Introducción
La enfermedad nodular tiroidea es frecuente motivo de consulta médica, afecta entre cuatro y ocho % de la población, su forma de presentación clínica varía desde un simple nódulo en un lóbulo de la glándula, la aparición de una adenomegalia cervical o la presencia de síntomas compresivos, por lo que debe ser evaluada, con precisión con el objetivo de realizar el tratamiento adecuado, en el momento preciso.1,2
Los nódulos tiroideos se encuentran entre las afecciones endocrinas más frecuentes; afectan a aproximadamente 50 % de las mujeres mayores de 50 años.3 La prevalencia de los nódulos tiroideos depende del método de diagnóstico; por medio de palpación se identifican en un 3 - 7 % de la población general.4 Cuando se utiliza algún estudio de imagen como la ultrasonografía la prevalencia aumenta desde un 19 hasta un 76 %.5 A pesar de que la mayoría son nódulos benignos, el 18 % corresponde a nódulos malignos.6
Los nódulos tiroideos son más frecuentes en personas de edad avanzada, en las mujeres, habitantes de áreas geográficas con deficiencia de yodo y en aquellos con antecedentes de exposición a radiación. Se ha observado una prevalencia más alta en mujeres embarazadas y en edad fértil.3,4
El resultado de la punción por aguja fina (PAF) debe ser informado de acuerdo al sistema de Bethesda, que los clasifica en seis categorías y recomienda una conducta en cada uno de ellos. En general, los nódulos Bethesda II requieren seguimiento ecográfico periódico, excepto casos específicos con crecimiento significativo o síntomas locales asociados. Los nódulos Bethesda V o VI, salvo casos seleccionados, requieren cirugía. Los nódulos Bethesda III o IV son un grupo heterogéneo, y su manejo requiere la integración de variables clínicas, ecográficas y cito-histológicas para definir entre un amplio espectro de alternativas: seguimiento ecográfico, repetición de la PAF, estudio molecular y cirugía.7
La extensión de la cirugía es uno de los elementos más importantes y controvertidos dentro del manejo de nódulos y cáncer diferenciado de tiroides (CDT). En el caso de nódulos benignos e indeterminados que requieran tratamiento quirúrgico, la lobectomía se considera el procedimiento de elección en la mayoría de los pacientes.8
La tiroidectomía es una operación común en la actualidad; las indicaciones más frecuentes se deben a la presencia de nódulos tiroideos y la incertidumbre de su naturaleza, el tratamiento de un bocio de gran tamaño por compresión de órganos vecinos o un cáncer; por ello es importante conocer detalladamente la anatomía del cuello y el tiroides, además de prestar interés en la identificación de estructuras vitales vecinas a la hora de la disección quirúrgica.9
Además de las complicaciones inherentes a cualquier cirugía, la cirugía tiroidea presenta complicaciones específicas relacionadas con ella, las cuales deben ser estudiadas por el cirujano antes de enfrentarse al acto quirúrgico, para así poder evitarlas y/o tratarlas con ecuanimidad, y tener en cuenta que muchas pueden comprometer la vida del paciente de forma inmediata.10
En la actualidad existe un incremento de las enfermedades quirúrgicas tiroideas a nivel mundial, por lo que se necesita realizar verticalización en cirugía de cuello y tiroides para evitar el aumento de la incidencia de complicaciones, que constituyen un reto actual y una necesidad real ganar experiencia sobre este tema, pues las complicaciones son inversamente proporcionales a la experiencia del cirujano y un detalle importante para lograr este objetivo es la clasificación y organización de las complicaciones para comprenderlas mejor.11,12
Las afecciones tiroideas se dividen en dos grandes grupos: clínicas y quirúrgicas. Para realizar su diagnóstico y tratamiento es necesario una evaluación clínico-patológica, a través de pruebas diagnósticas funcionales, inmunológicas, morfológicas, citológicas e histológicas como: la dosificación de hormonas tiroideas, la ecografía y gammagrafía tiroideas y la citología aspirativa con aguja fina (CAAF).13
El objetivo de esta investigación fue caracterizar el comportamiento de los pacientes con afecciones quirúrgicas del tiroides, en la provincia de Cienfuegos.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo y retrospectivo en el Hospital Clínico Quirúrgico Provincial Dr. “Gustavo Aldereguía Lima” de Cienfuegos, durante el 1 de enero de 2018 hasta el 31 de diciembre del 2020). Se caracterizó a los pacientes atendidos en el Servicio de Cirugía General de dicha institución, intervenidos por presentar patologías tiroideas. Se incluyeron los 193 pacientes intervenidos quirúrgicamente y donde el universo coincidió con la muestra.
Recolección de la información y análisis de los datos
La fuente primaria donde se recogió la información fue la historia clínica individual de cada paciente, la cual constituyó un documento médico- legal del hospital. Esta información se plasmó en un modelo recolector de datos para su utilización durante el estudio (Anexo). Los resultados se presentaron en tablas de frecuencia y de relación de variables, expresados en número y por ciento. El procesamiento estadístico se realizó en el software SPSS versión 21,0.
Resultados
En la tabla 1 se puede observar las variables sociodemográficas, encontrándose un predominio del sexo femenino en un 83,9 % y el grupo etario más representativo fue el de 41 a 50 años que representa un 31,1 %.
Variables sociodemográficas | No | % |
---|---|---|
Femenino | 162 | 83,9 |
Masculino | 31 | 16,1 |
20 años y menos | 5 | 2,6 |
21- 30 años | 21 | 10,9 |
31- 40 años | 36 | 16,7 |
41- 50 años | 60 | 31,1 |
51- 60 años | 50 | 25,9 |
61- 70 años | 14 | 7,2 |
71 años y mas | 7 | 5,6 |
n= 193 |
Fuente: Historia clínica.
En la tabla 2 se observa la distribución de las enfermedades nodulares diagnosticada mediante estudios histológicos, constatándose un predominio del carcinoma papilar en un 13,0 % en las entidades malignas. Mientras que en las enfermedades benignas fue más representativo el bocio nodular, seguido del bocio multinodular, ambas representan un 23,3 % y 21,2 % respectivamente. Las afecciones benignas fueron la más representativa de manera general en un 74,6 %.
Enfermedad nodular | No | % |
---|---|---|
Carcinoma papilar | 25 | 13,0 |
Carcinoma folicular | 17 | 8,8 |
Carcinoma medular | 5 | 2,6 |
Carcinoma anaplásico | 2 | 1,0 |
Adenoma folicular | 25 | 13,0 |
Tiroiditis crónica | 14 | 7,2 |
Bocio multinodular | 41 | 21,2 |
Bocio nodular | 45 | 23,3 |
Bocio coloide | 10 | 5,2 |
Quiste tiroideo recidivante | 9 | 4,7 |
n= 193 |
Fuente: Historia clínica.
En la tabla 3 dentro de las técnicas quirúrgicas empleada para el tratamiento de los pacientes con afecciones de tiroides se pudo apreciar un predominio de la hemitiroidectomía en el 50,8 %; seguido de la tiroidectomía total sin vaciamiento en el 35,7 % de los pacientes estudiados.
Técnica quirúrgica | No | % |
---|---|---|
Tiroidectomía total sin vaciamiento | 69 | 35,7 |
Tiroidectomía total con vaciamiento funcional del cuello | 8 | 4,1 |
Hemitiroidectomía | 98 | 50,8 |
Tiroidectomía casi total | 15 | 7,8 |
Istmectomía | 3 | 1,6 |
n= 193 |
Fuente: Historia clínica.
Entre las complicaciones postquirúrgicas presentadas en los pacientes estudiados, se apreció un predominio de la disfonía transitoria seguida del hematoma de la herida quirúrgica en el 6,2 % y 4,7 %, respectivamente (Tabla 4). En el estudio tuvimos 2 pacientes fallecidos para un 1,0 % los operados de carcinoma anaplásico.
Complicaciones | No | % |
---|---|---|
Sepsis de la herida quirúrgica | 2 | 1,0 |
Seroma de la herida quirúrgica | 2 | 1,0 |
Hematoma de la herida quirúrgica | 9 | 4,7 |
Granuloma de la herida quirúrgica | 2 | 1,0 |
Parálisis recurrencial transitoria | 5 | 2,6 |
Disfonía transitoria | 12 | 6,2 |
Hipoparatiroidismo transitorio | 1 | 0,5 |
Fallecido | 2 | 1,0 |
n= 193 |
Fuente: Historia clínica.
Discusión
En esta investigación podemos apreciar que la enfermedad nodular tiroidea es una patología frecuente, motivo de asistencia de los pacientes a consulta, su aparición aumenta con la edad y alrededor del 4 % de la población mundial los presentan. En este trabajo se estudiaron un total de 193 pacientes operados de nódulos tiroideos benignos; en el periodo de 1 de enero del 2018 al 31 de diciembre del 2020 en la provincia de Cienfuegos.
En relación con el sexo, predominó el femenino con 162 pacientes, para un 83,9 % del total de operados de nódulo benigno tiroideo. Al comparar el comportamiento a nivel nacional e internacional de las enfermedades tiroideas, se encuentra coincidencia de la casuística estudiada en el estudio con la reportada en la bibliografía consultada, se halló un predominio de los pacientes del sexo femenino. En el estudio realizado por Ramírez Sosa y otros (14 predominó el sexo femenino en el 94 % de la muestra examinada, lo cual coincidió con nuestro trabajo. En la investigación realizada por Díaz y otros15 en un hospital de Santo Domingo, República Dominicana el 96 % de la muestra estudiada pertenecían al sexo femenino y en el trabajo que realizó Pedroso y otros (16 predominó el sexo femenino en el 89 % de los casos, ambos resultados coincidieron también con el nuestro. En un trabajo realizado en Beijing, China, Jiang y otros4 observaron la mayor prevalencia del nódulo tiroideo en el sexo femenino en el 53 % de la muestra estudiada, lo cual coinciden con los resultados de nuestro trabajo.
En esta investigación realizada el grupo de edades predominante fue el de 41 a 50 años, que representa el 31,1 %, de los pacientes estudiados. No coinciden con este resultado los alcanzado por Grageda y otros17) donde la mayor incidencia de los pacientes se encontraba en los grupos etarios entre los 50 y 59 años, sin embargo, en el trabajo realizado por Jiménez García y otros18 en la provincia de Pinar del Río, el grupo de edades más representativo fue entre 36 a 50 años de edad y corresponde con los resultados de nuestra investigación, donde la 5ta década fue la más frecuente. Otro trabajo que coinciden con nuestros resultados fue el realizado por Ulloa García otros19 en la provincia de Matanzas, donde se observó que el grupo etario más representativo fue de 31 a 50 años. La investigación realizada por Rojo Quintero y otros20 en la provincia de Camagüey encontró que los grupos de edades más predominantes fueron entre 40 y 49 años, también coinciden con los resultados de esta investigación. Sin embargo, en los resultados obtenidos por Mesa Izquierdo y otros21 observó que la mayor cantidad de pacientes con enfermedad quirúrgica tiroidea se encontraron entre 50 y 59 años y en el realizado en Puebla por Ramírez Sosa y otros14) el grupo etario predominante fue de 31 a 40 años, lo cual difiere ambos con los resultados de nuestro trabajo.
En este trabajo se observó un predominio del carcinoma papilar en un 13,0 % en las entidades malignas; mientras que en las enfermedades benignas fue más representativo el bocio nodular, seguido del bocio multinodular representando un 23,3 % y 21,2 % respectivamente. Las afecciones benignas fueron la más representativa de manera general en un 74,6 %. Coinciden con este resultado los trabajos realizados por Rojo Quintero y otros20 y Grageda y otros17 en ambos estudios la variedad histológica predominante fue el bocio multinodular en el 56,1 % y 58,2 %, respectivamente. Sin embargo, en los trabajos realizados por Sosa Martín y otros22 y Pérez y otros23 la histología más frecuente de los nódulos fue el adenoma folicular, resultado que difiere con este trabajo.
En nuestro trabajo la hemitiroidectomía fue la técnica quirúrgica más utilizada para el tratamiento de estos pacientes con diagnóstico de enfermedad nodular del tiroides, representando el 50,8 % del total de la muestra estudiada. Coinciden con nuestros resultados los obtenidos por Sosa Martín y otros22 en el hospital Calixto García, donde esta técnica quirúrgica fue más utilizada en el 78,6 % de los pacientes operados, llegando a la conclusión que en las patologías tiroideas benignas es la técnica más empleada. En el estudio realizado por Grageda y otros17) la técnica quirúrgica más realizada fue la lobectomía más istmectomía, en los pacientes estudiados y refiere que para la selección de la técnica a realizar será importante conocer las características de la lesión, su histología, siempre se debe considerar el estado general del paciente y su condición, para evitar de esta forma la aparición de complicaciones postoperatorias, que lejos de solucionar la condición inicial, la agrava; por cuanto se debe tener en cuenta la relación riesgo-beneficio, la cual coincide con nuestro trabajo. Sin embargo, en el trabajo realizado por Robayo Rodríguez24 la técnica quirúrgica más utilizada fue la tiroidectomía total, resultado que no coincide con el nuestro.
Entre las complicaciones postquirúrgicas presentadas en los pacientes estudiados en nuestro trabajo, se apreció un predominio de la disfonía transitoria seguida del hematoma de la herida quirúrgica en el 6,2 % y 4, 7 %, respectivamente. Coinciden con este resultado el trabajo realizado por Castañeda Solís y otros25 donde realizan un análisis de los casos operados, siendo la parálisis recurrencial transitoria la complicación más representativa. Otros trabajos que coinciden con el nuestro fueron los de Grageda y otros17) y Jiménez García y otros18 en ambos predominó la disfonía transitoria. No coincide con el trabajo de Sosa Martín y otros22 en el cual las complicaciones postquirúrgicas encontradas fueron el granuloma y el seroma de la herida quirúrgica, poco frecuente en esta investigación.
La enfermedad nodular tiroidea, aunque no constituye un problema de salud, si es frecuente su diagnóstico y tratamiento quirúrgico en nuestro medio, fundamentalmente en mujeres mayores de 41 a 50 años.