Mi SciELO
Servicios Personalizados
Articulo
Indicadores
- 
 Citado por SciELO Citado por SciELO
Links relacionados
- 
 Similares en
    SciELO Similares en
    SciELO
Compartir
Revista Cubana de Estomatología
versión On-line ISSN 1561-297X
Rev Cubana Estomatol v.44 n.3 Ciudad de La Habana jul.-sep. 2007
Artículos de revisión
Facultad  de Ciencias Médicas.    Clínica  Estomatológica  Docente de  Especialidades “III  Congreso del  PCC”    
 Matanzas 
Nociones actuales sobre la flora microbiana del surco gingival
Dra. Tatiana Peña Ruiz, 1 Dr. Ariel Delgado Ramos 2 y Dra. Yudit Martínez Abreu 1
                                            
   RESUMEN
     La enfermedad periodontal es un problema de salud bucal a escala mundial. Con el transcurso del tiempo, el conocimiento de la gingivitis ha sufrido grandes cambios, y es hoy en día una de las enfermedades de mayor frecuencia entre los pacientes que asisten a los servicios estomatológicos. Se realiza este estudio con el objetivo de profundizar en la relación entre los microorganismos de la placa dental y la etiología de la periodontitis. La placa dental es una comunidad microbiana compleja; como consecuencia de las interacciones entre las especies, se produce un nicho ecológico que favorece el crecimiento y la supervivencia de especies proteolíticas anaerobias estrictas, así como condiciones apropiadas para el desarrollo de periodontitis.
Palabras clave: placa dental, microorganismos anaerobios, periodontitis.    
         
     
     
La  enfermedad   periodontal  es  un   problema  de  salud   bucal  a  escala   mundial  y  data   desde  épocas  muy   remotas. 1 En culturas como las de China y Egipto se hace  referencia a ella en papiros  y  libros   médicos. Hipócrates, quien ha  sido considerado padre de la  medicina moderna,  escribió sobre ella y explicó su etiología. Creía que la inflamación de las  encías podría atribuirse a la acumulación de cálculos, con hemorragia gingival  producida en  casos  de   enfermedad  persistente. 2    
       
   Durante  la segunda mitad del  siglo XX,  estudios  epidemiológicos  realizados   en  todo  el   mundo,  refieren  un   descenso  en  la   prevalencia  de  la enfermedad periodontal. 1    
       
   Con el  transcurso del tiempo, el conocimiento de la gingivitis ha sufrido grandes  cambios, y es hoy  en   día  una  de   las  enfermedades de mayor  frecuencia  entre  los   pacientes que asisten a los servicios estomatológicos. La gingivitis  aparece desde la  infancia y su  prevalencia es considerable, así como su gravedad, que aumenta con la edad. En  países industrializados aproximadamente el   50 %  de  la   población  adulta  tiene   gingivitis. 3    
       
   Algunos  autores plantean  que   en  países  subdesarrollados,  en   los  que  no   existen  programas  de   educación  para  la   salud  ni  preventivos,   todos  los  individuos   tienen  gingivitis  en   casi  todas  las   áreas  de  la  dentadura, desde aproximadamente los 14  años. La   distribución  y  gravedad   alcanzan  un  máximo   antes  de  los   20  años  y   se  mantiene  más   o  menos  igual   durante toda  la  vida. 3    
       
   Estos  resultados   no  se consideran  de   alta  fidelidad,  ya   que  se  han   efectuado  en  muestras   no  representativas  de  la  población,   por  lo  que   escapan  al  análisis   aquellos  que  pertenecen   a  los  sectores   más  pobres  y   que  no  tienen   acceso  a  los   servicios  médicos,  ni   reciben educación  en  cuanto   a  su  salud. 4,5    
       
   La  enfermedad   periodontal  está  dividida   para  su  mejor estudio   y  compresión  en  la  enfermedad gingival inflamatoria crónica (gingivitis) y la destructiva crónica  (periodontitis). 1,4,5    
       
   La  organización   mundial  de  la   salud (OMS), considera  acerca  de   la  alta  prevalencia   y  moderada  gravedad de la  gingivitis   crónica, coincidiendo  con  trabajos   realizados  en  nuestro   país, que  es una  de  las  afecciones  más  comunes   del  género  humano. 8 Estudios  realizados   por  investigadores  en   Michigan, revelan  que  en   numerosos  países  la   enfermedad  periodontal  desempeña un   papel  más  importante   que  la  caries   dental  en  los   problemas  de  salud.    
       
   En  nuestro   país  no se han realizado estudios  completos de esta problemática, solo investigaciones descriptivas muy  localizadas, en las que se refleja una   alta  prevalencia  de   la  enfermedad  periodontal,   que se detecta  en  edades   tempranas  (12-18 años) con un  predominio hasta del  45 % (gingivitis).     
 Todo  esto   ilustra  la  gran   importancia  que  cobran   las  acciones  preventivas   y  terapéuticas combinadas en  este  sentido. 
DESARROLLO
La  gingivitis   crónica  es  la   enfermedad  periodontal  confinada   a  los  tejidos   que  protegen  al   diente (periodonto  de protección),  que  incluye: encía, epitelio  de   unión  y  membrana   de Nasmyth. Se inicia  por  la activación del sistema de defensa  inmunológico periodontal local e invasión microbiana. Dentro de la  patogenia   de  esta enfermedad intervienen  factores de riesgo como placa dentobacteriana, microbiota  subgingival, las condiciones del sistema  inmune del paciente, estrés, estilo de vida (nutrición, drogas, hábitos), nivel  cultural, características higiénico-sanitarias, socioeconómicas e influencias  ambientales y enfermedades  sistémicas  (endocrino metabólicas,   hemolinfopoyéticas,  psicosomáticas,  SIDA,   entre  otras), así como los  factores genéticos. Por  todo  esto,   su curación y  prevención  ha   sido  y  es   difícil. 2-5    
       
   Esta afección  se  circunscribe   al  periodonto  de   protección y se clasifica   según  dientes  afectados   en:  localizada  y   generalizada;  en  relación   con  las  zonas   de  la  encía   afectada  en:  marginal,   papilar  o  difusa;   y  teniendo  en   cuenta  las  características  histopatológicas  en: edematosa,  fibrosa   o  fibroedematosa.    
       
 El  cuadro   clínico  presente  en   esta  afección  se   describe  como  la   pérdida  de  la   morfología  gingival, que se  localiza  primeramente en  la   papila  gingival  y   que  puede  llegar  a   tomar  la  encía   marginal y en ocasiones la   adherida. En algunos casos la encía aparece lisa, brillante, de  consistencia   blanda  y  de color   rojo, sangrando  con  facilidad   ante  los  estímulos   mecánicos (gingivitis   crónica  edematosa). En  otros se   observa  una  encía   firme,  con  superficie   finamente  lobulada,  de   consistencia  dura,  color   rosado  pálido  y   sin  tendencia  a   sangrar (gingivitis  crónica  fibrosa). En   ocasiones  este  cuadro   clínico  es  una   combinación  de  ambos   procesos,  sin  llegar   a  predominar  uno   de  los  2 (gingivitis   crónica  fibroedematosa. 2-5
Carranza 2 señala que la prevalencia de la gingivitis crónica en los adolescentes es de alrededor del 62 % y en los adultos jóvenes del 57%, y que esta decrece gradualmente con el incremento de la edad, sin embargo, 10 años después, en el año 1996, plantea que esta se incrementa con la edad, no debido a la gingivitis en sí, sino por el efecto acumulado de la destrucción periodontal, además plantea que en los países no industrializados, donde no existen programas de prevención ni de educación para la salud, todos los individuos presentan gingivitis alrededor de los 14 años. 2-5 En la última encuesta Nacional de Salud Bucal efectuada por el MINSAP en 1998, 6 se evidenció la mayor prevalencia en las edades entre 25 a 44 años. En nuestro estudio, a pesar de ser un ensayo clínico y no una investigación epidemiológica sobre la gingivitis, se observa cómo predominan los grupos de edades más jóvenes. Además, al evaluar la homogeneidad de las muestras entre ambos grupos, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas (95 % de confiabilidad).
Carranza 2 considera  que en el sexo masculino existe una mayor prevalencia e intensidad de la  enfermedad que en las mujeres; en otros estudios,  los resultados son contradictorios, por lo  que no se pueden valorar adecuadamente. Pensamos que lo reducido de nuestra  muestra no permite evaluar objetivamente el comportamiento de esta variable  y  por otro lado, la falta de estudios de  prevalencia en el país y en nuestra provincia para caracterizar  epidemiológicamente el comportamiento de esta enfermedad, nos imposibilitan  valorar adecuadamente estos resultados, además de la influencia de factores  socioculturales que influyen en el estilo y modo de vida de las diferentes  comunidades.    
       
   Numerosos  autores   coinciden  en  señalar a la placa dentobacteriana y  la   acción  de  los   productos  antigénicos, enzimas,  toxinas y  endotoxinas  de   los  microorganismos  de   la  microbiota  subgingival,   como  los  factores   patogénicos  fundamentales  en el desarrollo de la enfermedad  periodontal. La  respuesta   inmune  tiene  un   peso  importante  en   la  actualización  de   la  patogenia  de   la  enfermedad  periodontal   y  específicamente  de  la  gingivitis  crónica,   teniendo  en  cuenta   que  la  respuesta   del  hospedero desempeña un papel  primordial ante la agresión de los agentes   patogénicos. (Seguí L, et al. Proporción relativa de  los morfotipos bacterianos subgingivales observados con el microscopio de campo  oscuro. FOLA ORAL. Estomatología 89. XII Congreso de la   Federación Odontológica Latinoamericana. XI Congreso Nacional de  Estomatología. Julio 10-14; 1989. La Habana, Cuba). 6-9    
       
   El proceso inmune  de la encía no significa la ruptura del equilibrio; es el equilibrio mismo, la  ruptura de este da lugar a la aparición de signos clínicos y a todo el proceso  patogénico ulterior desencadenado por antígenos   de  la  microbiota   subgingival. 9,10     
       
   Existen más de 6 000 millones de microorganismos  y   más  de  medio   millar  de  especies   diferentes  formando  parte   del hábitat  de   la  cavidad  bucal,   potencialmente  patógenos e  involucrados desde el inicio en la   instalación, el  agravamiento  y   mantenimiento  de  la   enfermedad  periodontal. 6-10    
       
   La cavidad bucal, normalmente es puerta de entrada de  numerosos   microorganismos,  pero  protege   su integridad  mediante  mecanismos   inespecíficos (la barrera mucosal, la decamación  epitelial, etc.)  y   específicos,  particularmente  anticuerpos   secretores  de  clase   Ig A. Estos  últimos  previenen   la  adherencia  de   los  microorganismos  a  la  superficie   de  la  mucosa   y  los  dientes   mediante  la  agregación   y  facilitan,  al   mismo  tiempo,  su   fagocitosis (opsonización). Cuando se rompen esos mecanismos de control,  microorganismos potencialmente patogénicos pueden causar,  directamente,   daño  a  los   tejidos.  De  forma   alternativa, ese  desbalance   puede   conllevar  a  la   hipersensibilidad  o  a   cierto  grado  de   inmunodeficiencia. 11-21 De   esta  manera, en la  enfermedad   periodontal  están  involucrados   los  efectos  citotóxicos   y  proteolíticos  de   la  microbiota  subgingival,   así  como  las   consecuencias  patológicas  de  la  respuesta   inmune  del  hospedero   a  la  fuente   mantenida  de  antígenos   que  representa la microbiota  subgingival. 22,23    
       
   Autores como Seguí y  colaboradores (citados anteriormente) estudiaron a los morfotipos bacterianos  subgingivales, observados con el microscopio a campo oscuro y la importancia de  su uso en la valoración del tratamiento periodonta. Page 21 refleja mediante estudios microbiológicos,  morfotipos bacterianos presentes en diferentes condiciones gingivales.    
       
   En estos  pacientes  se   constata  un  infiltrado   mantenido  de  polimorfonucleares  y   un  influjo  hacia   la encía  de  linfocitos   T. En  aquellos  con   una  enfermedad  más   grave,  el  infiltrado   linfocitario  se  compone   básicamente  de  linfocitos   B  y  células   plasmáticas  productoras  de  inmunoglobulinas  de clase   IgG,  con  la  característica  de  carecer,  casi   absolutamente,  de  la   subclase  Ig G2.  Esto  último  puede   ser  debido a cierto grado de activación  inespecífica de los  linfocitos  que   fluyen  hacia  el   área  inflamada,  debida   a  la  acción   de  mitógenos  y  proteasas  de   origen  bacteriano. Una  característica  asociada   con  la  gingivitis   y  de  gran   importancia  en  su   patogenia,  es el aumento de  un   exudado  seroso  conocido   como  líquido  crevicular   e  incluido  en   el  fluido  del   surco  gingival  y   en  contacto  con   los microorganismos subgingivales. Este exudado es  rico   en  componentes  funcionales   del  complemento  y   anticuerpos  específicos  para   diferentes  antígenos  de   la  microbiota subgingival.  El incremento   de  este  líquido   crevicular  es  un   paso  fundamental  en   la  progresión  de   la  enfermedad. En él ocurre  activación del complemento, tanto mediante   inmunocomplejos  formados  por   antígenos  de  la   microbiota subgingival y   anticuerpos  de  clase   IgM  e  IgG (vía   clásica), como  directamente por endotoxinas  y   peptidoglican  de bacterias  a   través  de la vía alternativa.  Entre las  consecuencias  de   la  activación  del   complemento  está  la   liberación  de  fragmentos   de  escisión  proteica   con  actividad  biológica   como  las  llamadas   anafilotoxinas  C3a  y  C5a.  La fracción C7, C8 y C9 del complemento libera sustancias vasoactivas de los  mastocitos. La  acción  de   estos  componentes  biológicos   provoca  un  aumento del edema gingival, atracción  quimiotáctica y activación de polimorfonucleares y células de competencia  inmunológica (linfocitos T y B, macrófagos y células plasmáticas), con la  consiguiente liberación de sustancias  biológicamente activas como las prostaglandinas   E y  enzimas  proteolíticas   como  colagenaza  y   tripsina. 20-27      
       
   Estas sustancias dañan el tejido circundante y pueden activar más  complemento, aumentando el  grado  de   inflamación  y  destrucción   del  tejido  y   contribuyendo  a  perpetuar   el  mecanismo  de   patogénesis. En  especial  la   prostaglandina E2   tiene  un  papel   significativo  en  las   formas  más  graves   de  la  enfermedad    por  su  acción   estimuladora  de  osteoclastos   y  la  destrucción   ósea,  junto con la acción de  citoquinas y de las paratohormonas. Además de su participación imprescindible,  a través de la cooperación celular mediante citoquinas e interacción de  receptores de membrana en la activación de linfocitos B, la inmunidad mediada  por células aporta otros mecanismos en la progresión de la enfermedad periodontal.  De hecho, los individuos con esta afección muestran una elevada reactividad de  linfocitos periféricos frente a antígenos de la microbiota subgingival, lo que  no resulta extraño, pues los linfocitos T, por razones de su pequeño tamaño,  pueden retornar a la circulación general por vía linfática. Una de su  activación, con importante papel patogénico, es su participación en la  inducción de fibrinogénesis. Curiosamente y por razones hasta el momento  desconocidas, en pacientes con formas graves de la enfermedad, la reactividad  local de linfocitos T frente a antígenos de la microbiota subgingival está  considerablemente disminuida. Esto pudiera ser un factor contribuyente al  desbalance que se observa de la respuesta frente a la placa dentobacteriana y  la microbiota subgingival. 22-29    
       
   Algunos autores han propuesto el uso de índices clínicos para  medir la prevalencia y  gravedad de la  gingivitis crónica. La utilidad práctica de este proceder ha sido avalada por  otros   investigadores. 23, 27    
       
   Histopatológicamente, la inflamación crónica  puede manifestarse en diversos grados y diversidad de características, e ir  desde la congestión vascular, el edema con aumento de los espacios  intercelulares e infiltrado mononuclear, hasta la desintegración de la membrana  basal, destrucción de fibras colágenas, neovascularización, fibrosis y otros  cambios irreversibles que indican un mayor daño de las estructuras titulares,  lo que se correlaciona con las manifestaciones clínicas que presenta el  paciente. En el caso de la gingivitis crónica, el tipo edematoso se caracteriza  por cambios reversibles como fluido intercelular abundante, infiltración por  linfocitos, células plasmáticas y monocitos, células inmunocompetentes, de las  cuales solo los linfocitos T pueden regresar a la circulación general por vía  linfática, ingurgitación vascular y en algunos casos hasta neovascularización;  mientras que en el caso de la fibroedematosa, se manifiestan también elementos  histopatológicos de la forma fibrosa como abundante proliferación de fibras de  predominio colágeno y engrosamiento de los epitelios, que denotan cambios  crónicos de difícil reversión espontánea o por intervención terapéutica. 28-32    
       
   El  paradigma tradicional en relación con la etiología de la enfermedad  periodontal, descrito desde los años 60, lo conforma la hipótesis de placa no  específica, la cual señala que el solo aumento en número de bacterias, por la  formación de placa y cálculos sobre los dientes y los productos bacterianos  tales como endotoxinas, ácidos orgánicos, enzimas, sobrepasará la capacidad de  defensa del hospedero y la enfermedad aparecerá y progresará en forma lineal.    
       
   Ya en  los años 70 aparece la hipótesis de placa específica, defendida por autores  como Socransky 19 y Slots, 33 la cual señala en  esencia que ciertas bacterias en la placa están más comprometidas que otras en  el origen de determinada afección del periodonto.    
       
   En la  actualidad se ha demostrado que los microorganismos de la placa dentobacteriana  no poseen el mismo potencial antigénico para generar gingivitis y  periodontitis, lo cual sí logran los que integran la microbiota del surco, bajo  determinadas condiciones en un hospedero susceptible; por lo que hoy prevalecen  los criterios donde se le da gran importancia a la respuesta del hospedero.    
       
   La eliminación  de la placa dentobacteriana, así como el control de la patogenicidad de los  microorganismos presentes en la microbiota subgingival, constituyen el éxito  del tratamiento de la gingivitis crónica, conjuntamente con el control de los  restantes factores de riesgo y de una adecuada respuesta del hospedero. La  eliminación mecánica de la placa es necesaria, pero la aplicación local de  agentes químicos (antibióticos o antisépticos) pueden actuar como coadyuvantes  en dichos tratamientos.    
       
   Estudios electrónicos de microorganismos del surco gingival in situ de zonas sanas, han revelado un  predominio de cocos entre ellos fundamentalmente Estreptococos sanguis,  Actinomyces viscosus, Actinomyces israellis, presentes en número relativamente  alto. Microorganismos gramnegativos como Capnocitophaga, especies de Bacteroides, Camphilobacter y Fusobacterium, también pueden  aislarse. Regularmente muy pocas formas móviles y espiroquetas están presentes  en esta microflora relativamente escasa. Parece que no existe una diferencia  peculiar en la composición bacteriana de las áreas subgingivales y  supragingivales asociadas con las localizaciones sanas. 33-35    
       
   Existen  millones de microorganismos y más de medio millar de especies diferentes  formando parte del hábitat de la cavidad bucal, potencialmente patógenos e  involucrados desde el inicio en el agravamiento y mantenimiento de la  enfermedad periodontal. Existen múltiples factores de riesgo que actúan en esta  afección. La microbiota subgingival se comporta como un factor necesario, pero  no suficiente, pues también  se  relacionan las condiciones del sistema inmune del paciente, su estilo de vida  (nutrición, drogas, hábitos), nivel cultural, características socioeconómicas e  higiénico-sanitarias, estrés, todo bajo la influencia del ambiente. Es por ello  que la curación y prevención de la misma ha sido y es muy difícil.    
       
   Dentro  de los factores de patogenicidad de los microorganismos periodontales, tenemos  los factores de virulencia, que son aquellos que permiten que una bacteria  cause una enfermedad, los que posibilitan en primer lugar la colonización e  invasión de los tejidos y luego la acción directa o indirecta, cuyo resultado  es el daño tisular. La adherencia bacteriana es un importante factor de  virulencia demostrado en bacterias como Porphyromonas  gingivalis. La penetración de las bacterias en lo tejidos a través de  ulceraciones en la pared de la bolsa periodontal  o por perforación de los espacios  intercelulares del epitelio, ha sido descripta para el Actinobacillus actinimycetemcomitans y Porphyromonas gingivalis, entre otros, que una vez en los tejidos  las bacterias, usan diversas estrategias para evadir la acción de las defensas  del huésped; estas consisten en la producción de sustancias que neutralizan la  acción de los leucocitos polimorfonucleares o de los linfocitos, lo que impide  la fagocitosis. 36-43     
       
 La  destrucción celular causada por las bacterias se debe a:
- La síntesis de productos metabólicos, como el amonio, compuestos sulfurados volátiles, ácidos grasos.
- Enzimas como colagenasas, queratinasas, proteasas, hialuronidasas, etc.
- Exotoxinas como las leucotoxinas que atacan a los polimorfosnucleares o las epiteliotoxinas que destruyen el epitelio, y endotoxinas, que son componentes estructurales de las bacterias gramnegativas liberados después de la lisis bacteriana.
 La cavidad bucal está colonizada por más  de 400 especies de bacterias aerobias y anaerobias. Las bacterias anaerobias  superan el número a las aerobias en una proporción de entre 10:1 y 100:1. Estos  microorganismos habitan en los dientes, el surco gingival, las mucosas, el  dorso de la lengua y la saliva. Las infecciones dentarias se pueden producir de  varias maneras: 1) a través de la introducción de patógenos de origen  extrabucal; 2) por un trastorno del equilibrio de la flora indígena; o 3) por  la entrada de las bacterias en la pulpa vital  de los dientes, normalmente  estéril.    
       
   Aunque las defensas del hospedero de un  individuo pueden afectar a la progresión y la gravedad de los síntomas, es  fundamental tratar con antibióticos, antimicóticos o antivirales la mayoría de  las infecciones dentarias. Los fármacos por vía general pueden inhibir, e  incluso eliminar microorganismos patógenos localizados en lugares que escapan  al alcance de los instrumentos odontológicos y los antisépticos tópicos. 43-45    
       
   La  evidencia científica ha relacionado las infecciones graves con un aumento de la  vulnerabilidad a ciertas enfermedades sistémicas y trastornos importantes, como  son la patología cardiovascular, la diabetes mellitas, los  desenlaces  adversos de la gestación, las infecciones pulmonares y artritis reumatoide.44-50  Esto se debe a que los bacilos gramnegativos que provocan enfermedad  periodontal desencadenan la producción de lipopolisacáridos, proteínas del  golpe de calor, y citocinas proinflamatorias.     
       
   Existen como mínimo 400 grupos o especies  bacterianas diferenciadas morfológica y bioquímicamente que colonizan los  espacios ecológicos bucales y dentarios. La complejidad de la flora bucal y  dentaria ha impedido establecer con claridad los agentes etiológicos  específicos en la mayoría de los tipos de las infecciones bucales y dentarias,  pero la mayoría son provocadas por infecciones polimicrobianas mixtas por  grampositivos aerobios y anaerobios. Los microorganismos recuperados de las  infecciones generalmente son reflejo de la flora indígena del hospedero. En el  surco gingival existen aproximadamente 1,8 x 1011 anaerobios/g.  Debido a que las bacterias anaerobias forman parte de la flora bucal normal y  que en este lugar su número supera al de los microorganismos aerobios en una  proporción de 10:1 a 100:1, no sorprende que predominen en las infecciones  dentarias. 44-50     
       
   La mayoría de las infecciones  odontogénicas son inicialmente consecuencia de la formación de placa  dentobacteriana. Una vez que se establecen las bacterias potencialmente  patógenas, pueden provocar complicaciones locales y diseminadas, entre las que  se encuentran la endocarditis bacteriana, la infección de las prótesis  ortopédicas o de otro tipo, infección pleuropulmonar, infección del seno  cavernoso, septicemia, sinusitis, infección mediastínica y absceso cerebral.     
   Entre las bacterias más frecuentemente  implicadas en la patología periodontal y la pérdida ósea se encuentran Actinobacillus actinomycetemcomitans, y Porphyromonas gingivalis. Otras  bacterias asociadas con patología periodontal son Bacteroides forsythus, Prevotella intermedia, Prevotella nigrescens,  Fusobacterium spp. Peptostreptococcus micros, Capnocytophaga, Treponema  denticola, y Treponema sokranskii.    
       
   Otros grupos de bacterias se recuperan  sistemáticamente de las infecciones odontogénicas y orofaciales, lo que sugiere  que muchos microorganismos potencialmente patógenos pueden ser capaces también  de producir signos y síntomas clínicos de enfermedad. En pacientes con  infecciones odontogénicas graves se ha recuperado más frecuentemente Fusobacterium nucleatum 50-52  Las diferencias en la tasa de recuperación de estos microorganismos están  influidas por la edad, la patología sistémica subyacente y factores locales. La  mayoría de estos son indígenas de la cavidad bucal, pero en el inmunodeprimido  también pueden colonizar y provocar infección bacterias como Escherichia coli y Bacteroides fragilis.    
       
   La naturaleza polimicrobiana de estas  infecciones se ha puesto de manifiesto en muchos estudios, incluyendo uno  realizado por Brook y colaboradores 52  con 32 abscesos periapicales. Se recuperaron un total de 78 aislamientos  bacterianos (55 anaerobios y 23 aerobios y facultativos), con un promedio de  2,4 aislamientos por muestra (1,7 anaerobios y 0,7 aerobios o facultativos).  Solo había bacterias anaerobias en 16 pacientes (el 50 %), aerobias y  facultativas en 2 (6%) y flora mixta aerobia y anaerobia en 14 (44 %). Los  aislamientos predominantes fueron cocos anaerobios (Peptostreptococcus spp), bacterias, Prevotella y Porphyromonas  spp (sobre todo P gingivalis). El microorganismo potencialmente patógeno  aerobio fundamental fue Streptococcus,  y hubo pocos gramnegativos. Este estudio resaltó la naturaleza polimicrobiana y  la importancia de las bacterias anaerobias en el absceso periapical.    
       
   La gravedad de las infecciones en las que  participan especies de anaerobios como Prevotella,  Porphyromonas, Fusobacterium y Peptostreptococcus se facilita por la  sinergia que estos anaerobios muestran entre sí y con los aerobios. Esta  sinergia es frecuente en la patología periodontal por la multiplicidad de los  microorganismos y por el hecho de que tienen necesidades complementarias. 50-52  Varios mecanismos explican la sinergia microbiana en estas infecciones mixtas,  incluyendo la protección contra la fagocitosis mutua, la muerte intracelular y  la producción de factores de crecimiento esenciales. El descenso de los  potenciales de óxido-reducción que produce el componente aerobio de la  infección crea las condiciones físicas adecuadas para la replicación e invasión  por el componente anaerobio de esta. Se sabe que estos factores ambientales son  cruciales para el crecimiento de los anaerobios. Cuanto más crónica es la  infección, mayor es la carencia de oxígeno en los tejidos, lo cual estimula el  crecimiento de las bacterias anaerobias. Por lo tanto, aunque los anaerobios  son los microorganismos más  virulentos,  a medida que se cronifica el trastorno, medran los anaerobios y consolidan la  infección.    
       
   Los anaerobios estrictos pueden  interferir la fagocitosis y la destrucción de las bacterias aerobias. Se  demostró que P. gingivalis aislado a  partir de las células y del líquido sobrenadante del cultivo, era el bacilo  anaerobio gramnegativo que poseía el máximo efecto inhibidor. Se ha demostrado  que sobrenadantes de cultivos de Prevotella  y Porphyromonas, y P. gingivalis, son capaces de inhibir la quimiotaxia de  los leucocitos por los factores quimiotácticos de P. mirabilis. Las bacterias pueden proporcionarse también  mutuamente nutrientes. Klebsiella produce succinato, que alimenta Porphyromonas  asaccharolytica, y los difteroides de la boca producen vitamina K1, que es  un factor de crecimiento de Prevotella  melaninogenica. 50-53    
       
   El papel de los anaerobios en la patología  periodontal se ve corroborado por el hallazgo de niveles elevados de  anticuerpos IgG específicos de estos microorganismos en el suero de pacientes  diagnosticados de periodontitis. 54 Esta observación  inmunoserológica está fuertemente avalada por varios estudios bacteriológicos,  incluyendo uno en el cual P. gingivalis fue  el aislamiento predominante observado en el suero de pacientes con lesiones  avanzadas de periodontitis crónica. Varios anaerobios y estreptococos de la  boca, incluyendo P. gingivalis, Porphyromonas  intermedia, Prevotella melaninogenica, Capnocytophaga spp, Streptococcus  sanguis y Streptococcus mitis,producen proteasas de IgA, 50-56  que pueden alterar la inmunidad local.    
       
   Las bacterias anaerobias de la boca  poseen varios factores de virulencia importantes y son resistentes a  antibióticos beta-lactámicos a través de la producción de la enzima  betalactamasa. Los bacilos gramnegativos anaerobios (Prevotella y Porphyromonas spp) poseen una cápsula que inhibe la  fagocitosis, y producen potentes enzimas y productos colaterales metabólicos.  Entre ellos se encuentra la producción de ácido succínico (que inhibe la  migración de los polimorfonucleares) superóxido dismutasa, catalasa, proteasa  de inmunoglobulina, factores que promueven la coagulación y la propagación  (como hialuronidasa, colagenasa y fibrinolisina) y factores de adherencia.    
       
   Otros factores que potencian la  virulencia de los anaerobios comprenden la lesión de mucosa, la caída del  potencial de óxido-reducción y la presencia de hemoglobina o de sangre en el  lugar infectado. Anteriormente se ha demostrado la importancia de estos  factores tanto in vitro como en  estudios realizados en animales de experimentación. 53-57    
       
   Más de la mitad de los bacilos anaerobios  gramnegativos (incluyendo Prevotella,  Porphyromonas, Bacteroides y Fusobacteria spp), son capaces de producir  betalactamasas, responsable de muchos fracasos terapéuticos en infecciones  dentarias, así como en infecciones de cabeza y cuello. En un estudio que evaluó  32 abscesos periapicales, se identificaron bacilos productores de betalactamasa  (BPBL) en un tercio de los casos.52-56    
       
   Los BPBL pueden tener un importante papel  clínico en las infecciones. Son capaces de un efecto patógeno directo, así como  de un efecto indirecto a través de su capacidad de producir betalactamasa. Los  BPBL  no solamente sobreviven al tratamiento con penicilina, sino que  también pueden “proteger” a los co-patógenos sensibles a penicilina de la  actividad de este antibiótico, liberando a su ambiente la enzima libre. 50-56     
       
   La presencia de altos niveles de  betalactamasa en la saliva puede ser reflejo de una colonización por muchos  BPBL. Se ha demostrado que pacientes con amigdalitis recurrente por  estreptococos beta hemolíticos del grupo A, tenían niveles detectables de  betalactamasa en la saliva, en comparación con pacientes con amigdalitis no  complicada. 54-56 Estos datos apoyan el papel creciente de los BPBL  en las infecciones polimicrobianas y orofaríngeas. Los hallazgos demuestran  también la rapidez con que pueden aparecer BPBL y propagarse.
CONSIDERACIONES FINALES
Consideramos que la naturaleza específica de la microbiota de la placa dental es fundamental en la etiología y patogénesis de la periodontitis. Es por ello, que el volumen de la placa no puede ser tomado solamente como un indicador de susceptibilidad o actividad de periodontitis destructiva, sino es mucho más importante conocer la flora específica y los factores de virulencia que los microorganismos producen. No obstante otros factores inherentes a los individuos, como algunas enfermedades genéticas o por razones adquiridas como el hábito de fumar, escasa higiene bucal, entre otros, permitirán que ciertas bacterias específicas patógenas aumenten en número y desencadenen la enfermedad periodontal con un carácter de destrucción severa e inicio temprano de la enfermedad.
Summary
Current notions on the microbial flora of the gingival sulcusPeriodontal disease is an oral health problem worldwide. In the course of time, knowledge about gingivitis has greatly changed, and today, this is one of the most frequent diseases affecting the patients going to the dentistry service. This study was aimed at delving into the relationship between the dental plaque microorganisms and the periodontitis etiology. The dental plaque constitutes a complex microbial community; the interactions among the host species give rise to an ecological niche that favors growth and survival of strictly anaerobic proteolytic species as well as to adequate conditions for the onset of periodontitis.
Key words: dental plaque, anaerobic microorganisms, periodontitis
    
   REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
     1. Organización Mundial de la Salud. Epidemiología, etiología y prevención de las periodontopatías. Moscú: OMS; 1977.( Informe; 621).
2. Carranza FA, Sznajder. Compendio de Periodoncia. 5 ed. México: Médico Panamericana; 1996.
3. Brown LJ, Löe H. Prevalence, extent, severity and progressión of periodontal disease. Periodontology 2000;2:57.
4. Del Valle Portilla MC. Epidemiología de las periodontopatías. Rev Cubana Estomatol 1972;9(3): 177.
5. Organización Mundial de la Salud. Las periodontopatías: Comité de Expertos en Higiene Dental. Ginebra: OMS; 1961. (Informe Técnico ; 207).
6. Socransky SS, Tan ACR, Haffajee AD. Present status of estudies on the microbial etiology of periodontal disease. En: Genco RJ, Mergenkagen SE, eds. Host-Parasite Interaction in Periodontal Diseases. Washington (DC): American Society for Microbiology; 1982. p. I.
7. Chow AN. Odontogenic infections. En: Schlossberg D, ed. Infections of the Head and Neck. New York: Springer Publishing; 1987. p. 148.
8. Seguí L, et al: Proporción relativa de los morfotipos bacterianos subgingivales observados con el microscopio de campo oscuro. FOLA ORAL. Estomatología 89. XII Congreso de la Federación Odontológica Latinoamericana. XI Congreso Nacional de Estomatología. 1989 Julio 10-14; La Habana, Cuba.
9. Rams T, et al. Long- therm effects of- microbiológically modulated periodontal theraphy. JADA 1985;111(9):429-40.
10. Listgarten MA. Nature of periodontal disease pathogenic mechanisman. J Periodontal Res 1987;22:172-8.
11. Ministerio de Salud Pública. Estomatología. Tema de periodoncia II. La Habana: Editorial Ciencias Médicas; 1990. pp.26-45.
12. Löesche WJ. Bacterial mediators in periodontal disease. Clin Infect Dis 1993;16 (Suppl 4):5203.
13. Grbic JT. Inmunoglubulin isotypes in gingival crevicular fluid; possible protective role of IgA. J Periodontal 1995;66:55-61.
14. Lamster IB. Diagnosis of periodontal disease based on analysis of the host response. Periodontology 2000;7:83-99.
15. James SP, Strober W, Greenspan JS. Gastrintestinal, hepatobiliary and orodental disease. En: Stetes DP, Terr AL, Parslow TG, eds. Basic and clinical inmunology. 8 ed. Washington (DC): Apletton and Lange; 1994.
16. Genco RJ. Host responses in periodontal disease. Current concepts. J Periodontal 1992;63:338.
17. Strober W, James SP. The mucosal inmune system. En: Stites DP, Terr AL, Parslow TG, eds. Basic and clínical immunology. 8 ed. Washington (DC): Apletton and Lange; 1994.
18. Traves J, Bambula A, Potempa J. The role of bacterial and host proteinasas in periodontal disease. Adv Exp Med Biol 2000;477:455-65.
19. Socransky SS, Haffajee AD. Microbial mechanisms in the pathogenesis in periodontal disease. J Periodont Res 1991;26:230-5.
20. Pouliot M, Clish CB, Petasis NA, Van Dyke, Serhan CN. Lipoxin a (4) analoges inhibit leukoujte recruitment to Porphyromonas gingivalis: A role for ciclooxigenase-2 and lipoxin in periodontal disease. Biochemestry 2000;39(16):4761-8.
21. Page RC. The role of inflamatory mediatons in the pathogenesis of periodontal disease. J Periodont Res 1991;26:230.
22. Yamamoto M. Absence of exogenous interbukin – 4 – induced apoptosis of gingival macrophages. may contribute to chronic inflamaton in periodontal disease. Am J. Pathol 1996;148(1):331- 8.
23. Yamazaki K. Slective expansion of T cells in gingival lesions of palients with chronic inflamatory periodontal disease. Clin Exp Immunol 2000;120(1):154-61.
24. Proskin HM. Some throughts on the measurement of gingivitis. J Periodontal Res 1992(Spec issue);27:369- 72.
25. Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas. Salud Bucodental. Ciudad de La Habana: CNICM; 1996.
26. Wassenaar E. T cells and fibroblasts in chronic adult periodontitis. The Netherlands: University of Amsterdam; 1999.
27. Grundemann LJ, Stain. Plaque and gingivitis reduction by combining clorhexidine and peroxyborate. J Clin Periodontal 2000;27(1):9-15.
28. Rosin M, Splieth CH, Hessler M, Gartner CH, Kordass B, Kocher T. Quantification of gingival edema using a new 3-D laser scanning method. J Clin Periodontol 2002;29(3):240-6.
29. Scott C. Kachlany, PJ. Planet. Nonspecific adherence by Actinobacillus actinomycetemcomitans requires genes widespread in bacteria and archaea. J Bacteriol 2000;182(21):6169-76.
30. Maida C, Campus G, Piana A, Solinas G, Milia E, Castiglia P. Periodontal status in an Italian young adult population. Prevalence and relationship with periodontopathic bacteria. New Microbiol 2003;26(1):47-56.
31. Wang H, Luo J, Su W, He Q, Huang X. Study of bacteriology on local application of Tinidazole stilus in treatment for periodontitis. Hua Xi Kou Qiang Yi Xue Za Zhi. 2001;19(1):41-2, 51.
32. Bimstein E, Ram D, Irshied J, Naor R, Sela MN. Periodontal diseases, caries, and microbial composition of the subgingival plaque in children: a longitudinal study. ASDC J Dent Child 2002;69(2):133-7,123.
33. Slots J. The predominant cultivable microflora of advanced periodontitis. Scand J Dent Rest 1977;85(2) :114-21.
34. Van Winkelhoff AJ, Loos BG, van der Reijden WA, van der Velden U. Porphyromonas gingivalis, Bacteroides forsythus and other putative periodontal pathogens in subjects with and without periodontal destruction. J Clin Periodontol 2002;29(11):1023-8.
35. Irfan UM, Dawson DV, Bissada NF. Epidemiology of periodontal disease: A review and clinical perspectives. J Int Acad Periodontol 2001;3(1):14-21.
36. Takahashi K, Nishimura F, Kurihara M, Iwamoto Y, Takashiba S, Miyata T, et al. Subgingival microflora and antibody responses against periodontal bacteria of young Japanese patients with type 1 diabetes mellitus. J Int Acad Periodontol 2001;3(4):104-11.
37. Papapanou PN, Teanpaisan R. Periodontal microbiota and clinical periodontal status in a rural sample in southern Thailand. Eur J Oral Sci 2002;110(5):345-52.
38. Brinig MM, Lepp PW, Ouverney CC, Armitage GC, Relman DA. Prevalence of bacteria of division TM7 in human subgingival plaque and their association with disease. Appl Environ Microbiol 2003;69(3):1687-94.
39. Oh TJ, Eber R, Wang HL. Periodontal diseases in the child and adolescent. J Clin Periodontol 2002;29(5):400-10.
40. Sela MN. Role of Treponema denticola in periodontal diseases. Crit Rev Oral Biol Med 2001;12(5):399-413.
41. Lin LJ, Chiu GK, Corbet EF. Are periodontal diseases risk factors for certain systemic disorders-what matters to medical practitioners? Hong Kong Med J 2003;9:31-7.
42. Castellanos JL, Díaz LM. Periodontitis crónica y enfermedades sistémicas. Rev ADM 2002;LIX(4):121-7.
43. Jeffcoat MK, Geurs N, Reddy NS, Cliver SP, Goldenberg RL, Hauth JC. Periodontal infection and preterm birth. Results of a prospective study. JADA 2001;132:875-80.
44. Hujoel PP, Drangholt M, Spiekerman C, Derouen TA. Examining the link between coronary heart disease and the elimination on chronic infections. JADA 2001;132:883-9.
45. Scannapieco FA, Ho AW. Potential association between chronic respiratory disease and periodontal disease: Analysis of national health and nutrition examination survey III. J Periodontol 2001;72:50-6.
46. Persson L, Bergstrom J, Ito H, Gustafsson A. Tobacco smooking and neutrophil activity in patients with peridontal disease. J Periodontal 2001;72:90-5.
47. Wilkelhoff AJ, Bosh-Tijhof CJ, Winkel EG, Reijden WA. Smoking affects the subgingival microflora in periodontitis. J Periodontol 2001;72:666-71.
48. Mirbod SM, Ahing SI, Pruthi VK. Inmunogistochemical study of vestibular gingival blood vessel density and internal circunference in smokers and non-smokers. J Peiodontol 2001;72:1318-23.
49. Mercado FB, Marchall RI, Klestov AC, Bartold PM. Relationship between rheumatoid arthritis and periodontitis. J Periodontol 2001;72:779-87.
50. Katz J. Elevated blood glucose levels in patients with severe periodontal disease. J Clin Periodontol 2001;28:710-11.
51. Slots J. Microbial analysis in supportive periodontal treatment. Periodontol. 2000;12:56-9.
52. Brook I, Frazier EH, Gher ME. Aerobic and anaerobic microbiology of periapical abscess. Oral Microbiol Immunol. 1991;6:123-5.
53. Stanford Guide to Antimicrobial Therapy. 33rd ed. Vermont: Antimicrobial Therapy; Inc; 2002.
54. Ehrenfeld M. Clindamycin in the treatment of dental infections. En: Zumbrano D, ed. Clindamycin in the treatment of human Infections. 2 ed. Kalamazoo, Mich: Pharmacia and Upjohn; 1997.
55. Conrads G. DNA probes and primers in dental practice. Clin Infect Dis 2002;1(Suppl 1):S72-S77.
56. Craig WA. Pharmacokinetic/pharmacodynamic parameters: Rationale for antibacterial dosing of mice and men. Clin Infect Dis 1998;26:1-12.
57. Longman LP, Preston AJ, Martin MV, Wilson NH. Endodontics in the adult patient: the role of antibiotics. J Dent 2000;28:539-48.
Recibido: 13 de julio del 2007.  Aprobado: 2 de agosto del 2007.    
   Dra. Tatiana  Peña Ruiz. Clínica Docente de Especialidades “III Congreso del PCC”,  Matanzas.
1 Especialista de I Grado en Periodoncia.    
       2 Especialista de II  Grado en Bioestadística. MsC. en Informática de Salud.

 
 








 Servicios personalizados
Servicios personalizados Articulo en XML
Articulo en XML Referencias del artículo
Referencias del artículo
 Enviar articulo por email
Enviar articulo por email
 Permalink
Permalink

