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Revista Cubana de Farmacia

versión On-line ISSN 1561-2988

Rev Cubana Farm v.40 n.3 Ciudad de la Habana sep.-dic. 2006

 

Policlínico Universitario Docente del Vedado

Errores en la medicación del adulto mayor en el área de salud del Policlínico Universitario, Plaza, Ciudad de La Habana

Arelys Reyes Expósito,1 Gema Pérez Davison,2 y Gregorio Martínez Sánchez3

Resumen

Se realizó un estudio descriptivo en adultos mayores residentes en el área de salud del municipio Plaza, encaminado a detectar y clasificar los problemas relacionados con la medicación e identificar necesidades de información en los profesionales de la salud que los atendieron. Los datos se obtuvieron mediante entrevistas a los pacientes y a los prescriptores. La información fue procesada estadísticamente. Los trastornos asociados con el sistema cardiovascular y los inflamatorios a nivel óseo constituyeron el grupo de afecciones que con mayor frecuencia aparecieron (64 y 62 %, respectivamente). De igual manera predominó el uso de fármacos para el tratamiento de estas afecciones. De los pacientes estudiados el 82,5 % presentó problemas relacionados con la medicación de tipo real, y se evidenció que no siempre los medicamentos son utilizados adecuadamente en el adulto mayor. La observación anterior se relacionó con el grado de conocimiento de los galenos sobre farmacovigilancia y ajuste de la terapia al adulto mayor. La calificación de estos aspectos fue no satisfactoria, por lo que se identificaron los temas a superar y las medidas para su corrección.

Palabras clave: Adulto mayor, paciente geriátrico, atención farmacéutica, farmacovigilancia, reacciones adversas a medicamentos, interacciones medicamentosas.

Según datos de las Naciones Unidas, aproximadamente del 15 al 17 % de la población del planeta es anciana.1 El incremento de las personas de 60 años de edad y más en Cuba, es uno de los procesos más rápidos e intensos ocurridos en el ámbito internacional. Ello se atribuye a la disminución de la tasa bruta de fecundidad (hijos/mujer) de 4,97 en el período de 1950-1955 a 1,72 en el período actual, a un descenso de la tasa de mortalidad en ese mismo período de 19,8 a 10,2 por 1 000 habitantes, con la consiguiente prolongación de la esperanza de vida al nacer de 46,4 años en la década de 1950 a 76 años en la actualidad y a la migración ocurrida en los últimos años.2

El 13,9 % de la población cubana es mayor de 60 años de edad, el municipio Plaza de la Revolución es el más envejecido de Cuba con el 22 %. Conjuntamente con el envejecimiento se presenta la aparición de incapacidades y procesos degenerativos y patológicos en un mismo anciano, que pueden hacer más compleja la terapéutica geriátrica. Fundamentalmente aparece la polifarmacia.1 Adicionalmente, el adulto mayor representa el segmento demográfico de más demanda sanitaria: consume un elevado número de fármacos; genera grandes gastos; hace uso indiscriminado de medicamentos de eficacia, utilidad dudosa o nula y por todo ello, está altamente expuesto a la aparición de problemas relacionados con la medicación que pueden comprometer el tratamiento terapéutico e interferir real o potencialmente, con los resultados deseados.3

En Cuba, el número de notificaciones de reacciones adversas a medicamentos ha ido ascendiendo, pero aún no está en correspondencia con la cantidad de profesionales de la salud existentes, ni con los datos nacionales de consumo de medicamentos.4 Por ello, se hace necesario un desarrollo simultáneo de la farmacovigilancia para lo cual es imprescindible proporcionar información y formación a todo el personal sanitario, ya que posiblemente al poner un mayor énfasis en el aspecto educativo, podrá conseguirse un éxito superior.5

El objetivo del presente estudio fue determinar las interacciones medicamentosas potenciales en el adulto mayor, detectar y clasificar los problemas relacionados con la medicación en la muestra de estudio, identificar las necesidades de información que tienen los profesionales médicos sobre el uso de medicamentos en pacientes geriátricos y diseñar una propuesta de temas de superación profesional de acuerdo con las necesidades de información diagnosticadas.

Métodos

Se realizó un estudio descriptivo del área de salud del Policlínico Universitario Docente del Vedado, ubicado en el municipio Plaza de la Revolución, Ciudad de La Habana que cuentan con una población total de 12 186 personas mayores de 60 años de edad. Para la selección de los pacientes se revisaron los certificados vigentes de medicamentos controlados de los consultorios médicos con mayor población del área, pertenecientes a la Farmacia Principal Municipal. De esta manera se obtuvo el universo de pacientes con 60 años de edad o más consumidores de al menos un fármaco controlado. Se seleccionaron, generando números aleatorios, un grupo de pacientes y se analizó el tratamiento farmacológico de ellos durante los meses julio-septiembre de 2005 mediante la revisión de las historias clínicas. Se consideraron como criterios de inclusión: consentimiento del paciente para ser entrevistado y para participar en el estudio; pacientes de más de 60 años de edad de cualquier etnia y género, consumidor de al menos un fármaco controlado. Criterios de exclusión: presencia de historia psiquiátrica con incapacidad para ser entrevistado, pacientes en estadio final de una enfermedad. Criterios de salida: negativa del paciente a continuar en el estudio, fallecimiento o aparición de enfermedad psiquiátrica.

A los pacientes se les realizó una entrevista estructurada, que permitió obtener datos generales para el formulario de recogida de datos. Las variables que se recogieron en el formulario fueron las siguientes: número de inclusión, número de Historia Clínica, nombres y apellidos del paciente, género, etnia, edad, peso, talla, presión arterial, grado de escolaridad, hábitos tóxicos, actividad física, antecedentes patológicos, consumo de fármacos o suplementos (en este caso se especificó nombre genérico y comercial, tiempo de tratamiento, frecuencia diaria, tipo de alimento con el que lo consume, si este fue prescrito o automedicado y si conocía las instrucciones del prospecto). Adicionalmente se preguntó si después de tomar algún medicamento detectó una reacción adversa y cuál fue la conducta seguida. Posteriormente la información obtenida se evaluó para detectar y clasificar los problemas relacionados (reales o potenciales). Se aplicó la clasificación aprobada por el Panel de Consenso de Granada en 1998.6 Se operacionalizaron las variables: problema relacionado con la medicación real (PRM-R) y potencial (PRM-P).

Las afecciones diagnosticadas fueron clasificadas según la Clasificación Estándar Internacional de Enfermedades y Problemas relacionados con la Salud, y los medicamentos se clasificaron mediante la Clasificación Anatómica-Terapéutica-Química (ATC). La información obtenida fue procesada con la aplicación de software MICROMEDEX7 que contiene una base de datos de interacciones medicamentosas, a través de Manuales de Interacciones de Medicamentos y fuentes bibliográficas actualizadas.8

Durante el periodo de estudio también se identificaron las necesidades de información de los médicos del área de salud, sobre actualización fármaco-terapéutica en el paciente geriátrico y sobre esta base se identificaron los temas necesarios para diseñar cursos de superación profesional. La muestra de profesionales médicos quedó conformada por 24 especialistas en Medicina General Integral (MGI) que prestan servicios en dicha localidad, con lo cual se cubrió el 100 % de este tipo de profesional en el área. Para identificar las necesidades de información se consultó bibliografía actualizada9 y se confeccionó un cuestionario anónimo que fue aplicado a cada profesional en su puesto de trabajo. En primer lugar se insistió en que el objetivo de la encuesta no era tomar medidas administrativas, legales o represivas. El cuestionario quedó confeccionado por 2 bloques de preguntas, el primero de respuestas cerradas (Sí o No) relacionado con el nivel de conocimientos de conceptos o pautas básicas; el segundo solicitó una auto-evaluación en una escala de 0 a 100 del nivel de dominio de diferentes materias. Basados en los resultados del cuestionario y ajustando las metodologías propuestas por otros autores para un diseño de programas educativos,9 se elaboró una propuesta de curso de superación profesional.

Se operacionalizaron las variables “Necesidad de información” que se refiere a la medida del conocimiento que tienen los MGI sobre farmacovigilancia. Basados en la autoevaluación sobre el nivel de conocimientos de una temática determinada se dio una evaluación cuantitativa individual en base a 100 puntos, la cual se llevó a una escala cualitativa ordinal de excelente ( ³ 90), bien (90 < X ³ 70), regular (70 < X ³ 60) y mal (< 60). Se concedió calificación por aspecto evaluado y una evaluación general de las necesidades de información. Si el resultado final de la evaluación de cada grupo se correspondía con que el 70 % o más, obtenían calificación de E ó B, se consideró satisfactorio el conocimiento que tenían sobre dicha temática, en caso contrario se consideró no satisfactorio y se justificó la necesidad de un programa de superación profesional.

La información fue procesada estadísticamente. Se hizo un análisis descriptivo en el cual se calcularon la media o mediana y la desviación estándar o valor máximo y mínimo (según el tipo de dato) para cada muestra ; a nálisis para detectar puntos aberrantes (outliers); ensayo de homogeneidad de varianza de Levene. ANOVA de clasificación simple, ensayo de comparación múltiple de medias de Student-Newman-Keuls, para determinar diferencias entre grupos. Se hizo un análisis de regresión y correlación con el objetivo de determinar el grado de asociación entre las variables estudiadas. Se reporta el coeficiente de correlación de Pearson. El nivel de significación estadística, empleado en todos los casos, fue como mínimo de p < 0,05. Los datos fueron procesados utilizando el paquete estadístico STATISTICA Versión 4.5 para WINDOWS.

Resultados

Fueron evaluados un total de 40 pacientes con una edad media de 73 años (Min. 61 años, Max. 83 años). En relación con las características generales de los incluidos en el estudio (tabla 1) se encontró que el 28 % correspondía al género masculino y el 72 % al femenino. En cuanto a la etnia se encontró una mayor proporción de individuos blancos (76 %). Con respecto a los niveles de escolaridad de los individuos analizados, predominó el nivel universitario (42 %). Por otra parte, se encontró una baja incidencia en la prevalencia de hábitos tóxicos. Una elevada proporción de los ancianos (43 %) pueden clasificarse como “activos” desde el punto de vista de la actividad física que realizan. El porcentaje de bajo peso fue del 3 % y el de sobrepeso 23 %.

Tabla 1. Características generales de los pacientes

Características

n

%

Raza

Blanca

31

76

Negra

3

8

Mestiza

6

16

Sexo

Femenino

29

72

 

Masculino

11

28

Escolaridad

Primaria

10

25

 

Secundaria

3

8
 

Pre-Universitaria

10

25

 

Universitaria

17

42

Hábitos tóxicos

Tabaco

3

8
 

Alcohol

2

5

 

Drogas

0

0

Actividad física

Sedentaria

10

23

 

Moderada

13

34

 

Activa

17

43

Indice de masa corporal

Bajo peso

1

3

 

Normal

30

74

 

Sobre peso

9

23

         
 n: número de personas con la característica especificada; %: proporción de estas con respecto al total. Se consideró actividad física “sedentaria” cuando el nivel de actividad fue inferior a 30 min 3 veces por semana; “moderada” 30 min 3 veces por semana y “activa” >30 min 3 veces por semana. El índice de masa corporal se calculó dividiendo la masa corporal en kilogramo entre el cuadrado de la talla en metros. Se consideró un índice de masa corporal “normal” a valores entre 20-25, 10 valores inferiores a 20 se consideraron como “bajo peso” y valores superiores a 25 como “sobrepeso”.

Los trastornos asociados con el sistema cardiovascular constituyeron el grupo de afecciones que con mayor frecuencia (64 %) se observaron en los ancianos. Dentro de estas la hipertensión arterial (44 %) fue la mayoritaria, seguida de los trastornos circulatorios (15 %) y la elevación de las concentraciones sanguíneas de colesterol (10 %). Por otra parte, los procesos inflamatorios a nivel óseo (artrosis 51 %, tendinitis 5 %, gota 2 % y osteoporosis 2 %) afectaron al 62 % de la población estudiada. Le continúan a estos desórdenes las cataratas (31 %) y otras afeciones asociadas con el SNC. Sobre este sistema el traumatismo cerebral y las neuropatías alcanzaron proporciones similares (10 %), al igual que la frecuencia de aparición de Alzheimer y depresión (5 %). Adicionalmente, se registraron alteraciones del tracto gastrointestinal (TGI), el sistema respiratorio y el endocrino (tabla 2).

Tabla 2. Cuadro de morbilidad de la población estudiada

Sistema afectado

n

%

Cardiovascular (varios)

25

64

Óseo (osteoporosis o inflamatorios)

24

62

Ocular (cataratas)

12

31

Neurológico (varios)

11

28

Inmunológico (alergias, asma)

8

21

Tracto gastrointestinal (varios)

7

18

Respiratorio (varios)

7

18

Endocrino (diabetes)

6

15

        
 n: número de pacientes afectados; %: proporción de estos con respecto al total. Los trastornos aL nivel del sistema cardiovascular incluyen: trastornos circulatorios, hipertensión arterial, aterosclerosis y cardiopatías. Los trastornos neurológicos detectados involucran: trauma cerebral, depresión, neuropatía y Alzheimer. Dentro de los asociados con el TGI se encontraron: úlcera gástrica, diverticulosis, gastritis y hernia. Dentro del sistema respiratorio se detectaron: enfermedades pulmonares obstructivas crónicas y enfisema.

Dentro de los fármacos de mayor consumo por este grupo de pacientes se encontraron los dirigidos al control de la hipertensión arterial y otros trastornos cardiacos (74 % del total de los fármacos empleados), se destacan en este grupo el uso de clortalidona (23 %), atenolol (18 %), captopril (12 %) y enalapril (10 %). Por otra parte, los analgésicos y antinflamatorios no esteroidales (AINES) son el segundo grupo de fármacos en importancia usados en la terapia de esta población (69 %), entre ellos sobresale el uso de la aspirina (46 %), paracetamol e ibuprofeno (12 %). Entre los activos sobre el SNC se encuentran el meprobamato (12 %) y amiptriptilina (10 %) como los de mayor frecuencia de uso. Otros medicamentos se utilizan con una frecuencia inferior al 5 % (tabla 3). Adicionalmente, se destaca el consumo de suplementos vitamínicos fundamentalmente del complejo B en el 28 % de los ancianos encuestados.

Tabla 3. Fármacos de mayor consumo por la población geriátrica estudiada

Tipo de fármaco

n

%

Antihipertensivos-diuréticos-antiarrítmicos

13

74

AINES

5

69

Activos sobre el SNC

8

30

Antialérgicos

4

10

Activos sobre el TGI

2

3

Tratamiento de la diabetes

1

3

          
n: cantidad de tipos de fármacos utilizados; %: proporción de pacientes que los utilizan.

El uso concomitante de diferentes medicamentos en un mismo paciente, permitió identificar diferentes interacciones (tabla 4). Fueron detectadas 13 interacciones medicamentosas con una mediana de consumo de 4 (Min. 0, Max. 7) fármacos por pacientes. El 25 % de los pacientes (10 pacientes) consumieron fármacos no susceptibles de producir ningún tipo de interacción medicamentosa. Sin embargo, el 75 % de la muestra analizada consumía fármacos susceptibles de interacciones. En el 17,5 % (7 pacientes) se detectó 1 interacción, en el 7,5 % (3 pacientes) 2 interacciones. La cantidad de fármacos consumidos por los pacientes y la aparición de interacciones medicamentosas estuvieron asociadas (r= 0,90; p < 0,05).

Tabla 4. Interacciones medicamentosas detectadas  

Interacción

Efecto

Frecuencia

Aspirina más antihipertensivos

Reducción del efecto antihipertensivo

5

Digoxina más clortalidona

Incrementa toxicidad de la digoxina. Deplesión de los iones Ca y Mg. ipokalemia. Peligro de arritmia

2

Metil Dopa más amiptriptilina

Reducción del efecto antihipertensivo

1

Levomepromacina más amiptriptilina

Sobre estimulación del SNC

1

Metil Dopa más trifluoperazina

Incrementa toxicidad de metildopa

1

Amiptriptilina más cimetidina

Incrementa toxicidad de amitriptilina por inhibición de su metabolismo hepático

1

Cimetidina más metroclopramida

Inhibición del efecto de cimetidina por inhibición de su absorción

1

Glibenclamida más aspirina

Disminuye efecto hipoglicemiante Desplazamiento de la unión de las proteínas plasmáticas del hipoglicemiante

1


De los pacientes estudiados, el 82,5 % presentó problemas relacionados con la medicación de tipo real. En relación con el número de PRM-R por pacientes, en la mayoría de ellos (47,1 %) se detectó un problema y un 15 % presentó 2 problemas. Los PRM-R clasificados aparecen en la tabla 5. El mayor porcentaje (73 %) correspondió a los pacientes con PRM-R1 (el paciente no usa los medicamentos que necesita). El 11 % de los PRM-R guardó relación con el uso por el paciente de un medicamento a una dosis, pauta o duración superior a la que necesita (PRM-R5).

Tabla 5. Resultados de evaluación de la incidencia de problemas relacionados
con la medicación de tipo real y potencial

Tipos de PRM-R

n (%)

Tipos de PRM-P

n (%)

PRM-R1

27 (73)

PRM-P1

1 (7)

PRM-R2

1 (3)

PRM-P2

3 (20)

PRM-R3

0 (0)

PRM-P3

2 (13)

PRM-R4

3 (8)

PRM-P4

0(0)

PRM-R5

4 (11)

PRM-P5

1(7)

PRM-R6

2 (5)

PRM-P6

8 (53)


PEM-R: problemas reales relacionados con la medicación; PEM-P: problemas potenciales relacionados con la medicación; n(%): número y porcentajes de problemas que se presentaron.
Tipos de PRM: PRM-R1. El paciente no usa los medicamentos que necesita; PRM-R2. El paciente usa medicamentos que no necesita; PRM-R3. El paciente usa un medicamento que estando bien indicado, está mal seleccionado; PRM-R4. El paciente usa una dosis, pauta o duración inferior a la que necesita; PRM-R5. El paciente usa una dosis, pauta o duración superior a la que necesita; PRM-R6. El paciente usa un medicamento que provoca una reacción adversa.
Tipos de PRM-P: PRM-P1. El paciente tiene riesgo de desarrollar un nuevo problema de salud porque no usa los medicamentos que necesita; PRM-P2. El paciente tiene riesgo de desarrollar un nuevo problema de salud porque toma medicamentos que no necesita; PRM-P3. El paciente tiene riesgo de desarrollar un nuevo problema de salud porque usa un medicamento bien indicado pero mal seleccionado; PRM-P4. El paciente tiene riesgo de desarrollar un nuevo problema de salud porque toma una dosis de medicamento demasiado baja; PRM-P5. El paciente tiene riesgo de desarrollar un nuevo problema de salud porque toma una dosis de medicamento demasiado alta; PRM-P6. El paciente tiene riesgo de desarrollar un nuevo problema de salud porque toma un medicamento que le puede provocar una reacción adversa.

En el 37,5 % de los pacientes se encontraron problemas relacionados con la medicación de tipo potencial. Al analizar la distribución de los pacientes según el número de PRM-P en su farmacoterapia, se pudo apreciar que existió un predominio de los que tienen un PRM-P (17,5 %, 7 pacientes), mientras que los que presentaron 2 PRM-P fueron 4 pacientes para un 10 %.

El PRM-R6 (el paciente tiene riesgo de desarrollar un nuevo problema de salud porque toma un medicamento que le puede provocar una reacción adversa) fue el predominante con un 53,3 %.

Al analizar el grado de información que poseen los facultativos con respecto a la farmacovigilancia, la definición de reacciones adversas (RAM), el reporte de las RAM y al uso de medicamentos en el anciano (tabla 6), se observa que el promedio general los ubica en la calificación de «mal». Los aspectos más críticos son los relacionados con la forma en que se clasifican las RAM, el correcto llenado de la notificación de las RAM y el tomar en cuenta las diferencias farmacocinéticas y farmacodinámicas, así como el peso corporal, a la hora de prescribir al adulto mayor.

Tabla 6. Evaluación del grado de conocimientos de los prescriptotes sobre temas relacionados con la farmacovigilancia y la prescripción al adulto mayor  

Tema analizado

A

B

Concepto de farmacovigilancia y su universo de estudio

79

B

Concepto de RAM

79

B

Factores que predisponen la ocurrencia de RAM

58

R

Clasificación de las RAM

8

M

Notificación de las RAM

50

M

Responsabilidad de notificar las RAM

87

B

Obligación de notificar las RAM

70

R

Correcto llenado de la notificación de RAM

29

M

En la prescripción al AM se toman en cuenta las diferencias farmacocinéticas y farmacodinámicas

58

M

En la prescripción al AM toma en cuenta el peso corporal

45

M

Total

56

M

        
 AM: adulto mayor; A: valoración del grado de conocimiento del tema desde el punto de vista cuantitativo; B: valoración cualitativa del grado de conocimiento del tema: excelente ( ³ 90), bien (90 < X ³ 70), regular (70 < X ³ 60) y mal (< 60).

Se detectó un pobre dominio de la clasificación de las RAM, tema desconocido por 22 de los 24 entrevistados. El 50 % de los galenos alcanzaron calificación de “mal” en el tema relacionado con la notificación espontánea, 12 de ellos desconocen lo que deben hacer (referente a la notificación) cuando un paciente presenta una RAM y toma varios medicamentos, 10 no conocen los factores que predisponen las RAM y 17 plantean no haber recibido orientaciones para el correcto llenado del modelo de notificación.

Al analizar el grado de información general que poseen los médicos sobre las afecciones que pueden causar los fármacos, sus efectos adversos, sus interacciones, la precauciones y ajustes de dosis (tabla 7) se observa que las mayores dificultades se encuentran en el conocimiento de los eventos adversos que causan los medicamentos y el discernir las interacciones que tienen lugar entre estos. La evaluación cualitativa general de los galenos en estos aspectos fue de “regular”.

Tabla 7. Resultados de la autoevaluación sobre el grado de conocimiento
de temas relacionados con la prescripción  

Tema

A

B

Afecines relacionadas con fármacos

67

R

Efecto/reacción adversa

69

R

Evento adverso

48

M

Precauciones

63

R

Interacciones medicamentosas

55

M

Interacciones medicamentos-alimentos

61

R

Reajuste de dosis

61

R

Total

60

R

        
 A: valoración del grado de conocimiento del tema desde el punto de vista cuantitativo; B: valoración cualitativa del grado de conocimiento del tema: excelente ( ³ 90), bien (90 < X ³ 70), regular (70< X ³ 60) y mal (< 60).

Discusión

Las características demográficas de la muestra de pacientes estuvieron en correspondencia con las características poblacionales de la zona donde tuvo lugar el estudio. De manera general se apreció que el 75 % de los ancianos presentaron un grado de escolaridad igual o superior al secundario (mayor de sexto grado). Este factor unido a los programas que se desarrollan en el área de salud, incide notablemente en los bajos índices de hábitos tóxicos encontrados y la elevada proporción de la variable actividad física (tabla 1). Por otra parte, la morbilidad en esta muestra está centrada fundamentalmente en trastornos degenerativos de carácter crónico, lo cual guarda una estrecha correspondencia con la edad.

Los fármacos que dominan el consumo (tabla 2) son los dirigidos al control de la presión arterial y los AINES, lo cual está en correspondencia directa con el cuadro de morbilidad que se presenta (tabla 3). Sin embargo, los trastornos del TGI, sistema respiratorio y endocrino aparecen con una proporción de entre el 15-18 %, mientras que el uso de fármacos encaminados al control de estas afecciones no supera el 3 %. Este hecho está en una correlación estrecha y significativa (r= 0,99, p < 0,05) con el número de PMR-R1 encontrados (73 %) referido a que el paciente no usa los medicamentos que necesita. Entre las afecciones para las cuales no hay un tratamiento o control establecido se encuentra la diabetes. Esta situación es preocupante porque el descontrol glicémico sostenido es causa de la aparición de complicaciones serias de salud que afectan los ojos, los riñones, el corazón, nervios y vasos sanguíneos.11 Precisamente, en este grupo los trastornos cardiovasculares, las cataratas y los desórdenes neurológicos afectan el 64, 31 y 28 % respectivamente.

La interacción medicamentosa de mayor interés estuvo relacionada con el uso concomitante de beta-bloqueadores mas ácido acetilsalicílico. La administración de ácido acetilsalicílico, en dosis superiores a 2 g/día, conjuntamente con atenolol u otros beta-bloqueantes puede conducir a una reducción (o pérdida completa) del efecto hipotensor de estos últimos agentes.8 El efecto antihipertensivo dependiente del bloqueo beta-adrenérgico parece estar mediado por la acción de determinadas prostaglandinas. Por otro lado, el ácido acetilsalicílico actúa como un inhibidor irreversible de la síntesis de prostaglandinas.

Aunque la dosis recomendada fue siempre inferior a 300 mg/día (generalmente 250 mg/día), se pudo observar como muchos pacientes que tenían esta combinación de fármacos, no lograron un control de la presión con su terapia habitual. En todos los casos la indicación de Aspirina® estaba dirigida a la profilaxis del tromboembolismo, para lo cual la dosis recomendada es de solo 100 mg/24 h. Es posible también que el ácido acetilsalicílico se asociara a un beta-bloqueante con fines terapéuticos, en el sentido de aprovechar las acciones antiagregantes plaquetarias del salicilato en la prevención del infarto de miocardio. Teniendo en cuenta que en el país la tableta disponible de Aspirina® contiene 500 mg y que según esta investigación el grado de conocimiento de los profesionales relacionados con tomar en consideración para la dosificación en los ancianos sus particularidades farmacocinéticas y farmacodinámicas, así como su peso corporal, resultó evaluada de “mal”; es muy probable que esta interacción adquiera relevancia clínica.

Aunque la interacción anteriormente mencionada, solo está descrita para unos pocos agentes beta-bloqueantes, a tenor del mecanismo sugerido, es previsible que sea extensible para todos los representantes del grupo. Por otra parte, las propiedades antiarrítmicas de los beta-bloqueantes no parecen ser afectadas por el ácido acetilsalicílico.8

La digoxina, si bien es un cardiotónico preferido a usar en ancianos, deben tenerse en cuenta sus potenciales interacciones, la dosis a administrar y la posible intoxicación digitálica. La digoxina es un fármaco de estrecho margen terapéutico que hace necesario que su dosificación se ajuste a la edad y función renal de los pacientes. Se ha planteado, por diversos autores, que hasta el 23 % de los pacientes que reciben este fármaco muestran una u otra forma de toxicidad. En ancianos que presentan una disminución de su función renal, su vida media puede prolongarse hasta 4-10 días pues la eliminación de esta se realiza con mayor dificultad, por lo que origina mayores concentraciones plasmáticas del fármaco.1,8

El elevado porcentaje de los pacientes con PRM-R, es indicativo de un manejo y seguimiento inadecuado de la medicación en el anciano. El PMR-R6 (el paciente tiene riesgo de desarrollar un nuevo problema de salud porque toma un medicamento que le puede provocar una reacción adversa) fue el predominante con el 53,3 %. En este caso el riesgo guarda una relación estrecha con el uso por parte de estos pacientes de medicamentos de forma crónica sin que exista un control sistemático de indicadores de función renal, hepática o hematológica. Los PRM-R3 guardaron relación con el uso por el paciente de un medicamento que estando bien indicado, está mal seleccionado, lo que demuestra la no consideración de factores de riesgo que contraindican el empleo de algunos fármacos en el paciente geriátrico; además, en algunos casos, no se analizaron parámetros como la eficacia y la seguridad. Al comparar estos resultados con los señalados por otros autores,12 se observa una alta correspondencia.

El elevado número de PRM detectados tanto reales como potenciales, evidencia que no siempre los medicamentos son utilizados de manera apropiada en el adulto mayor, se pone de manifiesto la irracionalidad en el uso de la farmacoterapia y la importancia de su monitoreo, control y seguimiento en el adulto mayor.13 En este sentido la participación activa del farmacéutico en colaboración con los demás profesionales sanitarios posibilitaría una reducción considerable de la morbilidad de los tratamientos y de sus costos. Por tanto, resulta necesario mejorar la interrelación entre los farmacéuticos y el resto del equipo de salud.14

Para minimizar lo más posible la ocurrencia de esos problemas, originados por los medicamentos, es muy importante realizar una evaluación geriátrica global del paciente, para determinar hasta que punto es necesario el establecimiento de la terapéutica farmacológica. El resultado del análisis estadístico aplicado en cada una de las temáticas evaluadas para conocer el grado de información que poseen los profesionales médicos con respecto a la farmacoterapia en el adulto mayor, mostró que existen diferencias altamente significativas (p < 0,001), para rechazar la hipótesis teórica de solo aceptar el 30 % de profesionales con resultados no satisfactorios. Los resultados evaluados en una escala cualitativa muestran valores entre regular y mal e indicaron la necesidad de tomar medidas, si se tiene en cuenta el papel que desempeña el médico de la familia en el seguimiento fármaco-terapéutico y en la educación sanitaria de su población.9

El conocimiento de los factores que favorecen el desarrollo de las RAM, evaluado de manera general como regular en esta muestra, es una temática de vital importancia ya que conociendo esos factores, podrían evitarse algunos efectos indeseables de los medicamentos. Además, aunque la prevención no siempre es posible, el estar alertas a su aparición podría conllevar a una detección temprana que minimizaría la morbilidad y mortalidad.15,16

Con respecto a la notificación espontánea , evaluada de mal, la situación es desfavorable si se tiene en cuenta la función que debe desempeñar el Médico de la Familia en el sistema de notificación voluntaria. En este sentido es evidente, que a los farmacéuticos y a los fármaco-epidemiólogos como representantes de la vigilancia farmacológica en la atención primaria de salud, les queda mucho por hacer, pues este aspecto organizativo está actuando en contra del buen desempeño de la farmacovigilancia.

El diagnóstico sobre el grado de conocimientos de los profesionales acerca de los temas que se tuvieron en cuenta evidenció la necesidad de elevar en el área de salud en forma de cursos o circulares el nivel de conocimiento de los médicos. De forma prioritaria debe incidirse sobre la manera de realizar la notificación de las RAM y las características particulares que requiere la medicación al adulto mayor. Fomentar la integración del farmacéutico y el fármaco-epidemiólogo en el equipo de salud y con todo ello lograr una terapia más racional en la atención al adulto mayor.

Summary

Medication mistakes associated to the older adult in the health area of university polyclinics “Plaza”, City of Habana

A descriptive study of older adults living in a health area of Plaza municipality was conducted to detect and classify those problems associated to medication and to find out the information needs of health professionals who have cared for them. Data were taken through interviews administered to both patients and physicians, and later statistically processed. Cardiovascular system and inflammatory disorders constituted the most frequent illnesses (64 and 62 % respectively). Similarly, the use of pharmaceuticals to treat these problems was predominant. 82.5 % of the studied patients presented with problems due to real medication whereas it was evident that drugs are not always adequately used in the older adult. The above-mentioned remark was associated to the level of knowledge of physicians on drug surveillance and to the suitable adjustment of therapy to the older adult. These aspects were rated as unsatisfactory, so the problems to be overcome and the corrective measures to be applied were identified.

Key words: Older adult, geriatric patient, pharmaceutical care, drug surveillance, adverse drug reactions, drug interactions.

Referencias bibliográficas

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Recibido: 31 de mayo de 2006. Aprobado: 3 de julio de 2006.
Lic. Arelys Reyes Expósito. Policlínico Universitario Docente del Vedado. Calle 15, esquina y 18, Plaza, Ciudad de La Habana. Cuba. Correo electrónico: arelys@infomed.sld.cu

1Licenciada en Ciencias Farmacéuticas.
2Maestra en Ciencias en Farmacología. Universidad de La Habana, Instituto de Farmacia y Alimentos, Centro de Estudios para las Investigaciones y Evaluaciones Biológicas.
3Doctor en Ciencias Farmacéuticas. Universidad de La Habana, Instituto de Farmacia y Alimentos, Centro de Estudios para las Investigaciones y Evaluaciones Biológicas.

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