Mi SciELO
Servicios Personalizados
Articulo
Indicadores
- Citado por SciELO
Links relacionados
- Similares en SciELO
Compartir
Revista Cubana de Cirugía
versión On-line ISSN 1561-2945
Rev Cubana Cir v.42 n.3 Ciudad de la Habana jul.-sep. 2003
Hospital Clinicoquirúrgico "Hermanos Ameijeiras".
Fenestración videolaparoscópica de un linfocele sintomático posterior a un trasplante renal
Dr. Miguel Ángel Martín González1
Resumen
Este trabajo tiene el objetivo de describir un caso tratado por videolaparoscopia, de un linfocele sintomático posterior a trasplante renal. Se refiere a una mujer de 54 años con insuficiencia renal crónica terminal, secundaria a hipertensión arterial severa, la cual se le realizó en el 2001 un trasplante renal de donante cadáver. Presenta, 3 meses después, molestias en la zona del trasplante, sin síntomas urinarios por la presencia de un catéter ureteral utilizado como férula y en tiempo para ser retirado. Se diagnostica un linfocele sintomático. Posterior al chequeo preoperatorio se efectúa drenaje interno por vía videolaparoscópica sin accidentes ni complicaciones quirúrgicas inmediatas y el retirado del catéter ureteral y el alta a las 24 y 48 h de la operación, respectivamente. Después de 10 meses de evolución no se ha encontrado ninguna complicación. El abordaje videolaparoscópico del linfocele sintomático posterior al trasplante renal constituye la terapéutica de elección.
DeCS: LINFOCELE/diagnóstico; INSUFICIENCIA RENAL CRONICA; TRASPLANTACIÓN DE RIÑON; LAPARASCOPIA.
El linfocele posterior al trasplante renal puede aparecer hasta en el 18 %,1 y se manifiesta entre otros síntomas por: dolor local, linfedema en miembro inferior y el empeoramiento de la función del implante.1,2 Por todo lo anterior es que en estos casos se ha necesitado drenar éste, utilizando para ello diferentes vías, como el drenaje percutáneo, la aspiración con aguja y terapia esclerosante, así como el abordaje quirúrgico abierto donde se fenestra el peritoneo hacia la gran cavidad, y es este último el proceder preferido para su tratamiento hasta 1991, fecha cuando se realizó el primer drenaje interno por vía videolaparoscópica, y constituye desde entonces la vía de elección para el tratamiento de esta complicación del trasplante renal.3
A causa de que con esta opción terapéutica no existen muchos casos presentados por instituciones especializadas en el ámbito mundial, y a lo poco frecuente del linfocele sintomático posterior al trasplante renal, así como la reciente introducción de esta técnica, es que nos proponemos mostrar el primer caso realizado en Cuba.
Reporte del caso
Paciente femenina de 54 años de edad y de la raza negra, con antecedentes de una hipertensión arterial severa con años de evolución y tratamiento, que la condujo a una insuficiencia renal crónica terminal en el año 1999, fecha cuando se comenzó con diálisis peritoneal y posteriormente con hemodiálisis hasta el 2001, cuando se le realizó un trasplante renal de donante cadáver; el órgano se alojó en el retroperitoneo de la fosa ilíaca derecha.
Después de 3 meses la paciente acude a una consulta programada, para retirarle el catéter ureteral utilizado como férula en el acto quirúrgico, y refiere molestias locales en la zona del implante. En el examen físico practicado, en la zona quirúrgica, se halló un ligero aumento de volumen con área renitente a la palpación y matidez a la percusión. Los estudios hemoquímicos y urinarios practicados no mostraron alteraciones en la función renal.
En los estudios imagenológicos, el ultrasonido informó una imagen quística polilobulada que se proyectaba entre el riñón trasplantado y la vejiga, de unos 30 mm de diámetro, que desplazaba el uréter sin comprometer su luz. Catéter de derivación interna en el riñón trasplantado sin signos de hidronefrosis. La tomografía axial computadorizada (TAC) no halló variación con lo informado por el ultrasonido y se confirmó la sospecha clínica del linfocele y al tomar en cuenta el posible comprometimiento de la luz del uréter, al retirar el catéter, y las molestias que ya venía produciendo a la paciente, es que se decide realizar la videolaparoscopia, y el linfocele se localizó sin dificultad. Se realizó el fenestrado del peritoneo, la exploración de toda la cavidad y la aspiración de su contenido, con un tiempo quirúrgico de 10 min y sin accidentes. No se interpuso epiplón en la apertura. El retirado del catéter y el alta fueron respectivamente a las 24 y 48 h de la operación.
Después de 10 meses de evolución no se ha presentado ninguna complicación.
Discusión
El drenaje por vía videolaparoscópica de un linfocele sintomático posterior al trasplante renal, constituye hoy en día el proceder de elección, pues combina la eficiencia del drenaje quirúrgico interno con la invasión mínima de las técnicas no quirúrgicas,3 permite además mantener la nutrición e inmunosupresión en el día de la operación,1,4 disminuye el dolor, la estadía hospitalaria, que varía de 2 a 4 días, la convalecencia y tiene similar recurrencia que la vía abierta.1,3
A causa de que con este abordaje la lesión del tractus urinario (uréter, pelvis renal y vejiga) es mayor que la vía abierta, 7 % contra 1,6 %, y que su realización puede dificultarse en los linfoceles lobulados, es que algunos utilizan la vía abierta tradicional o por medio de una minilaparotomía.5
A pesar de lo anterior las ventajas de la laparoscopia son tan grandes, que la convierten en la principal alternativa entre los diferentes tipos de terapéuticas que se disponen hoy en día,6 aún más cuando las lesiones iatrogénicas pueden disminuirse con la experiencia que se va acumulando con esta técnica, así como el uso del ultrasonido laparoscópico por los centros que lo dispongan.7,8
En conclusión podemos decir que el abordaje videolaparoscópico del linfocele sintomático posterior al trasplante renal, constituye la terapéutica de elección.
Summary
This paper is aimed at describing a case of symptomatic lymphocele after kidney transplantation, which was treated with videolaparoscopy. It was a 54 years-old woman with terminal chronic renal failure secondary to several blood hypertension, who was transplanted a kidney from a dead donor in 2001. She presented with some discomfort in the transplant area, without urinary symptoms, owing to a urethral catheter used as rod and due to be withdrawn. The diagnosis was symptomatic lymphocele. After pre-operative checking, internal drainage by videolaparoscopy was performed, with no accidents or immediate surgical complications; the urethral catheter was withdrawn at 24 hours and the patient was discharged at 48 hours. Ten months later, no complication was found. The videolaparoscopic treatment of symptomatic lymphocele after kidney transplantation is the therapy of choice.
Subject headings: LYMPHOCELE/diagnosis; KIDNEY TRANSPLANTATION; LAPAROSCOPY.
Referencias bibliográficas
- Duepree HJ, Fornara P, Lewejohann JC, Hoyer J, Bruch HP, Schiedeck TH. Laparoscopic treatment of lymphoceles in patients after renal transplantation. Clin Transplant 2001;15: 375-9.
- Stencl J, Bujdak P, Miklosi M, Breza J, Reznicek J. Laparoscopic fenestration of lymphoceles after kidney transplantation. Rozhl Chir 2001;80:311-4.
- Ostrowski M, Lubikowski J, Kowalczyk M, Power J. Laparoscopic lymphocele drainage after renal transplantation. Ann Transplant 2000;5:25-7.
- Cadrobbi R, Zaninotto G, Rigotti P, Baldan N, Sarzo G, Ancona E. Laparoscopic treatment of lymphocele after kidney transplantation. Surg Endosc 1999; 13:985-90.
- Lin CC, Chen WH, Wu CF. Minilaparotomy for internal drainage of a symptomatic lymphocele after renal transplantation. Chang Gung Med J 2001; 24:526-9.
- Hsu TH, Gill IS, Grune MT, Andersen R, Eckhoff D, Goldfarb DA, et al. Laparoscopic lymphocelectomy: a multi-institutional analysis. J Urol 2000; 163:1098-9.
- Risaliti A, Corno V, Donini A, Cautero N, Baccarani U, Pasquaiucci A, et al. Laparoscopic treatment of symptomatic lymphoceles after kidney transplantation. Surg Endosc 2000; 14: 293-5.
- Oyen O, Siwach V, Line PD, Pfeffer P, Lien B, Bentdal O, et al. Improvement of post-transplant lymphocele treatment in the laparoscopic era. Transpl Int 2002;15:406-10.
Recibido: 10 de febrero de 2003. Aprobado: 13 de abril de 2003.
Dr. Miguel Ángel Martín González. Calle A No. 101 A entre 5ta y Calzada, Vedado, Plaza, CP. 10400, Ciudad de La Habana, Cuba. E-mail: miguelmg@infomed.sld.cu