Un grupo de interés es definido como una colectividad organizada. Su objetivo es poner en práctica actividades de comunicación de forma regular, con el fin de reforzar y/o mantenerse actualizados sobre un tema en específico. En medicina, los grupos de interés son fundamentales para el avance de la academia y la investigación. Diversas sociedades científicas y universidades alrededor del mundo han planteado la creación de estas agrupaciones para promover redes de conocimiento especializado y unir individuos que se inclinan hacia un área particular.1 En el pregrado de medicina, el impacto que tienen estos sobre el desempeño de los estudiantes es valeroso. No solo incrementa el nivel teórico de los participantes, sino que marca una tendencia hacia la producción de nuevo conocimiento por la cooperación en proyectos investigativos, desarrolla el hábito de la educación continua y facilita la orientación hacia una especialidad.
Waaijer y otros2 desarrollaron un estudio en el cual siguieron a estudiantes de medicina seis años posterior a su graduación, encontraron que aquellos que habían publicado durante su estancia en la escuela de medicina, tuvieron 1,9 mayor probabilidad para publicar, publicaron más artículos y tuvieron mayores citaciones durante su carrera profesional.2 Así mismo, Ha y otros3 realizaron un estudio de cohorte internacional en el que observaron que aquellos estudiantes de medicina que tuvieron un modelo profesional y participaron en publicación científica, desarrollaron una inclinación significativa hacia el campo investigativo.3 Estos estudiantes tuvieron mayor posibilidad de obtener financiación externa para realizar investigación de alta complejidad, facilidad para aplicar a becas y movilidad internacional, adquirir un trabajo sólido, sobresalir en el ámbito laboral, mejorar su situación socioeconómica y optimizar su calidad de vida.
Aragón-Ayala y otros4 evaluaron la participación de estudiantes de medicina pertenecientes a una región de Latinoamérica en materia de publicación científica, y esta tuvo una baja tendencia.4 Es necesario intervenir sobre la preparación y asistencia de estudiantes aunque, claramente, médicos generales y otros profesionales también pueden contribuir, pero son los primeros quienes obtienen mejores resultados por empezar a experimentar primero esta estrategia. Más allá, al observar la organización de estos grupos, se blinda de forma indirecta un valor fundamental en ciencias médicas: el liderazgo.1 Generalmente, estas redes son dirigidas por un profesional que tiene experiencia en el campo a desarrollarse, y proporciona los medios para la ejecución de las actividades. Pero más importante aún, estas colectividades casi en su totalidad escogen a un presidente, vicepresidente, tesorero, secretario y representantes, los cuales con frecuencia son estudiantes, cada uno con una función indispensable para garantizar la prosperidad del grupo. Todos estos elementos integran las capacidades que deben reforzarse en el estudiante, quien se enfrentará a los grandes retos que proponen la sociedad, ciencia y tecnología.
En los residentes médicos se ha evaluado la influencia de los grupos de interés sobre el desempeño de estos y se han alcanzado resultados significativos. Medicina interna,5 Otorrinolaringología,6 Cirugía cardiotorácica,7 Medicina Familiar,8 entre muchas otras, son algunas de las especialidades analizadas con resultados sustanciales y similares. En todos los estudios, los participantes estuvieron más ligados al entrenamiento de la especialidad de atracción, adoptaron aspectos relacionados a la personalidad y cultura del área en cuestión, se incrementó aún más su interés por la especialidad, se promovió el valor del liderazgo entre pares, y aportó contenido teórico-práctico expresados en el aumento de la satisfacción profesional.5,6,7,8
Las oportunidades de aprendizaje y el desarrollo de habilidades a través de talleres dirigidos por profesionales experimentados son escasas, en su mayoría nulas; por eso, los grupos de interés constituyen un puente entre sabiduría y aprovechar estos conocimientos. La intervención de estudiantes de pregrado en materia de academia e investigación, cada vez es menor, debido a los mitos que sostienen que la investigación es “aburrida” y “no genera ganancias económicas”; sin embargo, se deja a un lado que es precisamente esta la que ofrece solución a las interrogantes evidenciadas en la actualidad, y es necesaria para el control de la calidad de las políticas públicas en salud, métodos diagnósticos, terapéutica, educación médica, bioética, y muchos tópicos más.
En este orden de ideas, se deben instaurar grupos de interés de academia e investigación en medicina, tanto en universidades como sociedades científicas, con el fin de incluir estudiantes de pregrado, médicos generales y demás interesados. De esta manera, se estimula la actividad del mentor y el proceso de educación continua, el cual ofrece herramientas a los integrantes para la preparación a la residencia, mejora el curriculum vitae, adquiere habilidades que mejoran la práctica clínica, plantea soluciones a problemas en función del cumplimiento de objetivos de salud regionales y nacionales, y produce nuevo conocimiento (a través de la publicación científica, organización, ponencia y asistencia a eventos de apropiación social y circulación de nuevo conocimiento), que mejore indicadores y refuerce la ciencia en Latinoamérica y el Caribe.
Igualmente, resulta necesario realizar estudios que describan el interés y cooperación de los estudiantes de pregrado y médicos generales por la academia e investigación. Esto ayudaría a tener bases de este comportamiento en las distintas regiones del continente y proponer ideas que aseguren la calidad de los profesionales de la salud y objetivos del futuro, así como la virtud de la ciencia en general.