Introducción
Las últimas décadas se han caracterizado por una drástica transición sociodemográfica y epidemiológica con una disminución de la fecundidad y un aumento del envejecimiento poblacional a nivel mundial. Esta situación se refleja en un aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT), como la diabetes mellitus tipo 2 (DM2), con una tendencia al crecimiento de su prevalencia en proporciones epidémicas. Se estima que para el año 2030 supere la cifra de 435 millones.1
Según datos del Anuario Estadístico, en Cuba al finalizar el año 2018, existía una prevalencia de esta enfermedad de 64,3 por cada 1000 habitantes. Dentro de las principales causas de muerte la diabetes ocupó el octavo lugar, con un total de 2 378 defunciones.2
El impacto de las complicaciones microvasculares y macrovasculares en la morbilidad, la mortalidad y la calidad de vida, convierten a la diabetes mellitus en uno de los principales problemas sociosanitarios del mundo actual,3 con elevados costos económicos para las personas, las familias y los sistemas de salud.4
La susceptibilidad genética es bien reconocida en el desarrollo de la DM2, de modo que su prevalencia en individuos con antecedentes familiares de primer grado es mayor de la esperada. Se piensa que mutaciones en múltiples genes están implicadas en el desarrollo de la enfermedad. La expresión de estas mutaciones podría estar influida por factores ambientales y constituiría el factor predisponente para el desarrollo de la DM2.5,6
Gran parte de la causa hereditaria de la DM2 observada en grupos familiares o pares de hermanos no puede ser explicada únicamente por la presencia de variantes genéticas comunes, la mayoría de las cuales han sido identificadas en distintas poblaciones humanas.7
A pesar de estas evidencias, no siempre existe el conocimiento en los familiares de pacientes diabéticos de la posibilidad de desarrollar la enfermedad lo cual es de gran importancia para prevenirla o postergarla a través de la adopción de hábitos saludables de vida. El objetivo del estudio fue identificar la presencia de alteraciones del metabolismo glucídico y factores de riesgo aterogénicos en familiares de primera línea de pacientes diabéticos tipo 2.
Métodos
Se realizó un estudio descriptivo, transversal que incluyó 120 pacientes mayores de 19 años, sin alteraciones conocidas del metabolismo glucídico, hijos de pacientes con diabetes mellitus tipo 2, pertenecientes al Policlínico Universitario “Héroes del Moncada” del municipio Plaza de la Revolución, La Habana, en el período de enero 2017 - abril 2018.
Las variables estudiadas fueron:
Sociodemográficas: edad y sexo
Variables clínicas
Tensión arterial sistólica (TAS) y diastólica (TAD). Los pacientes se dividieron en normotensos, si la presión arterial < 120/80 mmHg; en prehipertensos, si la presión arterial estuvo entre 120-139/80-89 mmHg; e hipertensos, si la presión arterial fue ≥ 140/90 mmHg.
Índice de masa corporal (IMC). Se clasificó como bajo peso: < 18,5 kg/m2 Normopeso: ≥18,5≤ 24,9 kg/m2, sobrepeso: ≥ 25 ≤ 29,9 kg/m2 Obeso: >30 kg/m2.
Circunferencia de la cintura (CC): Se consideró alterada Hombres: ˃ 102 cm y mujeres ˃88 cm.
Variables de laboratorio
Prueba de tolerancia a la glucosa (PTG), Ayunas: Alterada: (GAA):≥ 5,5 y ≤ 6,9 mmol/L y a las 2 h TGA: 7,8-11 mmol/L, DM ≥ 11 mmol/L.
Colesterol total (CT) Elevado: ≥ 5,21.
Triglicéridos (TG). Elevado:≥ 1,71 mmol/L.
Variables relacionadas con los estilos de vida, según los datos recogidos por el paciente:
Hábito de fumar: clasificado como fumador pasivo, exfumador ≤ 3 años, exfumador ˃ 3 años, fumador activo, no fumador.
Actividad física: Si el paciente realiza ejercicios físicos de forma sistemática 5 veces a la semana con una duración mayor de 30 min.
Dieta: Según refería el paciente sus preferencias nutricionales.
Dieta adecuada: Sigue habitualmente un patrón de dieta en su alimentación sin exceso de grasa y dulces, bajo de sal, con alto contenido en frutas y vegetales.
Dieta inadecuada: No se limita en su alimentación e ingiere habitualmente alimentos con abundante grasa, salsas, dulces, otras.
Las alteraciones del metabolismo de los hidratos de carbono se clasificaron en cinco grupos:
Sin alteración del metabolismo de los hidratos de carbono. (SAMHC)
Glucemia Alterada en Ayunas. (GAA)
Tolerancia a la Glucosa Alterada. (TGA)
Asociación de GAA y TGA.
Con Diabetes Mellitus. (DM)
Los datos se obtuvieron en el Modelo de recolección del dato primario del CIRAH y fueron llevados a una base de datos en Excel. Para su procesamiento se utilizó el programa SPSS versión 20.0. Se efectuaron análisis para las variables cuantitativas y cualitativas en frecuencias absolutas y relativas y los resultados expresados en tablas y gráficos.
Resultados
Los pacientes estudiados tuvieron una edad promedio de 52,28. El grupo más representado fue el de 40 a 49 años y predominó el sexo femenino con 60 % (tabla 1).
En la tabla 2 se presentan los valores medios de las variables clínicas y de laboratorio los cuales mostraron cifras superiores a los valores patológicos según los puntos de corte establecidos.
Tabla 2- Valores medios de las variables clínicas y de laboratorio

Leyenda: TAS: Tensión arterial sistólica, TAD: Tensión arterial diastólica
DE: desviación estándar, LS: Límite superior, LI: límite inferior
Aunque la mayoría de los pacientes no tenía alteraciones, 5 % de ellos fueron diagnosticados con diabetes y 23 % con prediabetes, cifras importantes si se tiene en cuenta que se trata de pacientes asintomáticos y sin antecedentes de alteraciones del metabolismo glucídico (fig.).
Fig. - Distribución de las alteraciones metabólicas detectadas.
Los factores de riesgo que se presentaron con mayor frecuencia fueron la dieta inadecuada, la hipercolesterolemia y la hipertrigliceridemia. El 100 % de los pacientes diagnosticados con DM 2 presentaban alteraciones lipídicas, eran fumadores y con dieta inadecuada, mientras que en los prediabéticos era más frecuente el exceso de peso (tabla 3).
Discusión
La DM 2 es una de las principales enfermedades crónicas en el momento actual y se encuentra extendida por todo el mundo. Los nuevos hábitos de vida, fundamentalmente el exceso de ingesta calórica, la obesidad y el sedentarismo, permiten predecir un gran incremento en las próximas décadas, en especial en los países en vías de desarrollo.
Se acepta que la DM 2 suele comenzar en las edades medias de la vida, entre 50 y 60 años, con una tendencia cada vez más frecuente a aparecer a edades más tempranas. Aunque algunos investigadores reportan la edad de presentación a partir de los 40 años, la mayoría reconoce esta edad como aquella a la que se realiza el diagnóstico; sin embargo, es necesario señalar que alrededor de 30 % a 50 % de los pacientes desconocen su problema por meses e incluso años.6
En la etiología de la DM coinciden factores genéticos y ambientales. Se han identificado diferentes genes y variantes génicas de riesgo de la DM 2. Aun cuando se conocen disímiles variantes génicas relacionadas con la susceptibilidad para esta enfermedad, explican en una proporción muy pequeña su grado de herencia. Se estima que existen otros mecanismos no bien conocidos dentro de los que se encuentran los mecanismos epigenéticos, que regulan la expresión de múltiples genes.7
Al analizar los valores medios de las variables clínicas y de laboratorio, todos se encontraban por encima de los puntos de corte, aspecto que pone en evidencia que se trata de una población en la que se encuentran presentes factores para el desarrollo de la DM2.
La prediabetes es el estado intermedio de regulación anormal de la glucosa que se encuentra entre los niveles normales de glucosa en sangre y la diabetes mellitus tipo 2 y se ha considerado como un factor de riesgo para la diabetes.8 Es importante mencionar que un tercio de los pacientes fueron diagnosticados como prediabéticos y 5 % eran diabéticos. Estas cifras fueron inferiores a las detectadas por Alonso y otros aunque se incluían familiares de primer y segundo grado de pacientes diabéticos.9 En el estudio PREDAPS se realizó un seguimiento por cuatro años de los pacientes en la atención primaria de salud en España, en él se detectó una incidencia de DM2 al cuarto año de seguimiento de 0,4 casos por cada 100 persona-años en la cohorte de sujetos sin alteraciones del metabolismo de la glucosa y de 4,4 casos por cada 100 persona-años en la cohorte de sujetos con prediabetes.10
Al analizar los factores aterogénicos los resultados coinciden con la mayoría de los estudios en los cuales se ha detectado una elevada frecuencia de factores de riesgo principalmente la hipertensión arterial en los diabéticos.11,12 Las cifras superiores de presión arterial se puede explicar por la resistencia a la insulina (RI) que acompaña a la DM2. La hiperinsulinemia de la RI puede elevar la tensión arterial por vasoconstricción arteriolar, hipertrofia del músculo liso, afectación en el funcionamiento de bombas iónicas, activación del sistema nervioso simpático y de la renina-angiotensina-aldosterona.13
Parte de los factores de riesgo para padecer diabetes son totalmente modificables, tales como la obesidad y el sobrepeso, sedentarismo, factores dietéticos entre otros. La alta ingesta calórica y la actividad física leve son los principales estilos de vida que ocasionan problemas a la salud ya sea a corto o largo plazo.14 Al respecto un estudio realizado por Petremann y otros en personas con antecedentes familiares de diabetes, reportaron un riesgo elevado de presentar diabetes en individuos físicamente inactivos.15 El estudio sueco MALMÖ, encontró que un aumento del ejercicio físico retrasaba el desarrollo de DM tipo 2 en sujetos con prediabetes a menos de la mitad del riesgo durante 5 años de seguimiento.16
Las alteraciones del metabolismo lipídico estaban presentes en todos los pacientes diabéticos y más de la mitad de los prediabéticos. Se describe un patrón lipídico característico de la diabetes tipo 2 en cual consiste en un aumento de la concentración de triglicéridos, disminución en los niveles de colesterol de las lipoproteínas de alta densidad (c-HDL) y aumento en el número de lipoproteínas de baja densidad (LDL) pequeñas y densas.17
La identificación y control de los principales factores de riesgo modificables de DMT2 en pacientes con antecedentes familiares es clave para trazar estrategias de prevención que permitan disminuir la prevalencia de esta patología y mejorar la calidad de vida de la población.
Los familiares de primer grado de pacientes diabéticos pueden presentar alta prevalencia de alteraciones del metabolismo glucídico y factores de riesgo aterogénicos, aún sin sintomatología evidente, lo que refuerza la necesidad de realizar un diagnóstico temprano, para evitar la progresión de la enfermedad.