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Revista Cubana de Medicina
versión impresa ISSN 0034-7523
Rev cubana med vol.50 no.4 Ciudad de la Habana oct.-dic. 2011
CARTAS AL EDITOR
Consideraciones respecto al editorial Presente y futuro de la Medicina Interna
Remarks about the editorial Present and future of Internal Medicine
A: Dr. Héctor Rodríguez Silva
Director de la Revista Cubana de Medicina
Mi nombre es José Enrique Cruz Aranda, soy mexicano, Médico Internista y Geriatra, me desempeño en el Hospital General Regional No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social en el área de hospitalización.
Me permito enviar las consideraciones que creo convenientes respecto al Editorial Presente y futuro de la Medicina Interna, de la Revista Cubana de Medicina 2011;50(2):116-117, disponible en:
Abordaré mi opinión respecto al editorial desde la situación en México, ya que es mi referencia más cercana. Coincido plenamente con lo expresado por usted respecto al carácter integral del médico internista; en el caso de México, por el sistema de salud en el cual nos encontramos inmersos, la importancia dada a la asistencia científico-tecnológica, por el creciente desarrollo de las subespecialidades médicas y la sobrevaloración que se le da en nuestro país al tercer nivel de atención, el médico internista se ha visto relegado en la atención integral de los pacientes y ofrece una atención fragmentada.
El Médico Internista, al menos en mi país, se encarga únicamente de remitir al paciente con el subespecialista indicado, dejando de lado la integración de las enfermedades presentes y, sobre todo, la atención de las personas, en el más amplio significado de la palabra. En el medio privado, el médico internista se ha colocado como un excelente "médico de guardia" cuya función se limita al cuidado general del paciente, sin poder intervenir de forma directa en su atención porque se encuentra a cargo, únicamente, del médico tratante subespecialista, y si discrepa del criterio médico de este último, hiere susceptibilidades.
Otro factor importante al que nos enfrentamos es la creciente cantidad de demandas legales presentadas por los pacientes, las que han influido en el desarrollo y práctica de una medicina defensiva que requiere evidencia científico-tecnológica para la cual se utiliza la mayor cantidad de medios disponibles y se deja de lado, hasta cierto punto, el diagnóstico clínico, y se da prioridad a exámenes auxiliares de diagnóstico, ya sean de laboratorio, imagen o patológico, lo que se traduce en desdén hacia la propedéutica, la semiología y sobre todo- hacia la relación médico-paciente.
En México, la función del Médico Internista en la formación de recursos humanos en salud ha sido fundamental durante muchos años, su capacidad única para la visión integral de los pacientes fue la pieza clave para formar, sobre todo, a médicos de pregrado, sin embargo, dada la implementación de planes de estudios basados en competencias, se ha descuidado la visión integral de las personas enfermas y se ha procurado la creación de bloques por especialidades donde el médico internista aún tiene cabida, pero se ve obligado a actuar con un programa académico limitado en contenidos integrales y fragmentados, dejando la integración clínica para mejor ocasión; a lo anterior se añade que los aspectos psico-sociales y la interdisciplina prácticamente se encuentran olvidados en la enseñanza clínica.
Considero que el futuro de la Medicina Interna es incierto (al menos en mi país) por todo la anteriormente mencionado, y que se corre el riesgo de utilizar los servicios de la Medicina Interna como servicios con altas capacidades técnicas, fomentando la eficacia pragmática y contribuyendo así a una mayor deshumanización médica con la subsecuente desaparición de la Medicina Interna tal y como la hemos conocido hasta hoy y de la cual estamos orgullosos.
Por si esto fuera poco, existe una tendencia de mercantilización médica en ascenso que amenaza la estabilidad laboral de los profesionales de la Medicina Interna, porque la versatilidad de sus funciones y capacidades le permiten participar en diversos ámbitos de la atención sanitaria en precarias condiciones laborales, propiciadas por la devaluación de la figura de la atención médica integral.
El Médico Internista, se caracteriza por ser metódico, crítico y analítico, así como por su capacidad única para desenvolverse en los diferentes niveles de atención, por lo que es el profesional indicado para impedir la desvalorización de la medicina, sembrar la semilla de cambio en las generaciones de médicos que se están formando y devolverle aquel humanismo en detrimento, que durante tanto tiempo caracterizó el ejercicio de la medicina.
José Enrique Cruz Aranda
Medico Cirujano
Especialista en Medicina Interna
Hospital General Regional No. 1
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)