EDITORIAL

 

A finales de la década del 80 del pasado siglo surge un nuevo paradigma en la cirugía general, que muy pronto se difundiría al resto de las especialidades quirúrgicas: la cirugía mínimamente invasiva. Este nuevo concepto, producto del desarrollo científico técnico demostró desde muy temprano evidentes bondades para el paciente y a su vez, la necesidad de adquisición de nuevas habilidades por el cirujano.

En Cuba, en la década de 1990, se inició un proceso de introducción y desarrollo de este nuevo tipo de tratamiento quirúrgico. En 1991, en dos instituciones insignes de nuestro país, el Hospital Universitario "Hermanos Ameijeiras" y el "Centro de Investigaciones Médico-Quirúrgicas" se realizaron las primeras colecistectomías laparoscópicas. A pesar de ser años especialmente difíciles para el país, fue intención y voluntad del Estado cubano mantener los altos niveles alcanzados por la medicina cubana, con la aceptación de este nuevo modelo de tratamiento. El reto fue grande y aún lo es.

En marzo de 1993 se crea en el Hospital Universitario "General Calixto García", con propósitos asistenciales, docentes y de investigación, un grupo multidisciplinario formado por gastroenterólogos, cirujanos, anestesiólogos, radiólogos y enfermeras, para enfrentar de forma integral la cirugía endoscópica, la endoscopía terapéutica y la radiología intervencionista. Este grupo conformó el núcleo innovador que creó el Centro de Cirugía Endoscópica (CCE), hoy Centro Nacional de Cirugía de Mínimo Acceso (CNCMA), en un momento en que era necesaria la introducción de estas técnicas, que eran ya una realidad a nivel mundial. Esto favorecería de manera significativa la calidad de vida de la población y el desarrollo científico de los profesionales de la salud y contribuiría a mantener los altos niveles alcanzados por la medicina cubana.

Desde su fundación, el CNCMA ha tenido la misión de liderar las actividades de asistencia, docencia e investigaciones en la práctica de la cirugía mínimamente invasiva. Ha introducido tecnologías de punta y desarrollado investigaciones de acuerdo a los problemas de salud que afectan al país. Ha ofrecido cursos, entrenamientos, diplomados y una maestría para la formación y superación de los profesionales y técnicos en este campo, tanto nacionales como extranjeros. Hoy es el centro de referencia nacional para el desarrollo de la terapéutica endoscópica y la cirugía de mínimo acceso en Cuba. A través de estos años en el centro se han formado numerosos profesionales y técnicos, de las especialidades de cirugía general, urología, ginecología, gastroenterología, anestesiología, radiología intervencionista, otorrinolaringología, ortopedia, angiología, reumatología y cirugía cardiovascular, entre otras. Más de 45,000 cirugías fueron realizadas por estas técnicas el pasado año, procederes cada vez más complejos son realizados por las diferentes especialidades. Nuevas tecnologías se incorporan al arsenal terapéutico y el reto consiste en incorporarlas en medio de una situación económica nada favorable.

Las tendencias futuras en el mundo de la cirugía mínimamente invasiva apuntan al desarrollo de la robótica y la realidad virtual; de la nanotecnología y los sistemas mecánicos microeléctricos con capacidad de cálculo y comunicación; de la cirugía intracelular o con sistemas guiados por ecoendoscopía para terapia genética y reparación de tejidos.

Hoy la cirugía robótica es una realidad, ventajas como, mayor libertad de movimientos, mejor precisión y filtro de temblor facilitan el acceso a sitios anatómicos difíciles, tanto para la cirugía abierta o laparoscópica. Permiten realizar procedimientos de alta complejidad con una técnica depurada.

Pero si bien es un reto introducir en nuestro país esta nueva tecnología, contar con profesionales de sólida formación, con alto grado de conocimiento y capacidad es una necesidad.

 

 

Miguel Ángel Martínez Alfonso
Centro de cirugía de mínimo acceso. La Habana, Cuba.
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