago. 2021  Epub 02-Ago-2021

 

Artículo Original

Importancia de la retroalimentación formativa en el proceso de enseñanza-aprendizaje

Importance of training feedback in the teaching-learning process

0000-0001-5879-5035Eudaldo Enrique Espinoza Freire1  * 

1 Universidad Técnica de Machala. Ecuador

RESUMEN

Este estudio descriptivo de tipo revisión bibliográfica tiene el propósito de analizar la trascendencia de la retroalimentación en el proceso de enseñanza-aprendizaje; se sustenta en la hermenéutica y el análisis de contenido. Entre los principales hallazgos se encuentran el conocimiento de la retroalimentación como un proceso fundamentado en la información que brinda la evaluación de la actividad o tarea del aprendiz, caracterizado por la reflexión crítica y constructiva sobre el desempeño de éste y como contribución a la mejoría de los resultados a través del fomento de sus habilidades estratégicas de aprendizaje; otros de sus principales atributos son: la personalización y contextualización de la información orientada a la actividad del alumno más que a su persona, objetividad, comprensibilidad, pertinencia, carácter constructivo direccionado a la búsqueda de soluciones, claridad, especificidad y precisión. La retroalimentación es un factor relevante en el logro del aprendizaje significativo toda vez que permite restructurar el sistema de conocimientos, preparando así las estructuras cognitivas del aprendiz para la aprehensión significativa de los nuevos saberes, habilidades y actitudes; es un proceso que contribuye a reducir la distancia que existe entre el nivel actual de conocimientos y el nivel al que se aspira.

Palabras-clave: Retroalimentación formativa; evaluación formativa; características; tipología; proceso de enseñanza-aprendizaje; aprendizaje significativo

ABSTRACT

This descriptive study of a bibliographic review type has the purpose of analyzing the importance of feedback in the teaching-learning process; it is based on hermeneutics and content analysis. Among the main findings are the knowledge of feedback as a process based on the information provided by the evaluation of the activity or task of the learner, characterized by critical and constructive reflection on the performance of the latter and as a contribution to the improvement of the results through fostering their strategic learning skills; Other of its main attributes are: the personalization and contextualization of the information oriented to the activity of the student more than to his person, objectivity, understandability, relevance, constructive character directed to the search for solutions, clarity, specificity and precision. Feedback is a relevant factor in the achievement of meaningful learning since it allows restructuring the knowledge system, thus preparing the cognitive structures of the learner for the meaningful apprehension of new knowledge, skills and attitudes; it is a process that helps to reduce the gap between the current level of knowledge and the level to which it is aspired.

Key words: Formative feedback; formative evaluation; characteristics; typology; teaching-learning process; meaningful learning

Introducción

Es muy frecuente que los docentes implementen estrategias metodológicas y didácticas para lograr el mejor desempeño cognitivo, procedimental y actitudinal de sus estudiantes; sin embargo, muchos no tienen en consideración la evaluación como herramienta para la retroalimentación formativa; es utilizada de manera tradicional, direccionada hacia los resultados con la mera intención de cualificar o cuantificar el conocimiento del alumno, reduciéndola a un acto sumativo como colofón del proceso de aprendizaje (Saiz-Linares & Susinos-Lara, 2018).

Esta manera de proceder no toma en consideración el sentido de la evaluación como proceso generador de información válida para la retroalimentación formativa, la limita a la observación de errores o señalamiento de aciertos y logros en una tarea o actividad; pero la retroalimentación es más que esto, comprende la orientación oportuna y guía del estudiante durante el proceso formativo, también promueve la toma de decisiones que facilitan direccionar la actividad didáctica del docente (Castro, et al., 2017).

En tal sentido se han expresado autores como Canabal & Margalef (2017), quienes enfatizan en la relación de la evaluación con la retroalimentación formativa, siendo esta última el fundamento sobre el cual direccionar la orientación y estimulación del aprendizaje tomando como referencia los resultados obtenidos.

Esta visión constructiva de la evaluación del aprendizaje presupone por parte de los docentes del dominio e implementación de prácticas de retroalimentación durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que en ocasiones se ve limitado por las carencias en la formación docente de conocimientos metodológicos y de habilidades prácticas (Ion, et al., 2013).

Realidad que nos motiva para emprender la búsqueda de información actualizada sobre la importancia de la retroalimentación formativa, significando los elementos sustanciales para que cumpla su función orientadora y como centro de la evaluación. Con tal propósito la actividad indagatoria se orientó a dar respuesta a las siguientes preguntas:

  • ¿Qué es la retroalimentación formativa?

  • ¿Qué relación existe entre la evaluación y la retroalimentación formativa?

  • ¿Cuáles son los principales atributos de la retroalimentación formativa?

  • ¿Cuáles son los diferentes tipos de retroalimentación que reporta la literatura especializada?

  • ¿Qué relación guarda la retroalimentación con el aprendizaje significativo?

Metodología

Este artículo responde a un estudio descriptivo de tipo revisión bibliográfica, que tiene como propósito analizar la trascendencia de la retroalimentación formativa en el proceso de enseñanza-aprendizaje, se fundamenta en los métodos de investigación científica hermenéutico y análisis de contenido.

La hermenéutica conjuntamente con el análisis de contenido facilitó la interpretación y examen de los textos encontrados en diversos materiales bibliográficos como libros, ensayos, artículos científicos y tesis de grado, que fueron localizados y recuperados de bases de datos y repositorios de diversas universidades a través del uso de los recursos de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).

Una vez procesados los textos fueron sintetizados y catalogados según las siguientes categorías de análisis: retroalimentación formativa, tipología de la retroalimentación, evaluación y aprendizaje significativo, conformando así una base de datos de 257 referencias bibliográficas con el auxilio del programa EndNote. De estas referencias bibliográficas fueron seleccionadas 48 por su carácter científico y actualidad para la construcción del marco teórico referencial en el cual se fundamenta el estudio.

El artículo ha sido estructurado en acápites; el primero se dedica al tratamiento epistémico en torno al concepto de retroalimentación formativa con énfasis en su relación con el proceso evaluativo para facilitar el posterior análisis del resto de los epígrafes consagrados a las características y taxonomía de la retroalimentación formativa, y particularmente al vínculo con el aprendizaje significativo.

Desarrollo

Para poder comprender la esencia del significado de la retroalimentación formativa es necesario partir del concepto de evaluación. “La evaluación consiste en un proceso sistemático de recogida de datos, incorporado al sistema general de actuación educativa, que permite obtener información válida y confiable para formar juicios de valor acerca de una situación. Estos juicios, a su vez, se utilizarán en la toma de decisiones con objeto de mejorar la actividad educacional valorada”. (Scriven, 1967, p. 39)

En la anterior definición se enfatiza en la información que se recauda a través de la evaluación y que sirve para la toma de decisiones en la dirección del proceso educativo con el propósito de alcanzar mejores resultados. Es precisamente esta información el fundamento de la retroalimentación formativa a la que alude Moreno (2016); y Bonne y Tellez (2019), cuando sitúa la retroalimentación entre las funciones de la evaluación del aprendizaje (instructiva, comprobación, control y educativa).

Igualmente, Casanova (1999), define la evaluación como “un proceso sistemático y riguroso de recogida de datos, incorporado al proceso educativo desde su comienzo, de manera que sea posible disponer de información continua y significativa para conocer la situación, formar juicios de valor con respecto a ella y tomar las decisiones adecuadas para proseguir la actividad educativa progresivamente”. (p. 60)

Casanova (1999), incorpora a la noción de evaluación el carácter sistemático que facilita contar con la información oportuna y necesaria en cada momento con el propósito de propiciar mejoras al proceso de enseñanza-aprendizaje. Al respecto Moreno (2016); y Espinoza, et al. (2018), enfatizan que esta condición de continuidad de la evaluación formativa permite recaudar evidencias de manera constante sobre el aprendizaje del estudiante, facilitando la adopción de medidas para perfeccionar y redireccionar dicho proceso.

Como se observa la evaluación cumple con la función de retroalimentación formativa que está estrechamente relacionada con la dirección del proceso de enseñanza-aprendizaje; es por ello que se hace indispensable el control de manera sistemática en diferentes momentos de este proceso; esta “muestra” permite hacer un corte transversal y conocer cómo se encuentra el aprendizaje de los estudiantes en cuanto a conocimientos, habilidades y actitudes, para así determinar el nivel de correspondencia con los objetivos.

Este control facilita tanto a docentes como a discentes establecer las pautas a seguir para mejorar los resultados y en el caso necesario reorientar el proceso de enseñanza-aprendizaje. La información que ofrece el control permite al docente determinar e implementar las correcciones que sean necesarias en la estrategia metodológica y a los discentes mejorar las formas de aprender hasta ahora utilizadas, para de esta manera alcanzar los objetivos propuestos en el currículo.

Al respecto, investigadores como Anijovich (2020), sostiene que la evaluación oportuna y adecuadamente utilizada ofrece información a los docentes y discentes que puede ser empleada como retroalimentación para elevar la efectividad del aprendizaje.

La evaluación no debe esperar por la realización de controles parciales o pruebas finales; una buena opción es el empleo de la observación directa como herramienta de retroalimentación, ésta posibilita la evaluación de la efectividad de estrategias metodológicas y didácticas puestas en función de alcanzar las metas del proceso de aprendizaje (Martínez, et al., 2016; Granda, et al., 2019). En tal sentido Moreno (2016), define la observación en el aula como un componente central en la rendición de cuentas, lo que requiere del establecimiento de medidas, que además de estándares sean válidas y fiables, lo que sin lugar a dudas facilitará la evaluación de la calidad de las prácticas de enseñanza y aprendizaje.

Además de ser conceptuada como una función de la evaluación, existen otras definiciones de retroalimentación, que contribuyen a un mejor entendimiento de su relevancia e importancia en el contexto educativo; entre ellas la aportada por Valdivia (2014), quien define la retroalimentación formativa como “la información que se refiere a cuánto éxito ha alcanzado un estudiante en la ejecución o desempeño de una tarea académica” (p. 20). A través de la retroalimentación el profesor y el estudiante conocen cuáles son los aciertos y cuáles las dificultades que aún existen; ahora bien, la retroalimentación no cumple su función si este conocimiento no es debidamente utilizado por el docente para favorecer el desempeño de los estudiantes mediante la orientación de cómo alcanzar metas superiores y en el caso de las falencias y limitaciones cómo poder superarlas.

Asimismo, Ramaprasad (1983), define la retroalimentación como la información respecto a la distancia que existe entre el nivel actual (conocimientos previos) y el nivel de referencia de un parámetro del sistema utilizado para acortar esta brecha.

Es necesario insistir en que la información por sí misma no es retroalimentación; para que exista, es menester que esa información sea utilizada como herramienta de transformación de esa brecha a la que hace mención Ramaprasad (1983). Consideración que coincide con los criterios de Sadler (1989), quien de igual manera estima que es fundamental que a través de la retroalimentación el aprendiz sea capaz de establecer un paralelo comparativo entre su actual desempeño para alcanzar las metas de aprendizaje propuestas y la distancia que existe entre esa aspiración y la realidad; reflexión que ha de aportar ideas y medidas para acortar dicha distancia o superar los resultados.

Razón por la cual otros autores prefieren conceptualizarla como un proceso basado en la información que brinda la evaluación de la actividad o tarea del aprendiz. En este orden de ideas Martínez, et al. (2016), estiman que la retroalimentación es un proceso en el cual se comparten inquietudes y sugerencias para conocer, potenciar e invitar a la reflexión sobre el desempeño del aprendiz como contribución a la mejoría de los resultados; lo que coincide con la percepción que sobre ella tiene Saiz-Linares & Susinos-Lara (2018), quien la conceptualiza también como un proceso para fomentar y mejorar las habilidades estratégicas del aprendiz a través del ejercicio reflexivo que facilita la identificación de las fortalezas y debilidades en una tarea específica.

De igual forma Canabal & Margalef (2017), consideran que la retroalimentación es un proceso que facilita el aprendizaje de los estudiantes de manera constructiva, ya sea de forma oral o escrita, sincrónica o asincrónica mediante la información específica y enfocada en la tarea y/o actividad; ésta información debe ser clara, precisa, breve y oportuna, que describa los logros alcanzados e insuficiencias latentes en una etapa determinada y que permita al aprendiz reflexionar críticamente sobre la toma de decisiones y la ejecución de acciones necesarias para mejorar su desempeño. Esta noción de la retroalimentación formativa introduce un nuevo elemento, su carácter sincrónico o asincrónico, lo que de manera tácita alude al empleo de las TIC como herramientas de apoyo, haciéndola más contemporánea.

Este mismo autor enfatiza en que la retroalimentación debe ser sistemática y programada a lo largo de todo el proceso de instrucción de cada asignatura; está puede realizarse en las actividades de cada clases y en las demás formas de organización del proceso de enseñanza-aprendizaje o en las evaluaciones, otorgando a la retroalimentación un carácter continuo y previamente diseñado como parte del proceso, quiere esto decir que no puede ser dejado a la inspiración y libre albedrío del docente, lo que tampoco significa que es una práctica rígida e inflexible.

Como se puede apreciar en las diferentes definiciones de retroalimentación existen elementos comunes, a saber: información, cambio, reflexión, sistematicidad y sentido constructivo, así como utilidad como fundamento para la autogestión y autonomía del aprendiz.

Atributos que convierten a la retroalimentación en una potente herramienta para el óptimo desarrollo de la clase; a través de las preguntas y respuestas se logra generar la participación activa en función de potenciar el aprendizaje, de esta forma se puede verificar si el estudiante comprende la explicación y está asimilando los conocimientos; mediante esta dinámica el docente puede aclarar dudas y dar pautas que ayuden al estudiante a comprender.

Es por ello, que el proceso de retroalimentación debe ser mediado por el diálogo orientador caracterizado por el discernimiento, el análisis y la reflexión crítica constructiva a través de comentarios correctivos de forma objetiva sobre lo aprendido en la ejecución de las tareas, enfatizando en las insuficiencias que aún subsisten y que no permitieron un mejor desempeño y resultados; asimismo, debe ser encausado a la reflexión sobre aspectos a tener en consideración sobre la autogestión, autonomía y autorregulación que permitan el quehacer productivo; sólo así estaremos hablando de una verdadera y efectiva retroalimentación orientada al aprendizaje. Este diálogo entre discente y docente contribuye la construcción significativa de los conocimientos (Canabal & Margalef, 2017).

Ahora bien, la retroalimentación formativa no sólo procura la reflexión sobre el desempeño del estudiante durante el proceso de enseñanza-aprendizaje; también, permite al docente evaluar hasta qué punto el proceso es eficiente y en qué medida su labor ha sido suficiente para lograr que sus discípulos se desarrollen cognitiva, procedimental y actitudinalmente; esta información sirve de punto de partida para reflexionar sobre la efectividad de las estrategias metodológicas utilizadas en la clase.

Como se aprecia la retroalimentación formativa beneficia tanto a estudiantes como a docentes; es un proceso que, según Martínez, et al. (2016), debe ser asumido de manera conjunta entre estos actores del proceso de enseñanza-aprendizaje. Cuando los resultados de las tareas y actividades didácticas son analizados entre discentes y docentes se puede profundizar en los diferentes aspectos, incluyendo el modo de actuación de ambos; en particular permite al educador reflexionar sobre su labor instructiva y educativa. El papel activo de los estudiantes y docentes en el proceso de retroalimentación mediante el diálogo colaborativo y reflexivo permite el intercambio de criterios e ideas; es el contexto apropiado para que el docente sugiera pautas y cuestione al discente de manera inteligente para generar la reflexión; éste es un espacio de autoevaluación propicio para ambos.

De todo lo hasta aquí analizado se puede resumir que la retroalimentación formativa es el proceso que se genera a partir de la información sobre el desempeño de los estudiantes para alcanzar los objetivos de aprendizaje, que facilita a docentes y discentes la reflexión crítica y la toma de decisiones con el propósito de reorientar las acciones y estrategias didácticas y metodológicas que permitan vencer las falencias o mejorar los resultados para alcanzar la efectividad y eficiencia del proceso de enseñanza-aprendizaje. La retroalimentación formativa puede ser oral y/o escrita relativa a la actividad de aprendizaje fundamentada en la evaluación de una tarea o actividad didáctica, en la gestión del aprendizaje, en la autorregulación e incluso en el aprendiz como individuo, puede darse de forma sincrónica o asincrónica a través del uso de las TIC.

Mediante el análisis de los estudios de Stobart (2010); y Valdivia (2014), se deduce que una de las principales características de la retroalimentación son su personalización y contextualización a una actividad o tarea; este carácter singular está dado por el conocimiento sobre el tema, el nivel de desempeño, el interés, la motivación y las expectativas del estudiante. Además, estos autores también reconocen en la retroalimentación características tales como la objetividad, la comprensibilidad, la pertinencia y su carácter constructivo.

Objetividad. La objetividad consiste en la información precisa, específica y concreta que se brinda al estudiante sobre una actividad o tarea determinada y tomando en consideración las particularidades de éste. Es importante tener en cuenta que no se debe atiborrar de información al aprendiz, es preciso que la información se enfoque en los aspectos relevantes que debe conocer; si se procede de otra forma se puede provocar la confusión del estudiante.

Comprensibilidad. La información que se suministra al estudiante ya sea de forma oral o escrita debe caracterizarse por un lenguaje comprensible sin obviar ningún detalle que facilite su comprensión. En el caso que se desarrolle de manera oral es importante establecer un diálogo a través del cual el estudiante aclare todas sus dudas. Asimismo, la retroalimentación escrita ha de ser breve y específica, la que puede ser dada de forma directa señalando al estudiante el error que cometió y cuál es la solución correcta o de forma indirecta cuando sólo se da a conocer el error y las pautas a seguir para que el propio estudiante busque la solución.

Pertinencia. Es importante que la retroalimentación se realice de manera oportuna en el momento preciso; una información sobre los resultados de una actividad, tarea o evaluación fuera de tiempo no facilita en modo alguno redirigir el proceso de aprendizaje y corregir los errores, de esta forma se fractura el proceso de construcción de los nuevos saberes provocando en el estudiante distorsiones en sus estructuras cognitivas, obstaculizando así la sistematización del aprendizaje.

En este sentido Stobart (2010), considera que la retroalimentación debe ser sistemática a través de todo el curso, durante la participación en las clases, en la realización de las tareas y en las evaluaciones sistemáticas, parciales y finales.

Carácter constructivo. Para que la retroalimentación sea realmente efectiva debe ser orientada hacia el proceso de aprendizaje; es necesario que el estudiante se percate de los errores cometidos, no como crítica a su desempeño; el docente debe ser cauteloso para que la falencia se perciba como parte del aprendizaje y como motor impulsor para que el aprendiz realice su mejor esfuerzo y alcance el objetivo propuesto.

Es por esta razón que la atención ha de estar centrada en los procesos cognitivos y procedimentales más que en lo actitudinal. En caso de tener que ofrecer información sobre las actitudes del discente, el profesor ha de ser prudente y justificar adecuadamente las recomendaciones y sugerencias para mejorar éstas. En tal sentido Valdivia (2014), sugiere que se debe comenzar por resaltar los logros y aspectos positivos, pues de esta forma el discente se condiciona emocionalmente para asumir las sugerencias. De no lograrse un estado emocional adecuado las observaciones y señalamientos pueden afectar la autoestima del estudiante y provocar el rechazo hacia el aprendizaje.

Por su parte Casanova (1999), reconoce que la retroalimentación formativa se caracteriza entre otros aspectos por estar orientada a procesos y no a la persona; ser descriptiva, pues se fundamenta en las observaciones y no en inferencias; se enfoca en la búsqueda de alternativas y no en dar soluciones; está orientada a la calidad y cantidad de información que el aprendiz es capaz de recepcionar y no en toda la información que existe del asunto y por ser clara, específica y precisa.

La literatura especializada reporta diversas tipologías de retroalimentación en el ámbito educativo, entre las más afines al propósito del presente estudio se encuentran las aportadas por Hattie & Timperley (2007), quienes proponen cuatro tipos:

  1. Retroalimentación enfocada en los resultados de la tarea. Ofrece información sobre los logros, aciertos, falencias, limitaciones, etc. En este tipo de retroalimentación es importante que cuando la tarea recibe una calificación se comunique a los estudiantes los criterios de evaluación, de esta manera se tendrá una mejor y más clara información que facilitará comprender con mayor precisión los resultados obtenidos y de ser necesario saber cómo direccionar las acciones para remediar y superar las dificultades.

  2. Retroalimentación enfocada en el proceso de la tarea. Es relativa a la información sobre: nivel de comprensión del aprendiz, procedimientos cognitivos, estrategias utilizadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, etc. La información que se brinda al discente se enfoca en los elementos concernientes a los procedimientos, métodos, recursos, etc. empleados en el proceso de realización de la tarea, lo que facilitará el direccionamiento del análisis y reflexión del estudiante.

  3. Retroalimentación enfocada en la autorregulación. Radica en la información sobre las habilidades del estudiante para orientar y propiciar el aprendizaje autónomo, la autoevaluación, la autorregulación, el autocontrol, etc.

  4. Retroalimentación enfocada en la propia persona. Se refiere al desarrollo personal del aprendiz, el esfuerzo que realiza, la responsabilidad y el compromiso con el proceso de aprendizaje. El reconocimiento de sus potencialidades permite al docente proponerse nuevas metas y construir e implementar estrategias durante su vida estudiantil.

Por otro lado, Llamazares & Pacheco (2012), señalan tres tipos de retroalimentación:

  1. La retroalimentación positiva. Ocurre cuando se convoca al estudiante a reflexionar sobre lo que se ha hecho correctamente.

  2. La retroalimentación negativa. Se presenta cuando el aprendiz es informado sobre los aspectos que no logró alcanzar durante el proceso de aprendizaje.

  3. La retroalimentación bipolar. Es aquella donde se indica al estudiante tanto lo positivo como lo negativo de su aprendizaje y se le motiva a mejorar los resultados.

Otras de las tipologías de interés es la brindada por Leiva, et al. (2016), quienes reconocen cinco tipos de retroalimentación:

  1. Retroalimentación por aprobación. Esta indica que el aprendizaje alcanzado está en correspondencia con el esperado.

  2. Retroalimentación por desaprobación. Se refiere a lo que el estudiante no hizo correctamente.

  3. Retroalimentación específica del logro observado. Está dada por el cumplimiento del objetivo trazado.

  4. Retroalimentación específica de mejoramiento. Se enfoca en la estimulación, motivación y preocupación del aprendiz hacia el mejoramiento sistemático de su aprendizaje.

  5. Retroalimentación por construcción del logro. Se fundamenta en el mejoramiento y perfeccionamiento de las actividades realizadas.

Como podemos observar existen diversas clasificaciones de retroalimentación, pero lo importante es saber cuál y cuándo se debe aplicar según las necesidades del estudiante.

Autores como Castro, et al. (2017), consideran que la retroalimentación bien empleada es un importante aliado del docente para lograr la reflexión consciente del estudiante sobre las fortalezas y deficiencias de su aprendizaje, requisito esencial para edificar el proceso formativo en aras de alcanzar sólidos conocimientos mediante el aprendizaje significativo.

En este sentido no se debe olvidar que “el aprendizaje significativo, es un proceso intencional y orientado que posibilita establecer vínculos sustantivos y no arbitrarios de los nuevos contenidos que se ha de aprender y aquellos que se encuentran en la estructura cognitiva del estudiante” (Ausubel, 1978, p. 91). En el caso que nos ocupa, la relación entre los nuevos y viejos saberes está mediada y estimulada por la comprensión y reflexión por parte del aprendiz sobre los logros y errores presentes en su aprendizaje. El error debe ser asumido como un aprendizaje más; esta intencionalidad promueve la aprehensión significativa de conocimientos, toda vez que el discente está motivado en la erradicación de las falencias, para lo cual moviliza las estructuras cognitivas que posee en función de subsanar los errores y apropiarse de los conocimientos; de esta forma, la construcción de los nuevos saberes se da de manera singular y única en cada aprendiz en correspondencia con su bagaje inicial, estilo de aprendizaje.

Para que se produzca este aprendizaje significativo el docente precisa conocer cuáles son los conocimientos previos que posee el estudiante y que sirven de ideas-anclas para asir los nuevos saberes, de ahí la importancia de la retroalimentación durante el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Muchas de las inconsistencias en el aprendizaje se producen al tratar de construir el conocimiento sin tener presentes las estructuras cognitivas que se han ido formando en el aprendiz; para menguar esta falencia se precisa de la planificación efectiva de la evaluación.

Al respecto Stobart (2010), refiere que la retroalimentación es importante en el ámbito de la evaluación del aprendizaje; ésta sirve al estudiante para reconocer su nivel de desempeño y constituye un punto de partida para la autoevaluación lo que contribuye a la toma oportuna de medidas. También, es importante pues a través de ella el docente conoce cuál es el estado inicial del aprendiz, con qué recursos cognitivos cuenta para construir los nuevos conocimientos, de esta manera podrá planear eficientemente la información mediante la cual prestará ayuda al estudiante con el propósito de que pueda realmente aprender de modo significativo.

Luego, para lograr una eficiente retroalimentación es necesario que el docente caracterice el estado inicial de cada uno de sus estudiantes, para lo cual debe tener presente tres elementos esenciales:

  1. Disposición para el aprendizaje (motivación e interés por el conocimiento, autoestima, experiencias cognitivas, expectativas sobre el nuevo conocimiento, espíritu de colaboración, capacidad para asumir riesgos y empatía con sus pares y el docente, entre otros).

  2. Capacidades cognitivas generales con que cuenta el estudiante (inteligencia, razonamiento y memoria) para poder comprender y realizar las tareas y actividades didácticas; así como habilidades para buscar, resumir y organizar información.

  3. Conocimientos previos, que como ya analizamos son las llamadas ideas-anclas; ahora bien, no siempre estos conocimientos son correctos o han sido construidos adecuadamente.

Del dominio de estas particularidades depende la estrategia que el docente debe seguir para lograr el aprendizaje significativo de sus alumnos. Estas pueden ser obtenidas a través de la evaluación, para lo cual el docente cuenta con diversas técnicas, a saber: cuestionarios abiertos, cerrados o de opción múltiple, mapas conceptuales, grupos de discusión, situaciones problémicas, lluvia de ideas diagramas, dibujos e infografías.

Es importante significar que mediante de la retroalimentación formativa se contribuye a la actividad mental constructiva del aprendiz, se dinamiza, moviliza y restructura el sistema cognitivo, al tratar de erradicar las falencias y establecer las nuevas relaciones entre los conocimientos.

A modo de resumen, se expresa en la figura 1 la relación entre la retroalimentación formativa y el aprendizaje significativo.

Fig. 1 Relación de la retroalimentación y el aprendizaje significativo. 

Como se aprecia en la fig. 1 la evaluación continua del proceso de enseñanza-aprendizaje a través de la observación directa de la actividad del estudiantado y de las diferentes formas de evaluación (preguntas sistemáticas orales y escritas durante la clase y en otras formas de organización del proceso docente educativo, controles parciales y pruebas finales) se genera la información sobre el nivel de conocimientos, habilidades y actitudes del aprendiz en un momento dado, la que es analizada por el docente, quien determina los logros y deficiencias, que luego son trasmitidos al estudiante mediante un diálogo constructivo, positivo y reflexivo con el propósito de lograr encausar las estrategias metodológicas y didácticas para la toma de decisiones que posibiliten mejorar los resultados y en el caso necesario poder redireccionar y perfeccionar el proceso de enseñanza y el aprendizaje del discente, quien tiene la posibilidad de erradicar los errores cometidos, reparando y restableciendo de manera adecuada los nexos cognitivos, preparando así sus estructuras cognitivas para asimilar el nuevo conocimiento; este proceso sistemático de evaluación y retroalimentación conduce al aprendizaje significativo en el plano cognoscitivo, procedimental y actitudinal del alumno.

Conclusiones

La retroalimentación formativa está estrechamente relacionada con el proceso evaluativo, de donde se genera la información necesaria para redireccionar el proceso de aprendizaje y la enseñanza del alumno. Esta información por sí sola no constituye la retroalimentación formativa, se precisa del análisis y reflexión, y de la orientación adecuada del discente sobre los errores cometidos y las pautas para su erradicación.

La retroalimentación es un proceso fundamentado en la información que brinda la evaluación respecto a la distancia que existe entre el nivel actual (conocimientos previos) y el nivel de referencia de un parámetro del sistema utilizado para acortar esta brecha.

Los principales atributos de la retroalimentación formativa a saber son: personalización y contextualización de la información orientada a la actividad del alumno más que a su persona, objetividad, comprensibilidad, pertinencia y carácter constructivo. También, se reconocen dentro de sus atributos su carácter descriptivo y de orientación a la búsqueda de soluciones, la calidad, claridad, especificidad y precisión de la información.

Existen diferentes tipologías de la retroalimentación formativa, entre las más socorridas se encuentra la que establece la retroalimentación enfocada en los resultados de la tarea, retroalimentación enfocada en el proceso de la tarea, retroalimentación enfocada en la autorregulación y retroalimentación enfocada en la propia persona; así como aquella que la clasifica en: retroalimentación positiva, retroalimentación negativa y retroalimentación bipolar. Más que el conocimiento de las diversas taxonomías de la retroalimentación formativa lo importante es saber cuál y cuándo implementarla según las necesidades del aprendiz.

Para la planificación de la retroalimentación formativa es menester que el docente domine cuál es el estado inicial de sus discípulos (disposición para el aprendizaje, capacidades y habilidades generales y los conocimientos previos).

Existen diferentes técnicas que permiten mediante la evaluación formativa caracterizar el estado inicial del aprendiz con el propósito de lograr una retroalimentación eficiente: cuestionarios abiertos, cerrados o de opción múltiple, mapas conceptuales, grupos de discusión, situaciones problémicas, lluvia de ideas, diagramas, dibujos e infografías.

La importancia de la retroalimentación para el logro del aprendizaje significativo está dada por la información que brinda al discente sobre los logros y falencias que existen en su aprendizaje, lo que moviliza sus estructuras cognitivas en función de subsanar los errores, para lo cual debe restructurar el sistema de conocimientos y establecer las nuevas relaciones entre éstos. En este contexto el error se asume como un estímulo al aprendizaje, esta intencionalidad promueve la aprehensión significativa de conocimientos; proceso que se da de manera singular y única en cada aprendiz en correspondencia con su bagaje inicial y estilo de aprendizaje.

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Recibido: 21 de Marzo de 2021; Aprobado: 08 de Mayo de 2021

*Autor para correspondencia. E-mail: eespinoza@utmachala.edu.ec

Los autores declaramos que no existen conflictos de intereses.

Todos los autores hemos participado en la redacción del trabajo y análisis de los documentos.

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